Buahaha. Este lo he tardado más en terminar de escribir por falta de tiempo, pero aquí está. Esta vez vemos al ya famoso -y wenorro- Damon Firth (personaje que también le pertenece a
tyfiore, ex novio de Ty XDDD). Estos hombres es que son un caso...
Continuación directa de Codicia, como ya dije. Tengo planeada Orgullo y quizá meta una especie de "precuela" a ese a modo de Gula... jujujuju.
Sin más, aquí con el Pecado =3
ENVIDIA
Para Chris, los últimos nueve días se le estaban haciendo largos. Demasiado largos. Desde que había tenido la conversación con Ty aquella tarde que no habían vuelto a hablar, ni siquiera al cruzarse -si es que lo hacían-, por los pasillos, en el Gran Comedor o en clase. La rubia había dejado de sentarse a su lado en las únicas dos clases que compartían y Chris se sentía dolido.
No entendía esa reacción tan… exagerada por parte de la italiana. Bueno, en parte sí, pero había llegado a ser algo demasiado extremo a su parecer.
-No sé qué os ha pasado- le había dicho Gwen Halliwell unos días después, pillándole un momento por los pasillos-. Ty no ha querido contarme absolutamente nada, pero sea lo que sea… deberíais hablar.
El castaño había apretado los labios y le había esquivado la mirada, no sabiendo bien qué decir.
-No está bien, Chris- continuó ante el silencio del Ravenclaw-. No está nada bien. Ella puede fingir todo lo que quiera pero la conozco, la tengo calada. No la veía así desde el año pasado. Desde Firth- hizo una breve pausa-. Eso debería decirte más que cualquier otra cosa, ¿no crees?
La Hufflepuff no le dijo nada más. Y aunque lo hubiese hecho, él se había quedado estancado en las últimas palabras que le había dicho. ¿Qué debería decirle? La vez con Firth Ty estaba enamorada, había estado así porque la persona a quien más quería le había traicionado de la peor manera. Pero en esa ocasión era sólo él. Sólo Chris. No había nada más. Por más vueltas que le daba, era incapaz de verle sentido a aquello.
Se pasó el resto del día observando a su amiga. La siguió con la mirada a todas partes e intentaba analizarla a partir de eso. Se la notaba algo crispada, quizá, o tensa, pero él no veía en absoluto lo que Halliwell le había dicho.
Su relación con Ty Fiore había evolucionado de tal manera -en un lapso no demasiado grande de tiempo- que mucha gente probablemente se sorprendía. Empezó a conocerla a través de Jim, un amigo que había dejado la escuela ese año a pesar de ir al mismo curso, cuando empezó a salir con la mejor amiga de la rubia, Gwen Halliwell. Ambos tenían problemas de amores, ella con Damon Firth y él con Amy Bennet, por lo que Chris se sintió inmediatamente identificado con la Hufflepuff. La vitalidad de Fiore, lo risueña y lo entregada que era hizo que él, a pesar de su timidez frente a una espontaneidad italiana, ignorase su vergüenza y se entregase a una genial amistad para con ella.
Se habían apoyado tanto y en tantas ocasiones, que Chris había perdido la cuenta. Él había aprendido a ser mejor persona y a dejar el doloroso tema de Amy en un segundo plano, sabiendo que era algo inútil. Prácticamente de la noche a la mañana esa chica bajita, de ojos azules tan sumamente claros y risa contagiosa se había convertido en su mejor amiga y en una de las personas más importantes en su vida. Y por eso, a pesar de que podía entender que la Huffie se hubiese enfadado por haberle omitido la conversación con Amy, no entendía el motivo por el que se había alejado de él de esa manera. Se sentía, en cierto modo, traicionado, aunque la confusión le ganaba en ello.
Había otra cosa que no entendía y era el motivo por el que, de repente, la veía hablar tantísimo de nuevo con Firth. ¿De qué hablaba con él? Ella esbozaba sonrisas y él la correspondía, incluso a veces se agachaba para susurrarle algo al oído, apartándole un poco el pelo del cuello para ello. ¿Qué le diría? ¿Qué hacía Firth? No entendía nada y, siendo sinceros, le daba una rabia infinita todo aquello. Ese Slytherin no pintaba nada en la vida de Ty. Ya no.
-¿Tienes algo que decir?- no se había esperado que fuese precisamente él quien le abordase después de haber estado observando disimuladamente a la rubia hablar un rato con él. Al parecer no había disimulado demasiado o el moreno era demasiado observador. O ambas cosas.
-¿Perdona?- le miró con estoicidad, intentando sonar lo más normal del mundo.
Estaban en mitad del pasillo. No había mucha gente, sin embargo que ellos dos intercambiasen ni que fuera dos palabras, era algo extraño. Firth le miró un momento, apretando lo labios y miró alrededor.
-Sígueme.
Su tono no daba lugar a réplica, así que Chris le siguió de mala gana hasta una clase. Miró a todas partes menos al Slytherin, apoyándose en la pared al lado de la puerta y cruzándose de brazos, a la expectativa. Suponía… era obvio que iba a hablarle de Ty. Pero el motivo hubiese preferido no saberlo. La rubia abarcaba muchas cosas para Chris como para centrarse en una sola.
