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Nov 10, 2009 18:42

Título: Pinky and The Brain.
Autor: hoomygoth
Fandom | Personajes: Gossip Girl | Dan, Chuck. (Parejas canon)
Longitud: 2.280
Spoilers? Situado en torno al 3x07, así que spoilers hasta ahí.
Rating | Advertencias: T | Alcohol y palabrotas y lo de siempre.

Notas: Es una gilipollez sin coherencia ni sentido. Cuatro horas de sueño, mucho café y un maratón de episodios de It’s Always Sunny in Philadelphia harán esto con tu mente y tus diálogos. Si es todo un poco absurdo es culpa de esa serie. No tiene nada que ver con mi universo de siempre, porque no es Chuck/Dan. Es Chuck+Dan, que es totalmente distinto, you see…

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El timbre del telefonillo sonó más estridente de lo normal, por ser inesperado. Dan tuvo que hacer un repaso mental de todas las personas a las que conocía (que no eran demasiadas, para ser honestos), y no encontró ninguna que pudiera querer presentarse un sábado a las diez de la noche en la puerta de su casa. Y estaba bastante seguro de que no había pedido una pizza, así que tampoco podía ser eso.

-¿Sí? -contestó, tentativamente.

-Humphrey, soy Chuck.

-¿Qué? -exclamó, confuso.

-Bass. Chuck Bass.

-No, ya… eso ya lo sé.

-Déjame pasar.

-Creo que no.

-Tengo un plan. Abre.

-¿Un plan de qué? -La situación no se estaba aclarando en absoluto. De hecho, sólo se hacía más confusa-. ¿Se te ha ocurrido pensar que puede que yo tenga planes?

-No los tienes.

-Claro que los tengo. Estoy… viendo una peli -mintió.

-Ya veo cómo no puedes interrumpir esa actividad.

-Con Vanessa. Estoy viendo una peli con Vanessa -mintió aún más.

-Eso tampoco es cierto.

-Claro que lo es.

-Tú hoy no tienes planes, y Vanessa está en Vermont visitando a sus padres.

-¿Cómo sabes eso?

-Twitter es el arma perfecta del acosador.

-¿Me estás acosando? -preguntó Dan, un par de octavas demasiado agudo.

-Podría hacerlo si quisiera. Ahora, abre la puerta.

-Chuck, no me gusta el cariz que está tomando esta conversación.

-Hace frío en la calle, Humphrey, y llevo un abrigo muy caro en una zona con más vagabundos por metro cuadrado que Bombay.

-Voy a colgar -sentenció, totalmente determinado.

-Daniel, te estoy dando una orden directa.

-Oh, en ese caso -ironizó-… Un placer charlar contigo, Chuck. Adiós.

-Tengo comida china -replicó él calmadamente-. Fideos con curry, sin gambas.

-Mierda, tengo que hacer mi twitter privado.

-Como si eso fuera a pararme.

-Sube.

Chuck apareció en su puerta un par de minutos más tarde, con una bolsa blanca en la mano y una mirada que no presagiaba nada bueno en los ojos.

-Es curioso que mi situación sea lamentable por no tener planes un sábado por la noche -le increpó, dejándole pasar al loft-, pero tú… tú estás en Brooklyn sobornándome con comida china para no helarte en la calle. ¿Dónde está tu novia?

-Irrelevante, Daniel. Hay temas que realmente precisan mi atención inmediata, y tus incoherencias no son uno de ellos.

-De acuerdo, evita el tema. Como quieras.

-He venido a hablar de Nate -dijo, poniéndose cómodo en el sofá-. Dame platos y una cerveza, y espero que tengas palillos. Y no de esos de madera sin barnizar que se astillan, palillos de verdad, de los que robas en los restaurantes chinos de categoría a los que te lleva Rufus cada vez que sacas un 10 en un examen.

-Voy a esperar aquí hasta que me lo pidas por favor.

-También deberías ponerte unos pantalones.

-De acuerdo, eso sí lo haré.

-Bien, cogeré yo mismo la cerveza.

