Capítulo: Capítulo 29 o cambio de rutina
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Nota: Yo sé que algunos pedirán mi cabeza, pero las cosas tienen que ser de esta manera. 1,825 palabras participan en el
quinesob de abril
Historia
Capítulo 29
Fabiola me observaba en completo silencio, no sabía si completamente asombrada o completamente escandalizada por lo que le estaba contando, estábamos en el estadio, en la parte más alta de las gradas. El lugar que para mí era él mas seguro para compartir secretos o tal vez al menos eso era lo que quería pensar.
-¿Entonces, estabas dispuesta a… hacerlo con Javier Somers?- me pregunto
Me sonroje violentamente y escondí el rostro en la mochila que tenia en las piernas, ahora viendo todos los acontecimientos a la luz del día me daba cuenta de la tontería que había estado a punto de hacer y de lo lejos que habíamos podido llegar, no le había contado a Fabiola todo, moriría de vergüenza si tuviera que confesar que había sido yo la que le había pedido que no saliera de la habitación. Es que no entendía del todo mi comportamiento ¿A qué estaba jugando?, La petición no había sido inocente yo sabia todo lo que implicaba, técnicamente lo había invitado a mi cama ¿Por qué no me había quedado callada? Por supuesto en ese momento me había parecido todo muy ingenioso.
Una manera bastante elegante de vengarme de Riko y de Cris, ¿Pero que iba a hacer yo si hubiéramos llegado a mas?, Al final no les quitaría nada a Riko ni a Cris, por que, ellos no debían de importarme, no como para que tomara decisiones basándome en ellos, por supuesto lo que más me aterraba era la posibilidad, bastante alta además; de que eso de que lo hacia por Riko y Cris fuera mas una excusa que un motivo real. Por que podía negarlo de cara a los demás, pero no podía negarme a mi misma, lo mucho que me había gustado estar en brazos de Somers
-No sé que me paso, abra sido el alcohol- dije y escuche mi propia voz ahogada debido a la tela de la mochila, sabia que Fabiola no me creería ni media palabra, yo misma no podía creerme lo que había hecho
Sobre todo por que había estado en mis cinco, y los sabia, pero vamos, ¿No tenía derecho a mentir un poco? ¿A escudarme en el alcohol que corría en mis venas? ¿A decir que realmente no sabía lo que había dicho ni a quien se lo había dicho?
-Bueno por lo que fuera, pero... ¿Las cosas no llegaron a mayores?-
¿Por qué me preguntaba esas cosas? ¿No se daba cuenta que mi rostro ya estaba del mismo tono que su cabello?, Negué con la cabeza, por que si intentaba hablar seguramente se daría cuenta de la mentira, por que aun sentía las manos y la lengua de Somers por mi cuerpo. Y recordaba con abrumadora claridad su rostro, la manera en que me miraba.
Y por todos los cielos, aun tenia la sensación de su torso desnudo bajo mis manos, viéndolo ahora en retrospectiva, me daba cuenta de lo completamente natural que había parecido todo en ese momento, incluso mis sentimientos habían parecido los correctos en el calor del momento, cuando el deseo había ganado por primera vez a mi sentido común. Y me había dejado arrastrar por una pasión que no sabia que existía y que en ese momento no me había molestado en absoluto.
-Noriko ¿Qué tan lejos llegaron?- me pregunto mi amiga al perecer inquieta por mi mutismo, o puede que leyendo algo en mi rostro medio oculto
Saque el rostro de mi refugio temporal y la mire, no le había dicho que cuando todo había comenzado yo ya estaba semidesnuda, ni mucho menos le había dicho, que de alguna manera había sido ya la que había propiciado todo. Pero si no me confesa con ella ¿A quien le contaría todo eso? Por que estaba claro que tenia que confesarme con alguien, o al menos decir aquello en voz alta, al menos una parte lo más fiel a la verdad que pudiera. Así que me prepare para hablar, por que tenía que hacerlo o me volvería loca de tanto intentar encontrar alguna explicación lógica a todo el asunto. De intentar comprender por que estar con Javier Somers me había parecido la cosa más correcta del mundo.
