Audiocomentario, parte 3/?

Jun 12, 2009 02:49

x_cursive me ha pedido que comente este fic. No hay gran cosa que comentar, realmente, pero voy a intentarlo.

Fic original: Fausto.

La clase de Literatura Universal era la preferida de Dan, sin duda. Para él estudiar nunca había supuesto un problema, siempre estaba entre los primeros de su clase aunque odiara la asignatura, pero entrar al aula de Literatura era como salir al recreo para un niño de siete años, el mejor momento del día. Sí, Dan siempre fue uno de esos que en vez de jugar a la pelota se sentaban a leer, y ya había pagado por ello suficiente en la escuela primaria. Ahora que por fin tenía una asignatura a su nivel la disfrutaba como un enano. Se empapaba de Shakespeare y Faulkner y Shaw y Günter Grass y toda esa gente que durante tanto tiempo habían sido sus únicos y mejores amigos, y por fin sentía que podía devolverles algo de lo que le habían prestado.

(Dan es un poco asocial, digamos. En mi clase no recuerdo a nadie así, pero había uno un curso por encima que era totalmente así, pero no era tan guapo como Dan, lamentablemente. No era nada guapo, to be quite honest. Le encantaba tener discusiones en el autobús con el profe de filosofía. Ay, qué tiempos)

La clase de Literatura Universal siempre había sido su preferida; hasta hace apenas un par de semanas, porque era la única que compartía con Chuck. Y hacía un par de semanas que Chuck y él se atacaban por los pasillos y se arrastraban hasta el aula de música para besarse con prisas y con fiereza, para tocarse por encima de la ropa, para decir ‘no podemos hacer esto aquí’. Y ahora esa clase se había convertido en un constante desafío para su mente, en un continuo contener la respiración y apretar los puños y morderse los labios, porque sólo saber que estaba cerca, a apenas dos pupitres de distancia, le aceleraba la respiración y le erizaba la piel de la nuca. Y no sabía qué le pasaba, porque Chuck nunca le había parecido guapo, desde un punto de vista heterosexual (y ahora ya no sabía qué era, pero heterosexual estaba seguro de que no), pero podía pasarse los cincuenta minutos de clase simplemente observando cómo jugaba con un bolígrafo entre sus dedos o cómo leía sin mucho interés el libro de texto, o cómo se miraba las uñas, o cómo, simplemente, respiraba.

(Es tan dolorosamente obvio que estaba enamorada perdida de Chuck. Tan, TAN, obvio. A veces lo echo de menos.)

-Hemos visto cómo Fausto llega al eterno dilema que ya se planteó Sócrates, sólo sé que no sé nada…

(Esto lo saqué de un trabajo que me bajé sobre Fausto. Porque no lo he leído entero. De hecho, no he llegado a la página 20. Quise leerlo para escribir el fic, pero... digamos que no soy tan obsesiva.)

A Dan le encantaba Fausto. Le parecía sublime, y los monólogos eran sin duda su parte favorita. Y Ms. Norwood era la mejor profesora de Literatura que había tenido nunca. Entonces, ¿por qué no era capaz de seguir el hilo de la clase durante más de diez segundos? Porque el sol había encontrado un claro en las nubes y entraba oblicuo por la ventana, dibujando el contorno de Chuck y su nariz chata y sus labios llenos, y se colaba entre su pelo, y él trataba de hacer pantalla con una mano para evitar que le deslumbrara, porque siendo lunes por la mañana seguramente tenía resaca. Y eso, y sólo eso, le estaba apartando de Goethe. Nunca hubo razón más poderosa.

(Y Paula sigue enamorada de Chuck)

-Dan, lee, por favor. Nos quedamos por “…ese misterioso libro, escrito por Nostradamus”.

Haciendo un esfuerzo titánico volvió a arrastrar su mente hasta la clase, hasta Fausto, hasta el monólogo. Buscó con la mirada la última frase y carraspeó.

-Entonces conocerás el curso de los astros -comenzó a leer, sin ningún entusiasmo-, y si la Naturaleza se digna instruirte, sentirás desenvolverse en ti toda la energía del alma, y sabrás como un espíritu habla a otro espíritu. En vano, por medio de un árido sentido, intentas penetrar ahora los signos divinos. ¡Espíritus que flotáis junto a mí, respondedme, caso de que llegue mi voz hasta vosotros!

(Dan pide ayuda a los espíritus, y viene Chuck al rescate xD)

-Charles Bass, sería un placer volver a contar con su presencia en la clase -la voz de Ms. Norwood sonó estridente. Casi indigna de llenarse la boca con su nombre completo-. Haga el favor de seguir leyendo.

(Me gusta usar el nombre completo de Chuck en ocasiones así. Queda tan distinguido y tan impropio de él. Es algo que me interesa mucho de Chuck, que siendo como es él tan... ostentoso, digamos, use un nombre tan común y popular como Chuck, cuando puede usar Charles que queda principesco.)

Chuck ni siquiera tenía el libro sobre la mesa, ni siquiera se molestó en buscar una excusa, en justificarse. Apenas levantó la mirada.

Sonrió.

(SONRIÓ, MALDITA SEA)

Y con la voz un poco ronca, un poco perezosa, comenzó a recitar:

-A esta vista se estremecen todos mis sentidos; siento la joven y sagrada voluptuosidad de la vida agitar con más fuerza mis nervios y mis venas. ¿Si sería un ser sobrenatural el que trazó estos signos que calman el vértigo de mi alma, que llenan de gozo mi pobre corazón y que, por un misterio incomprensible, descubren a mi alrededor todas las fuerzas de la Naturaleza? -Hizo una pausa, tomó aire y miró a los ojos a la profesora. -¿Soy acaso un dios?

