Título: Padres (Fathers)
Autora:
OnceinYourLifeTraductora:
mirita23Rating: R
Pairing Kurt Hummel/Blaine Anderson
Advertencias: Violencia familiar, Hurt/Confort.
Género: Angst, Romance.
Resúmen: Mientras New Direcctions está en New York, Burt recibe una visita inesperada.
Disclaimer: Glee no me pertenece, es toda de RIB y la historia tampoco me pertenece, yo sólo la traduzco.
Nota: El fic está ambientado después de Funeral y antes de New York en la S2. Narrado desde el PoV de Burt Hummel.
Link al original:
Fathers Masterlist 7- El empleo
Durante las siguientes semanas el cuarto del fondo fue completamente transformado.
Era muy Blaine. Era muy el Blaine de Kurt y él lo adoraba. Kurt comenzó a pasar más tiempo en la habitación de Blaine que en la suya. Era su orgullo y su contribución a la casa y él adoraba describirle los detalles de la remodelación a quien quisiese escucharlo.
Blaine sonreía y asentía mientras escuchaba la historia del cuarto contada por Kurt docenas de veces, pero le encantaba. Amaba a Kurt, amaba sus paredes verdes y amaba tener una cama en una casa que él podía amar.
Los dos tenían un sistema para el tiempo que pasaban juntos. Habían acordado que sus reales citas tendrían que ser fuera de la casa y que pasarían tiempo a solas si querían sin resentimientos, aunque la mayor parte del tiempo ninguno quería estar solo. Habían pasado mucho tiempo separados mientras Blaine estuvo en Dalton y Kurt en McKinley que estar juntos era como un sueño hecho realidad.
Tuve que poner nuevas reglas. Todos tenían que estar en sus propias habitaciones desde la media noche hasta la mañana siguiente a menos que toda la familia siguiese levantada y eso incluía a Finn. De alguna manera cada vez que él bajaba a la cocina en mitad de la noche terminaba rompiendo algo e inevitablemente despertaba a todos en la casa. Eso volvía loco a Kurt.
Nunca tuve que preocuparme por ellos, eran buenos chicos y sabía que Blaine estaba tan aterrado ante la idea de echar a perder lo bueno que tenía que no haría nada en la casa con Kurt que yo no aprobase y normalmente Kurt no tenía problema con eso. Era un romántico incorregible, él prefería conversar o cantar con Blaine que hacer cualquier otra cosa.
Fue un verano muy interesante.
Poco después de instalarse, Blaine vino a mi con una propuesta.
-Buenos días.
Eran las ocho de la mañana, antes de que todos en la casa se despertasen. Yo estaba disfrutando de mi taza de café matutino y la sección de deportes a solas cuando él apareció en la entrada de la cocina.
-Jesús ¿qué haces despierto tan temprano?
-Lo siento, no quise asustarte.
Suspiré y me quite mis lentes para leer.
-¿Necesitas algo?
-Um, síp. Yo quería decirte que he estado pensando mucho y ya has hecho bastante por mí. Demasiado, en realidad, así que tengo un par de entrevistas de trabajo hoy y planeo mantenerme solo por completo, financieramente, quiero decir.
Sonreí. Blaine hacía comentarios como esos todo el tiempo.
Hacía las tareas de la casa que le tocaban a Finn y sé que si Kurt le hubiese pedido hacer las suyas las habría realizado. Finn relegaba su trabajo a Blaine y Carole se ponía furiosa y nunca me sorprendió entrar y encontrar a Kurt pidiéndole a Blaine que dejase la esponja.
-Mira, nadie está esperando que te mantengas solo económicamente Blaine.
-Lo sé, pero yo quiero.
Las cosas estaban apretadas con la afición de Finn por la comida chatarra y la adicción de Kurt por las compras en línea; que Blaine cubriese alguno de sus gastos quizás podría convencer a los otros de seguir su ejemplo, así que no iba a oponerme.
-Bien, sabes, no voy a decirte que no. Puedes pagar por tu combustible, todos esos cafés que ustedes dos adoran tomar todo el tiempo y lo que sea.
Él sonrió, sé que parte de él podría dormir mejor por las noches si no se sentía como un arrimado. Por supuesto que sólo era él quien pensaba eso y no importaba cuantas veces se lo dijésemos, nunca lo creía del todo. Así que lo deje ganar esa vez.
-Gracias Burt.
-¿A dónde estás postulando?