-Bastante lejos... ya yo no tenía la blusa, ni la falda - trague saliva desviando la vista de los ojos azules de mi amiga y sintiendo el rostro terriblemente caliente - el ya no tenía la camisa y yo ya... ya... estabamosdesnudosdelacinturaparaarriba- dije rápidamente y si había entendido bien y si no lo había hecho pues que lastima por que no lo repetiría, por que me acababa de dar cuenta que decirle aquello a Fabiola era aun mas vergonzoso que simplemente pensarlo.
Y no era eso simplemente era el hecho de recordar tan vívidamente las sensaciones, Somers me había tocado como nadie lo había hecho jamás, pero si con José había tenido algunos acercamientos, caricias un poco subidas de tono, pero jamás había sido piel contra piel, alguna vez José me había tocado un pecho, pero yo había reaccionado dando un respingo y huyendo de su toque.
Con Somers no había sido así, y el simple hecho de recordar el toque de sus manos en mi cuerpo, me hacia sentir acalorada pero no sólo eso, me hacia recordar lo lista que había estado, y lo mucho que había deseado que aquello continuara ¿Cómo podía Javier Somers afectarme tanto?
-Así que si no hubieras recibido la llamada de tus padres- empezó ella y yo asentí con lentitud
De no haber recibido la llamada de mi padre, hacia ya algunas horas que habría dejado de ser virgen y no me habría importado nada, por supuesto no creía que la primera vez tenia que ser con el hombre que se convertiría en tu esposo o que tuviera que ser luego de la boda, sin embargo siempre había defendido el tener relaciones por amor, hasta ese momento no sabía lo que era sentir la verdadera pasión, el simple hecho de querer llegar mas haya por que todo se sentía bien. Se sentía tan bien que era imposible considerar que fuera incorrecto. ¡Como demonios podía olvidar que se trataba de Somers!, ¡Somers por todos los cielos!
Y sin embargo había sido así, lo había besado y le había permitido besarme, experimentar sensaciones que no había experimentado por nadie, y sabia que el también se había emocionado, lo había sentido, y se estaba frotando contra mi no de manera sutil realmente. Aun que en ese momento tampoco era que alguno estuviera siendo sutil, habíamos estado demasiado entretenidos con el otro como para andarnos con cosas como la sutileza.
Así pues ahora comprendía a Hera, ella y yo siempre peleábamos por eso, yo había defendido mi teoría de que el deseo iba de la mano del amor, mientras que Hera defendía que podía haber deseo sin que existiera amor. Solo ahora me daba cuenta que tenia razón. ¿Pero por que tenía que ser así para mí con mi enemigo jurado? ¿Es que el destino no tenía a otro con quien reírse? ¿Es que había cometido una falta tan grave como para pagarlo de esa manera?
-¿Has considerado la opción de que lo tuyo con Somers sea algo más que farsa y más que físico?-
Mire a mi amiga con seriedad
-Eso me haría sentir mejor- confesé, lo había estado pensando durante la mañana, mientras rehuía la mirada burlona de Somers y durante el fin de Semana en el que no había salido de mi habitación, para no tener que enfrentarme a la rata - Por que bueno Somers es mi enemigo jurado, yo lo detesto y por un momento pensar que del odio al amor hay un paso, bueno me quitan un peso de encima pero... no es así Fabiola- le dije por que esa había sido la conclusión a la que había llegado aquella mañana antes de llegar a la escuela, mientras rehuía la mirada de Cris e iba sentada en el asiento trasero con Javier, quien se veía la mar de cómodo a mi lado, mientras que yo estaba hecha un mar de confusión. ¡Todo un fin de semana para pensar y no había sacado ni una maldita conclusión! Todo era confusión... yo estaba intentando nadar en un mar de confusión.
Y por supuesto tenía razones para estarlo, por que mi vida parecía ir a 200 kilómetros por hora mientras yo intentaba por todos los medios regresarla a los 60 habituales, por que vamos no es cosa de todos los días y mucho menos de mi rutina el llegar a una fiesta en compañía de un chico, luego estar en esa fiesta en compañía de otro - que además se suponía era mi novio- y luego salir de esa misma fiesta en compañía de otro - que era el hermano de mi supuesto novio- y como si eso no fuera poco, me había dejado besar y manosear por el hermano de mi novio, para luego descubrir que el quería a mi prima, por lo que yo había decidido que en venganza me acostaría con mi novio.
