Por que todo tiene un principio y pues esta no es la excepcion asì que aqui esta
Editado Abril 2009
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Historia
capitulo 1
Por: Jenny Anderson
Haber estamos aquí durante la hora libre que se ha generado gracias a que el Prof. no ha llegado, y esta hora seria infinitamente aburrida de no ser por mis amigos quienes compartían dicha hora conmigo y con quienes las horas libres se pasaban como minutos, mi nombre es Noriko y pobre de aquel que se le ocurra llamarme de otra manera, no Nori, no Riko, ni Iko, N-O-R-I-K-O, aun que cueste mas pronunciarlo. Tengo 19 años por lo que este 1 de septiembre he comenzado el tercer semestre de una carrera que adoro. Mi vida se podría decir que es como la de cualquier chica normal de 19 años.
Mi familia es normalita, o bueno eso me gusta creer a mí, mi medre es ginecóloga, pero de las buenas y trabaja en uno de esos hospitales del nuevo siglo con aparatos que parecen sacados de alguna peli eso sí, sin los residentes guapos que nos ponen en las series de televisión, mi padre es asesor financiero de alguno de esos bancos transnacionales con nombre rimbombante y que no soy capa de recordar con claridad. Soy hija única y por lo mismo la única que esta en casa todo la tarde aburriéndome como una ostra, por fortuna tengo novio, un chico encantador con ojos de cielo y cabello de oro, José quien suele hacerme compañía varias tardes a la semana algunas veces acompañado de su inseparable mejor amigo Adrián.
Adrián es también mi amigo y es imposible no tomarle cariño teniendo ese carácter que tiene, y riéndose como una se reía de sus ocurrencias, podría no ser muy brillante en clase pero era muy ingenioso para las bromas, para los chistes e incluso para los trucos de mágica, además de que era novio de mi mejor amiga, Arlethe solía ser siempre la voz de la razón de nuestro grupo, era algo así como la voz maternal que necesitábamos para no maternos en problemas o dejar de poner atención a las clases, a veces podía ser bastante fastidiosa pero todos sabíamos que lo hacia por nuestro bien por lo que lo dejábamos pasar y por supuesto también estaba Hera, la despampanante morena que algún día quería ser modelo, que sabia que era bonita y sacaba provecho de eso. Hera resaltaba inmediatamente del resto no solo por su cuerpo si no también por la cabellera color fuego que caía sobre sus hombros y sus ojos miel que brillaban de manera fiera. Por supuesto Hera y yo en el pasado jamás nos habíamos llevado bien, por fortuna nos habíamos dado cuenta que éramos compatibles y ahora éramos amigas y me divertía mucho con ellos.
Pero no podía dejar de sentir que algo le faltaba a mi vida, era como si sintiera que algo le faltaba a mi vida, no sabia exactamente que, por que bien visto mi vida era perfecta, tenia amigos geniales, un novio que me adora y una vida mas perfecta de la que muchos pueden tener, pero yo aun sentía que le faltaba algo, un poco de emoción tal vez, no lo sabia
-"Lo que pasa es que eres rara"- me decía Hera cada vez que les mencionaba eso y era plausible que mi amiga tuviera razón, por que de otra manera no lograba justificar él por que últimamente me sentía de aquella manera
-"La verdad si, no sé que más quieres, lo tienes todo"- Arlethe apoyaba a Hera por supuesto, y yo sabia que mi amiga tenia razón, si lo tenia todo, pero aun cuando lo sabia no podía evitar sentir esa especie de vació, como si me faltara aun algo para ser realmente feliz.
-"Que hacen?"- Pregunto Adrián acercándose a nosotras y abrazando a Arlethe, yo los observe un momento tratando de discernir mis sentimientos, Arlethe y Adrián eran la pareja más estable que conocía, y compatible al 100%, mucho más de lo que éramos José y yo, o mucho mas de lo que había sido con cualquiera de las otras personas con las que había salido antes, talvez era eso, envidiaba la complicidad y el entendimiento que había en la relación de ese par.
-"Hola Perdedores"- apreté los puños a mis costados, al escuchar la voz de aquel chico que me crispaba los nervios, esa era la única cosa no perfecta en mi mundo.