-Bueno, ya tengo los conciertos de Six Flags, pero eso es sólo para los fines de semana y estoy viendo en la tienda de música que está por el taller y el padre de Wes tiene un restaurante griego como a unos veinte minutos, así que voy a aprovecharme de eso.
-Espera ¿el padre de Wes?
-Eso fue lo que dije.
Nos reímos.
-Mira, suena genial. Suerte en todo.
-Voy a bañarme y a prepararme.
-¿Puedes asegurarte de que Kurt esté despierto a las nueve? Dijo algo acerca de desayunar con Carole y sabemos que sus rutinas faciales demoran toda la vida.
-Estoy en eso -dijo y desapareció escaleras arriba.
***
Blaine obtuvo el empleo en el restaurante y Kurt lo odiaba.
Blaine trabajaba por turnos increíblemente largos y siempre estaba exhausto cuando llegaba a casa. A mi tampoco me gustaba, pero él insistía en que era porque estaba en entrenamiento y sus horarios serían normales cuando fuera promovido.
Blaine hacía lo posible por mantener a Kurt contento pero había cosas que no podía controlar.
-Oh por Dios, hueles a cordero, queso y sudor.
-Es un restaurante griego, Kurt. Es exactamente a lo que huele.
-Pues es muy desagradable.
Blaine lo besó ligeramente sabiendo que aunque estaba de espaldas yo seguía ahí.
-¿Aún te desagrada?
-Un poquito menos.
-¿Qué tal si me ducho y así no tengo nada desagradable?
-Te amo.
-Yo también te amo.
Pero luego Blaine se quedaba dormido en el sofá después de veinte minutos de haber comenzado a oler lo suficientemente bien como para que Kurt se siente a su lado.
Era mediados de Junio cuando su horario en el restaurante hizo un legítimo impacto en su relación. En realidad en su relación con todos en la casa Hudson-Hummel.
Además de las ocasionales ventas por departamento, había algo en lo que Kurt se esmeraba por hacer las cosas en grande. Daba en el clavo y yo siempre terminaba feliz de tenerlo como mi hijo, pero ese año era el primero con tres nuevas adiciones a la casa. Ese año era el primero con dos nuevos adolescentes que aún no terminaban de comprender qué era yo para ellos. Ese era el año con un chico que no tenía a ningún pariente sanguíneo en la casa y que había sido traicionado por la persona a la que él debería estar celebrando.
El día del padre fue casi un desastre ese año.
Kurt quería más que nadie que fuese perfecto, incluso más que los años anteriores. Él quería que Blaine se sintiese incluido y que Finn tuviese por fin un verdadero día del padre. Pero no fue tan fácil como él quería.
Kurt había hecho planes por días y en algunos momentos escuché a los tres chicos discutiendo en la habitación de Kurt.
-No Finn, no podemos hacer una canción de Dashboard Confessional, papá ama a Mellencamp, así que haremos Mellencamp.
-Pero pensé que si…
-No, no, no hay nada que discutir ahí. Los planes están hechos y no los vamos a discutir. Te los estoy enseñando.
Escuché a Blaine reírse y me imaginé que Finn se rindió. Finn era un líder nato, pero cuando Kurt comenzaba con algo que era realmente importante para él no había quién lo detuviese.
Y en otro momento, mientras Blaine estaba en el trabajo escuché a los otros dos chicos discutir a los gritos en la cocina.
-Dios, deja de ser tan odioso conmigo. Nunca he hecho esto antes.
-Has celebrado el día de la madre antes, Finn. Esto no es tan difícil.
-El día de la madre es totalmente diferente.
Kurt respiró profundo, trataba de calmarse pero le estaba costando entender por qué otros chicos no eran tan buenos como él para algunas cosas, así como Finn y yo nos tardábamos en entender por qué él no era bueno en cosas que nosotros sí. Sólo ameritaba paciencia.
-Tienes dos opciones: ser parte de esto o no. Es tu decisión.
Hubo una larga pausa.
-Quiero ser parte.
-Bien. Ahora esta es la doceava y última vez que voy a enseñarte como romper un huevo ¿de acuerdo?
Debido a nuestra adicción a adoptar, Kurt terminó extendiendo el día del padre por toda una semana en vez de celebrarlo sólo en domingo. Quería que todos tuviesen oportunidad de disfrutarlo conmigo, supongo.
Blaine y yo pasamos la tarde del viernes en un show de autos y le enseñé todo lo que sé sobre la mecánica de los autos y él me habló de algunos modelos que aparecían en películas clásicas. Nos reímos mucho y él parecía realmente contento, de cierta forma estaba tan feliz como cuando estaba con Kurt. Se sentía a salvo y aceptado y si entrecerraba un poco los ojos podía sentirse como un hijo con su verdadero padre disfrutando de una exhibición de autos y eso se sentía completamente bien.