¿Qué decía eso de mí? Si mi abuela se enterara de mis andares no tendría reparo en llamarme nalga fácil, como solía hacerlo con Riko cada que había reunión familiar, José seguramente me llamaría de otra manera aun que al final la conclusión era la misma.
-¿Estas segura?- Me pregunto Fabiola, con ese tonito molesto que suelen usar las personas cuando creen que tienen la razón, o al menos que saben algo que tú no. Como si ellas pudieran saber más que uno, quien dicho sea de paso era quien estaba sufriendo en sus propias carnes todo eso.
Ahora, con respecto a su pregunta y a la respuesta, eso era posiblemente de lo único que estaba segura desde que terminara con José, de que no sentía nada de índole sentimental por Javier Somers, era verdad que con el paso de los días había dejado de verlo de la misma manera, en cuanto al aspecto físico, ya no me parecía desagradable y no sentía nauseas por tener que tocarlo, pero no me sentía terriblemente nerviosa cuando lo veía, ni sentía que mi estomago estaba lleno de mariposas, ni tartamudeaba como una tonta.
Por supuesto eso hasta esta mañana, cuando había tenido que verlo luego de lo que casi pasa entre nosotros, que había sentido como la garganta se me cerraba y rehuía su mirada con todas las fuerzas que poseía, mientras él me miraba, y al parecer el asunto le divertía a juzgar por el tono de su voz, ¡hasta parecía de buen humor el maldito!, Si seguramente estuvo completamente divertido de saber que estaba encerrada en mi habitación sin querer salir, por supuesto tenia que llegar el lunes, ya no podía refugiarme en mi habitación y había tenido que encararlo, aun que no había sido capaz de articular palabra ¡Ni siquiera fui capaz de mirarlo a los ojos!
-No quiero a Somers- le dije a Fabiola con seguridad - No hay nada de índole sentimental que tenga que ver con Javier Somers en mi, lo que esta pasando simplemente tiene que ver con las hormonas - lo que más molesto aun; porque no era una quinceañera, se suponía que la etapa de las hormonas revolucionadas la había dejado atrás.
-Si tú lo dices- me dijo mi amiga de nuevo con aquel tono de “Yo sé algo que tu no”, que solamente consiguió sacarme de mis casillas, necesitaba a alguien que estuviera de mi lado y no a alguien que me mirara con superioridad y creyera que sabia algo que yo desconocía, sobre todo cuando ese algo tenia que ver con mis sentimientos
¡Yo conocía a la perfección mis sentimientos!, Ahora que los entendiera era otro cantar, pero no pensaba decirle eso a la pelirroja que hasta esos momentos consideraba mi mejor amiga.
-Yo lo digo- le dije a mi amiga poniéndome en pie, lista para empezar las clases
-No te enojes- murmuro ella mientras yo bajaba las gradas
-No me enojo, hay que llegar a clase- dije, maldiciendo por lo bajo mi tono que denotaba que efectivamente estaba molesta
No era que estuviera molesta contra Fabiola, pero me fastidiaba enormemente que usara ese tono conmigo y que creyera que sabía algo mas que yo no sabia, o que supiera lo que yo sentía, como si ella desde afuera pudiera ver mejor que yo las cosas, siendo que yo las sentía.
-Jamás te ha importado perder una clase- me dijo y por la cercanía de su voz supe que ella también estaba bajando las gradas
-Me importa desde ahora, en que comienzo a pensar que efectivamente soy una mala influencia para ti- le dije
Un golpe bajo, por que yo sabia que ella tenia miedo que yo hiciera caso a alguno de los sermones que de vez en cuando su madre nos daba, donde la mujer, juraba y perjuraba que Fabiola jamás había hecho tal o cual cosa hasta que yo había aparecido en su vida, o que pensaba - y lo decía en voz alta- que yo solo echaba a perder a su florecita.
Ha decir verdad, era posible que si fuera una mala influencia para Faby, y que su madre si tuviera algo de razón en eso de que no era la mejor compañía para su hija, seguramente su padre pensaba de la misma manera, después de todo no sabia lo que le habría dicho Mariel de mí. Por supuesto que luego del divorcio parecía que ninguno de los dos era capaz de prohibirle la compañía a Fabiola.
