Lovelosos promps randoms

Sep 09, 2010 22:09


 Me encanta el generador de promps randoms, es lo mejor para cuando quieres escribir y no sabes el qué.

Taemin | Minho → promises that you can't keep



-Me dueleeeee...

Hace unos años, al poco de mudarse los cinco al mismo apartamento, cuando apenas se conocían, ninguno de ellos podía aguantar a Taemin cuando actuaba como el niño pequeño que era. La diferencia entre ellos cuatro y Taemin era muy grande a esa edad, y la paciencia no es el punto fuerte de los adolescentes entre catorce y dieciséis años.

-Si sabes que esto pasaría, ¿por qué lo haces? -le preguntó exasperado Onew.

A pesar de ser el mayor, Onew no era lo suficiente maduro como para comprender que un niño como Taemin no puede evitar hacer ese tipo de cosas.

-Simplemente déjalo, ya se le pasará -le dice Jonghyun, que está de pie junto al resto pero más dormido que despierto, y sólo quiere que todos vuelvan a sus camas para poder seguir durmiendo.

-¿Quieres que llame a un médico? -le pregunta Kibum, que es el único que se muestra comprensivo con Taemin.

El maknae niega con la cabeza mientras se sigue sosteniendo su estómago.

Son las dos de la mañana y en el apartamento de los futuros SHINee nadie duerme porque el pequeño se ha atiborrado de helado antes de acostarse y ahora le duele el estómago. Su madre ya les advirtió de que no le dejasen hacerlo, pero ninguno de ellos le prestó mucha atención, porque ellos también son niños al fin y al cabo, niños que acaban de separarse de sus familias y que bastante tienen con cuidarse de sí mismos como para ocuparse también de los demás.

-Volved a la cama, nosotros nos ocupamos -les dice Minho y los dos más mayores no desaprovechan la oportunidad de quitarse de en medio y volver a sus cómodas y calentitas camas.

Esa noche son Kibum y Minho los que se quedan en vela cuidando al pequeño; no es que Minho sea del tipo maternalista como Kibum, pero sabe que con su “sacrificio”, Onew y Jonghyun no se podrán de malhumor.

La siguiente vez que ocurre lo mismo, Kibum llama al manager para que los acompañe a urgencias. En el hospital le hacen un examen médico que le diagnostican intolerancia a la lactosa.

Lo que Taemin lloró cuando se enteró de que no podría volver a comer helados no fue normal.

Un par de noches después, Minho se levanta para ir a por un vaso de agua y se encuentra con una imagen impactante, de esas que no se olvidan.

Taemin está en el suelo hecho un ovillo; la nevera abierta le ilumina. A su alrededor hay todo tipo de alimentos desparramados, alimentos que deberían estar a salvo en el refrigerador. El hielo del congelador abierto ha empezado a derretirse.

-¿Qué dem...?

Minho no termina de hacerse la pregunta y se apresura a agacharse a su lado.

-¿Taemin? -le llama preocupado, mientras le zarandea del brazo-. Taemin...

-No está... -murmura el niño y Minho le coge del brazo para apartarlo y poder ver su rostro-. ¡No está! -le grita, incorporándose de forma tan repentina que Minho se cae de culo-. ¡No está! ¿Dónde está? ¡¿Dónde lo habéis escondido?!

-¡Cálmate! ¿Qué te pasa?

Minho le sujeta de los brazos tratando de tranquilizarlo mientras el pequeño se retuerce y patalea.

-¡Shh!, baja la voz, ¿quieres? Vas a despertar a toda la casa -le regaña.

-¡Quiero mi helado! ¡Dame helado! ¡Dame helado, Minho! -le exige Taemin, fuera de sí.

-¿De qué hablas? No puedes comerlo -frunce el ceño el mayor, que gracias a que tiene más fuerza puede sostenerlo.

-¡Ya lo sé, pero quiero un poquito! -le dice, pasando de la exigencia a la súplica, al verse reducido por él-. Un poquito Minho, sólo un poquito por favor... -le pide, comenzando a llorar.

Minho desvía la mirada y se arma de paciencia. Está muy impactado porque nunca ha visto a Taemin de esa forma, pero sabe que el síndrome de abstinencia hace que las personas se comporten de ese modo y por eso se mantiene firme.

-No puedes -le dice-, y de todas formas ya no compramos. Así que deja de buscar porque no vas a encontrar.

-¡Pero quiero helado! ¡Quieroheladoquieroheladoquierohelado!

