Vale, no tengo ni idea de porqué me ha dado por escribir esto en vez de escribir... no sé, sobre Dean y Cas. Pero mis ataques de inspiración son así, qué le vamos a hacer.
Título: Premio de Consolación
Fandom: Chuck
Pareja: Casey/Chuck (no correspondido), Casey/Bryce
Rating: R
Resumen: A veces lo único que quieres es olvidar... Angst, spoilers del final de la segunda temporada.
Estaba siendo una ceremonia preciosa. El clima era ideal, los invitados sorprendentemente se estaban comportando correctamente y por el momento todo estaba saliendo a pedir de boca.
Después de sus respectivos “sí quiero”, los dos novios rieron nerviosamente, casi como si les resultara difícil creer que por fin lo hubieran hecho, que todo hubiera sido tan fácil después de todo lo que habían pasado hasta llegar ahí.
-Yo os declaro marido y mujer - dijo el cura, y todos los invitados empezaron a aplaudir extasiados. Ellie y Morgan iniciaron una competición para ver quién de los dos lloraba más (por supuesto iba ganando Morgan), mientras los padres de ambos se estrechaban las manos cálidamente, dándose la bienvenida a la familia.
Los dos novios se besaron y después se giraron para recibir las felicitaciones de todos sus allegados.
Casey observó a los recién casados mientras eran besados y abrazados por sus amigos y familiares. Sarah estaba realmente hermosa, todo el mundo se había quedado sin respiración cuando se había encaminado al altar del brazo de su padre, con su pelo rubio suelto y su vestido blanco. Y Chuck… Chuck estaba radiante. Sus ojos brillaban, y su sonrisa, ésa sonrisa, iluminaba su rostro de una manera totalmente indescriptible. Casey no había podido dejar de mirarlo durante toda la ceremonia, intentando grabar en su memoria todos los detalles de esa cara que pronto iba a dejar de ver a diario como había hecho en los últimos años.
Se acercó a darles la enhorabuena y a desearles un feliz matrimonio. Sarah le dio un beso en la mejilla y Chuck lo abrazó brevemente, dándole las gracias por estar presente. Cuando se alejó, Casey sintió una presión en su pecho que no sentía desde que había dejado marchar a Ilsa.
El bodorrio se celebró en el patio del antiguo piso de Ellie, ahora propiedad de Chuck y Sarah. Casey seguía viviendo en el apartamento de al lado, pero no por mucho tiempo más. Chuck ya no tenía el Intersect en su cabeza y su trabajo juntos había terminado. Sólo se había quedado porque Chuck le había rogado que asistiera a la boda y Casey no había podido negarse, pero una vez finalizada la boda, no tenía ningún motivo más por el que permanecer cerca de Chuck.
Se quedó un rato en la fiesta por cortesía, deseando largarse de allí. Parecía que todo el mundo se había puesto de acuerdo en ir a molestarlo cuando él lo único que quería era quedarse solo en un rincón regodeándose en su miseria. Primero había sido Ellie, que cogiéndole cariñosamente del brazo le había preguntado si estaba bien. Él le había dicho que estaba perfectamente porque no quería que nadie le tuviera lástima y mucho menos la hermana del causante de dicha miseria. Ellie no le había creído, pero le había dejado solo de todas formas. Después había llegado Steve, que había empezado a hablar de alguna misión que había hecho en el pasado o algo por el estilo porque Casey no le había prestado mucha atención. Más tarde Jeff y Lester, totalmente borrachos, se habían empeñado en dedicarle en exclusiva la primera interpretación de la nueva canción de su ridículo grupo pero afortunadamente con una amenaza de muerte había logrado ahuyentarlos antes de que llevaran a cabo su terrible idea. Cuando ya pensaba que estaba a salvo Morgan había aparecido de la nada, llorando desconsoladamente porque su mejor amigo ahora estaba casado y ya nada sería lo mismo entre ellos dos y oh qué solo se iba a sentir. Entonces el llanto cesó de golpe y su cerebro, que funcionaba de maneras muy misteriosas, llegó a la conclusión de que la solución a todos sus problemas era pedirle en matrimonio a Anna. Así que después de darle las gracias por sus amables consejos -aunque Casey no había abierto la boca durante todo el monólogo, suficiente había hecho con contener sus ganas de estamparlo contra la pared- se marchó en busca de su novia. Devon había sido el siguiente, en su caso había creído conveniente explicarle lo mal que lo estaban pasando sus gemelos ahora que les estaban saliendo los dientes.