-Princesa- escuche que me llamaban
Era por supuesto Eric subiendo las gradas hasta donde yo estaba, lo mire un momento antes de sonreírle amablemente, aliviada de que me librara de lo que seguramente hubiera terminado en una discusión.
-Eric- salude
-¿Por qué no te despediste?- me pregunto llegando a donde me encontraba - La Peli y yo estábamos preocupados-
-¿La Peli?- pregunte desconcertada
-Se refiere a mí - dijo Fabiola mandándole una mirada para nada amable a Eric - Al parecer tu amigo, no sabe llamar por su nombre a las personas- no me paso desapercibido el hecho de que se refiriera a Eric solo como mi amigo - Te lo he dicho no soy la pelirroja, o la peli, tengo un nombre y es F-A-B-I-O-L-A- dijo articulando su nombre letra por letra
- O si te da pereza Faby- dije mirando a Eric sin poder esconder la sonrisa
-No sé, que tienen contra. No es como si no fuera pelirroja-
-Ya, pero no soy la única pelirroja que hay en el campus, así que has el favor de llamarme por mi nombre-
-Dios, que carácter, ¿Siempre es así princesa?- me pegunto Eric
-Peor- conteste yo divertida
-Ustedes son imposibles- dijo mi amiga comenzando a bajar lo que restaba de las gradas, al parece habíamos agotado su paciencia
-No deberías molestarla así- le dije a Eric, observando la marca que aun resistía en su rostro de la pelea con Javier, no pude evitar hacer una mueca, Javier se peleaba por otra y yo técnicamente me le ofrecía.
-No la molesto, simplemente señalo lo obvio-
-Es verdad que no es la única pelirroja-
-Entiendo el punto, no vuelvo a llamarla pelirroja, es bastante susceptible al hecho-
-Tiene nombre no se llama pelirroja- murmure observando como Fabiola salía del campo
Lance un suspiro, tendría que ir a disculparme con ella, después de todo era yo la que se había molestado de mas
-Eric- le dije a mi amigo
-Sí-
-¿Se me nota enamorada de Javier?- pregunte
Si mi amiga pensaba que había algo “mas” entre la rata y yo, era seguramente por que de alguna manera algo proyectaba de cara a la galería, algo que no se notaba cuando yo estaba con otra gente, algo que no sentía pero que no dejaba de proyectar.
-¿Por qué lo preguntas?- me dijo Eric, parecía bastante a la defensiva como si no quisiera contestar esa pegunta
-Curiosidad- dije simplemente encogiéndome de hombros
-No te comportas como una novia enamorada- me dijo el simplemente - pero el tampoco parece el hombre más feliz sobre la faz de la tierra, pero cuando están juntos... - se detuvo
-¿Cuándo estamos juntos que?- pregunte con curiosidad
-Son otros cuando están juntos- me dijo haciendo una mueca que no fui capaz de entender
Ahora si que no estaba entendiendo nada, ¿Era otra Noriko cuando estaba con Somers? Por supuesto que si, no era la misma chica por que toda mi atención estaba centrada en Somers, por que tenia que tener la guardia en alto y me imaginaba que a él le pasaba lo mismo, no podía ser la Noriko relajada que era con las otras personas por que con Javier era imposible serlo. Al menos Eric me había aclarado un poco el asunto
-Tu y él no son la pareja más armónica del mundo- dice mostrándose serio, mas serio de lo que lo he visto jamás
-Digamos, que aun me sigo peguntando como es que termine con alguien como Javier Somers- bien no era exactamente eso lo que me preguntaba pero como excusa era completamente valida, después de todo no puedo decirle a Eric que me pregunto día tras día, él por que acepte ser la novia de “juguete” de Somers
-Yo también me pregunto, no es que José sea harina de otro costal si me preguntas son ¾ de lo mismo-
Hice una mueca sintiendo la punzada de dolor, todo mundo se había dado cuenta que Javier y José estaban hechos de la misma masa, menos yo; y me sentía completamente molesta por eso ¿Por qué demonios había estado conmigo José entonces? Por que toda la evidencia que tenia en mis manos me decía que no lo había estado por que me quisiera mucho
-¿Tu no engañaste al capitán con Somers verdad?-
Trague saliva, y tome asiento clavando la mirada en el campo, como si buscara el lugar donde Eric y Javier se habían peleado, el lugar exacto en aquel pasto verde
-Jamás habría engañado a José- murmure por que estaba feliz con el que había creído mi “novio perfecto”, puede que en nuestros inicios la cosa hubiera sido diferente, pero incluso si me hubiera propuesto ponerle los cuernos a José, no habría sido con Somers.