Esa noche, Finn y yo fuimos a un juego de básquet mientras Kurt y Blaine fueron al cine. Regresamos a casa bastante arde y me sorprendió escuchar voces viniendo del cuarto de Kurt cuando faltaban cinco minutos para la medianoche.
Caminé hacia la puerta y escuché un poco de su conversación.
-¿Estás molesto conmigo?
-No estoy molesto, Blaine. Estoy frustrado. ¿No hay nada que puedas hacer? No sé, hablar o algo…
-Intenté. Sabes que lo he intentado. Mi supervisor no me quiso escuchar y aparentemente el Día del Padre es uno de los más atareados del año. Si hubiese algo que pudiese hacer lo haría.
-Puedes renunciar.
-Kurt…
-Lo sé, lo siento. Voy a dejar de decirte eso uno de estos días.
Blaine suspiró
-Lo siento, trabajaste tanto en esto y ahora lo arruiné.
-Arreglé a Mellencamp en armonías de tres voces, Blaine. Tres voces.
-Seguirá sonando maravilloso con dos.
-Sólo si logro convencer a Finn de quedarse quieto.
Blaine se rió.
-Eso no será un problema. Mientras él no le rompa la nariz a tu papá mientras baila yo diría que será un éxito.
Hubo un largo silencio.
-¿Qué?
-Estoy recordando lo afortunado que soy -dijo Blaine.
-Yo siempre seré el afortunado.
Fue ahí cuando me di cuenta que los estaba espiando. Miré el reloj y gentilmente toqué la puerta.
-Hora de acostarse chicos.
Por sus posiciones supe que acababa de interrumpir lo que parecía ser un beso. Blaine se paró de inmediato de la cama y le dio las buenas noches a Kurt desde la puerta.
-Gran momento, papá.
-Es tal como lo he planeado.
Él suspiró.
-¿Te divertiste con Finn?
-Si, nos divertimos.
-¿Y tu equipo hizo un montón de touchdowns?
Me reí, sabía que las reglas del basketball eran de las cosas que a Kurt no le interesaban para nada.
-Sí amigo, anotamos muchos touchdowns.
-Fabuloso, buenas noches papá.
-Buenas noches Kurt. Nos vemos temprano.
-Temprano.
Kurt planeo pasar todo el sábado conmigo. Por alguna razón que jamás podré explicar Kurt realmente insistió en ir a pescar. Él bajó las escaleras a las siete de la mañana vestido en lo que él llamaba "moda de pescador". De ninguna manera le iba a pedir que se cambie, sobretodo porque él había elaborado su atuendo con las cosas más locas que había visto para que la palabra pescador quedase más que clara. Estaba realmente expresándose.
Pasamos todo el día en el agua, conversando, comiendo sándwiches que él preparó "Son saludables para el corazón, papá. Al menos tienes que probarlos" y relajándonos.
No es como si yo quisiese cambiar a Kurt. Quiero que Kurt sea Kurt todo el día y toda la noche, pero el hecho de que hubiese sacrificado su sábado haciendo algo que detestaba sólo para hacerme feliz era un testimonio de lo condescendiente que podía ser. Me dije que tenía que armar algo perfecto para su cumpleaños.
Esa noche estaba tan cansado que me dormí hasta el domingo por la tarde. Desperté cuando el ruido de planos en la cocina comenzó a ser fuerte y se escuchó un exasperado ¡Finn!. El hecho de que Kurt dejase a Finn poner más de tres pasos en la cocina ese día era un milagro.
Me levante, era un día perfecto con platos llenos de mis comidas preferidas, una combinación de desayuno y almuerzo y creo que lo hicieron así porque me levante tarde y me perdí el desayuno. Había una nota que decía: "Y hoy es un día para la buena comida y tu hermosa esposa. Feliz Día del Padre, Papá/Burt - Kurt, Finn y Blaine". Sonreí al ver la letra de Kurt y las nuevas que acompañaban el usual sólo "papá". Éramos una familia, extraña, pero una familia.
Pasé la tarde entera con Carole en la cama, comiendo los perfectos platillos que Kurt preparó. Era maravilloso, nosotros casi no habíamos tenido tiempo a solas desde que regresaron de New York y me hacía recordar una y otra vez cuando la amaba.
