La probabilidad de la entroía
Fandom: Vampire Knight.
Título: La probabilidad de la entropía
Reto: Sutileza
Claim: Aidou/Yuuki
Número de Palabras: 1308.
Rating: K+
Advertencias: Spoilers del capítulo 60 en adelante.
Resumen: Su lenguaje era tan claro y sencillo como el los números, sus axiomas eran claros y precisos, solo que por alguna extraña razón, ella no le etendía.
Al mirarla de frente sintió temor, no porque ella era una sangre pura y él un simple noble, no por el hecho de que Kuran Kaname era su hermano y podría aplastarlo como el insecto que uno se encuentra al caminar. No, ni siquiera tenía miedo de que el cazador que la protegía le apuntara con su temible pistola. Oh no, sentía miedo de que la respuesta fuera tan tajante que lo alejara por siempre de su vida. Pensar en la distancia lo invadía de terror y desesperación, quiso abrir la boca para suplicarle pase lo que pase, déjame seguir a tu lado, pero ella puso sus delgados dedos sobre los suyos, cualquier palabra coherente se desmembró en el aire.
•••
Ella alzó sus pestañas con ese gesto tan suyo que anunciaba su incomprensión así como su culpabilidad, una vez más, no había estudiado nada, probablemente ni siquiera había abierto el cuaderno en toda la semana.
Él suspiró sentándose pesadamente en la silla al tiempo que se cruzaba de brazos.
-Empecemos de nuevo- pronunció finalmente rompiendo con el silencio.
Ella intentó disculparse con la mirada, pero él la descartó con un movimiento de su rostro, mostrando desinterés por las excusas. Ya estaba acostumbrado a la poca atención que ella prestaba a las clases y sinceramente a él tampoco le importaba. Así había empezado todo, horas sentados los dos juntos platicando sobre lo que no les interesaba mientras tejían con cuidado un vínculo con sus temores. El valor numérico nunca había tenido más isomorfismo que en esos momento y la manera que ella tenía de cuestionar el paradigma empírico nunca había sonado tan convincente para él que cuando ella sonreía y le decía ¡Oh! Pero solo porque no exista ahora, quiere decir que jamás se podrá construir.
-Regresemos a donde ya habías entendido -le pidió.
La sangrepura asintió con pesadumbre, abrió su cuaderno en casi por la mitad.
-Aidou, crees que… -se detuvo- sé que deberíamos estudiar, pero…
Ella estaba en otro lado, ese era su problema. Al inicio le había parecido irritante ¿cómo no podía prestarle atención a él? ¿cómo no podía apreciar la belleza de las matemáticas?
-¿Está bien para ti esto? -terminó su pregunta.
Él sonrió de lado, siempre le había incordiado su presencia, brillaba demasiado para sus ojos acostumbrados a la oscuridad, amaba demasiada para la parquedad de los vampiros de alta sociedad.
-Lo que ha pasado recientemente… tiene una explicación.
Todo siempre tiene una explicación, la ciencia por milenios había roto los estúpidos mitos de los religiosos. Los ojos de ella se fragmentaron y él se sintió romperse en su reflejo.
-No tienes que… -una vez más se detuvo-, si yo sonrió ¿tú sonreirás?
-Si tú me lo pides…
-¿Te gustaría hacerlo por voluntad propia? -le interrogó mirándolo con fuerza.
Cuidado, podrías resbalar.
-Ah… sí.
Resplandeció ante su mirada y sus músculos se congelaron, el mundo se detuvo por entero. Las manos de ella lo devolvieron a la realidad, abriendo un abismo bajo sus pies, su única reacción fue aferrarse a lo primero que tenía cerca. La muerte de su padre a manos de su líder amado había sido demasiado, tenía muchas dudas que lo carcomían por dentro y la única que había estado ahí era ella.
-Está bien si quieres… seguir otro camino.
¿A dónde iría? ¿Qué haría? Sin ella ¿cómo andaría?
-Me gustaría andar el mismo camino -exclamó casi de inmediato. Ella le acarició la cabeza, él se sintió culpable.
-Me gusta estar con Aidou-sempai -dijo la vampiresa sentándose a su lado.
Algo le atravesó el cuerpo, luego ascendió cálidamente por su espina dorsal.
-Hanabusa, llámame, Hanabusa y… yo también quiero quedarme contigo -confesó sintiendo que decía más de lo que debía. Ella se emocionó pero de una manera diferente a la de él, claramente no entendía nada de lo que decía, nunca lo hacía.