No sabia como una persona podía ser tan odiosa, realmente aquello no tenia sentido, lo mire fijamente notando las pupilas azul media noche brillando de diversión y aquella pose de galán que siempre parecía traer consigo, como si esperara que todas las chicas nos tiráramos de rodillas a alabarlo
-"Por que no vas a molestar a otra parte Somers"- dije con voz dura, fulminando con la mira al chico, no sabia por que, pero al parecer a Javier Somers, le gustaba el practicar en sus horas libres el molestar a la gente, y con mas ahínco que a nadie a mi y mis amigos
-"Te concedo el honor de divertirme y así me pagas?"- Pregunta alzando una ceja y cruzando los brazos sobre su pecho desviando toda la atención de los otros para centrarla solo en mi y así era desde que podía recordar, por que el muy inútil podría comportarse ante el mundo como un angelito, pero conmigo se quitaba la careta y se mostraba como el arrogante y caprichoso hijo de papi que era.
-"Que quieres Estúpido"- Pregunto Adrián encarando al chico, Adrián y Javier no se llevaban, pero no era por que mi castaño amigo tuviera algo personal contra Somers al contrario parecía ser que le divertía el vernos pelear en los pasillos, sin embargo desde que José y Somers se habían declarado la guerra, Adrián estaba un poco mas dispuesto a ponerle un alto a Somers
-"Quieres que te sea sincero?"- Pregunto Javier ensanchando la sonrisa -"Solo molestarlos"- dijo encogiéndose de hombros
Me quede anonadada un minuto, sintiendo como la furia crecía en mi interior, era esa desfachatez la que me ponía mal
-"Y POR QUE DEMONIOS NO VAS A MOLESTAR A OTROS"- pregunte con furia, por que realmente estaba harta de que siempre que el señoriíto aparecía en mi campo de visión todo dejaba de ser brillante para adoptar un sombrío tono gris
-"No me apetece Anderson"- dijo él retándome, seguro como estaba de que como en otras tantas ocasiones lograría sacarme aun más de mis casillas
-"Vete al infierno"- dije yo fuera de mí, dispuesta a darme media vuelta y alejarme de su presencia a esperar a José en otro lugar
-"Como sabes que no vengo de ahí"- pregunto divertido, hasta ahí habían llegado mis buenas intenciones
Lo mire sin poder controlarme, esa pose de arrogancia y esa mirada de superioridad me sacaron aun más de mis casillas, me acerque a él y con todas las fuerzas y el odio que había acumulado por 12 años, le di una bofetada, logrando que girara la cabeza y perdiera su ordenado peinado, se toco la mejilla donde acababa de golpearlo, y me miro sorprendido. Retrocedí un solo paso cuando me di cuenta de lo que había hecho mirando sin achicarme sus ojos llenos de furia y no era que no le tuviera miedo era que no debía demostrárselo, por que Somers era como los perros, olía el miedo en el ambiente y el miedo lo hacia tener aun más valor
-"ESTAS LOCA"- dijo mirándome con furia, entornando las pupilas, haciendo que sus ojos azules parecieran casi negros debido a la furia pero no despegue la mirada de la suya
-"Y si así fuera que?"- Pregunte tragándome mi miedo sorprendiéndome por que mi voz no había temblado ni una sola vez y se oía firme y decidida
-"Esto no se queda así, me vengare Anderson"- dijo Rojo de furia técnicamente escupiendo las palabras
-"No me asustas Somers"- dije osadamente, mintiendo por que en esos momentos si me asustaba
-"Saben que están prohibidas las peleas en los pasillos verdad?"- Pregunto una voz tras de mí, la sangre dentro de mis venas se congelo
-"No estábamos peleando"- contestamos ambos con sonrisas angelicales en los rostros por supuesto el efecto se perdía un poco cuando la piel pálida de Somers tenia una mancha roja justo en la mejilla donde lo había golpeado
-"En verdad"- dicen mis amigos, pero es obvio no solo en su tono si no es sus expresiones que sus palabras no son verdad, además de que la prefecta tenia esa expresión de no pueden engañarme que a veces solía poner