Eventualmente nos llamaron a cenar y fuimos recibidos por Kurt y Finn impecablemente vestidos en esmoquin. Kurt había transformado la cocina para que luciese como mi restaurante de carnes preferido, uno que no he visitado en siglos. Me sorprendió cómo es que él lo recordaba tan bien.
-Esta noche serviremos sus preferidos.
-Tenemos carne, papas, vegetales, tenemos un montón de cosas.
-Sí, como dijo Finn, tenemos un montón, así que siéntense y disfruten.
La comida fue increíble. Sabía que no había posibilidad de que Finn hubiese intervenido en eso, estaba totalmente a prueba de Finn.
A pesar de que todo estaba perfecto, noté que Kurt seguía molesto por la ausencia de Blaine. Yo también estaba molesto. Sabía cuánto significaba para Blaine ser parte de esto, pero pensé que tendíamos otras cenas y era difícil estar enojado cuando estaba rodeado de las mejores cosas del mundo.
Pero fue ahí cuando todo comenzó a derrumbarse.
Todos nos sobresaltamos al escuchar la puerta principal cerrándose de un portazo. Blaine entró a la cocina con las manos en los bolsillos y su uniforme blanco sucio con algún líquido verde.
Kurt se paró.
-¿Qué sucede? ¿Qué haces en casa tan temprano?
-Yo, uh… bueno.
-¿Tú?
-Me despidieron.
Kurt estaba extasiado. Era lo que él quería, pero Blaine no lo veía de la misma forma. Cuando Kurt le dio un fuerte abrazo a Blaine, este sólo lo rodeo con un brazo, fue ahí cuando noté un líquido mucho más oscuro manchando su bolsillo.
-Blaine -dije- ¿pasa algo malo con tu mano?
Él no quería que nadie lo notase, no quería que nadie hiciese nada por él, nunca; no quería arruinar el día del padre.
-No es nada.
Caminé hacía él y gentilmente empujé a Kurt a un lado.
-Déjame ver.
De mala gana sacó la mano de su bolsillo. Era más un desastre color rojo que una mano en ese momento. Un enorme corte en la palma estaba cubierto por varias hojas de papel toalla.
-Jesucristo -dijo Finn.
-Está bien, de verdad. Sólo necesito limpiarlo
-¿Qué sucedió? -pregunté mirándolo directo a los ojos. Quería creer que no me mentiría.
-Uno de los cocineros me empujó cuando yo estaba sosteniendo un frasco con aceitunas, se quebró contra la pared cuando aún estaba en mis manos, creo que uno de los vidrios me dio mal y antes de que preguntes, sí, por eso me despidieron.
Lavamos su mano en el lavadero y descubrimos que el corte era mucho más profundo de lo que él dijo.
-Vas a necesitar puntos, dalo por hecho.
-No, no, está bien, sólo quiero sentarme.
-Blaine…
-Burt, no voy a ir a emergencias por un pedazo de vidrio en el día del padre.
Pero eso fue exactamente lo que hicimos.
Kurt narró la vez en que se rompió la cabeza contra el columpio cuando tenía dos años, no era algo que realmente recordaba, pero había escuchado esa historia tantas veces que era para él como si hubiese sucedido ayer.
-No me quedaba quieto con el médico para que cosiesen y ellos pensaron que mi cabello cubriría la cicatriz de todas formas así que renunciaron a ponerme puntos. Pero ahora pienso en eso todo el tiempo, porque ¿y si algún día pierdo todo mi cabello? Además es una tragedia con la que tengo pesadillas todo el tiempo. No puedo dejar de pensar en esa cicatriz. Piensa en la cicatriz, Blaine. No te hagas esto a ti mismo.
Nos subimos todos a la camioneta y pasamos las siguientes cuatro horas en la sala de espera del hospital. Kurt y Finn estaban dormidos en las sillas de plástico aún vistiendo sus esmóquines cuando llamaron a Blaine, así que yo entré al consultorio con él.
-¿No es raro que esto pase dos veces en un mes? -me reí.
Él sonrió.
-Realmente lo siento, ¿sabes? Creo que soy más torpe de lo que pensé.
Y ahí me di cuenta de que quizás no me estaba diciendo toda la verdad. Blaine no era torpe, él no deja caer las cosas como Finn, él es muy prolijo, muy cuidadoso.
-¿Torpe? -hice una pausa- No tienes que decirme lo que de verdad pasó si no quieres.
Él suspiró.
-¿Cómo supiste?
-Lo sabrás cuando seas padre.
Sonrió ante la idea pero se puso serio de inmediato.