Diez minutos, media cerveza y un plato de fideos con curry (sin gambas) más tarde, Dan estaba menos incómodo con la situación.

-Oh, Dios, estos fideos… ¿Dónde has comprado esto? Es mágico. Es como un orgasmo en tu boca.

-Vamos a dejar eso para más adelante. No he venido para oír referencias homosexuales encubiertas.

-Vale -accedió, dando otro trago a su botella-, hablemos de Nate. ¿Qué le pasa a Nate?

-Tiene un gusto pésimo en cuanto a mujeres.

-Permíteme discrepar. ¿Blair, Serena, Vanessa, mi hermana...?

-Esa mujer mayor que le pagaba, esa sureña que le utilizaba, todas esas prostitutas que le contraté…

-Ya veo.

-Verás, Humphrey; Nate y yo somos más que amigos.

-Whoa -exclamó, atragantándose con un trozo de ternera.

-Somos hermanos.

-Bien salvado.

-Es un hermano para mí -continuó, ignorando a Dan abiertamente-, y también es tu amigo, y supongo que, tal y como están las cosas con nuestras familias, nosotros somos algún tipo de hermanos también.

-Pero no de la misma clase que Nate y tú.

-No.

-Es bueno saberlo. ¿Entonces…?

-Estamos en el mismo bando aquí. Tenemos que conseguir que vuelva con Vanessa.

-Ya. Verás, eso no va a pasar.

-¿Por qué no?

-Porque Vanessa lo tiene totalmente superado -le aseguró-. Y Nate también. Son amigos.

-Vanessa no lo ha superado.

-Claro que sí -dijo Dan, absolutamente convencido.

-Por favor, es tu mejor amiga. ¿Has pensado en hablar con ella alguna vez?

-Lo tiene superado, Chuck.

-Nate es lo más a lo que puede aspirar, está en lo más alto de la pirámide en cuanto a citas. Fue la cumbre de su carrera.

-Se acostó contigo después. Dos veces.

-¿Y cómo es eso relevante?

-Verás…

-Y Nate tampoco lo ha superado -le interrumpió.

-¿No? ¿Cómo lo sabes?

-Me lo ha dicho.

-¿Te lo ha dicho?

-Técnicamente, lo he leído en su diario.

-Eres una sabandija.

-De alguna manera tengo que mantenerme al día en lo que pasa en su cabeza -se justificó, sin aparentar ningún tipo de remordimiento.

-¿Qué tal si hablas con él?

-¿Has tratado de hablar con él alguna vez? De algo que no sea fútbol o… tus problemas personales.

-Yo… Seguro que sí. Estoy casi… No, estoy convencido de que sí.

-Ya, o sea que no. Eso me temía. El conflicto es el siguiente, Nate y Serena están pasando mucho tiempo juntos últimamente.

-Eso es estupendo.

-No lo es. Nate es -trató de buscar palabras, infructuosamente-… Tendrían unos hijos bellísimos, pero probablemente fueran clínicamente retrasados, si sabes lo que quiero decir.

-Eso ha sido muy gratuito.

-No son demasiado brillantes, Dan. ¿Pero sabes quién es brillante? Vanessa.

-Eso es cierto.

-Y a su lado hasta Nate parece crecerse, hay algo en ella que le despierta. Puede que sea que fuma muchísimo menos hachís. Y eran felices cuando estaban juntos, ¿no es cierto?

-Supongo que sí.

-Puede que su relación fuera la más aburrida de la historia…

-Oh, perdone usted -le interrumpió-, señor cuarentón casado.

-… pero funcionaba. Y voy a ignorar tus ofensas, porque son un intento tan pobre que es preferible para los dos que las deje pasar.

-¿Vas a comerte ese trozo de pollo?

-No, puedes quedártelo.

-Así que, ¿por qué se supone que me interesa esto? -preguntó Dan con la boca llena.

-Porque yo tengo influencia sobre Nate, pero necesito que tú ejerzas la tuya sobre Vanessa.

-Yo no tengo influencia sobre Vanessa. Además, no me gusta inmiscuirme en la vida sentimental de los demás.

