[Sichul] Clandestinos

Aug 01, 2010 20:57

Título: Clandestinos.
Fandom: Super Junior
Personajes: Siwon y Heechul [Sichul].
Resumen: dolor y dudas, eso es lo que lleva de la mano una relación clandestina.
Rating: +13.
Advertencias: slash, religión.
Canción: 
Versos: Cuando el amor esta prohibido | el dolor se siente, | el sufrimiento es añadido | porque no comprenden | que el amor no entiende, | de edades ni reglas, | de razas ni sexos, | los horizontes del amor | son tan inmensos. | Que a veces no hay más remedio que aprender a perder, | y aceptar sin más | lo que el corazón decida hacer, | y mañana será igual | que hoy y que ayer, | mañana ellos volverán | a acariciar su piel.

-Perdóneme padre, porque he pecado.

Ahí está, un domingo más en ese pequeño cuartillo, desnudando su alma a un completo desconocido, a un intermediario con Dios.

Hace ya un tiempo que tiene la misma rutina cada domingo: se levanta temprano, se ducha, se prepara un café mientras lee el periódico y luego conduce hasta la iglesia. Escucha la misa y después se confiesa. Se arrodilla frente a la ventanilla, cruza sus manos y comienza el discurso:

-Por mi profesión, tengo que tener contacto físico con otros hombres, pero no siento deseo alguno... excepto por él. Cuando no está cerca quiero que lo esté, cuando lo está quiero que me abrace, cuando lo hace quiero que me bese... es una tentación detrás de otra padre, no sé cómo pararlo.

El cura le aconseja, ¿pero qué sabe él? No tiene que verle cada día, no tiene que compartir horas con él, techo con él.

-Eso no es todo. Cuando le veo con otra gente me siento muy mal, padre. Siento celos de todo el mundo y temo que un día se me note.

De nuevo consejos que él no escucha, simplemente está ahí porque no puede contarle esto a nadie más, porque disculparse ante Dios es algo que necesita para aliviar su culpa, pero ya no es suficiente hablar sin que nadie le escuche.

-Ayer actuamos en un programa, como siempre, coqueteó conmigo y con el resto. Después, se marchó con una chica con la que seguro ha pasado la noche... -tiene los puños cerrados con tanta fuerza que se está clavando las uñas-. No puedo seguir así padre, siento que voy a enloquecer.

De vuelta a casa, la confesión no le ha servido de mucho, pero al menos se siente más tranquilo ahora que lo ha dicho. Se topa con él en el portal, acaba de volver de pasar la noche con esa mujer y por su aspecto no parece haber dormido nada.

-¿Por qué madrugas un domingo? -le pregunta, sin embargo, no le deja tiempo para responder-. Iglesia, cierto.

Se suben al ascensor y se apoyan cada uno en una pared.

-No has dormido nada, ¿verdad?

-Lo haré ahora. No sabes lo insaciable que era -sonríe, con esa sonrisa pecadora que le vuelve loco.

-No quiero saberlo tampoco -le contesta, y desvía la mirada a los números del ascensor, que por algún motivo, pasan hoy terriblemente lentos.

Heechul frunce el ceño, le conoce demasiado bien como para no darse cuenta.

-¿Qué te pasa? -le pregunta, mientras le da con el pie en la pierna.

Siwon no contesta, se limita a volver a mirarle y dejar la vista así. A Heechul le pone nervioso que haga eso, pero Siwon está cansado de mentir, de mentir a todo el mundo, a sí mismo, y a él. Así que guarda silencio, es la única opción que le queda.

El ascensor llega por fin y Siwon sale primero. Heechul le sigue con la vista clavada en su nuca, con el ceño fruncido y la mirada de sospecha. Entran en silencio en el apartamento, no hay nadie despierto todavía; es el primer domingo en mucho tiempo que ninguno tiene que hacer nada por la mañana y los miembros aprovechan para dormir.

