[6/7] Chérie: Desenlace: Reconciliación
Fandom: Kitazono Kotoha/Osakada Tomoka.
Personajes: Kitazono Kotoha/Osakada Tomoka.
Resumen: Tomoka va a buscar a Kotoha.
¿Cómo era que Kotoha soportaba pasar tanto tiempo en un tren con tanta frecuencia?
Tomoka golpeó el suelo con uno de sus pies rítmicamente, impaciente, y por centésima vez presionó en botón de discado rápido, consiguiendo el mismo resultado de nuevo: nada.
Que Kotoha no contestase sus llamadas ni respondiese sus mensajes era la razón por la que estaba en un tren, con un morral con una muda de ropa, rumbo al extremo norte de Japón con el temor de que podría estar perdiendo el tiempo y ganando por ello más horas cuidando a sus hermanos, pues esa había sido la condición que su madre le había impuesto a cambio de darle permiso y prestarle dinero para el viaje.
Al fin de cuentas, aunque tenía algunas de las fotos que Kotoha le había enviado y con la ayuda de un buscador en Internet tenía cierta idea de cómo llegar hasta el colegio Tsubakikawa, nada le garantizaba que podría encontrarla allí.
Pero aunque así fuese, Tomoka estaba decidida a encontrar a alguien que pudiese llevarla con Kotoha y luego... Tomoka no estaba segura.
Lo principal, por ahora, era ver a Kotoha y hacer que dejase de ignorarla, porque Kotoha no tenía ningún derecho de hacer eso después de todos los meses en que Tomoka le había contestado todas sus llamadas y mensajes y la había acompañado y accedido a sus caprichos turísticos cada vez que Kotoha visitaba Tokyo.
Pasar once horas en un tren, sin poder dormir o disfrutar el paisaje en ningún momento, debería cansarla, mas decidida como estaba, una vez llegó a la estación en la que, creía, debía bajarse, Tomoka se sentía capaz de recorrer a pie toda la ciudad si era necesario para encontrar a Kotoha.
No lo fue, por suerte, y veinte minutos después de salir de la estación se encontró en el colegio, siguiendo las instrucciones de un chico de primero para llegar a las canchas de tenis.
Y allí estaba Kotoha, luciendo como una manager por primera vez desde que Tomoka la había conocido, tomando notas en una libreta mientras observaba la práctica y jugando con su cabello una que otra vez de forma distraída.
El corazón de Tomoka dio un vuelco y sin pensar ni una vez en lo que estaba haciendo, caminó hasta quedar tras Kotoha.
-Si me dices que tu teléfono está sin batería no te perdonaré.
Kotoha giró su cabeza para mirarla por encima de su hombro, usando una de sus manos para mantener lejos de su rostro su largo cabello. Casi parecía como si estuviese posando para una foto, impecable como siempre, aunque sin ninguna sonrisa.
-¿Sabes cuántas veces te he llamado? -continuó Tomoka, dejando caer su morral en el suelo y poniendo sus brazos en jarra-. No puedo creer que me hiciste venir hasta aquí.
-¿Y? -la interrumpió Kotoha, sin salir de su pose.
-¿¡Y!? -replicó Tomoka, alzando su voz. Sin duda alguna no podía mantener la calma frente a Kotoha-. ¡No puedes desaparecer así! Yo...
Tomoka se calló a tiempo. No, no iba aceptar que se había preocupado, que había extrañado escuchar de ella y que se sentía culpable por la forma en que le había hablado la última vez.
Eso sería lo mismo que admitir que en una parte de sí sabía que Kotoha no había estado jugando -todo el tiempo, al menos- y que quizás no le disgustaba su compañía ni le molestaba el que Kotoha la hubiese besado...
Solo pensar en eso bastó para que el rostro de Tomoka se llenase color y apartase su mirada.
Definitivamente no diría nada de eso.
-Bueno -dijo Kotoha, sonriéndole al fin y girando todo su cuerpo en su dirección-, tomaré esto como una confesión tardía.
Tomoka abrió su boca por completo, mirándola con incredulidad.
-¿¡Q-qué!? -exclamó. ¿Cómo era posible que Kotoha dijese algo así sin siquiera mostrarse avergonzada?
La risa de Kotoha llenó el ambiente y Tomoka sintió como la otra la tomó de un brazo, alejándola de las canchas sin darle mucho tiempo para recoger su morral y prometiéndole que le mostraría la ciudad y la dejaría quedarse con ella esa noche, sin siquiera preguntarle antes si tenía planes de pasar tanto tiempo allí.