-Eso pensé- murmuro mi amigo junto a mí
- ¿Cómo fue... ?-
Lo mire fijamente mordiéndome el labio inferior
- Un malentendido tras otro, supongo que la suerte no estaba de nuestro lado, José termino conmigo de una manera terrible y cuando me di cuenta... - hice una pausa - ya estaba saliendo con Somers-
Eric hizo una mueca rara y abrió la boca pero no fue su voz la que llego hasta mí, fue otra voz, una que conocía perfectamente bien, que me hizo enrojecer hasta la raíz del cabello, sentir palpitaciones y tener ganas de cavar un hoyo y quedarme ahí hasta el fin de los tiempos
- Tiene un radar, ¿Verdad?- dijo mi amigo sin intentar enmascarar la molestia que tenia por que Somers se acercara a nosotros
- Te estaba buscando- me dijo Somers sentándose junto a mí, estirándose al parecer completamente feliz para luego plantarme un beso, un beso que me hizo cerrar los ojos y que me supo a poco cuando el se separo, me miro con una media sonrisa y las pupilas brillantes y luego le dirigió una mirada de molestia a Eric, ese par ya ni siquiera intentaba fingir frente a mi - Esta tarde tenemos que ver lo de la obra vamos atrasados- dijo
Le lance mi mejor mirada de “No me digas, ¿y de quien es la culpa?” Aun que el efecto de mi mirada palideció completamente por que sentía de nuevo como los colores se estaban pintando de nuevo en mi rostro, al tener que enfrentarme a aquellas pupilas azules.
-Princesa- dijo Eric haciendo que me girara a mirarlo - te veo después- y se puso de pie
Lo mire aterrada un momento, No podía irse, no podía dejarme en aquel lugar con Somers, ¡No había pasado todo el fin de semana en mi habitación para esto!
-Que te vaya bien- murmuro Somers a mi lado, desmintiendo sus palabras con su tono de voz, estirándose un poco y pasando su brazo por mis hombros
-Hay una reunión hoy del equipo y de las animadoras, espero verte ahí princesa- me dijo antes de comenzar a bajar
-Tenemos ensayo Bynes- le dijo Javier -no creo que Noriko y yo vayamos-
-No esperaba verte a ti - dijo Eric mirando a Javier
-Es curioso, por que si sabes que Noriko es mi novia y por lo tanto donde este ella estaré yo-
Levante una ceja completamente perdida ante las palabras de ambos, apunto de ponerme en pie y detenerlos, o simplemente bajar de las gradas y dejar que siguieran con sus ataques.
-Yo pensé que estabas donde estuviera Angie- dijo Eric
-Y yo pensé que ya la habías superado, que patético Bynes, ¿Cuándo aceptaras que ella no te quiere?-
Golpe bajo, demasiado bajo, por supuesto Somers era así, el problema radicaba ahora en que en ese momento las palabras de Javier me habían dolido a mí también, no levante la vista para mirar la reacción de Eric, lo que hice fue simplemente ponerme en pie, tomar mis cosas y bajar con rapidez sin decir nada.
¿Querían seguir peleando por Angie?, Que lo hicieran; yo no iba a arruinar su pelea de nuevo, no iba a ser la tonta que se iba a poner en medio para que no se lastimaran, querían pelear, que pelearan, no me importaba, no me importaba para nada.
-Noriko- escuche la voz de Somers, pero no pensaba detenerme, atravesaría el campo de ser necesario pero no iba a detenerme -¡Anderson!- lo escuche gritarme y antes de que lograra siquiera llegar al campo la mano de Somers se cerro cual garra sobre mi muñeca; girándome con un solo movimiento brusco
-¿Qué quieres?- le dije desafiante, clavando mis pupilas en las suyas, si pensaba que iba a estar rehuyendo su mirada toda la vida estaba muy equivocado, después de todo no había pasado nada ente nosotros y aun que hubiera pasado eso no modificaría lo que sentíamos uno por el otro.