Va a su dormitorio en busca de soledad y refugio, y no es sino hasta que se da cuenta de que la puerta no se ha cerrado que ve que le ha seguido. Heechul se quita la chaqueta y los pantalones con velocidad, bajo la atenta mirada de Siwon. Le dirige una sonrisa y se deja caer en su cama. Siwon continúa mirándole, de pie.

-¿Vas a dormir aquí? -pregunta, aunque es obvio que esas son sus intenciones.

-Tu cama es más cómoda que la mía -responde, mientras se cubre con su manta-. Y me gusta que huela a ti -añade.

Siwon se pasa una mano por la cara y suspira de forma imperceptible. Se acerca a la mesita de noche para tomar el libro que descansa sobre ella y marcharse al salón para continuar la lectura, pero Heechul saca un brazo de debajo de las mantas y le agarra, impidiéndole la partida.

-Aquí también puedes leer.

Tiene esa mirada que pretende ser inocente pero que no lo es, esa que tanto le gusta, como todo él.

-No te quedará mucho espacio si me tumbo -trata de persuadirle Siwon, con una sonrisa amable que esconde todos sus sentimientos.

-¡Túmbate ya! -se impacienta Heechul, que tira de él. Está cansado y sólo quiere dormir, no está para convencer de nada.

Siwon acaba obedeciendo y se acomoda en el filo. En seguida, Heechul se acomoda en su pecho y le pasa un brazo por la cintura.

-Por fin -suspira, con los ojos ya cerrados.

Su perfume le llega entonces a Siwon. Es perfume de hombre y de mujer, una mezcla, producto de la noche anterior. A Siwon le desagrada pero no dice nada. Heechul coge su brazo y se lo pasa por sus hombros ya que Siwon no lo hace por sí mismo.

-¿Cómo se supone que voy a leer así? -le pregunta, con una pequeña sonrisa que cualquiera diría que es de todo menos alegre.

-Ya te las apañarás -contesta Heechul, con la cara pegada a su pecho y, por tanto, la voz apagada.

Siwon resopla y Heechul lo siente. Pasan unos cuantos segundos en silencio y Heechul abre los ojos, esperando esa mano en su cabello o pasando suavemente por su brazo que no llega. Siwon no es como él, no monta escándalos ni echa las cosas en cara cuando algo le molesta, es demasiado educado como para hacerlo; su disgusto se muestra en pequeños detalles, y esos son los que más duelen. A veces preferiría que Siwon le gritase en lugar de que guardase silencio de esa manera.

-¿Realmente tienes una paciencia infinita? -le pregunta, incorporándose para mirarle.

Quedan muy cerca, pero Siwon permanece tranquilo y le mira a los ojos.

-No, no la tengo.

Algo impulsa a Heechul a acortar distancias y besarle. Siwon se deja hacer y corresponde vagamente. Heechul se sienta sobre sus caderas para tener una postura más cómoda, sin separarse ni un momento de sus labios, en ese beso que ha intensificado porque quiere la misma correspondencia por su parte.

Abren sus bocas y sus lenguas se encuentran al fin, ansiosas. Siwon posa sus manos en sus caderas, sin poder soportar más el no tocarle. En un segundo, el ritmo cardíaco de ambos sube veinte pulsaciones y su respiración se torna dificultosa. De pronto, Siwon le aparta y se sienta en el borde de la cama. Heechul le mira incrédulo e impaciente.

-¡¿Qué?! ¡¿Qué cojones te pasa?! -medio grita, olvidándose por completo que el resto de los miembros duermen.

Siwon se pasa las manos por la cabeza, igual de alterado que él.

-No puedes pasar la noche con una... chica, y luego meterte en mi cama como si nada. No puedes.

Puede sentir su mirada clavada en su nuca mientras sus ojos se entornan, y es como si verdaderamente quemase.

-¿Es eso? -pregunta, con un poco de agresividad, pero se obliga a sí mismo a calmarse-. ¿De verdad es eso, Siwon?