•••
-Hanabusa -le gritó desde los jardines del dormitorio de la luna, él avanzó hacia ella de manera pausada-. Mira las estrellas.
-Cuando hay demasiada luz eléctrica no se pueden apreciar con claridad -apuntó el noble con ese rintitín sabelotodo de él.
-Aún así son hermosas -insistió. Lo que ella consideraba bello, no tenía nada que ver con los estándares de los diestros en la materia, pero eso era algo que Yuuki nunca entendería-. Sabes, cuando las veo, pienso que a pesar de la distancia, estamos viendo el mismo cielo.
Solo si Kaname-sama estaba en casi en la misma latitud, pero ese era un concepto más allá de la comprensión de ella.
-Claro, pero también Sara-sama las está viendo. -La sangre pura hizo un mohín.
-¿Acaso no deberíamos pensar que independientemente de quienes seamos vivimos bajo el mismo techo?
-Las familias se matan entre ellas, justo hace unos días los periódicos de los humanos… -dijo sin pensar demasiado en lo que estaba diciendo con ello.
-¿Son hermosas no? -le interrumpió de mal humor.
-Prefiero que se vea la constelación de Virgo, no me atrae demasiado… pero sí claro, son lindas las estrellas. -Ella le sonrió triunfante antes de sentarse en el pasto.
Hanabusa no entendía por qué le había llamado, no le incomodaba, incluso casi se sentía extraño cuando pasaban demasiado tiempo distanciados, inquieto tal vez sería la palabra adecuada. ¿Se olvidará de mí? ¿Pensará más en otras personas si me voy de su vista? De igual manera tomó asiento cerca de ella, aunque su uniforme blanco se ensuciara.
-Me gustaría tener una reunión, todos viendo las estrellas, sin luces eléctricas que las opaquen -las luces eléctricas no opacaban a las estrellas, quiso corregirle-, ¿te gustaría?
-Sí -contestó y leyó en su ojos castaños que quería una respuesta más larga-, me gustaría ver las estrellas con todos, me gustaría que viéramos más estrellas, no solo con todos… no solo una vez… me gustaría…
Yuuki rió.
-Kaname no es del tipo que aprecia estas cosas, prefiere estar encerrado leyendo un libro, Zero prefiere ver la televisión, pero a mí sí me gustaría verlas contigo y que me expliques, que me digas como distinguir una constelación de otra.
-Yuuki -dijo con cierto nerviosismo-, te gustaría… ¿te gustaría hacerlo mientras tenga tiempo? -las palabras había fluido por sí solas, nunca había estado demasiado preparado para esto, sencillamente lo decía, como afirmaba que la teoría de las cuerdas tenía menos lógica que la luna de queso.
La idea de la mortalidad en los nobles era escalofriante para los sangrepuras.
-Sí, me gustaría hacerlo, Hanabusa -respondió afablemente-, me tomará mucho tiempo aprender a distinguir las estrellas, pero nunca te desesperes, por favor.
-Si tú quieres, siempre permaneceré a tu lado -se animó a decir con gran intensidad.
Su sonrisa se desvaneció.
-El siempre no es posible -dijo con tristeza-, pero me agrada la idea, aunque no creo que a Kaname le guste mucho.
Esa, no era la intención de él tampoco.
•••
Esta vez lo había expresado de manera clara, lo más clara posible que podía hacerlo sin que explotara, le había dicho Yuuki, quiero que salgas conmigo esas simples palabras le habían costado más que su tesis para reformular la teoría de la entropía ante miles de físicos.
-¡Claro que saldré contigo, Hanabusa! -exclamó la chica- ¿Con quién más lo haría? -enfatizó con cierto sarcasmo-, me vería ridícula saliendo sola en ese baile social.
Aidou suspiró pesadamente, una vez más ella no había entendido el concepto ¿qué era lo que tenía que hacer para dárselo a entender?
-No pensabas ir con alguien más ¿verdad? Porque sí odiaría arruinarte… algo.
-No -respondió con acritud.
-Pero no me malcríes demasiado, podría comenzar a pedirte miles de caprichos -bromeó con alegría.
Ya lo traía de cabeza de cualquier modo.
-¡Anda, Hanabusa! Tenemos muchas cosas que planear para que esa reunión entre nosotros y los cazadores, vaya bien.