Temeroso de que alguno de sus hyungs se despierten por el escándalo, en especial los dos mayores, Minho le agarra más fuerte y le mira de una forma que da miedo.

-¡Basta! Taemin, basta. Te estás comportando de un modo muy infantil. No puedes poner tu salud en peligro por un capricho, ¿entiendes? ¿Quieres preocuparnos, ah? ¿Quieres hacer que tus hyungs no puedan dormir por la preocupación?

Taemin le mira con los ojos bañados en lágrimas mientras aprieta fuertemente los labios temblorosos y niega con la cabeza.

-No... pero quiero helado...

Minho suspira y le suelta. La imagen del maknae le inspira un gran sentimiento protector, así que tiene que aguantarse las ganas de abrazarle.

-Hagamos una promesa -le dice de pronto y Taemin le mira con ojos lleno de esperanza, lo cual hace que a Minho le de un vuelco el corazón-. Yo te prometo que de vez en cuando te dejaré comer helado, pero serán pocas cantidades y nunca de noche, si tú prometes dejar de venir a buscarlo a la nevera.

-¡Sí, sí, lo prometo! ¡Lo prometo! -exclama, con una alegría nacida de lo más profundo de su ser-. ¡Gracias, hyung! -le dice, y se le tira encima, abrazándole.

Minho se sorprende, primero porque nunca antes le había llamado hyung, y segundo porque nunca antes le había abrazado de esa manera, así que le estrecha entre sus brazos y le corresponde con una sonrisa cariñosa.

El verano siguiente, cuando se vuelve a repetir la escena por tercera vez, Kibum los regaña y les pregunta que a quien se le ha ocurrido la genial idea de comprar helado. Taemin se disculpa y les pide que no dejen de tomarlo por su culpa. Les promete además que no volverá a hacerlo, evitando en todo momento la mirada de Minho, quien está cruzado de brazos en el marco de la puerta y le mira con profunda decepción.

Pero la escena vuelve a repetirse, se repite por años, aunque el resto del grupo piensa que ya no ocurre. Taemin aprendió aquella noche que decepcionar a Minho dolía mucho más que dejar de comer helados, y como no quiere hacer ni una cosa ni la otra, desde entonces come helado en secreto y procura que nadie se entere de sus dolores de estómago; lo que no sabe es que a la mañana siguiente, cuando todavía sigue con el estómago revuelto, Minho sabe perfectamente que esa noche ha vuelto a incumplir su promesa.

Esa noche se parece mucho a aquella de hace unos años. Minho se levanta de la cama para ir a beber agua y le encuentra en la cocina, sentado en el suelo, iluminado por la puerta abierta de la nevera. La diferencia es que esta vez, el pequeño ha encontrado su preciado helado y lo disgusta felizmente... hasta que se percata de la presencia del mayor y trata de ocultar el helado inútilmente.

-Te he visto...

Lejos de enfadarse, Minho sonríe y eso confunde a Taemin, que le mira temeroso. El mayor no dice nada y se acerca a la nevera a por su agua.

-Hyung, lo siento... -comienza Taemin, con un hilito de voz.

-No, no lo sientes -le dice Minho sin mirarle y bebe de su agua. Taemin baja la mirada sintiéndose muy mal-. Pero da igual. Sé que hay promesas que no se pueden mantener.

Se sienta a su lado cuando deja la botella de agua en la nevera y cierra la puerta de esta. Taemin se siente incómodo y no es capaz de seguir comiendo su helado.

-¿Crees que no lo sabía? Todos lo sabemos -le sonríe Minho y Taemin le mira sorprendido-. El helado no desaparece mágicamente, alguien se lo come y ¿quién tiene siempre el estómago revuelto cada vez que desaparece el helado?

Taemin abre mucho los ojos, sintiéndose de pronto un completo idiota por pensar que lo había hecho bien todo ese tiempo.

-Entonces, ¿por qué nadie me ha dicho nada? -le pregunta con inocencia.

-¿De qué serviría? -se encoge de hombros Minho-. Ya lo hemos intentado todo para que no comas helados, pero tú te empeñas en seguir comiéndolos, así que nada podemos hacer. Ya eres mayorcito para tomar decisiones.

Taemin desvía la mirada al cuenco de helado y se da cuenta de que siempre anda preocupando a los demás, por una cosa o por otra, pero que ellos siempre están ahí para cuidarle, porque cada vez que comía helado, al día siguiente sus hyungs le cuidaban sin regaños ni malas caras como ocurría al principio. Se siente un poco culpable por haberles preocupado, pero se siente peor por no haber podido mantener la promesa que le hizo a Minho.

