Castiel - capítulo dos

Oct 24, 2010 20:31

Como esto tuvo aceptación, me atreví a continuarlo.


2º Capítulo

El paisaje que se abría ante él era magnífico, esplendoroso, una gran obra de la naturaleza digna de ser visitada y cuidada. Casi imposible de ser descripto en palabras. Irreal si no lo tuvieras delante y te encuentras caminando sobre esas superficies, viendo los colores que toman esas rocas de acuerdo a la posición del astro rey. Tocas las superficies, cierras tus ojos y te dejas envolver por la naturaleza que se respiraba en ese lugar.

Si fuera una persona se lo podría calificar como soberbio, pero quien te puede culpar, si tú fueras el Gran Cañón te ensalzarías con eso y muchas otras calificaciones; serías eso y mucho más. Y no es para menos, si a diario recibes visitas de muchas personas que disfrutan de tus maravillas, te fotografían, te filman y te llevan de esta forma a la intimidad de sus hogares, es lo menos que podrías sentir.

Eres un cúmulo de belleza, y si te miran desde lo alto hipnotizas esos ojos humanos con cada uno de esos rincones que posees.

Dean se encontraba paseando por este extenso territorio, dejando fluir sus pensamientos, tratando de asimilar los últimos sucesos. Esa cacería casi había acabado con su vida y no porque lo hayan golpeado hasta casi matarlo, sino porque lo habían encontrado con la guardia baja dejándolo indefenso haciéndole beber sangre de vampiro. Sus horas como humano estaban contadas.

El Winchester mayor jamás creyó que sus días de cazador deberían terminar con su cabeza separada del cuerpo. La muerte y él ya se habían encontrado en numerosas oportunidades: aquella vez que se electrocuto, el camión que los arrolló, el cancerbero, cuando creyó que Sam había sido infectado con sangre de croatoans y él se encerró junto a él para cuando llegue el final, Alastair; pero en ninguna de esas oportunidades ha sentido tanto miedo y terror como en esta oportunidad.

Porque la muerte ya no le representaba ningún temor ni nada que no haya conocido, en esta ocasión lo que más temía era que dejaba de ser él, ir al otro lado como uno de los tantos bichos que cazó a lo largo de su vida. Llegar nuevamente al infierno como algo macabro, listo para tomar y desgarrar cada alma que se encuentre en el infierno y dar rienda suelta a sus instintos asesinos. Ese era el pensamiento que rondaba por su cabeza.

Por eso, antes de irse quiso hacer una última cosa buena yendo a despedirse de Lisa y Ben. Estando junto a ella tuvo que poner la mayor fuerza de voluntad para frenar y contenerse de saciar ese apetito que crecía dentro de él como crecían los latidos de Lisa ante la preocupación de ver a Dean allí a mitad de la noche, diciendo cosas a modo de despedida final.

El ángel se apareció en ese momento a espaldas de Dean, encontrándolo sumido en sus pensamientos y como no quería interrumpirlo se mantuvo alejado, aguardando que decida volver al vehículo. Se sorprendió cuando este comenzó a hablarle. De alguna manera Dean siempre sabía cuando Castiel estaba cerca.

Dean: Sabes Cas, traje a Lis y Ben aquí hace unos meses.

Fue luego de que empezara a abrirme, contándole cosas, primero le iba contando como era Sam de niño, como me hacía soportar la niñez en la cual nos toco crecer, lo brillante que era en la escuela, lo feliz que se ponía cuando lograba algún amigo.

Yo nunca se lo dije, pero su sonrisa y alegría era lo que me daba fuerzas para seguir, sin él en mi vida hace tiempo que habría dejado morir y no Cas no me veas como un suicida, simplemente en alguna mala caza hubiera encontrado mi final. Algún mal movimiento y ¡Chau Dean!

Por años fui el que guiaba a Sam, conocía como pensaba, reaccionaba, era la voz de la razón ante tantos fenómenos que nos rodeaban. La voz que guiaba MI razón, sin él no sería lo que soy ahora. De alguna manera el lograba darle sentido a seguir cazando.

John me inculcó el sentido de la caza. Pero Sam me inculco el sentido de la vida.

Con el tiempo comencé a sentir que le si contaba a Lis y Ben sobre Sam era como si mi hermano hubiera viajado a otro país por un tiempo, me convencí que habría vuelto a la Universidad, logrando una beca en otro continente y por eso no podía visitarnos. Entonces, cada noche luego de la cena y despejarnos del largo día laboral le relataba anécdotas sobre Sam. Como aprendió a atarse los cordones, cuál fue su primera palabra, la primera chica que le gusto. El primer desengaño. Sobre los planes que hacíamos con Sam para cuando contáramos con algún tiempo libre. Venir al Gran Cañón era unas de esos sueños que yo tenía, es tan gracioso que haya venido aquí con ellos y no con Sammy, no tienes idea de cuanto tiempo estuvo insistiéndome Lisa para que vengamos.

¡Para mí era como un sacrilegio disfrutar de este lugar sin su presencia!

