#04. En la radio. (Chanyeol y Jongin)
(sin imagen porque LJ hoy no me deja)
Chanyeol tocaba las cuerdas de su guitarra como quien acaricia a un amante: con tacto, con suavidad, con sentimiento. Sus dedos estaban acostumbrados a provocar sonidos, unos en forma de gemidos y otros en forma de melodías. A Jongin le gustaba sus manos porque eran grandes, cálidas y, ante su contacto, parecía que nada en el mundo podía herirle. Tal vez si la guitarra no fuese un objeto inanimado, pensaría como él.
Ése no era el único instrumento que Chanyeol sabía tocar, también le apasionaba la batería. Llevaba tocando ambos desde casi antes de aprender a caminar; no había día que no practicase porque incluso si no los tenía a mano, simulaba tocarlos y repasaba las melodías en su mente. La música era algo que les apasionaba a los dos, sin hacerle ascos a ningún estilo. Podían pasarse la tarde entera en el dormitorio de Jongin explorando YouTube en busca de nuevas canciones y grupos que no conocían, emocionándose con cada nuevo descubrimiento. «¡Tengo que aprenderme los acordes de esta canción!» y «¡Se me está ocurriendo una coreografía para esta!»
Y a los dos les apasionaba el rap. Se aprendían las letras y se retaban mutuamente. Jongin consideraba que Chanyeol lo hacía mejor que él, pero éste decía todo lo contrario, no para quedar bien, sino porque verdaderamente lo pensaba. Chanyeol adoraba todo cuanto hacía Jongin, siempre le observaba con fascinación, pero quien se sentía de esa manera no era otro que el propio Jongin por él.
Ambos tenían amigos, en común y por separado, aunque debían admitir que últimamente los estaban descuidando porque sólo pasaban tiempo con el otro. Y es que no necesitaban a nadie más. La familia de Jongin se había acostumbrado a tener a Chanyeol en casa cada tarde hasta la hora de la cena, y a nadie parecía molestarle, así que aprovechaban.
Ese día, en lugar de su búsqueda habitual por Internet, Chanyeol había propuesto encender la vieja radio que acumulaba polvo en la estantería de su amigo, quien se sorprendió de que todavía funcionase. Pasaron su tarde como lo hacían habitualmente: Jongin sentado en la silla de su escritorio y Chanyeol a su lado en la que traían desde el comedor, con su guitarra en manos.
-¿Soy yo o las últimas diez canciones que hemos escuchado han sido todas de amor? -puso una mueca de disgusto Jongin, sin levantar la mirada del Wargreymon que dibujaba en su libreta.
-Estamos escuchando pop, ¿qué esperabas? -sonrió sin apartar la mirada de las cuerdas, tratando de recordar el orden de las notas de la canción que tenía en mente.
-Nada, supongo -suspiró.
-¿Qué tienen de malo las canciones de amor? A mí me gustan.
Jongin sintió su mirada posarse sobre él; desde hacía algún tiempo, notaba que Chanyeol le observaba más de la cuenta, aunque no le molestaba precisamente, sino todo lo contrario.
-No he dicho que tenga nada de malo, pero son repetitivas y al final parecen todas iguales -respondió mientras trataba de dibujar la musculatura del digimon.
Chanyeol se quedó pensativo unos segundos, luego recordó algo. Dejó su guitarra apoyada contra la pared y se acercó nuevamente a la mesa para mover el ratón y abrir la página de YouTube. Tecleó la canción que le había venido a la mente y en lugar de buscar el videoclip, le puso uno de los vídeos que proyecta la letra. Jongin miró con curiosidad y apagó la radio para escuchar la canción.
-El otro día estaba curioseando entre los discos de mi padre y encontré esto.
-There is a light that never goes out -leyó Jongin, con su pésima pronunciación en inglés-. ¿The Smiths? No los conozco.
-También es una canción de amor, aunque no es como las convencionales. Escucha.