Al menos, tendría una oportunidad más.
Título: La probabilidad de la entropía
Reto: Sutileza
Claim: Aidou/Yuuki
Número de Palabras: 1308.
Rating: K+
Advertencias: Spoilers del capítulo 60 en adelante.
Resumen: Su lenguaje era tan claro y sencillo como el los números, sus axiomas eran claros y precisos, solo que por alguna extraña razón, ella no le etendía.
Al mirarla de frente sintió temor, no porque ella era una sangre pura y él un simple noble, no por el hecho de que Kuran Kaname era su hermano y podría aplastarlo como el insecto que uno se encuentra al caminar. No, ni siquiera tenía miedo de que el cazador que la protegía le apuntara con su temible pistola. Oh no, sentía miedo de que la respuesta fuera tan tajante que lo alejara por siempre de su vida. Pensar en la distancia lo invadía de terror y desesperación, quiso abrir la boca para suplicarle pase lo que pase, déjame seguir a tu lado, pero ella puso sus delgados dedos sobre los suyos, cualquier palabra coherente se desmembró en el aire.
•••
Ella alzó sus pestañas con ese gesto tan suyo que anunciaba su incomprensión así como su culpabilidad, una vez más, no había estudiado nada, probablemente ni siquiera había abierto el cuaderno en toda la semana.
Él suspiró sentándose pesadamente en la silla al tiempo que se cruzaba de brazos.
-Empecemos de nuevo- pronunció finalmente rompiendo con el silencio.
Ella intentó disculparse con la mirada, pero él la descartó con un movimiento de su rostro, mostrando desinterés por las excusas. Ya estaba acostumbrado a la poca atención que ella prestaba a las clases y sinceramente a él tampoco le importaba. Así había empezado todo, horas sentados los dos juntos platicando sobre lo que no les interesaba mientras tejían con cuidado un vínculo con sus temores. El valor numérico nunca había tenido más isomorfismo que en esos momento y la manera que ella tenía de cuestionar el paradigma empírico nunca había sonado tan convincente para él que cuando ella sonreía y le decía ¡Oh! Pero solo porque no exista ahora, quiere decir que jamás se podrá construir.
-Regresemos a donde ya habías entendido -le pidió.
La sangrepura asintió con pesadumbre, abrió su cuaderno en casi por la mitad.
-Aidou, crees que… -se detuvo- sé que deberíamos estudiar, pero…
Ella estaba en otro lado, ese era su problema. Al inicio le había parecido irritante ¿cómo no podía prestarle atención a él? ¿cómo no podía apreciar la belleza de las matemáticas?
-¿Está bien para ti esto? -terminó su pregunta.
Él sonrió de lado, siempre le había incordiado su presencia, brillaba demasiado para sus ojos acostumbrados a la oscuridad, amaba demasiada para la parquedad de los vampiros de alta sociedad.
-Lo que ha pasado recientemente… tiene una explicación.
Todo siempre tiene una explicación, la ciencia por milenios había roto los estúpidos mitos de los religiosos. Los ojos de ella se fragmentaron y él se sintió romperse en su reflejo.
-No tienes que… -una vez más se detuvo-, si yo sonrió ¿tú sonreirás?
-Si tú me lo pides…
-¿Te gustaría hacerlo por voluntad propia? -le interrogó mirándolo con fuerza.
Cuidado, podrías resbalar.
-Ah… sí.
Resplandeció ante su mirada y sus músculos se congelaron, el mundo se detuvo por entero. Las manos de ella lo devolvieron a la realidad, abriendo un abismo bajo sus pies, su única reacción fue aferrarse a lo primero que tenía cerca. La muerte de su padre a manos de su líder amado había sido demasiado, tenía muchas dudas que lo carcomían por dentro y la única que había estado ahí era ella.
-Está bien si quieres… seguir otro camino.
¿A dónde iría? ¿Qué haría? Sin ella ¿cómo andaría?
-Me gustaría andar el mismo camino -exclamó casi de inmediato. Ella le acarició la cabeza, él se sintió culpable.
-Me gusta estar con Aidou-sempai -dijo la vampiresa sentándose a su lado.
Algo le atravesó el cuerpo, luego ascendió cálidamente por su espina dorsal.
-Hanabusa, llámame, Hanabusa y… yo también quiero quedarme contigo -confesó sintiendo que decía más de lo que debía. Ella se emocionó pero de una manera diferente a la de él, claramente no entendía nada de lo que decía, nunca lo hacía.