Silencio. Siwon piensa en lo que le ha dicho, dudando de sus propios sentimientos porque si algo se le da bien a Heechul es hacerle dudar de lo que siente.

-Porque si es eso, es una completa gilipollez -ahí está, su sinceridad lanzada como piedras. Muchas veces duele, pero verdaderamente no sabe cómo decir las cosas que no sean tal y como las piensa. Aún así, le molesta y por eso se muerde el puño, para no girarse y ponerse a gritarle como nunca ha hecho pero algún día acabará haciendo.

-Sabes perfectamente que lo hago para disimular. Es muy raro que diga siempre que soy hetero y no salga nunca con ninguna chica, ¿no te parece? -Siwon no contesta-. ¡Oh vamos, es pura apariencia! -insiste, y al colocarle la mano en el hombro, Siwon hace un movimiento y se la quita de encima. El acto enfurece mucho a Heechul.

-Mírame -le ordena-. ¡Mírame, joder!

Heechul tira de él con demasiada fuerza, haciéndole caer de nuevo al colchón. Se vuelve a sentar sobre él y le sujeta las manos en torno a su cabeza, para inmovilizarle. Siwon no forcejea, pero ya no finge tampoco, tiene el ceño fruncido y mira hacia un lado.

-Ahora deja de pensar en gilipolleces y escúchame atentamente: somos ídolos, no podemos tener relaciones, menos entre nosotros. Si alguien se entera de lo que hay entre nosotros, se acabó. Tenemos que aparentar y si tú no quieres hacerlo, yo lo haré por los dos, no me importa. ¿O qué te crees, que no me molesta cuando te besuqueas con otros y cuando las chicas se te pegan? ¡Claro que sí, joder! ¡Los mataría a todos!

Hace una pequeña pausa; Siwon sigue sin mirarle pero Heechul no va a darse por vencido. Le aprieta con más fuerza las muñecas porque esto que va a decirle le duele de verdad.

-Puedo soportar todo eso, toda esa falsedad, que tengamos que actuar siempre clandestinamente... puedo soportarlo, pero... lo que de verdad me mata, lo que me causa verdadero pánico, Siwon -éste le mira, sorprendido porque nunca le ha escuchado hablar con esa voz tan afectada-, es esa religión de la que eres devoto, ese Dios tuyo que prohíbe que estemos juntos. Eso es lo que me da verdadero miedo, que un día te dé la paranoia y decidas que ya no quieres que te toque, que te bese o te mire... que decidas dejar de pecar en lugar de hacer caso a tus sentimientos... eso es lo que de verdad me preocupa, Siwon...

Los dos tienen los ojos acuosos por toda la carga emocional y las primeras lágrimas de Heechul caen sobre las mejillas de Siwon, que está demasiado impactado por tal revelación.

Heechul le suelta y se queda sentado en sus caderas, haciendo presión en sus ojos para contenerse. Siwon se incorpora lentamente, todavía en shock.

-Heechul...

-¡No quiero que me dejes! -explota, como sólo él sabe hacerlo.

Y eso es lo que le hace reaccionar al fin. Siwon le coge y le tumba debajo de sí mismo, rodeando su cabeza con sus brazos mientras Heechul se aferra a su espalda como quien se aferra a un salvavidas.

-¡No me dejes, no me dejes, no me dejes...!

-No lo haré -le susurra Siwon a su oído, depositando besos aquí y allá-, no lo haré, lo siento... lo siento, perdóname. Lo siento...

Heechul llora sus miedos y Siwon se arrepiente de sus dudas, de su desconfianza. El mundo no va a entenderlos nunca, el mundo no necesita saber nada de ellos, igual que ellos no necesitan al mundo mientras se tengan mutuamente.

Se besan, con desesperación, con dolor, con miedo, con amor.

El resto de la casa despierta poco a poco, mientras ellos comparten caricias hasta que les vence el sueño.

Cuando el amor existe
y está prohibido,
el amor es triste
porque es clandestino...
 

super junior, fanfic

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