Recuerdo que al principio me costaba encontrar las palabras y que estas salgan enteras de mi boca. Ellos tuvieron mucha paciencia conmigo. Recuerdos tristes, alegres, bromas que nos hacíamos, peleas que tuvimos; fue la forma que tuve de empezar a salir adelante. Recordar todo lo que vivimos, bueno y malo, pero sobre todo que pese a todo al final confiamos uno en el otro. Nos separamos como lo que somos: HERMANOS

Castiel: ¿Qué pasó Dean? Tu hermano me llamó preocupado. Me contó algo de que casi te conviertes en vampiro.

Dean: ¿Sam preocupado por mi? ¿Has estado practicando chistes, Cas?

Mi hermano, ya no se si sigue siendo “mi hermano” ese que te llamó.

Castiel: Cuéntame. Que es lo que sucedió y porque hablas así. Ni siquiera cuando se separaron estabas así como te encuentro ahora.

Dean: ¿Realmente quieres saber que sucedió Cas? ¿Por qué no vas y le pides a “Sam” que te lo explique? Porque verdaderamente yo no se lo que está pasando. Todo es una locura.

A veces creo que esto es un universo paralelo del que me es imposible salir. Sam y Samuel devueltos por quién sabe qué y para que fin. Verdades a medias. Actitudes impensadas…

Castiel: Allá arriba las cosas no se diferencian demasiado de lo que pasa aquí abajo. Parece como si se conectaran los malos acontecimientos de la tierra con lo que era la tranquilidad del cielo. Hay un verdadero caos, que crece por momentos. Pero logramos resolverlos. Allá me siento como si nunca me hubiera ido de la tierra, cosas que jamás se han visto en el cielo ahora están sucediendo como moneda corriente.

Vuestro “modus operandi” es encontrar el problema, ver como solucionarlo y llevarlo a cabo. Lamento lo que te ocurrió, pero veo que sigues siendo humano. Así que no entiendo cual es el verdadero problema.

Dean: - estallando por las últimas palabras - ¿¿¿NO ENTIENDES CUAL ES EL MALDITO PROBLEMA??? ¡¡Claro como el gran Ángel está muy ocupado para asuntos terrenales y las emociones humanas son irrelevantes para él!!

A ver como te explico:

Mi hermano es el problema, ese sujeto desgarbado, de pelo indomable, largo como suspiro de monja, ¿¿recuerdas??  ¡Él Sam que creció conmigo no es el Sam que te llamó! Ese no es el Sam que yo crié, a quién le leí cuentos para que durmiera, a quién le callaba muchas cosas para que siga siendo un niño, a quien protegí con mi vida en numerosas ocasiones porque así lo sentía y no por meras órdenes de mi padre.

Por lo menos no completamente, algo le sucedió allá abajo, más grave de lo que pudo pasarme a mi, él me dice que somos diferentes, que por eso actuamos diferente. Yo ya no sé que creer.

En estos momentos confío más en Samuel que en S-él.

El caso es que cuando Samuel me dio ese brebaje para revertir el efecto de la sangre vampírica en mí, además de oler asquerosamente y que este me deje un horrible y apestoso mal sabor en la boca, que las entrañas se te estrujen hasta que te parezca que vas a escupirlas y quedarás vacío como figura de chocolate, sufrí como una especie de regresión en imágenes de lo que fue mi día como vampiro. ¿Y sabes cual es el final de la historia?

Ver a mi hermano parado en la entrada del callejón, esperando, viendo como ese sujeto me obligaba a beber de su asquerosa sangre y llamarse a la acción una vez que me dio suficiente para empezar a convertirme. Ahí, él que se dice mi hermano, comenzó su puesta en escena.

El resto ya es historia.

Nunca había sentido tanto asco por una persona como el que sentí al recobrarme, Sam me ayudo a incorporarme y yo no dejaba de ver esa sonrisa que se le dibujo en el callejón.

¡¡NO SOPORTO ESTAR JUNTO A ÉL, NO PUEDO SABER EN QUE PIENSA, SI SIENTE ALGO. NI SIQUIERA PUEDO CONFIAR EN ÉL!! DIOS CAS, YA NO TENGO NADA, PERDI A LISA, CREÍ TENER A SAM DE VUELTA PERO VEO QUE NO ES ASÍ.

Castiel: No se como, pero de alguna manera vamos a llegar al fondo de esto - le decía al tiempo que se acercaba presuroso al ver como Dean se derrumbaba. Era tanto lo que tenía dentro y poco lo que dejó salir. No existían palabras que pudieran recomponer el alma quebrada de Dean. Sólo atino a abrazarlo y reconfortarlo de esa forma porque había visto que los humanos se sentían mejor con este acto, así que él hizo el intento.

Dean: …

El cazador en su interior se sentía muy vulnerable, pero se dejo envolver en el abrazo que le ofrecía Castiel, pasado un breve momento levanto su rostro para agradecerle o soltarle alguna burrada antisentimentalismo cuando de alguna manera, el ángel se abalanzó hacía su boca, “como si besándolo fuera a quitarle todo el dolor que llevaba dentro” fue lo que pensó.

Tal fue la sorpresa que se quedó completamente estático sin atinar a hacer nada.

Castiel: OH!, Dean perdóname… yo no quería… no sé que me pasó… - balbucea soltándolo de repente, dando varios pasos alejándose y cortando todo tipo de contacto. Y sin dejar que el Winchester diga nada, desaparece del lugar.

Dean: ¡¡Grandioso!! ¡Como si no tuviera suficiente ya!

Espero que lo disfruten!!!

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