-"Detención a las dos, mi despacho ambos"- dice mirándonos duramente para después perderse en el pasillo, yo mire su espalda con incredulidad, siempre pasaba lo mismo, era la maldita rata la que venia a provocarme y al final del día yo terminaba con un castigo
Y como si el castigo no fuera suficiente tengo que soportar a la rata después de clases
-"Nos veremos después Anderson"- dice él dándose la vuelta y perdiéndose por los pasillos con esa desfachatez que solo puede existir en su cuerpo, como si realmente no le importara que nos hubieran dado un castigo
-"Maldito, maldito, Maldito"- dije entre dientes
-"Que pasa?"- Pregunto José llegando junto a mí y tomándome por la cintura, lo mire componiendo un puchero, si él hubiera estado presente seguro que no me habrían castigado
-"Detención con Somers después de clases"- dijo Adrián llegando junto a mi novio y saludándolo sin compadecerse ni un poquito de mí
-"Amor volviste a pelear con él?"- Pregunto mi novio mandándome una mirada de ya te he dicho yo que lo hagas, y reprobando por completo mi comportamiento
-"Él empezó José"- dijo Hera saliendo en mi defensa
-"Bueno ya sabemos que Noriko no puede quedarse con la boca cerrada cuando Somers esta cerca"- Dijo Arlethe dándome una palmadita en la espalda, como si con eso quedara zanjado todo el asunto
-"Vamos tenemos clases"- los seguí sin mucho entusiasmo, sentía que no me habían dado todo el apoyo moral que necesitaba
Adrián y José platicaban amenamente, Arlethe y Hera comentaban sobre la tarea, yo me sentía desdichada, desde que conocía a Somers no hay semana que no me quede en detención, suspire pesadamente al recordarlo, tenia clase de matemáticas y esa era una de las clases que compartía con ese chico hijo de Mamá, llegué al salón y me senté junto a José
-"Anderson, tanta miel me enferma"- gire a verlo, estaba sentado tras de mi, ¿Es que me odiaba tanto?
-"Somers, no tengo ganas de pelear"- dije molesta para volver mi atención al maestro que ya había comenzado a llenar el pizarrón, durante 50 minutos, tuve que soportar sus miradas y al mismo tiempo controlar todos los insultos que estaban en la punta de mi lengua queriendo salir, si no se tratara de matemáticas talvez podría olvidarme de él por un momento, perolas matemáticas siempre se me habían dado, así que no necesitaba de toda mi atención en el profesor.
-"Señorita Anderson, Señor Somers, déjenme felicitarlos fueron el mejor promedio en el examen"- dijo el profesor, todos en el salón nos voltearon a ver, yo sonreí apenada, era ya terrible que los profesores nos expusieran de esa manera, nada mejor para granjearse enemigos que un profesor te felicitara enfrente de toda la clase. Por supuesto eso no se aplicaba al pelinegro que miro a todos con superioridad como diciendo "Es obvio soy mejor que ustedes", lo mire furiosa por su actitud, pero no podía hacer nada además tenia que soportarlo en detención.
El resto del día paso sin mucha importancia hasta las 14:00 hrs. La hora de la salida, me despedí de mis amigos, quienes por cierto me miraron con lastima, José me beso y se fue, yo suspire pesadamente saberme sola, volví resignada a la tortura, llegue tarde y la prefecta y Somers ya estaban ahí.
-"Hasta que apareces"- dijo él con esa irritante voz que lo caracterizaba, esa que hacia que la bilis inundara mi estomago
-"Lo siento"- dije, aun que obviamente no a él
-"Esta bien Noriko"- me dijo la prefecta sonriéndome - "Pero ya que estas aquí, podrían decirme, ¿Por qué pelean?"-
Ambos nos quedamos callados, ¿Por qué peleábamos? Bueno era una buena pregunta, pero había tantas respuestas, él chico simplemente hacia hervir la sangre en mis venas, me hacia perder los estribos, era un engreído, y pedante, era simplemente todo lo que yo detestaba, simplemente era intratable.
