Título: Lo único que importa.
Autora:
arkady_Universo: Battlestar Galactica
Pareja: Cain/Gina
Rating: G
Spoilers: -
Palabras: 145
Resumen: Cómo podría haber sido su vida en otro tiempo.
Tabla (BDT):
Quiero más Cain. - Ei.
- Ei.
Gina bajaba las escaleras, todavía adormilada y con el pelo revuelto, mientras Helena recogía los rastros de la noche anterior.
- Te levantaste pronto.
- Sabes que no duermo más allá de las nueve. - Cuando volvía de dejar las copas en el mostrador Gina la cogió por la cintura y se acercó a ella con una sonrisa tonta en los labios. - Buenos días. - Dejó que se apoyara en su hombro y le besó el cuello. - ¿Has dormido bien?
- Como los ángeles.
Helena sonrió.
- Bueno, sabes lo que pienso de eso.
La luz entraba por el ventanal iluminando toda la estancia. La antigua almirante miró hacia el exterior y sonrió, el pequeño jardín parecía un paraíso. Susurró dos palabras al viento que hicieron a Gina sonreír, alzar la vista y besarla en los labios. Ya no había más guerras, al menos no en su cabeza, y nada más importaba.
Título: La lluvia sobre Tauron
Autora:
arkady_Universo: Battlestar Galactica
Personajes, parejas: Cain, Cain/Roslin
Rating: G
Spoilers: 2x10 Pegasus
Palabras: 197
Resumen: Siempre hay alguien que nos recuerda a alguien, y a veces eso es nuestra perdición.
Tabla (BDT):
Quiero más Cain. Un pequeño bulto grisáceo tiritaba en una esquina de la azotea, bajo la cortina de lluvia que caía sobre Tauron. La mujer se acercó a ella, sin preocuparse por la mojadura que pillaría, saludó sin respuesta y se agachó a su lado, intentando que sacara la cabeza de entre los brazos y la mirara.
Empezaba a amainar cuando las dos se levantaron de allí. La pequeña de melena sucia y descuidada la seguía a unos pasos de distancia, aún algo desconfiada, algo asustada habría dicho de no ver su mirada penetrante. Caminaron así, sin intercambiar palabra alguna, por media ciudad hasta llegar a un edificio de apartamentos con jardín.
Helena dudó durante un segundo si seguirla hacia el portal, pero entonces recordó su promesa y avanzó con zancadas largas hasta situarse a su lado. Había niños jugando al balón en la entrada.
Aquella desconocida estaba a punto de salvarla de una sucesión infinita de albergues y casas de acogida que habrían acabado con sus posibilidades de ser alguien.
Por eso cuando pisó Galáctica por primera vez y vio ese destello, esa sonrisa contenida, esa melena salvaje y casera, no pudo evitar bajar la guardia por un momento.