Idea abierta para un fic

Nov 06, 2006 09:07

Encontré un pequeño (y espectacular) comic de chowburger ( link al comic), con un texto que se traduce más o menos así:

Sirius apareció hace una semana. Se siente como si hubiera sido un mes. También se siente como si hubiera sido ayer. Pero más que nada, se siente como si nunca hubiera sucedido. Remus prefiere esa última versión de los hechos - no puede comprender de qué otra manera podrían haber sucedido las cosas. El Sirius que duerme tranquilo en el pasto no es, decididamente, el mismo que apareció el sábado pasado a las tantas de la madrugada. Ese Sirius había evitado los ojos de Remus como si fueran los de Medusa, y parecía a punto de colapsar mientras lo hacía. Sirius colapsando en la puerta, decidió Remus, lo llevaría a una completa inhabilidad para volver a mirar al muchacho a los ojos.

... y decidí empezar un 'saquemos a Sirius del velo' (me parecía la opción más obvia). Luego descubrí que el texto se aplica a infinitas otras situaciones de la vida de los cachorros (cuando Sirius se va de su casa... alguna pelea cuando vivían juntos... Sirius llegando a casa de Remus en GoF...). Así que pensé que sería buena idea lanzar el párrafo y ver qué se le ocurre a cada quién.

La idea es que todas las historias comiencen con el párrafo del comic de chowburger (habría que preguntarle primero, supongo, porque como nunca terminé el fic, nunca llegué a preguntarle), y lo demás queda a criterio de cada un@.
¿Qué tal? ¿Alguien se anima?

Aquí les dejo un pequeño 'teaser' de lo que intento hacer personalmente con el párrafo. Lo pienso como una historia larga, pero no he avanzado mucho.

*

Sirius apareció hace una semana. Se siente como si hubiera sido un mes. También se siente como si hubiera sido ayer. Pero más que nada, se siente como si nunca hubiera sucedido. Remus prefiere esa última versión de los hechos -no puede comprender de qué otra manera podrían haber sucedido las cosas. El Sirius que duerme tranquilo en el pasto no es, decididamente, el mismo que apareció el sábado pasado a las tantas de la madrugada. Ese Sirius había evitado los ojos de Remus como si fueran los de Medusa, y parecía a punto de colapsar mientras lo hacía. Sirius colapsando en la puerta, decidió Remus, lo llevaría a una completa inhabilidad para volver a mirar al muchacho a los ojos.
Aún no se atreve a hacerlo -mirar al muchacho a los ojos.

El muchacho.

Sirius, dormido en el pasto -el cabello negro apenas largo cayendo sobre sus ojos, el cuerpo delgado de suaves curvas tendido de cualquier manera, los largos dedos acariciando la hierba-, no aparenta más de 17 años. Los interminables años en Azkaban, la marca terrible de los Dementores, el peso común del dolor y la edad, han desaparecido de su cuerpo. Las facciones endurecidas se han suavizado nuevamente, y una parte de Remus ansía mirar esos ojos y descubrir que el horror ha desaparecido también de la mirada gris... -otra parte, oculta y vergonzosa, no soporta la idea de no encontrar la experiencia, el dolor compartido, la vida, la lucha, la silenciosa promesa de no volver a abandonarlo nunca, la callada petición de compañía en los ojos de Sirius.

¿Quién eres? se pregunta inevitablemente.

No es Sirius, su compañero de pérdida. No es el hombre gastado por la soledad que cayó a través del velo negro. Es Sirius, sin embargo, el Merodeador desenfadado de ideas peligrosas y lengua afilada, siempre dispuesto a meterse en problemas... Ésa misma mañana, durante el desayuno, lo había visto sonreír con malicia recordando alguna escapada... Tal cual, idéntica, la misma sonrisa que había visto por última vez hace más de 16 años. Cuando percibió el brillo en los ojos grises -que siempre acompañaba a esa sonrisa-, tuvo que pararse y salir de la casa con cualquier excusa.

Eran las 4 de la tarde cuando se decidió a volver, para encontrar al muchacho dormido en la hierba. Ya van a dar las 5 y todavía no puede dejar de mirarlo.

"¿Llevas mucho aquí?" lo sobresalta una voz a sus espaldas. Una voz de joven que ha crecido muy pronto, un poco a la fuerza. Una voz tan parecida a la de James que a Remus se le encoge el corazón por un segundo.

"Algo," responde.

Harry asiente. "Es extraño verlo así. No puedo imaginarme lo extraño que es para ti."

No, no puedes.

Cuando Sirius cayó a través del velo, para Remus no fue tan difícil como todos supusieron. No era la primera vez que perdía a Sirius. Y, de alguna manera, se había pasado los últimos dos años preparándose para perderlo. Harry no podía entenderlo. La guerra había marcado su vida, pero era una vida que recién empezaba. La guerra era para él el momento presente, lo que estaba sucediendo. Para Remus, en cambio, la guerra era el 'dejá vu' de una pesadilla recurrente. Se lo había quitado todo una vez, y nada lo hacía dudar que pudiera quitárselo de nuevo.

Remus había perdido a Sirius, a este Sirius de risa fácil y mirada traviesa, ante algo mucho peor que la muerte. Y aunque ese 'algo peor', esa traición imperdonable, resultó un ardid; aunque Remus pudo descubrir finalmente que Sirius era inocente y recuperar el alma; eso no borraba los años de soledad asfixiante, no borraba la experiencia terrible de quedarse de pronto sin nada. Nada. Sin pasado -porque la traición convertía todo su pasado en una mentira-, sin refugio -porque su refugio era precisamente quien lo había traicionado-, sin familia. Ante eso, el velo negro no hacía sino llevarse un cuerpo. Y mientras lloraba la ausencia de ese cuerpo que extrañaba tan terriblemente, un rincón de su mente agradecía al velo en secreto, por permitir que Sirius muriera como un héroe, por dejar su memoria intacta, por darle la oportunidad de llorar libremente lo que no pudo llorar hace 16 años, cuando lo perdió todo por primera vez.

Es extraño verlo así.

Es tan extraño que Remus no sabe si puede soportarlo.

"¿Remus? ¿Eres tú?" Tonks sale al jardín. Lleva el cabello de un rosa brillante, lo que significa que está emocionada. "Entren, ya llegó Moody." Se arrodilla al lado de Sirius y lo sacude levemente para despertarlo, como si fuera lo más normal del mundo. "Sirius... Sirius... Levántate, ya llegó Moody." Como si no estuvieran todos atrapados en una gran broma surrealista.

Sirius se estira y bosteza, y abre los ojos grises que Remus evita mirar de frente. Sonríe de medio lado y le guiña un ojo a su sobrina, cuyo cabello se enciende más aún. Se levanta y mira a Harry con una sonrisa ganadora que sólo dura un segundo. Y entonces, por un momento, parece de nuevo el muchacho que llamó a la puerta el sábado por la noche, a punto de colapsar en un mar de incertidumbre. Volando en fiebre. De vuelta del inframundo.

Gira la cabeza hacia Remus, pero finalmente no se atreve a mirarlo.

"Vamos," dice, y camina hacia la puerta.

Harry parece incómodo, y Remus respira hondo. Debe ser más duro para Sirius. Mucho más duro que para cualquiera de ellos.

sirius/remus, harry potter, reto

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