(no subject)

May 26, 2012 23:11

• Fic basado en la frase:
_Señora Kinney, a Brian le encantaría, en serio.
_¿Y por qué no ha llamado él?
_Vale, igual no lo sabe, todavía.
_Vas a meternos en un lío, jovencito.
Que es de:
galehot
• Título: All we are.
• Autor: justrunfromthem
• Juego: Bolsa de Frases
• Nota: Es un AU, Brian tiene 9 y Justin 7.
• Disclaimer: Los personajes pertenecen a CowLip, yo solo los uso para echar a volar mi retorcida imaginación.





Capitulo II (Parte II)

Me aburría y mucho. Estábamos en clase de Historia y Geografía, con el profesor Tayler. El explicaba la materia mientras mis compañeros de clases dormían, conversaban, o simplemente encontraban más interesante observar a una mosca volar que la clase en sí. Daph y yo, sacábamos pedazos de las últimas hojas de nuestros cuadernos y hablábamos de cosas sin sentido.

- ¡Chanders, Taylor. Presten atención a la clase! - nos llamó la atención el profesor, repentinamente vi que todos estaban callados, y muy despiertos "mierda" pensé. Siempre que esto pasaba, porque eran muchas veces a la semana, todos nos miraban burlones y nosotros solo nos hacíamos los desentendidos. Cuando todo volvió a la normalidad, es decir a dormir, hablar o mirar moscas, nosotros también seguíamos nuestra conversación. Aunque, sinceramente, no me gustaba nada por donde iba, ya que estábamos hablando de él.

* ¿Ya has hablado con Brian?*
* Hace dos años que no hablo con él, ¿por qué crees que ahora lo haría?*
* Por que mañana irás a cenar a su casa* - Touché, me dije a mi mismo.
* No importa, no iré. Todavía estamos peleados por si no lo haz notado*
* Losé, pero tenía las razones para hacer lo que hizo, o decir lo que dijo*

Yo me quedé con el último mensaje. Daph tenía razón, lo admito, se que fue mi culpa, pero eso no hace que duela menos, después de todo, no todos los días están a punto de decirte que te odian. Y todos los días pensaba lo mismo, que pasaría si nunca hubiera sucedido eso, me torturaba pensando en los buenos días que pasábamos juntos, pero de eso hace mucho tiempo. Ahora solo quedaba el recuerdo. Mi mente rebobinó toda la cinta que ha sido mi vida para llegar exactamente al día en el cual nos dejamos de ver.

28 de Diciembre, 1986

Corría muy rápidamente, o lo máximo que le daban sus piernas para llegar a tiempo. El otro día se quedó organizando las cosas con Brian, como irían distribuidos los muebles de su habitación, pero hoy le daría una sorpresa, por suerte hoy había salido más temprano del colegio, y Brian no volvería hasta un rato más, ya que Ted y Emmett lo distraerían. Cuando esos tres se conocieron, se llevaron bien al instante, aunque con Ted fue un poco más complicado, ya que Brian le causaba algo de miedo. Emmett simplemente lo abrazó y le dijo con voz cantarina que era muy guapo, a lo que el aludido enrojeció.
Cuando ya había llegado a su casa, rápidamente tiró su mochila, se puso ropa vieja y cómoda y salió, avisándole a sus padres en el proceso, que estaría en la casa del lado.
Sus padres, se llevaban muy bien con los señores Kinney. A decir verdad demasiado. Cada domingo cenaban, o hacían barbacoa en cualquiera de las dos casas, era ya prácticamente como una rutina. Llamó al timbre y enseguida abrió la puerta Joan.