-"Nosotros no peleábamos"- dijimos ambos con caritas angelicales, bien sabíamos que era una mentira pero era mejor eso que admitir que estábamos peleando en un pasillo, cuando sabíamos que las paleas estaban terminantemente prohibidas por el reglamento
-"Han peleado desde la primera vez que se vieron hace 12 años"- dijo ella seguramente evocando el pasado, yo también lo hice me recordé a mi misma, con mis largas trenzas y lo recordé a él, jamás había visto a un niño como el, con su piel pálida, sus ojos azules fríos y su cabello negro, que contrastaba con su apariencia de Ángel, recuerdo que la primera palabras que me dedico fue una burla por mis trenzas, desde entonces las palabras que salen de nuestras bocas son con toda la intención de herirnos.
-"No volverá a pasar"- lo escuche decir junto a mí, cuando quería podía sonar inocente la maldita rata, aun así yo asentí a sus palabras poniendo sonrisa adorable, esa sonrisa que le arrancaba permisos a mi padre.
-"Saben que eso es una mentira, la semana pasada tuvimos esta conversación"- dijo ella y yo recordé que teníamos esa misma conversación desde 12 años atrás -"Para que se lleven bien se les ha asignado una actividad después de clases, donde tendrán que cooperar uno con el otro"- Me quede de piedra ante la revelación y no lograba articular palabra, tal ves el rostro de Somers era un reflejo del mío por que la prefecta se apresuro a decir
-"Es una orden y si no la cumplen pueden darse de baja de este instituto"- Sentí que la indignación hervía en mis venas, pero tuve el suficiente sentido común como para quedarme callada, fue la voz de Somers la que interrumpió el silencio
-"Que clase de actividad?"- pregunto con furia contenida, lo mire un momento, estaba tan furioso como yo, supongo que eso se debía a que estábamos bastante acostumbrados a que nos mandaran a hacer planas, o simplemente a que nos dieran el discurso y el que de verdad nos mandaran a hacer algo y mas aun juntos nos había sacado de balance
-"Serán los encargados de montar la obra escolar este año"- dijo la prefecta bastante emocionada
-"Obra escolar?"- Me atreví a preguntar, yo odiaba las obras y era pésima para la actuación, era verdad sabia que el instituto montaba dos obras al año donde participaba técnicamente todo el campus, pero jamás me había interesado en dicha obra y ahora me veía obligada a participar si eso no era una patada del destino que me dijeran que demonios era.
-"Romeo y Julieta"- dijo ella sonriendo con algo de malicia yo trague saliva resignada, ya nada podía hacer. De todas las obras del mundo tenia que tocarme una que por muy clásico que fuera a mi no me gusta, simplemente no.
-"Exactamente que es lo que haremos?"- Pregunte nuevamente
-"Se encargaran de montarla, son los productores, no es lindo?"- Pregunto Somers y yo, la fulminamos con la mirada -"Las audiciones serán mañana y ustedes tendrán que escoger a los actores, aquí hay una copia de la obra"- dijo dándonos una hojas rosadas y me di cuenta de la cantidad de trabajo que nos esperaba, por supuesto ya había leído Romeo y Julieta y sabia que había mucho trabajo por hacer aun más tomando en cuenta que yo sabia de teatro tanto como un delfín sabia de opera
-"Comienzan mañana"- dijo con una sonrisa, nos despedimos con voz fría de la prefecta una vez fuera de su oficina nos miramos
-"Estúpida"- gruño Somers junto a mí y no puedo evitar asentir ante sus palabras
-"Totalmente de acuerdo"- dije contra toda mi naturaleza que siempre me había hecho llevarle la contraria al chico
-"No he leído una obra más absurda"- siguió él
-"Quién se enamora a primera vista?"- Dije yo frunciendo el ceño
-"Exacto, además su muerte fue de lo más absurda"- asentí con mas vigor que antes mientras caminábamos juntos a la salida
-"Hasta mañana"- dijo él caminando hacia el estacionamiento
-"Hasta mañana"- conteste yo, caminando hacia la salida, una vez fuera de la escuela me detuve abruptamente.
Javier Somers y yo habíamos compartido una conversación mas o menos civilizada, eso para mí era el equivalente a una de esas señales de Apocalipsis de las que tanto hablaban
¿Que les parecio?, ¿le dan una oportunidad?