-Lo siento, es que... me gusta mucho, no puedo evitarlo.

Minho suspira y le revuelve los cabellos.

-No te preocupes, si alguien sabe qué es no poder evitar que algo te guste mucho, ese soy yo -dice misteriosamente, pero Taemin no pregunta a qué se refiere, ni siquiera es consciente del doble sentido que lleva esa frase.

Minho se queda con él hasta que termina de satisfacerse y luego vuelven a la cama. Al día siguiente tendrá el estómago revuelto y sus hyungs le cuidarán sin que ninguno le digan nada, como hacen siempre.

Nota: no es gran cosa y sigo sin poder escribir nada romántico entre ellos, es que veo a Taemin muy niño wah*, y eso que sólo es dos años más pequeño que yo xD. Lo de la intolerancia a la lactosa me lo he sacado de la manga, pero lo de que adora los helados sí es verdad, aunque espero que no hasta este punto.

Key | Onew → it's raining, where the fuck's the umbrella?



Está lloviendo y hace frío, pero puede soportarlo porque lleva una sudadera gruesa. Está lloviendo y tienen que ir andando al supermercado que está a tomar por culo de casa, pero puede soportarlo porque comprarán la cena. Está lloviendo y se está perdiendo el dorama al que está enganchado, pero puede soportarlo porque se puede descargar el capítulo de Internet luego. Está lloviendo y no llevan paraguas, y eso es algo que NO puede soportar porque detesta mojarse.

-¡Argh! ¡¿Por qué mierda no has traído el puto paraguas?! -vuelve a rugir Key, que odia sentir cómo el agua le cae encima, cómo la ropa se le va pegando y sobretodo, cómo su pelo se va volviendo cada vez más horrible.

Onew, que camina delante de él cargando las bolsas del supermercado, ni siquiera se gira a mirarle.

-Pensé que lo cogerías tú -responde simplemente, en un tono de voz mucho más calmado e indiferente que el suyo.

Key clava su mirada fulminante en su nuca, esperando que de un momento a otro le salgan rayos láser de los ojos y le decapite.

-¡¿Cómo voy a cogerlo yo si estaba viendo el dorama?!

-Yo qué sé.

Su respuesta no hace más que enfurecerle. Su ropa se le ha pegado al cuerpo y su pelo se ha convertido en un verdadero desastre, lo peor es que hay gente en la calle que puede reconocerle en cualquier momento. Key odia la sensación que le produce estar empapado y le enfurece todavía más que a Onew le importe tan poco; claro, como él llevaba capucha no puede entenderle.

-¡Quiero que te hagas responsable de este estropicio, Lee Jinki! -exclama, apuntándole con el dedo.

Onew rueda los ojos; el que se ha negado en volver a casa corriendo ha sido él, así que ahora no tiene sentido que se queje. Se gira para encararle a sabiendas que si no lo hace pronto, su rabieta irá a peor.

Cuando le ve tiene que hacer un gran esfuerzo por no sonreír. La sudadera que lleva es de Minho y a él ya le queda grande, así que a Key le queda ridículamente enorme, tanto que le cubre parte de las piernas. La expresión en su cara intenta ser de enfado, pero se parece más al reproche de un niño pequeño, por eso Onew no puede tomarle en serio. Pero aún así, no le va a permitir que le llame por su nombre tabú.

-¡Yah! ¿Cómo me has llamado?

-Onew, Onew hyung -se corrige de mala gana Key.

-Bien -se acerca a él y Key se cruza de brazos, manteniendo la mueca infantil de enfado-. ¿Qué te pasa con el agua? ¿Eres un gato acaso? No te va a pasar nada por mojarte un poco. Además, estás muy sexy así... -eso último lo dice acompañado de una mirada que para nada es de un hyung, que para nada debería aparecer cuando mira a otro chico.

Y es esa mirada la que hace que a Key se le pase el enfado y la molestia de golpe.

-¿Cómo de sexy? -no puede evitar preguntar y Onew sonríe, acercándose un poco más hasta que sus rostros quedan muy cerca.

-Muy, muy sexy -le dice despacio, antes de atrapar y robarle un beso.

Key cierra los ojos y corresponde, porque ese tipo de actos no ocurren muy frecuentemente debido a que casi nunca están a solas y lo cierto es que ha salido a comprar la cena junto a él con la esperanza de que esa escena se produjese.

El beso no dura mucho porque nunca saben qué cámara puede estar apuntándoles sin que ellos siquiera lo sepan, así que Onew le coge de la mano y tira de él para que se den prisa en volver al piso.