-Míralo de esta manera, es por su propio bien.

-No lo es. Es por el tuyo, porque es sábado por la noche y estás solo, porque Nate está con Serena y Blair te aburre, y no tienes más amigos, así que tienes que recurrir a mí. Patético, Chuck.

-¿Dónde está tu novia?

-Trabajando. ¿Dónde está la tuya?

-Eso es irrelevante -contestó, descartando la pregunta con un gesto de la mano.

-No tienes ni idea de dónde está.

-Probablemente en algún evento de Constance. No es como si hiciera nada más últimamente.

-¡Ajá! Tu novia prefiere salir con niñas de colegio antes que contigo. Patético -repitió.

-¿Sí? Tú eres patético.

-El que lo dice lo es, con el culo al revés.

-¿Perdona?

-Esa segunda cerveza ha sido demasiado.

-Obviamente -coincidió Chuck.

-Lo que quiero decir es que no hay nada malo en pasar un poco de tiempo a solas. Disfrutar de tu propia compañía.

-Vuelves a sonar gay. Deberías hacer algo con eso.

-¿De qué manera suena eso gay?

-Estabas hablando de masturbación.

-¡No lo hacía!

-No se habla de masturbación delante de otra gente, a menos que quieras llevártela a la cama. Y créeme, en esos casos no suele funcionar. Y no es que tenga nada en contra de la masturbación…

-Vale, no necesito saber más, gracias.

-Maldita sea, sabía que no debía beber cerveza.

-Puede que sean las setas de la ternera con bambú y setas. Puede que fueran alucinógenas.

-No estamos alucinando, Daniel. Simplemente tolero mal la cerveza, y tú no estás muy alejado de tu comportamiento habitual, así que no sé de qué te sorprendes. ¿Tienes whiskey?

-Claro que no.

-El whiskey siempre me aclara la mente.

-Tienes dieciocho años, por amor de Dios.

-¿Qué se supone que significa eso?

-Que no puedes ir por la vida bebiendo whiskey y pronunciándolo de esa manera, ni llevando traje a menos que tengas una boda, ni comportándote como un hombre de negocios, Mister Importante. “Tengo mucha prisa, tengo que abrir un hotel, tengo que comprarle petunias y un collar de perlas a mi mujer para que olvide que no le hago el amor desde hace un mes, y luego tengo que…”

-Vas a recibir un puñetazo antes de que acabe la noche -dijo Chuck casualmente.

-¿Sabes lo que te pasa? Que no soportas la verdad. Vienes aquí buscando la verdad y ahora no la soportas, porque es demasiado verdadera -le dijo, señalándole amenazadoramente con un dedo-. Porque tu vida apesta.

-Yo no he venido aquí buscando la verdad, ¿de qué coño hablas?

-Has venido buscando una reminiscencia de tu adolescencia con la única persona que conoces que no ha pasado completamente esa etapa -escupió-. Sólo quieres jugar con los sentimientos de un par de amigos, para divertirte. ¿Sabes qué? Nate sabe cuidarse solo. ¿Que se ha acostado con una decena de mujeres en los últimos años? ¿Que se ha prostituido ligeramente? Todo el mundo ha hecho eso en su adolescencia, esto es el Upper East Side.

-Esto es Brooklyn, estoy seguro de que aquí todo el mundo se prostituye, pero…

-Si están destinados a estar juntos, acabarán juntos, él y Vanessa. Déjales experimentar. Si el mundo funciona como debe acabarán felizmente casados, pero habrán tenido una juventud llena de mierda que preferirían olvidar, como tiene que ser. No como tú.

-Dan…

-Todo esto te cabrea tanto porque tú vas a acabar casado con Blair, con tu amor del colegio, y puede que hayas tenido un par de años un poco locos, pero ahora va a ser todo matrimonio, matrimonio, matrimonio. Y puede que realmente quieras a Blair, pero no es eso lo que quieres. Y no soportas que Nate vaya a tener la vida que te gustaría tener a ti.