Casey apuró su cubata, el tercero o el cuarto ya. El acohol no le estaba haciendo efecto lo suficientemente rápido como para aguantar todo aquello.
Finalmente vio la luz al final del túnel cuando Jeff se atragantó con una de sus mini quiches y Devon corrió a salvarlo. Aprovechando la confusión, se escabulló dentro de su apartamento, decidido a emborracharse hasta perder la facultad de recordar siquera su propio nombre.
Con la botella de whisky ya en la mano, se dirigió a la cocina a por un vaso y fue entonces cuando se dio cuenta de que no estaba solo. Dejando la botella sobre la repisa, alargó la mano hacia su pistola, pero no la desenfundó cuando vio que su visitante no tenía ninguna intención de mantenerse oculto y mucho menos de atacarlo, sino que emergiendo desde el salón, se encaminó hacia él y se apoyó casualmente contra el marco de la puerta de la cocina sonriendo como si fuera algo perfectamente normal que estuviera allí.
-Estás vivo - dijo Casey, afirmando más que preguntando.
-No pareces demasiado sorprendido - contestó Bryce, con esa sonrisa suya casi prepotente que Casey siempre había detestado.
-Si yo no pude acabar contigo, tiene sentido que esos inútiles del Círculo tampoco fueran capaces.
-Muy cierto. ¿Y qué? ¿Todavía te quedan ganas de volver a intentarlo? Ahora no llevo chaleco.
Casey lo recorrió con la mirada, como sopesando la idea. Pero cargarse a Larkin hacía tiempo que había dejado de formar parte de su lista de prioridades.
-Quizá otro día - fue su respuesta, tras la cual se dio la vuelta y alcanzó el vaso que había venido a buscar. Llenándoselo hasta arriba de whisky, no se molestó en preguntarle a Bryce si quería una copa. Se bebió el whisky de un trago, mientras trataba de ignorar la intensa mirada que sentía clavada en su espalda. Cuando el silencio se hizo insoportable, volvió a girarse hacia Larkin. - ¿A qué se supone que has venido?
-¿Tú que crees? No podía perderme este feliz acontecimiento. Mi ex mejor amigo con mi mejor ex novia, era una cita obligatoria.
-¿Todavía tienes esperanzas de recuperar a Walker?
Bryce rió.
-Na, yo no soy de los que se aferran al pasado, nuestra historia terminó ya hace mucho tiempo y Sarah está mucho mejor sin mí. Chuck la hará mucho más feliz de lo que nunca podría hacerla yo.
-¿Y no piensas decirles que estás vivo, al menos?
-¿Para qué? No me necesitan en su vida y ya me he interpuesto demasiadas veces entre ellos. Bryce Larkin es ahora un recuerdo lejano, me conformaré con que hablen de mí a sus nietos.
-¿Y que les hablen del tipo que les traicionó y que casi arruina sus vidas?
-¡Ey! - protestó Bryce, sin estar realmente ofendido - Más bien les contarán sobre aquel tipo increíblemente atractivo y encantador que se parecía a James Bond y se llevaba a todas las chicas de calle y de cómo sus abuelos se conocieron y se enamoraron gracias a él.
Casey soltó un gruñido sospechosamente parecido a una risita.
-Bryce Larkin, siempre el humilde.
-Venga Casey, si sabes que te encanta que sea así.
-En tus sueños, Larkin.
Riendo, Bryce se despegó del marco de la puerta y fue a sentarse en el borde de la mesita, sin dejar de mirarle con esos ojos que a veces ni siquiera parecían humanos.
-Entonces ahora eres un fantasma, ¿uh? ¿Nadie sabe que estás vivo? - preguntó Casey.
-Prácticamente nadie. A efectos prácticos, estoy muerto. Se acabó la CIA, se acabó Fulcrum, se acabó El Círculo, se acabó el Intersect, se acabó todo. He vuelto a nacer y soy un hombre libre. Deberías probarlo, ¿sabes? Se siente muy bien.
