¿Me gusta?
Título: ¿Me Gusta?
Fandom: Vampire Knight
Claim: Kaname/Shiki
Prompt: Taste in Men
Extensión: 657
Advertencia: Yaoi.
Nota: Cap 1: ¿Me gusta?, Cap 2: Closer., Cap 3: 'Sme.
El día de San Xocolat era el día más fastidioso del año, las chicas chillaban con más fuerza, se movían más rápido, lo sofocaban con mayor facilidad. Aún después de ya haber pasado por el espectáculo de recoger los chocolates que nunca probaría, el ajetreo se sentía en el ambiente, eso le agotaba.
-¡¡Voy a romper la marca del año pasado!! -Casi le gritó Aido al oído.
Él no entendía cual era la emoción de recibir tantos chocolates, ni siquiera sabía que era lo divertido de que las chicas te miraran como mono de pasarela ¿qué había de excitante en su belleza? Cerró los ojos esperando engañar a los chicos para que no lo incluyeran en sus tonterías sobre quien tenía más chocolates -siempre gana Aido de cualquier forma-, Rima lo acosara por haber recibido tantos chocolates o cualquier otra cosa, quería sólo un poco de paz.
Lo sintió invadiendo sus sentidos abruptamente, imponiéndose sobre de él tan feroz como brutal, se incorporó del sillón, atreviéndose a mirarle de frente.
Incomodidad. Desde la navidad pasada los momentos a solas entre ellos se habían vuelto bastante insoportables. Desvió la mirada al suelo, rogando porque alguien se colara en la habitación de improviso, el cielo se cayera o la escuela se incendiara; entraba en pánico cuando la pasividad habitual en ambos se rompía. No querían enfrentar la verdad de ese día. Kuran lo sabía, Shiki lo sabía, pero ninguno estaba dispuesto a hablarlo, era… era… era… ¡oprobio!
En cuanto sintió sus mejillas arder, bajó la cabeza para ocultar sus pensamientos tras su cabello, jugueteó con sus manos, sobándoselas una y otra vez, ¿por qué le sudaban demasiado? Todo él se sentía fuera de sí. Apretó los párpados intentando olvidar los recuerdos de su ofuscada mente.
Velas, música de cámara, fiesta, soledad, ideas descabelladas, alcohol. Aido les había proporcionado el lugar para poder descansar de los adultos, Takuma había salido con sus necedades sobre los humanos y habían terminado haciendo tonterías; que incluían a Shiki navegando en un ambiente ligero, flotando en un cielo inexistente, donde los límites se desvanecían, todo parecía más divertido, hablar era más fácil, la liberad parecía estar a su alcance.
Sacudió la cabeza con violencia, si no se detenía, si no se detenía… ese cosquilleo recorriendo su espina dorsal, el corazón palpitando a gran velocidad. Los recuerdos, fragmentos insomnes de manos acariciando su pecho, unos labios alabando a los suyos, una lengua jugando con sus bajos instintos, el calor atiborrando sus sentidos, humedad escalofriante pidiendo ser poseída contra la pared.
Vergüenza, se llenaba de vergüenza y la entrepierna le daba problemas. Ninguno de los dos era homosexual o al menos eso decían. Él… él gustaba de Rima ¿cierto? Suspiró con los labios temblorosos, ni siquiera sabía exactamente a que llamaba la gente “gustar” y sin embargo ya se había descubierto teniendo sueños placenteros por esas vagas evocaciones. Tampoco tenía el valor de hablarlo con alguno de sus compañeros, ya se imaginaba las burlas monumentales.
Además él no le era agradable a Kuran, al menos no hasta ese extremo. Si a él le fuera a gustar alguien ese debía ser Takuma, Shiki creía que de alguna manera ellos dos tenían algo “extraño” en su relación, o tal vez Aido, incluso Cain tenía más oportunidades pero él, Senri, solo había sido un tropiezo del alcohol y la navidad.
La cálida mano posándose sobre su rostro hizo su corazón palpitar a tope, contuvo la respiración así como abrió los ojos como platos. Estaban tan cerca, en una posición tan íntima, ¿franquearían la diminuta distancia para pecar a consciencia? Los labios del sangre pura se movieron…
-¡Kaname-sama! ¿Dónde estás?
Shiki se tiró sobre el sofá mientras Kaname salía de la habitación respondiéndole de mala gana al noble. ¡Aido era un idiota! Golpeó el mueble con fuerza, había perdido la oportunidad de deshacerse de sus dudas. La horrorosa verdad le golpeó en la cara ¿los dos habían cambiado de gustos?