Me sorprendí enormemente cuando lo vi sonreír de medio lado, y como posaba su frente en la mía
-¿Celosa?-
¿Celosa?, ¿Celosa?, ¿Yo?, ¿Y por él?, por todos los santos, ese hombre tenia un ego demasiado grande
-No sueñes Somers- le dije molesta - por si no te has dado cuenta ya es tarde, y yo tengo clases-
-No parecía importarte eso cuando yo llegue-
Él muy desgraciado no había perdido su sonrisa burlona
-No estoy celosa- dije por fin luchando para soltarme de su agarre y poner un poco mas de distancia entre nosotros - pero no voy a volver a interponerme en una pelea entre tú y Eric, ¿Quieren romperse la cara?, rómpansela, pero lejos de mí por favor-
-Me conmueves Anderson, pero nena, no debes preocuparte por mi seguridad-
-NO ME PREOCUPO POR TU SEGURIDAD Y NO ME LLAMES NENA- eran pocas las cosas que podían enfadarme de verdad, Javier Somers era una de esas cosas, pero el que me llamaran nena era otra, lo detestaba, tenia nombre por todos los cielos, di un paso hacia atrás completamente enojada.
No ayudo mucho que el muy tonto siguiera sonriendo como lo hacia, no era solo una sonrisa de burla, si no que era una sonrisa de satisfacción, como si supiera algo que yo desconocía y eso lo hiciera sumamente feliz, o como si creyera que realmente yo estaba celosa. Como si yo realmente pudiera interesarme alguna vez por él.
-Que carácter- me dijo simplemente
- ¿Qué es lo que te hace tanta gracia?- le pregunte
- Nada- contesto haciendo aun más amplia la sonrisa
-Deja de burlarte de mi Javier-
Sonrió aun más ampliamente, estaba disfrutando con eso, se notaba en la manera en que sus ojos brillaban
-No me burlo de ti Noriko- murmuro -No sé de donde sacas esas ideas-
-No estoy loca Javier, sé muy bien lo que veo-
-Es que esta prohibido ser feliz- dijo cruzando los brazos sobre su pecho
-Lo es cuando tu felicidad es tan sospechosa, hace unos segundos estabas peleando con Eric y ahora estas aquí sonriendo como si te hubieras ganado la lotería-
- Se puede decir que me he ganado la lotería-
- ya- murmure molesta
-Tu también deberías ser feliz-
-Yo era muy feliz hasta que te inmiscuiste en mi vida- dije levantando los brazos
-Eso no es verdad, tú eras ignorante de tu propia desgracia hasta que yo aparecí para abrirte los ojos-
-¿Eso es lo que te tiene tan contento?- dije negando con la cabeza - Eres mas retorcido de lo que pensé-
-Noriko, tú eres más ingenua de lo que yo creía, pero no vamos a pelear por eso gatita, ven aquí- dijo tomándome de la muñeca y atrayéndome hasta él para darme un abrazo
Parpadee desconcertada unos segundos, ¿Por todos los dioses Javier Somers me había llamado gatita? ¿Qué demonios estaba planeando ahora esa rata?
-Somers- llame con aire amenazante -¿Estas drogado?- pregunte seriamente
Él se soltó a reír, como si de pronto yo me hubiera transformado en la mejor comediante de todos los tiempos, me tomo de los hombros y me separo un poco de su cuerpo, solo lo suficiente como para poner su frente en la mía y mirarme intensamente, si no fuera por que lo había visto borracho, pensaría que el brillo de sus ojos era obra del alcohol, aun que por supuesto si podían ser a causa de la droga, aun que; no me parecía la clase de chico que necesitara de esta, aun que de él me podía esperar lo que fuera.
-Te he dicho ya lo mucho que me gustas-
-¿Qué demonios estas diciendo?- dije dando un paso atrás y mirándolo seriamente
Por supuesto que me lo había dicho, solo a unos cuantos metros mas haya de donde nos encontrábamos en ese momento, y me parecía de muy mal gusto que siguiera repitiéndolo, era una ofensa a mi inteligencia; como si yo me fuera a creer que podía gustarle a Somers, aceptaba que podía serle llamativa, que podía ser que le gustara, pero no era posible que le gustara. Que le gustara de verdad.