- Justin - dijo sorprendida - que gusto tenerte aquí, pero lamento decirte que Brian no está, salio un rato con los chicos. - le dijo amablemente.
- Losé, solo quiero uhm... hablar con usted, si puede claro - explicó el chico algo inseguro. Joan lo miró con comprensión, se notaba que estaba nervioso sobre lo que quería hablar, así que lo hizo pasar. Al entrar, pasaron directamente a la cocina, donde se sentaron en la mesa. La señora Kinney de la nada, sacó un vaso de leche, una taza con café y un plato de galletas de chocolate. Le ofreció el vaso a Justin quien lo acepto con una sonrisa. Después de un silencio algo incómodo para el pequeño, Joan habló.
- Entonces Jus, ¿sobre que me querías hablar? - preguntó, revolviendo el café. El rubio dudó un momento, pedirle esto sería algo complicado.
- Verá, recuerda que Brian y yo hemos estado organizando sus muebles en papel, y bueno yo quería...- Joan sabía a donde iba a parar esta conversación, era muy tierno y amable por parte del pequeño, pero aún así puso una cara de confusión, haciendo que el rubio se explicase mejor - Lo que intento decir es que ya tenemos los planos listos, y yo... quiero cambiarle personalmente su habitación... señora Kinney, a Brian le encantaría, en serio.
- ¿Y por qué no ha llamado él? .
- Vale, igual no lo sabe, todavía.
- Vas a meternos en un lío, jovencito. - rió la mujer - pero aceptaré, me parece muy lindo que quieras darle una sorpresa así a mi Bri, y yo te ayudaré, para que termines antes claro. - Justin le regaló una de sus ya tan famosas sonrisas, y comió otra galleta. Conversaron de trivialidades mientras terminaban de comer. Cuando acabaron, Justin ayudó a la señora Kinney a limpiar y guardar el vaso, la taza y el plato. Empezaron inmediatamente con la cómoda de Brian, sacaron cajón por cajón y luego arrastraron la base. Después sacaron el mueble, la televisión, el escritorio, el atril, la maleta con oleos, cajas que contenían juguetes como: soldaditos, autos, piezas de pistas de autos, entre otras cosas. La habitación de Brian era totalmente digna de un adolescente, ropa tirada en todas partes, la cama sin ordenar, solo los juguetes estaban a salvo en sus cajas. Cuando ya solo faltaba la cama, Joan le dijo al rubio que iría abajo a tomar un respiro. Justin respondió amablemente que el se quedaba a sacarle la ropa a la cama.
Cuando la castaña de pelo corto bajó, el niño empezó con su labor, no era una tarea que llevara mucho tiempo, por lo que lo hizo rápido. Pero cuando sacó la sabana que estaba en el colchón algo cayó. Era una revista, eso se notaba claramente. Justin dejó olvidada su tarea de doblado, para agacharse y recoger la revista, dándole la espalda a la puerta, en la que en la parte posterior se mostraban modelos de autos. Cuando la tubo en sus manos la abrió, hachándole un vistazo. Su cara se tornó más pálida de lo usual, pero sus mejillas enrojecieron, sus ojos se abrieron a más no poder y su respiración se hizo pesada. Era una revista porno. Sería normal, ya que están en la etapa de la adolescencia y esas cosas, pero esa revista no era de algo que los demás tildarían de normal. Era porno gay. Sí gay, con todas sus letras. En la primera página que tenía Justin se mostraba a un hombre musculoso, tirado en una cama, con esposas y mostrando una generosa erección. En la siguiente a esa, se veía claramente una penetración. Justin no podía quitar sus ojos de esas imágenes que se estaban empezando a grabar en su memoria. Pero pronto, apareció la pregunta del millón ¿Entonces, eso quería decir que Brian era homosexual?. Y sí lo era...

- ¿Porqué no me lo dijo? - susurró sin darse cuenta casi. Miles de dudas se acumularon en su rubia cabeza, y tan metido estaba por querer encontrar todas esas respuestas que ni siquiera oyó cuando la señora Kinney subía la escalera, o cuando la puerta de la entrada se abría, o que Joan ya estaba detrás de el viendo con curiosidad que tenía tan metido al pequeño, ni mucho menos que los pasos en las escaleras se iban intensificando a medida que iban subiendo.
- ¡Dios mío! - exclamó una horrorizada Joan, al mismo tiempo que Brian entraba a su vacía habitación. Eso sí que hizo que Justin saliera de su ensimismamiento y que lo único que atinara a hacer fuera darse la vuelta y esconder la revista tras su espalada, mirando asustado a los dos personajes presentes. Brian estaba pálido como una hoja de papel, pero pronto la rabia comenzó a invadir su mirada. Joan aún sorprendida, no se daba cuenta de que estaba llorando, hasta que sintió como pequeñas lágrimas se deslizaban desde sus ojos hasta su mentón, se giró a mirar a su hijo el cual estaba tan quieto como una estatua, pero con los ojos llenos de ira. Pero Joan pudo ver algo más que ira, sí, era su hijo y lo conocía, también veía miedo y pena. Entendía el miedo, era demasiado obvio hasta para alguien con dos dedos de frente. Tenía miedo al rechazo, al odio. Entonces la castaña lo miro con algo de comprensión, y se giro a mirar a Justin quien tenía la mirada clavada en Brian, como queriendo pedir disculpas. "Esos dos necesitan privacidad para hablar" pensó, cuando ya estaba en la puerta a la altura de su hijo menor, le revolvió el pelo y salió de ahí.
Cuando la señora Kinney se fue, el silencio seguía presente. El rubio no sabía que decir, suponía que una disculpa era apropiada, pero eso, descubrirlo ante su madre, no tenía perdón. Y conocía demasiado a Brian.
Por otra parte el mayor se preguntaba porque toda la mierda del mundo tenía que caer sobre el. Dos personas de las más importantes, se habían enterado de la manera que jamás pensó que podría ser.

