Título: Se llama esperanza
Fandom: Naruto
Personajes: Konohamaru, Naruto
Reto: Peligro
Género: General, Drama.
Palabras: 433
Notas: No lo he tomado como pairing, pero puede haber algo de eso.
Advertencias: Leve insinuación slash (con imaginación), desvarios de la escritora
No es mi misión, de hecho nadie sabe que estoy caminando en medio del bosque en plena noche cuando la orden fue quedarse en el campamento, pero tengo que hacerlo. El cielo está por venirse abajo, ni una estrella alcanza a asomarse entre nube y nube, tengo que apurarme antes de que la lluvia lo vuelva todo confuso.
Miro atrás ignorando si lo que he escuchado a sido un animal o si se trata de él.
- ¿Naruto? - he pronunciado su nombre toda la noche, esperanzado en que en algún momento me responda. Eso sí es posible.
Y parece que por fin lo he conseguido. Cuando me doy la vuelta logro verlo, después de tantos meses.
Con el tiempo, el sello que contenía al nueve colas se había debilitado y con ello se fue perdiendo poco a poco a Naruto.
Lo que tengo enfrente es más Kyubi que al joven que conocíamos.
- Naruto - intento, por que estoy seguro de que nii-chan me escucha, por que deseo que ese lazo que teníamos, tenemos, sea suficiente para traerlo de vuelta.
Él se queda quieto a unos metros de mí, con la ropa gastada y una sonrisa maliciosa adornándole la expresión fiera de esos ojos rojos.
Repentinamente tengo ganas de correr, lo cual se vuelve una realidad cuando recibo su primer golpe, comenzando así la persecución.
- ¡Soy yo, Naruto! - le grito esquivando esas garras que ahora son su manos. Desaparece cuando le lanzó un par de shuriken. Cuando vuelve a aparecer mi espalda sufro las consecuencias de mi descuido.
Sigo nombrándolo, conteniendo sus golpes mientras apenas puedo moverme. Tarde o temprano tiene que volver a ser él. Otro ataque más y término acorralado en un árbol, el único sostén que me mantiene en pie. Su próximo golpe será el último.
- ¡Tienes que volver! - y en mi mochila busco el sello que tengo guardado desde que planee buscarlo.
Naruto se acerca, si no atino a coger el papel correcto, moriré por sus manos.
- ¡Naruto! - cuando esta tan cerca coloco el sello en su abdomen, justo donde tiene el sello del nueve colas. Cierro los ojos, esperando el golpe.
La lluvia comienza y la primera gota que cae, está teñida rojo.
- ¿Konohamaru? - y ese es Naruto, con esos mismos ojos azules que le recuerdo, con esa expresión asustada repentina, sosteniendo mi cuerpo, agradecido por que despertara. Ambos estamos empapados y el sello que he puesto se mantiene en su lugar, intacto.
- Bienvenido, Naruto - la sonrisa que me regresa es suficiente para saber que estaremos bien. Me pierdo de nueva cuenta en la inconsciencia, convencido de que al despertar lo veré de vuelta.
Fin.