Chuck le miró fijamente con los labios fruncidos y los ojos entrecerrados. Daba miedo.

-No hace falta que me des la razón, porque sé que la tengo. Y tampoco hace falta que me pegues, ya sé que te molesta que te haya dicho esto. Eres libre de atacarme verbalmente, en cambio.

Él le siguió mirando así durante un momento más, con tanta intensidad que Dan sintió como si llevara mirándole horas, y dijo:

-Dame otra cerveza.

Todas las cervezas de la nevera, cuatro capítulos de Generation Kill, tres discusiones sobre la pronunciación de ‘whiskey’, dos cajas de Oreo y unas nueve horas más tarde, Dan se despertó con resaca y mucho calor. Calor de ese que sólo es capaz de proporcionar otro ser humano abrazándote en la cama.

-¡Oh, Dios! -gritó-. Oh Dios mío, ¿qué me has hecho?

Chuck estuvo a unos centímetros de caerse de la cama, y la patada que recibió de Dan no ayudó precisamente a evitarlo.

-Tengo que dejar de hacer esto -murmuró para sí mismo-. Humphrey, contrólate.

-¿Me pusiste Rohypnol en la cerveza, maldito enfermo? -preguntó casi a gritos, con la espalda contra la esquina más alejada de la habitación.

-¿Me crees suficientemente estúpido como para drogarte y violarte y luego quedarme a dormir? -replicó Chuck ofendido.

-Eres un depravado. Voy a llamar a la policía.

-Dan, no te puse nada en ningún sitio. Y hablo en el sentido más amplio que le puedas dar a esa frase. Sólo nos quedamos dormidos.

-Pero estabas todo… encima de mí -recordó, y un escalofrío le recorrió la espalda-. Iuuuugh.

-Gracias por lo que me toca de esa mueca de asco. El sentimiento es mutuo.

-Chuck -dijo, masajeándose las sienes frenéticamente-, esto es una situación realmente incómoda, así que empieza a darme razones de peso para que no me vaya a hacer las pruebas de ETS ahora mismo.

-Sólo es algo que me pasa cuando duermo otra persona en la misma cama. Tiendo a abrazarla.

-¿Por qué? -aulló.

-No lo sé, genio. ¿Tuve una infancia muy infeliz y carente de afecto?

-¿Sabías que pasaría esto? Es como un niño que sabe que se mea en la cama y, aún así, se bebe dos litros de coca-cola en una fiesta de pijamas.

-Tú te quedaste dormido, y mi chófer se había ido a casa. ¿Qué iba a hacer?

-¡Hay dos camas más en esta casa! ¡Y un sofá perfectamente cómodo! ¡Y como un millón de taxis en la ciudad! Se me ocurren montones de ideas.

-Yo también estaba borracho, ¿sabes? No es como si lo hubiera hecho a propósito sólo para poder toquetearte sobre los vaqueros.

-¡Por favor!

La cara de Chuck formó algo que se parecía demasiado a una sonrisa.

-Sólo bromeo.

-No me puedo creer la calma con la que te lo estás tomando.

-Años de tener que dar explicaciones. Ahora, ¿piensas hacer café o tengo que salir a comprarlo? Creo que no acabamos de perfeccionar el plan para solucionarle la vida a Nate.

-¿Escuchaste algo de lo que te dije ayer? ¿Algo en absoluto?

-Que escuchara no quiere decir que hiciera caso.

A Dan le costó salir de su lugar seguro en esa esquina. Chuck seguía sentado en su cama, y él aún tenía su olor clavado en el fondo de la nariz. Y pensar que, un segundo antes de despertarse, estaba a punto de decirle a Olivia que le encantaba cómo olía…

-Sigo sintiéndome un poco incómodo a tu alrededor.

-Está bien, a mí me pasa eso con el conjunto de la humanidad -dijo, levantándose y peinándose con los dedos-. Por cierto, gimes en sueños. Eso es peor que lo mío.

personaje: dan humphrey, -fic, pairing: nate/vanessa, personaje: chuck bass, fandom: gossip girl

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