- ¡Brian yo...! - se intentó disculpar el rubio.
- ¡Cállate! - bramó, avanzando dentro de su habitación - ¿¡Qué demonios pretendías, que por ser tú podías venir y meterte en mi habitación sin permiso!? - estaba realmente encolerizado, la rabia se lo estaba comiendo. Es que no entendía como Justin, quien decía ser su supuesto amigo, le podría haber hecho eso.
- Pero si siempre me dejas entrar - dijo con voz temblorosa. Nunca, jamás en su vida había visto a un Brian así.
- ¡Ya no más!, no me interesa que seas mi amigo ¡No quiero que lo seas!, vete maldito estúpido. ¡Por tu culpa ahora me odiarán! - le chillaba, y se paseaba como un león enjaulado, agarrándose a momentos la cabeza como si esta le doliera. Estaba realmente fuera de control - ¿¡Qué creías que haría por cambiar mis putos muebles!?, ¿pensaste que te agradecería? - usaba un tono entre enojado e irónico, algo hiriente. En realidad no quería herirlo, no podía ni quería dañar a su Sunshine, pero la rabia que sentía, complementada por la frustración de hace algunas semanas de no poder decir la verdad, aunque fuera al niño que tenía en frente. - Pues te agradeceré si te largas de una vez de mi vida, sólo eres un puto crio, ¡yo ya estoy mayor para estar con renacuajos como tú, maldita sea!, te... - no pudo acabar la frase, la imagen que vio lo dejó desconcertado.
Justin estaba llorando, su nariz estaba colorada, sus ojos rojo, su pecho agitado trataba de agarrar aire mientras subía y bajaba rápidamente. Brian quiso golpearse, abrazarlo, decirle que no era verdad, que el no lo odiaba, pero no pudo, ya que el rubio salió corriendo escaleras abajo. Las piernas del más alto se quedaron pegadas al piso y en su garganta se hizo un nudo, sus ojos se llenaron de lágrimas y lo único que pudo hacer fue tirarse a la cama, maldiciendo a todo lo que lo rodeaba. Su madre entró a su habitación vacía, se sentó en la cama y apoyó la cabeza de su hijo entre sus piernas acariciándolo, mientras este soltaba un llanto desgarrador.
Justin por su parte, solo corrió un poco ya que su casa estaba al lado. Cuando entró, su madre que estaba en la cocina, vio que entró muy callado y rápido. Cuando llegó a su cuarto lo primero que hizo fue cerrar la puerta y sentarse en el suelo a llorar, repitiéndose a cada momento un "Me odia, el me odia... Dios me odia".

La campana para salir al recreo, lo despertó de su trance. ¿Ya era el recreo?, ¿tanto había recordado?, " vaya como se pasa el tiempo", se dijo, aunque sabía que no era solo por el horario de clases. Sonrió triste, "ahora estaría corriendo hacia el patio, en busca de Brian para estar juntos y conversar de cosas sin sentido, o quizás jugando con los otros chicos al fútbol" pensó, pero también recordó que ahora a Brian lo perseguía un niño de su clase. Bajo, cabello negro y corto, blanco, con expresión aburrida.

- Y entonces, ¿Que harás? - preguntó Daphne, sentándose en la silla de alado.
- Supongo que no lo podré evitar, aunque quiera. Mamá es muy terca cuando se lo propone - decía con la mirada algo perdida.
- Eso ya lo sé, te preguntaba sobre que harás cuando veas a Quien-tu-sabes. - le dijo con mirada algo cómplice.
- De quien mierda hablas, ¿Voldemort?, el es Quien-tu-sabes - ambos rieron un buen rato, hasta que Justin respondió - no losé, Daph, quizás solo esté... y listo. Además el me dejo en claro que no me quería en su vida... ni en su habitación.
- Hay, Justin - suspiró la morena - aveces eres tan... tonto - se sonrieron - pero en fin... te deseo suerte.
- Gracias, Daph - y la abrazó. En una fracción de segundo, todo pasó muy rápido. Justin abrió los ojos, aún abrazado a su amiga. Su mirada se topó con una parda. Justin pestañeo rápidamente. Brian siguió con su camino.

El resto de las clases, se pasó preguntando como le haría para hablarle, que tema de conversación sacaría, y si no lo tomaba en cuenta. Tan distraído estaba, que no se dio cuenta, de que en su croquera, empezó a escribir el nombre "Brian" con variados tipos de letra. Suspiró. Sí, lo supo desde un principio, desde el día en que lo conoció, para ser más exactos. El chico era realmente difícil.

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Pregunta: ¿ Crees que si Teddy no se hubiera metido en las drogas, aún estaría con Emmett?

• Mi respuesta es sí, yo creo que sí, ya que el mismo Ted lo dice en un capitulo "si las cosas hubieran salido de otra manera..."

Espero sus respuestas :).

Muchas gracias por dejar esos comentarios que me alegran mucho el día, enserio. Gracias a todas por leer la historia, y espero no haberme demorado mucho, es que he estado ocupada XDD.
Adiós, besos :).

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