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Day 21. Sunset
Danny se ha convertido en una presencia habitual en casa de Derek. A Stiles no le importa, porque el tipo es simpático y gracioso y tienen muchos intereses comunes, que es algo que nunca le ha pasado con el resto de la manada, y de alguna manera hace a Jackson mucho más soportable, lo que también es bienvenido. Y, aún así, es raro. Porque Stiles está acostumbrado a la manera en la que funcionaba antes la manada, a ser él el humano de los ordenadores, el que usaba la cabeza antes que los músculos. Y Danny le supera en todos los aspectos. Danny es capaz de programar en diez minutos una aplicación para filtrar todos los avisos que puedan ser relevantes en la red de la policía del Norte de California, pero también puede tumbar a Boyd de un puñetazo en la mandíbula. Y todo lo hace siendo encantador y educado y haciendo reír a Lydia, que es algo con lo que Stiles aún sueña.
Está atardeciendo y Stiles duda entre irse a casa o quedarse a pasar la noche con Derek por tercera vez esa semana, lo que le garantizaría una charla por parte de su padre. Están en el porche y el cielo se ve naranja y rosa y cubierto de nubes blanquísimas, y hay una ligera brisa que le hace encogerse junto a Derek para entrar en calor. Volver a casa suena a tortura.
-Danny me ha pedido que le muerda -dice Derek de repente.
-¿Qué? -contesta él con un quejido, girándose a mirarle-. ¿Cuándo?
-Esta tarde.
-¿Y qué le has dicho?
-Que lo pensaría.
-Derek, por favor, elabora tus frases -le suplica, dándole un golpe en el muslo para que le cuente más-. ¿Qué has pensado?
-Creo que no lo voy a hacer.
-¿Por qué? -insiste, porque está seguro de que Danny sería un lobo espectacular.
-No tiene razones de verdad para desearlo.
-¿Y entonces por qué te lo ha pedido?
Derek medita un momento las palabras adecuadas.
-Sólo quiere una razón para quedarse cerca de Jackson -resuelve finalmente.
-¿Qué? No, no lo entiendes. No entiendes cómo funciona la dinámica entre Danny y Jackson. Lo suyo es irrompible como el Adamantium. Si ha sobrevivido a la salida del armario, al descubrimiento de los papeles de la adopción, a una relación de lo más tumultuosa con Lydia, a Jackson presentándose en su casa sangrando negro por las orejas... Danny no necesita ser de la manada para conservar a Jackson -se ríe, como si fuera una idea estúpida-. No. Danny es su persona en el mundo y lo seguirán siendo cuando tengan ochenta años.
-Jackson ahora tiene una manada. Si tuviera un problema ahora mismo, ¿a quién acudiría? -dice, y se da por contestado cuando Stiles arruga la frente-. Danny necesita estar el primero en esa lista.
-¿Tienes miedo de él?
-No.
-¿Te sientes amenazado por Danny Mahealani? -insiste, como si la idea fuera ridícula. Porque Danny es un montón adorable de hoyuelos y humor políticamente correcto, y está seguro de que nunca en su vida ha hecho nada ni mínimamente hiriente para nadie-. No te va a robar a tu cachorro, Derek. Si alguien va a estar contigo hasta el final, ese es Jackson. Por desgracia.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Danny no es un líder. Es un seguidor.
-¿Y a quién sigue? -pregunta Derek, como si estuviera esperando a que Stiles le diera la respuesta equivocada-. Danny es un humano muy especial -dice, negando con la cabeza-. Mucho más fuerte de lo que parece, porque no llama la atención, no hace ruido. Es tan discreto que ni el propio Jackson se da cuenta de la forma en la que le controla.
-¿Hablas en serio? -exclama, incrédulo aún.
-Jackson necesita la ilusión de tener el dominio de la situación, y eso es lo que le da Danny. Sólo necesita que se le diga qué es lo que se espera de él, y que se le haga creer que la idea ha sido suya desde el principio.
-Has pensado mucho en ello.
-No me lo tomo a la ligera -replica-. Y creo que si convirtiera a Danny habría un desequilibro de poder en la manada.
-Él no va a usurpar tu puesto, no es de esa clase de gente.
-Jackson siempre va a estar de su lado -repone-. Sería peligroso.
-No me puedo creer que se lo vayas a negar sólo porque te da miedo que te desautorice frente a Jackson -dice, y está un poco decepcionado, porque es bastante cobarde por su parte-. Ya sé que no hablamos de ello, como los padres que tienen un hijo especial, pero Jackson es el Omega.
Derek no puede evitar una carcajada pequeña y culpable.
-Sólo necesita más atención que los demás. Estoy bastante seguro de que el Omega eres tú, el escalón de abajo de la pirámide -bromea.
-Eso es la base, y es la parte más importante, no sé si te das cuenta -replica, dándole un codazo cariñoso en las costillas. Pero aún sigue molesto. Danny sería más fuerza para la manada, más protección, más poder para Derek. Y Stiles se da cuenta de que no le importaría tenerle alrededor el resto de su vida, porque si se puede acostumbrar a Erica y Lydia y Jackson, que son los lobos más irritantes de la historia, puede aguantar a Danny-. ¿Habría desequilibro de poder si me convirtieras a mí? -pregunta, con apenas un hilo de voz-. ¿Por eso nunca me lo has ofrecido?
-Tú no lo quieres.
-Pero debería, ¿verdad? Es un regalo, y todo eso.
Derek suspira y le mira como sorprendido por lo poco que lo entiende.
-Scott no dudaría en pasarse a tu manada si tú decidieras irte -dice tras un momento, y Stiles no está seguro de si habla en serio, pero suena a que lo hace-. Y necesito a Scott.
-Y me necesitas a mí -sugiere, un acento desesperado en la voz.
-Sí -admite-. Eso también.