-Anderson, ahora me vas a decir que no te gusto-
-No me gustas- conteste rápidamente
Él me lanzo una mirada rara, como todas las ultimas miradas que no era capaz de interpretar y no me gustaba, había creído que lo conocía bien, que era capaz de interpretar muy bien sus gestos y sus actos, ahora era como estar ante un desconocido. Tuve por un momento las ganas casi infantiles de decirle “¿Quien eres tú y que has hecho con Javier Somers?”
Si no lo hice, fue por que él muto su expresión y reconocí completamente la manera en que me estaba mirando, era incredulidad. Ahora resultaba que era imposible que no me gustara, si es que ese hombre tenia el ego por las nubes.
-Por eso me invitaste a quedarme en tu habitación- murmuro, casi sonreí al notar que ya no había rastro de su sonrisita, casi por que no había podido evitar ponerme completamente roja ante sus palabras.
-Estaba borracha- me defendí
Él negó con la cabeza, el mismo gesto que había hecho ese día, cuando mi móvil había sonado en alguna parte de la habitación, y el se había separado de mí, recordaba que había murmurado mis padres y entonces él me había dejado bajar de la cama y me había ayudado a busca el móvil, había contestado la llamada mientras él me abrazaba, su respiración errática golpeaba en mi oído, mientras yo balbuceaba cosas a mi madre, quien quería saber si ya estaba yo en casa, si estaba Riko, si estaba Javier y decirme que llegarían dentro de poco.
Había cerrado el móvil, me había dado media vuelta y había abrazado a Javier, antes de decirle que mis padres estaban en camino, él me había besado en el hombro, me había dicho que ya habría otra oportunidad y se había ido a su habitación dejando en la mía la ropa que antes cubría su cuerpo.
Antes de salir había murmurado algo acerca de una ducha fría y que era conveniente que yo también tomara una, si recordaba todo perfectamente era por que definitivamente no estaba borracha, pero eso no pensaba aceptarlo jamás.
-Repítelo hasta que te lo creas, estabas un poco bebida, pero borracha para nada- me dijo volviendo a sonreír -y no me importa si no me crees, realmente me gustas- me dijo inclinándose un poco y plantándome un beso en la mejilla - ahora vamos que ya es tarde y tu no puedes saltarte mas clases, tus padres van a terminar creyendo que soy una mala influencia para ti- dijo entrelazando sus dedos con los míos y dándome un jalón para que comenzara a caminar
Yo simplemente no podía creer su desfachatez
A las dos de la tarde me encontraba fuera del aula 11, esperando que la clase de Fabiola terminara para poder hablar con ella, antes de ir a cl club de teatro y enfrentarme a la tonta obra que tenia que presentar en poco menos de mes y medio.
-Noriko, ¿Qué haces aquí?- me pregunto mi amiga cuando al salir del aula se encontró con mi figura
-En la mañana no me comporte Fabiola, discúlpame- le dije
-No hay nada que disculpar- me dijo, pero me envió una mirada, que me puso alerta
-¿Qué hiciste?- le pregunte, Fabiola era una buena amiga, y conocía esa mirada bastante bien, era la misma mirada que tenia luego de que la carta escrita para Raúl, cayera en manos de Isabel.
-Me encontré a Somers cuando salía del campo, me pregunto por ti y... -
-Le dijiste donde estaba y con quien- murmure
-Fue sin querer- me dijo
-Esta bien, no paso nada-
Algo en mi expresión no debió convencerla por que me miro fijamente
-De verdad no paso nada- le dije comenzando a caminar por el pasillo para ir al aula de teatro - se comporto como un imbecil con Eric pero eso lo hace siempre- le dije debatiéndome un momento sobre si contarle todo lo que había pasado
-¿Qué mas paso Noriko?- definitivamente me conocía demasiado bien
-Me volvió a decir que le gustaba- le dije antes de fruncir el cejo - y esta seguro de que él me gusta a mí-
La risa preveniente de Fabiola me hizo girar en la cabeza en su dirección
-Yo sabia que esto iba a pasar tarde o temprano- dijo mi amiga con una amplia sonrisa y visiblemente emocionada
¿Es que todos iban a actuar como si estuvieran borrachos?
