Aug 28, 2007 12:29
Escribir
Tom observó desde la distancia como James escribía con rapidez en su diario. Conociéndolo, estaba seguro de que intentaba hacerse a la idea de que sus hijos pudieran ser slytherins. A decir verdad a Tom no le molestaba que sus hijos fueran leones; como bien lo demostraba su esposo, un gryffindor podía ser un slytherin lo suficientemente valiente para llevar sus más retorcidos planes a cabo. Estaba seguro que James era uno de esos.
Al contemplarlo escribir un recuerdo volvió a su mente, su viejo diario de la adolescencia, él también había descargado en un diario todos sus temores, planes y anhelos, aunque hubiera terminado con otro fin
La realidad lo golpeó con fuerza y se puso de pie en un salto, encaminándose a la chimenea. A menos que recordara mal se lo había encomendado a Lucius en lo que ahora llamaban la ‘Época Oscura’ y lo había olvidado completamente. Debía recobrarlo
Tras decidir dejar a Lord Voldemort atrás, y en los últimos dos meses de James en Hogwarts Tom se había encargado de reunir de regreso todos los fragmentos de su alma, dispuesto a redimirse. Pero al parecer había olvidado uno de ellos.
Con nerviosismo arrojó los polvos y asomó su cabeza por la chimenea, contemplando la casa de los Malfoy, donde Lily lo saludó con la usual sonrisa. Finalmente y tras varios minutos tuvo nuevamente el diario en sus manos, se encerró en su estudio para realizar el ritual que le devolvería el último trozo de su alma
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30 vicios