Jun 22, 2008 23:30
Es un secreto a voces, de esos que ninguno de los dos calla pero tampoco admite. Es lo típico que sabe todo el mundo y al mismo tiempo todo el mundo prefiere ignorarlo.
El único que no está al tanto es James. Y es mucho mejor así, porque si el cervatillo se enterase de que a Sirius le ponen cachondo las pecas de Lily, su amistad se vería resentida.
-¿A dónde vas, Canuto?-pregunta el chico de gafas, asomando la cabeza por entre las cortinas de su cama. Son cerca de las tres de la madrugada, pero Cornamenta tiene el sueño ligero.
-He quedado con una Ravenclaw preciosa.-susurra metiéndose el Mapa del Merodeador dentro del pantalón.
James no dice nada más. Se mete en cama y vuelve a dormirse, o al menos, eso supone Sirius. Él se limita a salir del dormitorio. Siente un nudo de culpabilidad, pero se le pasa cuando llega a la Sala Común.
Lily está allí, más blanca en la oscuridad que a la luz del día. No es una Ravenclaw, pero podría. Tiene el pelo rojo pero besa como los ángeles. Y Sirius quiere dejar de sentirse culpable. Porque si, engaña a James; pero no puede engañarse a sí mismo. Necesita a Lily. Y eso lo decide en las tres décimas de segundo que le lleva subirle el borde del camisón hasta la cintura.
Ella suelta un respingo.
-Tienes las manos heladas.-dice, sonriendo en medio del beso.
-Tengo otras cosas calientes.-la voz de Sirius suena más ronca de lo que debería, y los labios de Lily se adueñan del lóbulo de su oreja.
Los dedos del chico bucean bajo su ropa interior, y ella gime, intentando no hacer demasiado ruido.
-Pues demuéstrame esas cosas calientes, Black.-dice ella, ladeando la cabeza y mirándolo directamente a los ojos, grises. Jadea y Sirius quiere follársela ya. No le importa tener el pijama todavía puesto.
La sienta en la repisa de la ventana y le abre las piernas, bajándose levemente el pantalón del pijama. No hace tanto frío como debería en una noche de diciembre, mientras nieva.
Pero de repente, todo se vuelve todavía más caliente, y Sirius no sabe si Lily lo aprieta contra ella, o es el que la estrecha contra sí, solo sabe que dentro de la novia de su mejor amigo todo es más caliente, todo más dulce. Sus besos saben a menta.
Y al cabo de un rato, desaparece la culpabilidad. Solo quedan sus muslos llenos de pecas y su pelo rojo. Sus labios rosados y dulces jadeando en su oído. Y el gemido final, mientras echa la cabeza hacia atrás y la apoya contra el cristal.
Él se queda quieto durante un rato. Respirando en la pecosa piel de su cuello. El pelo rojo de Lily le hace cosquillas en la mejilla, y Sirius le rodea la cintura con un brazo, antes de besarla, lento, suave y profundo, como todo lo que hacen.
Luego sale de ella, le coloca bien el camisón y la acompaña a las escaleras. Ya no se atreve a mirarla a los ojos. Se limita a besarla despacio. A rozar sus narices cuando se separan.
Guardan el secreto. Si. Con culpabilidad.
~ escrito: fanfic,
longitud: drabble,
advertencia: lemmon,
# periodo: dekasem,
fandom: harry potter,
pairing: lily/sirius,
· fuente: tabla,
comunidad: 30vicios