SPN Fic: Barquitos de papel e historias de naufragios (Sam, Dean, Gen, Pre-Series)

Jun 23, 2010 20:03


Tengo ganas de escribir fic de verano y no tengo tiempo. Un mes hasta julio y hace ya semanas que no puedo pensar. Estoy cansada de no tener tiempo de estudiar y de organizarme que da dolor verlo. Alguien vende detenedores (¿?) de tiempo. Compro uno al precio que sea. Tengo escondidas en el cajón de la izquierda cosas que hacer que no son estudiar y que me agobian a lo burro pero me he hecho un café y media hora no me la roba nadie. No señor. Luego hasta la hora que sea. Ahora café.

He abierto la ventana porque hace un sol desconocido, me apetecía escuchar a los niños jugar y reírse en la calle (que luego resulta que no es muy recomendable, creo que los niños de hoy en día están locos ¿Qué han estado locos siempre? Sí, va a ser que sí) Pero el caso es que los estaba escuchando y  pensaba en todo el fic de verano que quería escribir. Nada tiene sentido claro, escenas de esas a las que viajas sin billete y por las que sólo pagas el tiempo que has perdido en la realidad (y que casi siempre no es un precio, es más bien un regalo).

Estaba pensando en Sam y Dean.


En ese verano que habían pasado en el lago Ozark, Missouri.

La casa junto al lago pertenecía a uno de los antiguos compañeros de John. Vieja,. Destartalada. De maderas sueltas y junturas separadas. Con una de esas pasarelas de madera que se adentran en el agua a pocos metros de la entrada principal. Sam tenía miedo aquella  primera noche en la que toda  la casa crujía con el mismo viento que agitaba la superficie del lago. Cuando Dean le explicó, metido con él en la cama, que si escuchaba muy atentamente se daría cuenta de que esos sonidos eran siempre los mismos (La forma en que el marco de la ventana de la derecha hacía “Crick-Crok” cuando el viento soplaba del norte. Los escalones que crujían solos en la escalera del porche. La puerta mosquitera que siempre vibraba cada exactamente cuatro minutos), dejó de tenerlo. Al final del verano, los mismos sonidos que no le dejaban dormir la primera noche casi hacían que le entrara sueño, y era capaz de descubrir nuevos patrones ocultos que respondían a las curvas y a los silabeos del viento.

La quinta tarde de aquel verano el cielo se fundía azul con los bordes recortados de las copas de los árboles. Sam se las había apañado para escapársele, y estaba sentado al borde de la larga plataforma de listones de madera, prácticamente blancos por el uso y por el desgaste. Tenía nueve años y no había forma humana de conseguir que esa tarde sacara los pies del agua.

“Está fresquita, Dean”

Ponía esa cara de ojos canijos y conseguía que pareciesen enormes. Dean estaba seguro de que le hacía alguna cosa de hipnosis o algo, el muy mocoso, porque se ablandaba como flan y le costaba seguir razonando.

“Te vas a caer al agua, Sam”

“Pues me sacas”

Y normal que le costara claro. Ganarle una pelea a Sam era tarea de valientes. Ni una sólo replica ante la que se pudiese, pues eso, replicar algo.

“No sé nadar”

“Si que sabes”

Sabía, pero podía haber tenido suerte y que lo hubiera olvidado.

“Escucha, si papá regresa y te pilla ahí, nos va a caer a los dos una buena bronca. Además, si sacas los pies del agua, te enseño a hacer barquitos”

“¿En serio?”

“En serio”

Sonrisa de crío consentido y a Dean ya no le quedaron dudas sobre lo de la hipnosis ni sobre que  acaba de perder la pelea  en vez de ganarla.

“Pero vas tú a por el papel”

“Vale”

Dos (¿Tres?) horas en el bode de la pasarela, tumbados bocabajo “¿Ves? Así seguro que no te caes” las manos mojadas, y toda una flota de barquitos de mil formas distintas esparcidos por el agua (Aquel que a Sam le salió bastante torcido y se hundió hace un rato por la derecha. Ese al que llamaron Torpedo, que estaba más lejos que los demás, y arrastraba una ramita). Pasaron aquella tarde (y el verano) inventando historias de batallas perdidas y ganadas, de héroes que se perdían en el horizonte con la proa cortando el mar en espuma, navegando hacia aventuras lejanas. Historias de embarcaciones hundidas, de galeones encallados.

El sol al ponerse les brillaba en el pelo, en las pestañas, y las horas, aunque se consumían, no lograban agotar aquel verano, que se alargaba eterno en el horizonte lleno de azul, de amarillo, del verde del agua y de barquitos que avanzaban blancos por un mar inventado hacia el sol que se fundía rojo en el lago.

………..

Bueeeeeeeno. Igual se me ha ido un poco la mano. Pero técnicamente no es fic, porque casi no está revisado ni leches (y me ha ayudado a descubrir que ahora me cuesta escribir en pasado O_O) y de hecho le voy aponer nombre por eso de tener el diario organizado y porque los títulos me hacen feliz (demasiado, es muy raro, en serio ¿Por qué me gustan tanto los títulos? *Se le va un rato la olla pensando*) y tenía que explicaros dónde quiero estar pasando la tarde.

Algún día seré capaz de escribir acerca de otra cosa.

Y al final han sido cuarenta minutos! *se va corriendo*

! fic?, en los muelles de goon siempre es verano, life (or something like it), !fandom: spn, procrastination time, !pairing: sam/dean, winchesters, anywhere out of the world, el mundo en un barquito de papel

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