[BDT: Admiral Cain] #088 - Colegio

Oct 31, 2008 00:06

Título: La oficial y la maestra
Autor: arkady_
Universo: Battlestar Galactica
Pareja: Cain/Roslin
Spoilers: -
Rating: R
Palabras: 1.063
Resumen: En las Colonias, mucho antes de la guerra, una joven oficial fue un día a una de las escuelas más conocidas y con mejores profesores de la ciudad… Entre ellos una entusiasta Laura Roslin.
Tabla (BDT): Quiero más Cain.


Ya era mediodía cuando entraron en la escuela de la calle principal. El sol empezaba a cascar, así que se alegraron de entrar en el edificio. Una vez dentro, el oficial superior cogió la lista de aulas y fue repartiéndolas entre los reclutas, dos por clase.

Al acabar las charlas salieron al patio para hacer la demostración que tenían preparada. Los estudiantes se arremolinaban en torno a la valla de la pista de deporte y los soldados fueron, uno por uno (incluyendo a los oficiales de inferior rango) sorteando diferentes obstáculos, haciendo acrobacias o una carrera entre ellos. Al acabar, sudorosos y con el pulso acelerado, formaron saludando al frente durante un par de minutos. Era la forma que tenían de demostrar la fortaleza y disciplina mental que tiene que tener un militar.

Tras la demostración, les dieron unos minutos para cambiarse antes de reunirse en el hall. Cain entró por la puerta más cercana buscando los servicios, fue hasta el final del pasillo y dio la vuelta al encontrar todas las puertas cerradas. En ese momento entraba una profesora joven del patio y, al verla, le preguntó amablemente si necesitaba algo.

- Estaba buscando los baños, si me pudiera decir dónde hay unos…

- Oh, ¡claro! No se preocupe, aquí mismo tengo la llave del baño de profesores - dijo enseñándosela y acercándose a una puerta que tenía delante, - suele estar cerrado para el público pero contigo haremos una excepción - sonrió y le guiñó un ojo antes de abrirla y dejarle paso.

- Gracias - Cain inclinó la cabeza en señal de agradecimiento, - señorita… - Se había fijado en ella en el patio pero no habían sido formalmente presentadas.

- Roslin - una enorme sonrisa se le dibujó, - usted debe de ser la Sargento… ¿Cain?- Una mueca de orgullo y admiración se dejó ver en el joven rostro de la soldado. - Sí, recuerdo que el Comandante… - “Coronel” la rectificó Cain - Oh, sí, coronel, siempre he tenido confusión con esos rangos - sonrió excusándose, - recuerdo que nos habló de usted de la que hacían la demostración.

- ¿Y qué, le ha gustado la demostración? Si me permite voy al servicio de la que me cuenta. - Dijo señalando una de las puertas que había dentro de la habitación a la que habían entrado juntas.

Roslin empezó a hablar, apoyándose en uno de los lavabos que estaban en frente de los retretes de la que observaba la silueta de la oficial moverse dentro del cubículo.

- Ha sido muy interesante, sí, no sabía que hicieran ese tipo de cosas. Me llamó la atención en particular lo de los cuchillos, supongo que hay que estar muy fuerte y haber entrenado durante meses para poder hacer algo de eso pero desde fuera lo hacen parecer tan sencillo…

Se oyó una cisterna y la puerta del baño se abrió cuando Helena todavía se estaba abrochando la cintura del pantalón.

- Sí, claro, no sería la primera vez que alguien resulta herido porque le dejen hacer las pruebas estando muy verde. - Subió la vista del suelo para mirar a la mujer a la cara y no pudo evitar demorarse algo más de lo normal en sus piernas perfectamente moldeadas.

- Déjeme comprobar una cosa, sargento. - Laura se acercó a ella y le tocó un bíceps, apretando para sentir su consistencia. Ella sonrió, complacida. - No tiene ni un gramo de grasa, por lo que veo.

- Con mi trabajo no es difícil mantenerse así. Pero le recomendaría que no se acercase demasiado, aún no me he duchado y la acabaré manchando.

- No se preocupe - sacudió la cabeza, - me gusta el tacto de la piel húmeda - le acarició el brazo con el pulgar sin separar la mano de su brazo. - Y dejémonos de formalismos, por favor, llámame Laura.

Era militar, tenía que estar en 20 minutos en la entrada y todavía no se había duchado. Tenía una imagen que mantener, sus superiores podrían descubrirla… Aunque también era cierto que estaban en el extremo más alejado del colegio. Se sentía sucia, sentía sus labios secos y agrietados pero se acercó a la mujer que paseaba la mano por su brazo y sacó ligeramente la lengua, que se encontró a escasos centímetros de sus labios con la de ella.

Cayeron sobre la pared y las manos ansiosas de la maestra se deshicieron de sus camisetas reglamentarias. Sonrió y la besó sin darle tiempo a más, bajando luego las manos por su escote, desabrochándole la chaquetilla y liberando sus pechos de la presión de la camiseta que llevaba debajo. Empezó a lamerle la piel que estaba justo por encima de la línea del sujetador y deslizó las manos por su espalda hasta dar con el cierre, que desabrochó hábilmente, dejando caer la prenda a un lado. Se separó un momento para observar su figura y fue entonces cuando aprovechó Laura para atacarle la yugular, frotando su pecho desnudo contra ella, quitándole el sujetador para sentirla mejor y bajando hasta debajo de su ombligo para desabrocharle el pantalón mirándola traviesa desde esa posición.

Cain pasó dos dedos por la melena ondulada de ella, fijando sus ojos en los brillos cobrizos que le daba el sol y en las esmeraldas hambrientas que brillaban desde una altura un tanto peligrosa. No se dio cuenta de lo rápido que había avanzado hasta que sintió su lengua cálida acariciarle el clítoris. Con una mano en su cabeza se apoyó en la pared fría, que le hizo arquearse al instante. En ese momento Laura la había visto crecer lo suficiente como para atreverse a meter dos dedos en su vagina, que la acogió agradecida. Sus movimientos pélvicos empezaban a ser inconscientes y el ritmo que le imprimía con la mano iba acompañado de lentos lametones que la saboreaban de arriba abajo. Cuando sintió que se acercaba al orgasmo la sargento dejó escapar entrecortado un “Laura” que la apremiaba, empujando sus dedos contra la pared vaginal hasta que las contracciones cesaron.

Entonces subió por el cuerpo caliente de la oficial hasta su boca y se enredaron en un beso apasionado que no se rompió hasta que Cain, tras deslizar la mano por el cuerpo desnudo de la maestra, introdujo un dedo entre sus labios húmedos y abiertos.

Cuando llegó al punto de reunión un oficial le hizo un comentario sobre la higiene personal: no le había dado tiempo a ducharse, después de todo.

bdt: cain, bsg: cain/roslin, longitud: más de 1.000

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