20/02/2012
Personajes: Kitazono Kotoha/Osakada Tomoka.
Resumen: Tomoka va a buscar a Kotoha.
¿Cómo era que Kotoha soportaba pasar tanto tiempo en un tren con tanta frecuencia?
Tomoka golpeó el suelo con uno de sus pies rítmicamente, impaciente, y por centésima vez presionó en botón de discado rápido, consiguiendo el mismo resultado de nuevo: nada.
Que Kotoha no contestase sus llamadas ni respondiese sus mensajes era la razón por la que estaba en un tren, con un morral con una muda de ropa, rumbo al extremo norte de Japón con el temor de que podría estar perdiendo el tiempo y ganando por ello más horas cuidando a sus hermanos, pues esa había sido la condición que su madre le había impuesto a cambio de darle permiso y prestarle dinero para el viaje.
Al fin de cuentas, aunque tenía algunas de las fotos que Kotoha le había enviado y con la ayuda de un buscador en Internet tenía cierta idea de cómo llegar hasta el colegio Tsubakikawa, nada le garantizaba que podría encontrarla allí.
Pero aunque así fuese, Tomoka estaba decidida a encontrar a alguien que pudiese llevarla con Kotoha y luego... Tomoka no estaba segura.
Lo principal, por ahora, era ver a Kotoha y hacer que dejase de ignorarla, porque Kotoha no tenía ningún derecho de hacer eso después de todos los meses en que Tomoka le había contestado todas sus llamadas y mensajes y la había acompañado y accedido a sus caprichos turísticos cada vez que Kotoha visitaba Tokyo.
Pasar once horas en un tren, sin poder dormir o disfrutar el paisaje en ningún momento, debería cansarla, mas decidida como estaba, una vez llegó a la estación en la que, creía, debía bajarse, Tomoka se sentía capaz de recorrer a pie toda la ciudad si era necesario para encontrar a Kotoha.
No lo fue, por suerte, y veinte minutos después de salir de la estación se encontró en el colegio, siguiendo las instrucciones de un chico de primero para llegar a las canchas de tenis.
Y allí estaba Kotoha, luciendo como una manager por primera vez desde que Tomoka la había conocido, tomando notas en una libreta mientras observaba la práctica y jugando con su cabello una que otra vez de forma distraída.
El corazón de Tomoka dio un vuelco y sin pensar ni una vez en lo que estaba haciendo, caminó hasta quedar tras Kotoha.
-Si me dices que tu teléfono está sin batería no te perdonaré.
Kotoha giró su cabeza para mirarla por encima de su hombro, usando una de sus manos para mantener lejos de su rostro su largo cabello. Casi parecía como si estuviese posando para una foto, impecable como siempre, aunque sin ninguna sonrisa.
-¿Sabes cuántas veces te he llamado? -continuó Tomoka, dejando caer su morral en el suelo y poniendo sus brazos en jarra-. No puedo creer que me hiciste venir hasta aquí.
-¿Y? -la interrumpió Kotoha, sin salir de su pose.
-¿¡Y!? -replicó Tomoka, alzando su voz. Sin duda alguna no podía mantener la calma frente a Kotoha-. ¡No puedes desaparecer así! Yo...
Tomoka se calló a tiempo. No, no iba aceptar que se había preocupado, que había extrañado escuchar de ella y que se sentía culpable por la forma en que le había hablado la última vez.
Eso sería lo mismo que admitir que en una parte de sí sabía que Kotoha no había estado jugando -todo el tiempo, al menos- y que quizás no le disgustaba su compañía ni le molestaba el que Kotoha la hubiese besado...
Solo pensar en eso bastó para que el rostro de Tomoka se llenase color y apartase su mirada.
Definitivamente no diría nada de eso.
-Bueno -dijo Kotoha, sonriéndole al fin y girando todo su cuerpo en su dirección-, tomaré esto como una confesión tardía.
Tomoka abrió su boca por completo, mirándola con incredulidad.
-¿¡Q-qué!? -exclamó. ¿Cómo era posible que Kotoha dijese algo así sin siquiera mostrarse avergonzada?
La risa de Kotoha llenó el ambiente y Tomoka sintió como la otra la tomó de un brazo, alejándola de las canchas sin darle mucho tiempo para recoger su morral y prometiéndole que le mostraría la ciudad y la dejaría quedarse con ella esa noche, sin siquiera preguntarle antes si tenía planes de pasar tanto tiempo allí.
20/02/2012