-Hubo un… altercado. -Él esperó por mi reacción, yo asentí para que continuase-. Uno de los chicos del trabajo, él me llamó… me llamó marica y me empujó contra la pared. No fue un accidente. -Respiró profundo y arqueó sus cejas-. Estaba tan molesto. Me volví loco y fui estúpido, muy estúpido, lo golpeé en el piso y mi supervisor vino y bueno, nos despidió a los dos. -Hizo una pausa-. No le digas nada a Kurt, por favor.
No sabía como lo hacían estos chicos. Siendo empujados, insultados con nombres terribles, haciéndoles pensar que no son lo suficientemente buenos para el resto del mundo. No lo culpo, yo le habría pegado al otro chico también.
-No lo haré.
Me miró sorprendido por mi respuesta. Claro que no iba a decirle a Kurt, nunca le diría a Kurt las cosas personales de Finn y nunca le diría las de Blaine. Estos chicos tenían que confiar en mí o esto no iba a funcionar.
-Gracias.
El doctor llegó, revisó su mano, la limpió y saturó. Dieciocho puntos y los enfrentó como un campeón. Sé que Kurt tendría la cabeza hundida en mi pecho ni bien el médico hubiese comenzado, pero Blaine sólo apretó sus dientes y lo enfrentó.
-¿Cómo se siente?
-Muy raro. Como si toda mi mano fuese a abrirse en dos si los sacasen en este momento.
-Eso es normal. Vuelve en dos semanas y los sacaremos.
Despertamos a Kurt y Blaine y volvimos a casa, sin darnos cuenta perdimos cinco horas en el hospital.
Sabía que Blaine se sentía terrible, se sentía como si hubiese arruinado todo de nuevo, como si no haber estado durante la cena no hubiese sido suficiente él hizo que toda la familia se sentase en la sala de emergencias con él toda la noche.
Kurt sostuvo su mano herida en el auto pero sabía que era mejor no decirle nada. Ellos se conocían tan bien.
Cuando llegamos a casa, Kurt quiso pretender que nada había pasado, como si Blaine hubiese llegado a casa justo para el postre.
-Cupcakes de crema roja a la Finn ¿Quién quiere?
-¿Dejaste a Finn hacer los cupcakes? -preguntó Blaine.
-Hey, soy muy bueno partiendo los huevos aunque no lo creas.
-Sí Finn, tú partiste los huevos como un profesional, diría yo. Estoy muy orgulloso de tu progreso.
Nos sentamos en la mesa de nuevo y Blaine lucía más que contento de seguirle el juego a Kurt. Lo menos que se hablase de lo sucedido, mejor para todos.
Kurt le dio una mordida al cupcake y lo escupió de inmediato.
-Oh por Dios.
-¿Qué? ¿Qué tienen de malo?
-Finn, les pusiste azúcar, ¿verdad?
-Sí, la cosa blanca en la bolsa.
Un momento de terror y casi podía sentir la rabia de mi hijo explotando en su pecho.
-¿Qué cosa blanca en cuál bolsa?
-Uh, la que tiene la etiqueta marrón.
Y los ojos de Kurt estaban en llamas.
-Sal. Acabo de comer un cupcake de sal. Finn Hudson voy a…
-Espera -interrumpió Blaine-. No le hagas nada, dame diez segundos.
Blaine subió las escaleras y esperamos a que regresase. Finn murmuraba disculpas que Kurt silenciaba de inmediato.
-Ni lo intentes.
Blaine bajó de las escaleras y apareció en la entrada con una caja roja en su mano herida.
-Sé que no son como los de tu receta pero los compré hace unos días en caso de que algo como esto sucediese.
Puso la caja frente a Kurt y yo estaba seguro de nunca haberlo visto tan feliz frente a una caja de Betty Crocker en toda su vida. Kurt inmediatamente saltó y envolvió a Blaine en sus brazos.
-Blaine Warbler, eres un…
-Sólo llámame "Quién Cindy Lou"
No me importaba si Finn había confundido sal con azúcar, ni pasar parte de la noche en emergencias, no me importaba que Blaine estuviese desempleado. Me preocupaba por estos tres chicos que habían armado una maravillosa semana que terminamos comiendo cupcakes de una caja y cantándome mis canciones preferidas en armonías de tres voces.
Porque cuando tienes algo tan bueno, no dejas que las cosas malas lo empañen. Tú comes y amas y llevas a un chico al hospital para que le quiten sus puntos en dos semanas. Y en el camino te olvidas de las cosas malas que pasaron.