-Rápido a poder ser, Firth- apremió, intentando no sonar demasiado borde-. Creo que ambos tenemos mejores cosas que hacer.
-¿Cómo qué, seguir pasando de Ty?
Para Chris, aunque supiese que iban a hablar de ella, el nombrarla tan directamente, además de echarle en cara que no se hablasen, le molestó en sobre manera. Sobre todo viniendo de quien venía.
-Que yo sepa, es ella la que ha decidido ignorarme y evitarme como si no hubiese un mañana- contestó, frunciendo el ceño-. Y tú no eres el más adecuado para hablar de ello. Debería importarte poco.
Damon resopló, hastiado, antes de mirarle.
-Mira chaval, lo que me importe o no, no es de tu incumbencia.
A Chris todo aquello no hacía más que cabrearle.
-¿A ti qué más te da lo que suceda?- empezó, no pudiendo morderse más la lengua-. ¿A ti qué cojones te importa que Ty no me hable o si nos hemos peleado? No tienes nada que ver en este asunto, así que no te metas.
Como un vendaval, el Slytherin acortó la distancia entre ellos y agarró a Chris del cuello del uniforme. Su expresión no auguraba nada bueno.
-Lo que le suceda a Ty siempre es de mi incumbencia- Chris frunció el ceño ante lo posesivas que habían sonado las palabras del Slytherin.
-Ty no te pertenece- contestó, usando el mismo tono.
-Tampoco a ti.
-¿Acaso he dicho yo lo contario?- Damon frunció aún más el ceño ante la respuesta del Ravenclaw.
-Ella es un libro abierto, y tú deberías aprender a leer más entre líneas.
Con una mirada furibunda, el moreno le soltó de mala manera. Chris, por primera vez en su vida, tenía ganas de romperle la cara a puñetazos a alguien.
-No sabes lo que tienes- la voz del Slytherin llegó a sus oídos a duras penas.
-Claro que lo sé.
Ante la respuesta de Chris, Damon no se abstuvo de alzar la voz.
-Si lo sabes ¿¡por qué cojones estás haciendo todo esto!?- le espetó, golpeando con el puño una de las mesas que tenía al lado. Chris intentó mantenerse estoico en su lugar, cosa difícil con lo que imponía Damon Firth -a pesar de ser algo más bajo que él-. Pero toda paciencia tenía un límite.
-¿¡Y qué mierdas quieres que haga!?- acabó explotando-. ¡No sé qué cojones es lo que siente!
El moreno le miró sin replicar por primera vez desde que habían empezado la conversación. Chris se sintió hastiado, cansado y frustrado a más no poder. ¿Qué tenía ese maldito de Damon Firth?
-Llevo demasiado tiempo pasando todos los días con ella. Demasiado tiempo observándola y demasiado tiempo recibiendo señales- confesó-. Recibo señales a diario pero no sé qué coño hacer ni como tomármelo. ¡Estoy harto! ¿Y si lo hace sin querer? ¿Y si lo hace queriendo? ¡No sé qué cojones pensar ya!
Los nervios le tenían crispado. Llevaba tiempo con todo aquello en la cabeza y el Slytherin había sido el detonante.
-Yo no soy tú.
Aquello último sorprendió a Damon. ¿Qué quería decir? Claro que no era él. Él era Chris Turner, el perfecto amigo, el simpático, el cariñoso y leal, a la par que divertido. Para cualquier cosa Ty le tenía a él. Era obvio por lo que lo suyo con ella no había funcionado.
-Ni yo soy tú- contestó simplemente el Slytherin, en un tono elocuente.
Llegados a ese punto, Chris se sintió estúpido. No le había pasado desapercibido el tono en el que había contestado y sin quererlo sus cejas se habían alzado por la sorpresa y por lo irónico de la situación. Él envidiando a Damon Firth mientras que Damon Firth le envidiaba a él. Debía reconocer que ese asunto era pintoresco cuanto menos.
El Slytherin respiró hondo, intentando calmarse. Chris le observó apartarse el pelo de la cara y apretarse las cuencas de los ojos, en señal de cansancio. Después, le miró -le taladró más bien-, con sus ojos azules. Parecía querer sacar rayos con ellos.
-No la dejes escapar.
-No pensaba hacerlo.
Y sin más, se fue, dejando a Chris algo escéptico de lo que acababa de vivir en menos de diez minutos. Si alguien le hubiese dicho que Damon Firth iba a tener envidia de él, probablemente le habría tachado de loco. Sin embargo ahí estaba, y le había ayudado a ver las cosas desde otra perspectiva.
Para Firth, Ty sentía algo por él -cosa que él había dudado exceptuando las señales que recibía-. Así que, al menos, tenía una cosa clara en ese momento.
Quien no arriesga, no gana. Con Amy nunca hubiese funcionado. Con Ty… bueno, las circunstancias lo dirían.
------------
Estos hombres son un caso. Juju. Ya veréis el siguiente, ya...