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Fandom: Vampire Knight
Claim: Kaname/Shiki
Prompt: Taste in Men
Extensión: 657
Advertencia: Yaoi.
Nota: Cap 1: ¿Me gusta?, Cap 2: Closer., Cap 3: 'Sme.
El día de San Xocolat era el día más fastidioso del año, las chicas chillaban con más fuerza, se movían más rápido, lo sofocaban con mayor facilidad. Aún después de ya haber pasado por el espectáculo de recoger los chocolates que nunca probaría, el ajetreo se sentía en el ambiente, eso le agotaba.
-¡¡Voy a romper la marca del año pasado!! -Casi le gritó Aido al oído.
Él no entendía cual era la emoción de recibir tantos chocolates, ni siquiera sabía que era lo divertido de que las chicas te miraran como mono de pasarela ¿qué había de excitante en su belleza? Cerró los ojos esperando engañar a los chicos para que no lo incluyeran en sus tonterías sobre quien tenía más chocolates -siempre gana Aido de cualquier forma-, Rima lo acosara por haber recibido tantos chocolates o cualquier otra cosa, quería sólo un poco de paz.
Lo sintió invadiendo sus sentidos abruptamente, imponiéndose sobre de él tan feroz como brutal, se incorporó del sillón, atreviéndose a mirarle de frente.
Incomodidad. Desde la navidad pasada los momentos a solas entre ellos se habían vuelto bastante insoportables. Desvió la mirada al suelo, rogando porque alguien se colara en la habitación de improviso, el cielo se cayera o la escuela se incendiara; entraba en pánico cuando la pasividad habitual en ambos se rompía. No querían enfrentar la verdad de ese día. Kuran lo sabía, Shiki lo sabía, pero ninguno estaba dispuesto a hablarlo, era… era… era… ¡oprobio!
En cuanto sintió sus mejillas arder, bajó la cabeza para ocultar sus pensamientos tras su cabello, jugueteó con sus manos, sobándoselas una y otra vez, ¿por qué le sudaban demasiado? Todo él se sentía fuera de sí. Apretó los párpados intentando olvidar los recuerdos de su ofuscada mente.
Velas, música de cámara, fiesta, soledad, ideas descabelladas, alcohol. Aido les había proporcionado el lugar para poder descansar de los adultos, Takuma había salido con sus necedades sobre los humanos y habían terminado haciendo tonterías; que incluían a Shiki navegando en un ambiente ligero, flotando en un cielo inexistente, donde los límites se desvanecían, todo parecía más divertido, hablar era más fácil, la liberad parecía estar a su alcance.
Sacudió la cabeza con violencia, si no se detenía, si no se detenía… ese cosquilleo recorriendo su espina dorsal, el corazón palpitando a gran velocidad. Los recuerdos, fragmentos insomnes de manos acariciando su pecho, unos labios alabando a los suyos, una lengua jugando con sus bajos instintos, el calor atiborrando sus sentidos, humedad escalofriante pidiendo ser poseída contra la pared.
Vergüenza, se llenaba de vergüenza y la entrepierna le daba problemas. Ninguno de los dos era homosexual o al menos eso decían. Él… él gustaba de Rima ¿cierto? Suspiró con los labios temblorosos, ni siquiera sabía exactamente a que llamaba la gente “gustar” y sin embargo ya se había descubierto teniendo sueños placenteros por esas vagas evocaciones. Tampoco tenía el valor de hablarlo con alguno de sus compañeros, ya se imaginaba las burlas monumentales.
Además él no le era agradable a Kuran, al menos no hasta ese extremo. Si a él le fuera a gustar alguien ese debía ser Takuma, Shiki creía que de alguna manera ellos dos tenían algo “extraño” en su relación, o tal vez Aido, incluso Cain tenía más oportunidades pero él, Senri, solo había sido un tropiezo del alcohol y la navidad.
La cálida mano posándose sobre su rostro hizo su corazón palpitar a tope, contuvo la respiración así como abrió los ojos como platos. Estaban tan cerca, en una posición tan íntima, ¿franquearían la diminuta distancia para pecar a consciencia? Los labios del sangre pura se movieron…
-¡Kaname-sama! ¿Dónde estás?
Shiki se tiró sobre el sofá mientras Kaname salía de la habitación respondiéndole de mala gana al noble. ¡Aido era un idiota! Golpeó el mueble con fuerza, había perdido la oportunidad de deshacerse de sus dudas. La horrorosa verdad le golpeó en la cara ¿los dos habían cambiado de gustos?
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