(La última parte es TAN Chuck. Me encanta. Estuve meditando bastante tiempo qué libro utilizar para esto. Qué libro es lo suficientemente Chuck y lo suficientemente interesante para Dan a la vez, pero que también fuera digno de ser comentado en una clase de Literatura. Fausto era perfecto. Tiene ese punto sórdido y macabro que le gustaría a Chuck, creo yo. ¿Qué hay más Chuck que el infierno?)

Y volvió a bajar la vista y a hacer pantalla con la mano para no deslumbrarse con el sol.

Nadie parecía haberse dado cuenta del despliegue de fuegos artificiales que acababa de producirse en el aula, en la mesa junto a la ventana, justo la mesa a la que se sentaba Chuck Bass. Sólo Ms. Norwood y Dan Humphrey le habían prestado suficiente atención. Todos los demás habían asistido sin saberlo a uno de los espectáculos más escalofriantes que Dan había visto en su vida. Recitar Fausto de memoria. Recitarlo de aquella manera, casi sin querer, como si las palabras se le cayeran de la boca.

La profesora tardó un momento en recomponerse.

(La profesora se ha hecho pis encima, methinks)

-V-vale -dijo por fin, titubeante-… Habéis notado cómo renace su… confianza, cómo el ánimo de Fausto ahora alterna entre la depresión y cierta euforia y… eh… Dan, sigue leyendo, por favor.

Trató de buscar las palabras, de aprender a leer de nuevo, de intentar respirar. Y justo entonces sonó la campana que indicaba el final de la clase. La marabunta de alumnos se levantó y salió atropelladamente; a fumarse un cigarro, a llamar por teléfono, a acabar de oír el cotilleo que habían empezado a contarle antes de que empezara la hora. Y Chuck salió con ellos.

Cuando se quiso dar cuenta, Dan estaba saliendo también, con todos los libros apretados precariamente contra el pecho para evitar que se cayeran, y sin saber exactamente a dónde iba. Donde fuera Chuck.

(Dan es un puto fanboy)

Le encontró metiendo unos libros en su taquilla como si nada. Como si nada. Le agarró de la manga de la chaqueta y, sin mirar dos veces por si les veía alguien, le arrastró al aula más cercana, la de música, porque ya sabían que el aula de música siempre estaba vacía.

La taquilla de Chuck se quedó abierta, y no pareció importarle.

(Me gusta ese detalle, no sé bien por qué)

Dan dejó caer sus libros al suelo, con gran estruendo. Volaron los papeles, rodaron los bolígrafos, se liberaron las manos para poder tomar a Chuck por las solapas de la chaqueta y atraerle hacia su cuerpo, hacia su boca.

(Y a partir de aquí poca cosa voy a ser capaz de comentar, la verdad)

-No es que no me guste que tomes… -Dan le mordió un labio, haciéndole callar un segundo- la iniciativa, Daniel, pero -un suspiro, cuando comenzó a desanudarle la corbata y sus dientes encontraron la fina piel sobre su nuez-, ¿a qué viene esto?

-¿Cómo lo has hecho?

-¿Qué?

-Te lo sabías de memoria.

-No toda la obra, sólo un par de (ah, joder) monólogos. ¿Te ha gustado?

Dan solo gruñó y le volvió a besar.

(Me gustan los gruñidos. En mis fics Chuck es más de gruñidos y Dan de gemidos y... soniditos raros con la garganta [que en inglés se llaman hum y en español no tienen traducción, y eso es algo que me ENERVA más que nada en el mundo], pero me gusta que aquí Dan sea un poco más dominante y más primario)

-Tendrías que oírme hacerlo en alemán.

-Dios -y fue en parte por la imagen mental de Chuck hablando en alemán y en parte por su mano colándose dentro de sus pantalones.

-Eres fascinante, Humphrey. ¿Sólo te pone Fausto o puedo recitarte otras cosas?

(¿Por qué me gusta [y, por tanto, a Dan] que Chuck haya sido capaz de recitar de memoria, y que sea capaz de hacerlo en alemán? Me gusta que Chuck sea algo más que alcohol-drogas-fiestas-putas. Que haya leído libros y que se haya tomado la molestia de aprenderse fragmentos enteros de memoria en varios idiomas indica que no solo es un tipo listo, sino que hace el esfuerzo de cultivar su mente. Y eso me pone)

Dan negó ligeramente con la cabeza, dejando que Chuck lamiera la línea entre su clavícula y el lóbulo de su oreja.

-Me pone que me… sorprendas.

(Le pone que Chuck sea algo más de lo que aparenta. Le pone saber que ése tío al que sólo piensa en follarse es más que un trozo de carne. Le entiendo)

Chuck soltó una risotada y coló la otra mano por la parte trasera del pantalón.

(Esto me parece muy propio de Chuck, me encanta xD)

-No así -le paró Dan, con un gemido ronco.

-Ah, ¿no? -preguntó él, divertido.

-No aquí. Vamos a algún sitio. Otro sitio.

-¿Qué clase tienes ahora?

-No me importa -apoyó su frente contra la de Chuck, y él trató de morderle los labios-. ¿Tú?

(A Dan no le importa su próxima clase. Daaaan, tío, ¿qué te pasa? Y la imagen mental de este momento me encanta)

Se paró a pensarlo.

-No lo sé.

(Adorable)

-audiocomments

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