•••
-Hanabusa -le gritó desde los jardines del dormitorio de la luna, él avanzó hacia ella de manera pausada-. Mira las estrellas.
-Cuando hay demasiada luz eléctrica no se pueden apreciar con claridad -apuntó el noble con ese rintitín sabelotodo de él.
-Aún así son hermosas -insistió. Lo que ella consideraba bello, no tenía nada que ver con los estándares de los diestros en la materia, pero eso era algo que Yuuki nunca entendería-. Sabes, cuando las veo, pienso que a pesar de la distancia, estamos viendo el mismo cielo.
Solo si Kaname-sama estaba en casi en la misma latitud, pero ese era un concepto más allá de la comprensión de ella.
-Claro, pero también Sara-sama las está viendo. -La sangre pura hizo un mohín.
-¿Acaso no deberíamos pensar que independientemente de quienes seamos vivimos bajo el mismo techo?
-Las familias se matan entre ellas, justo hace unos días los periódicos de los humanos… -dijo sin pensar demasiado en lo que estaba diciendo con ello.
-¿Son hermosas no? -le interrumpió de mal humor.
-Prefiero que se vea la constelación de Virgo, no me atrae demasiado… pero sí claro, son lindas las estrellas. -Ella le sonrió triunfante antes de sentarse en el pasto.
Hanabusa no entendía por qué le había llamado, no le incomodaba, incluso casi se sentía extraño cuando pasaban demasiado tiempo distanciados, inquieto tal vez sería la palabra adecuada. ¿Se olvidará de mí? ¿Pensará más en otras personas si me voy de su vista? De igual manera tomó asiento cerca de ella, aunque su uniforme blanco se ensuciara.
-Me gustaría tener una reunión, todos viendo las estrellas, sin luces eléctricas que las opaquen -las luces eléctricas no opacaban a las estrellas, quiso corregirle-, ¿te gustaría?
-Sí -contestó y leyó en su ojos castaños que quería una respuesta más larga-, me gustaría ver las estrellas con todos, me gustaría que viéramos más estrellas, no solo con todos… no solo una vez… me gustaría…
Yuuki rió.
-Kaname no es del tipo que aprecia estas cosas, prefiere estar encerrado leyendo un libro, Zero prefiere ver la televisión, pero a mí sí me gustaría verlas contigo y que me expliques, que me digas como distinguir una constelación de otra.
-Yuuki -dijo con cierto nerviosismo-, te gustaría… ¿te gustaría hacerlo mientras tenga tiempo? -las palabras había fluido por sí solas, nunca había estado demasiado preparado para esto, sencillamente lo decía, como afirmaba que la teoría de las cuerdas tenía menos lógica que la luna de queso.
La idea de la mortalidad en los nobles era escalofriante para los sangrepuras.
-Sí, me gustaría hacerlo, Hanabusa -respondió afablemente-, me tomará mucho tiempo aprender a distinguir las estrellas, pero nunca te desesperes, por favor.
-Si tú quieres, siempre permaneceré a tu lado -se animó a decir con gran intensidad.
Su sonrisa se desvaneció.
-El siempre no es posible -dijo con tristeza-, pero me agrada la idea, aunque no creo que a Kaname le guste mucho.
Esa, no era la intención de él tampoco.
•••
Esta vez lo había expresado de manera clara, lo más clara posible que podía hacerlo sin que explotara, le había dicho Yuuki, quiero que salgas conmigo esas simples palabras le habían costado más que su tesis para reformular la teoría de la entropía ante miles de físicos.
-¡Claro que saldré contigo, Hanabusa! -exclamó la chica- ¿Con quién más lo haría? -enfatizó con cierto sarcasmo-, me vería ridícula saliendo sola en ese baile social.
Aidou suspiró pesadamente, una vez más ella no había entendido el concepto ¿qué era lo que tenía que hacer para dárselo a entender?
-No pensabas ir con alguien más ¿verdad? Porque sí odiaría arruinarte… algo.
-No -respondió con acritud.
-Pero no me malcríes demasiado, podría comenzar a pedirte miles de caprichos -bromeó con alegría.
Ya lo traía de cabeza de cualquier modo.
-¡Anda, Hanabusa! Tenemos muchas cosas que planear para que esa reunión entre nosotros y los cazadores, vaya bien.
Al menos, tendría una oportunidad más.