Extra -- Encuentro
Claim: Familia Seim
Mariel fingía que se había olvidado de ella, había levantado todas las fotos y jamás hablaba de ella, incluso reprimía sus recuerdos y sus pensamientos, nada que le recordara a ella, pero era difícil cuando el espejo te regresaba un reflejo tan parecido, incluso a pesar del nuevo corte de cabello y la ausencia de las gafas que ambas solían utilizar, las cosas jamás volverían a ser como era y lo sabía intentaba que aquello no se le olvidara, intentaba no dejar que su mente fantaseara con cosas imposibles.
Pero por mucho que estuvieran alejadas, no dejaban de ser hermanas, para Mariel las cosas no habían sido fáciles, y no estaba segura de querer saber como habían sido para su madre y su hermana, la llegada de Karen, había supuesto un golpe bastante duro para Mariel, aquella mujer que quería hacer todo a su manera, incluso vestirla con aquel ridículo vestido rosado con encajes y moños como si se tratara de una cría.
Recordaría aquel otoño como el peor de su vida, su padre intentaba y ella lo sabia, pero lo hacia todo mal, ¡Absolutamente todo!, y como si las cosas no fueran ya lo suficientemente terribles, ahí estaba Fabiola, con cara de pocos amigos, portando el vestido rosa como si de un condenado a muerte se tratara, y ella, Mariel tuvo que sonreír, fingiendo que Fabiola no existía, fingiendo que todo estaba bien, por aquel era el día de su padre y seria injusto que sus dos hijas pusieran cara de funeral.
-"¿Como puedes aceptar esto?"- le dijo Fabiola cuando ambas se encontraban sentadas en la misma mesa
-"Tu no sabes nada"- contesto ella con voz fría
-"Se que mi padre no lucho por nosotras"-
Mariel simplemente puso los ojos en blanco, antes de empezar a ignorarla, no había sido su padre el que había salido huyendo... eso estaba claro.
Notas de la autora
Estos dos personajes tiene puntos claros sobre las separación de sus padres, para Fabiola el culpable es su padre y para Mariel su madre.
Mariel fingía que se había olvidado de ella, había levantado todas las fotos y jamás hablaba de ella, incluso reprimía sus recuerdos y sus pensamientos, nada que le recordara a ella, pero era difícil cuando el espejo te regresaba un reflejo tan parecido, incluso a pesar del nuevo corte de cabello y la ausencia de las gafas que ambas solían utilizar, las cosas jamás volverían a ser como era y lo sabía intentaba que aquello no se le olvidara, intentaba no dejar que su mente fantaseara con cosas imposibles.
Pero por mucho que estuvieran alejadas, no dejaban de ser hermanas, para Mariel las cosas no habían sido fáciles, y no estaba segura de querer saber como habían sido para su madre y su hermana, la llegada de Karen, había supuesto un golpe bastante duro para Mariel, aquella mujer que quería hacer todo a su manera, incluso vestirla con aquel ridículo vestido rosado con encajes y moños como si se tratara de una cría.
Recordaría aquel otoño como el peor de su vida, su padre intentaba y ella lo sabia, pero lo hacia todo mal, ¡Absolutamente todo!, y como si las cosas no fueran ya lo suficientemente terribles, ahí estaba Fabiola, con cara de pocos amigos, portando el vestido rosa como si de un condenado a muerte se tratara, y ella, Mariel tuvo que sonreír, fingiendo que Fabiola no existía, fingiendo que todo estaba bien, por aquel era el día de su padre y seria injusto que sus dos hijas pusieran cara de funeral.
-"¿Como puedes aceptar esto?"- le dijo Fabiola cuando ambas se encontraban sentadas en la misma mesa
-"Tu no sabes nada"- contesto ella con voz fría
-"Se que mi padre no lucho por nosotras"-
Mariel simplemente puso los ojos en blanco, antes de empezar a ignorarla, no había sido su padre el que había salido huyendo... eso estaba claro.
Notas de la autora
Estos dos personajes tiene puntos claros sobre las separación de sus padres, para Fabiola el culpable es su padre y para Mariel su madre.