-Tienes los labios congelados, será mejor que volvamos cuanto antes.

-Si hubieras cogido el paraguas no los tendría congelados.

Onew sonríe ante su ocurrencia preguntándose qué tiene que ver una cosa con otra, pero mejor no preguntar. Cuando llegan a casa, los demás, que están hambrientos, les arrebatan la bolsa y se ponen a cocinar como hienas (todos menos Taemin, que está viendo el dorama y le cuenta a Key por encima lo que se ha perdido).

Key se apresura en ir a cambiarse para poder ver el final al menos, pero cuando entra al baño se encuentra a Onew sin camiseta, secándose con una toalla y se le queda mirando sin poder evitarlo, olvidándose por completo del dorama. Onew nota su mirada pero se hace el tonto y sigue secándose el pelo.

Key cierra la puerta y se cruza de brazos, mirándole impaciente. Onew sigue a lo suyo un poco más hasta que le mira haciendo como si acabase de darse cuenta de su presencia.

-Oh... ten -le dice, extendiéndole una toalla seca, mientras la suya descansa sobre sus hombros.

-¿Como qué oh, ten? -le pregunta molesto, imitando de mala forma su tono de voz.

Onew sonríe y se acerca a él de la misma forma que lo hizo antes en la calle. Key se descruza de brazos y le espera impaciente, comenzando a cerrar los ojos y entreabrir la boca, pero todo lo que encuentra es la toalla siendo echada sobre su cabeza y unas manos que le secan sin ningún tipo de cuidado.

-¡Ah! ¡¿Qué haces?! ¡¿Estás loco?! -chilla, intentando zafarse de la forma de secarle de Onew, que no para de reír.

Le consigue apartar de un manotazo y se mira con horror en el espejo. Eso que ve frente a él no pueden ser sus pelos de ningún modo.

-¡Mira lo que has hecho! -exclama indignado-. ¿Cómo se supone que voy a arreglar esto?

Onew, que ha acabado sentado en el retrete debido al empujón, vuelve a reírse y se levanta. Se coloca detrás de él y rodea su cintura con sus brazos, apoyando su barbilla en su hombro derecho. Mira al espejo para verle a él, mientras le ignora y sigue tratando de encontrar la forma de arreglar su cabello con sus manos.

-¿Por qué no te secas primero? Te vas a resfriar -le aconseja y mete sus manos bajo la sudadera.

Key suspira pero se deja quitar la prenda mojada, que cae al suelo sin ningún tipo de miramientos. Ahora los dos están desnudos de cintura para arriba y es un poco vergonzoso, pero ambos encuentran muy placentero el roce de la espalda de Key con el pecho de Onew.

El mayor coge de nuevo la toalla y se la pasa por los hombros y la espalda, frotando por los brazos para hacer entrar en calor ese cuerpo frío. Key lo ve todo desde el espejo y cierra los ojos cuando Onew le pasa la toalla por el pecho al tiempo que besa su cuello, provocándole un escalofrío.

La toalla cae al suelo y en su lugar quedan las manos de Onew, que nunca antes le había tocado de esa manera, nunca antes habían estado en esa situación tampoco, pero para ambos es muy placentera. Onew le hace girar despacio sin dejar nunca su cuello y traza un camino de besos por su mandíbula hasta llegar a su boca, donde recibe una respuesta ansiosa y pasional. Se sostienen mutuamente como si se fuera a acabar el mundo, de una forma que nunca antes habían hecho pero que llevaban mucho tiempo queriendo hacer. Es un beso largo, húmedo, y por primera vez lleno de jadeos incontenibles. Sus cuerpos se restriegan mutuamente sin poder evitarlo y las ganas comienzan a causar estragos por ahí abajo.

-¡Hyungs, la cena está lista! -les grita Minho, y ambos le maldicen a la vez.

El beso queda a medias y Onew entierra un momento su cabeza en su hombro, intentando recobrar la respiración y la compostura. Key hace lo mismo elevando la cabeza y cogiendo una gran bocanada de aire.

Se miran y se sonríen, orgullosos de haber superado una barrera más en su extraña relación.

La próxima vez, se dicen en silencio. Onew se pone la camiseta seca que descansa sobre el retrete y sale primero. Key tarda un poco más en hacerlo porque tiene que esperar a que se le enfríe la única parte de su cuerpo que está caliente.

Nota: sé que a Onew no le gusta su nombre y que por eso se lo cambió, pero no sé si es un tabú para él xD. Que ganas tenía de escribir un OnKey poooor favor.

fanfic, shinee

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