Jongin prestó atención, pero no entendía nada incluso si leía la letra. Chanyeol se dio cuenta y no pudo evitar sonreír.
-El cantante le pide a la persona que le gusta que le saque esa noche y le lleve a cualquier parte, porque no se siente bien en su casa. Quiere huir con él, en su coche, a donde sea. E incluso si muriesen atropellados por un camión, sería un privilegio porque moriría a su lado.
Chanyeol tenía la voz grave y profunda; cuando leía o explicaba algo, parecía un locutor de radio profesional. En secreto, Jongin adoraba su voz entre otras muchas cosas.
-Espera, ¿con él? -Algo en su mente pareció activarse- ¿Se lo pide a un chico? ¿No has dicho que es una canción de amor? Me he perdido...
Ahí estaba de nuevo, esa mirada con los ojos entrecerrados y esa sonrisa ligera que no llegaba a serlo del todo. Jongin se ponía nervioso cada vez que veía esa expresión en su rostro.
-En ningún momento dice que sea un chico, pero si te paras a pensarlo -dirigió la mirada hacia la pantalla pese a que el vídeo había terminado y la canción dejado de sonar-, en aquella época las mujeres no solían conducir, o al menos no si iba un hombre con ellas. Encaja mejor que sean dos amigos que se sienten oprimidos en su casa y quieren ir a cualquier parte para estar juntos. I want to see people, and I want to see life -cantó la parte final.
-Es una canción que te pega mucho entonces -llegó a la conclusión con una pequeña sonrisa.
-Take me out, tonight... take me anywhere, I don't care, I don't care, I don't care...
Con cada I don't care, Chanyeol se había ido acercando cada vez más a su rostro, invadiendo su espacio personal. El corazón de Jongin latía a toda velocidad y, pese a saber que estaba mal, que no era lo que dos chicos debían hacer, cerró los ojos igualmente, entregándose a su deseo. Chanyeol sonrió al verle e, igual de nervioso, se atrevió a juntar sus labios para hacer presión. Era su primer beso, tanto para uno como para otro, con el miedo y la emoción que va implícito en los primeros besos.
-Me gustas, Jongin -le confesó, separándose un poco pero sin regresar por completo a su posición anterior-. Me da miedo que nuestra amistad se joda por esto, pero... -devolvió la mirada a la pantalla- cuando escuché la canción el otro día, yo... tenía que decírtelo.
Se separó por completo, pegando la espalda al respaldo de la silla y se mordió los labios a la espera de su respuesta. Los minutos pasaron y Jongin no sabía qué decir. Se sentía confundido y mareado de los nervios, pero Chanyeol estaba esperando, jugando con los cordones de la capucha de su sudadera.
-Algún día, Chanyeol... -se armó de valor para decir, con la voz más grave de lo normal- tendré un coche y te podré llevar a donde quieras...
Chanyeol sonrió con felicidad. Normalmente no hablaba su relación con su padre o de lo poco que le agradaba estar en su casa, pero Jongin tenía que haberse dado cuenta a esas alturas y, si no había preguntado, era porque le conocía lo suficiente como para saber que él era de los que prefería contar las cosas cuando lo necesitase, no bajo presión. Se tomó su respuesta como que le correspondía o, al menos, no le molestaba el hecho de que le gustase. A Jongin había que sacarle las palabras con sacacorcho, especialmente las que iban relacionadas con sus sentimientos, por eso apreció la promesa que acababa de hacerle.
-Lo más seguro es que yo tenga coche antes que tú -sonrió de oreja a oreja.
-Cállate, no lo estropees -sonrió también, dándole un manotazo en el brazo.
Chanyeol se moría de ganas por besarle otra vez, pero temía espantarle si lo hacía, así que se dijo de ir poco a poco. Retomó su guitarra y tocó el estribillo de la canción mientras la cantaba en voz baja. Jongin regresó a su dibujo, todavía sintiendo mariposas en el estómago.
- Fin -
¡Feliz San Valentín a todos! <3