-Ilumíname Fabiola, por que no tengo idea de lo que me intentas decir-
-Por dios Noriko, yo sabia que algún día tu y Somers iban a gustarse-
La mire con incredulidad, no podía creer que siguiera por la misma línea de pensamiento, en que idioma tenia que decirle que Javier Somers no me interesaba en el sentido romántico y que no me gustaba, lo que se llamaba gustar, me parecía atractivo que era diferente, muchísimo muy diferente.
-Vamos por partes Fabiola, a mi Somers no me gusta, y el solo esta fingiendo, sabrá dios para que- y eso era lo que me preocupaba
¿Qué se traería ente manos Somers?
-Por favor Noriko, eres más terca que la mula, desde la secundaria se notaba que le gustabas a Somers, y por lo que me has contado se volvió mas pesado contigo en la prepa, cuando comenzaste a andar con José, a mí me parece obvio que la razón por la que te molestaba mas y que comenzara a molestar a José, es simple, celos- me dijo sonriendo
-No lo conoces Fabiola- le dije simplemente -esta tramando algo, lo sé- y luego agregue aun contra mi voluntad - puede que le guste, pero no lo veas desde el lado romántico, sino simple y puramente físico-
-Vaya, eres el romanticismo personificado- me dijo ella -¿no puedes creer ni un poquito en las posibilidades?-
-No es falta de romanticismo Fabiola, conozco a Somers, tu no estuviste aquí esos años, no puedes saberlo, hay algo mas en ese cambio de actitud pero no sé que-
-¿De verdad no crees posible que en medio de su plan para mantener contentos a sus padres Javier se fijara realmente en ti?- me pregunto con seriedad
-Espero realmente que no- le dije
-¿Por qué?-
Mire a mi amiga fijamente
-Por que si realmente se lo propone, no se como voy a poder resistirme a él- le dije mordiéndome el labio inferior
Ella lanzo una sonrisa de satisfacción
-¿Entonces reconoces que te gusta?-
-Reconozco que me parece atractivo, y reconozco también que luego de todo lo que ha pasado con José y con Cris, soy más vulnerable que nunca, odio admitirlo pero Somers me conoce bien, algo esta tramando y yo no puedo permitirme sentir cosas por él-
-Noriko, realmente creo que estas paranoica-
-Y yo ceo amiga mía, que tienes la cabeza llena de demasiadas historias rosas- sonreí contra mi misma - pero si tienes razón, entonces puedo decir que tengo a Javier Somers justo donde quería-
-¡Noriko!- escuche la voz de la rata que venia hacia nosotros por uno de los pasillos laterales -Fabiola- saludo a mi amiga con una sonrisa antes de darme un beso fugaz - He estado pensando en la obra, creo que hoy podemos ensayar con Julieta y Romeo- me dijo
Asentí sin ganas de pelear, entrelazando los dedos con los suyos y mirando a Fabiola de mala manera cuando esta señalo nuestras manos entrelazadas, en cuanto llegue al Aula de teatro y vi a las porristas ahí, supe que esa sesión no seria, para nada agradable.
-¿Qué hacen aquí?- le pregunte a Mariel
-No es obvio Princesita- me dijo yo hice una mueca ante el apelativo - eres una de nosotras, así que hemos venido a ayudar-
¿Cuál era el pecado que estaba pagando?
-Tranquila, yo estaré aquí- me susurro Javier al oído
Era justamente eso lo que me preocupaba, ahí estaba Mariel, estaba Hera, estaba José y Javier, y por supuesto estaba Angie que me miraba, como si quisiera desaparecerme de la faz de la tierra.
Eso no podía salir bien.
Notas de la autora
Pensé que no iba a tener este capitulo a tiempo, pero ya lo he terminado y lo he corregido (según yo) y lo tengo listo antes de que inicie abril, es relativamente largo ya se están acomodando las cosas para nuestra cúspide argumental, espero de verdad sus comentarios, aquí al fin se ve un cambio en la manera de interactuar de Javier y Noriko. Y tenemos grandes avances sobre los sentimientos de Noriko. Estamos muy cerca de la parte emocionante, y de cuando querrán amarrarme a palos, pero bueno estoy muy emocionada.
Espero de verdad que disfruten él capitulo tanto como yo disfrute escribiéndolo no puedo creer de verdad que ya llevemos 29 capítulos, muchas gracias por seguir aquí y muchas gracias por sus comentarios.
¡¡¡ Saludos !!!