Casey jamás admitiría que en ese momento sintió envidia de Larkin. Dejarlo todo y empezar de cero; se lo había planteado ya demasiadas veces, especialmente en los últimos tiempos.
-¿Por qué has venido a verme a mí, Bryce?
Bryce se encogió de hombros.
-Eres la única persona que conozco que está tan sola como yo.
Y ése era otro de los aspectos de la personalidad de Larkin que detestaba con todo su ser. Su capacidad para hacer tanto daño con una puta frase de nada. Y el hecho de que no dijera esas cosas con mala intención lo hacía peor aún.
-¿Por qué no le dijiste nunca lo que sentías?
-¿Tú qué coño sabes sobre lo que siento o dejo de sentir?
Bryce le miraba con una expresión compasiva idéntica a la que había lucido Ellie durante la fiesta. Volvió a darse la vuelta porque no soportaba esa mirada, porque lo único que quería era terminarse la botella de whisky y olvidarlo todo.
-Casey, cualquiera con ojos en la cara se daría cuenta de lo que sientes - cuando Casey agarró con fuerza el borde de la encimera, Bryce se apresuró a añadir - Relájate. Cuando digo cualquiera no me refiero a Chuck. El chico tiene muchas cualidades, pero cuando se trata del amor, no es precisamente lúcido que digamos.
A Casey le entraron ganas de echarse a reír, pero se contuvo. Por supuesto que no era lúcido, y ésa era una de las muchas cualidades que le encantaban de él. Lo deliciosamente denso que podía llegar a ser a veces… casi siempre. Incluso con Walker había pasado años dudando de lo que ella sentía por él cuando era evidente lo enamorada que estaba.
-Chuck es un buen chico - dijo Casey por fin -, un buen chico que ha tenido que cargar con demasiado desde que era muy joven. Supongo que… supongo que no quería hacerle cargar con otro peso más sobre sus hombros.
Casey no se arrepentía de no haberle dicho nunca nada. Sabía que no tenía ninguna posibilidad y no pensaba que fuera justo hacerle pasar por el mal trago de rechazarle.
Sólo había estado a punto de decírselo una vez, en la despedida de soltero a la que Devon le había obligado a ir. Cuando ya estaba avanzada la noche y todos estaban en un estado de embriaguez bastante deplorable, Chuck se le había pegado como una lapa.
-¡Joooooooooooooooohn! ‘Asey, los chicos y yo hemos estado hablando y hemos decidido que tenemos que buscarte una novia. Qué ‘ástima que Sarah no tenga ninguna hermana… Le voy a decir que invite a Carina a la boda… a ver si mojas y se te quita la mala hoshtia…
Se había puesto a reír como una hiena, rodeándole con los brazos para no perder el equilibrio, y con la mirada desenfocada cambió totalmente de discurso y murmuró,
-Te quiero ‘Asey. Eresh el mejor protector del mundo mundial y cuando te vayas a hacer tus misiones ultra secretas te voy a eshar musho de menosh…
Y hubiera sido muy sencillo, la verdad. Tenía la cara de Chuck a pocos centímetros de la suya, sus mejillas estaban sonrosadas y tenía una expresión absolutamente adorable. Lo único que tenía que hacer era inclinar la cabeza un poco y capturar esos labios tan carnosos… Pero entonces Devon se había sumado al abrazo, diciendo a trompicones lo mucho que los quería a los dos y lo fantástico que era que estuvieran todos juntos. El sentido común le había vuelto de golpe y Chuck había continuado en su bendita ignorancia.
Chuck se merecía ser feliz, y él se contentaba con saber que lo había logrado, aunque fuera con otra persona. A lo largo de su vida Casey había amado a dos personas extraordinarias y eso era más de lo que podía decir mucha gente.
-Tú también eres un buen tipo en el fondo - dijo Bryce, que en algún momento se había levantado de la mesa y se había colocado justo a su lado.
Casey le miró, sus ojos instintivamente dirigiéndose hacia la boca del ex agente de la CIA. Bryce se dio cuenta y sonrió socarronamente.
-Por mí no te cortes - le dijo, acortando todavía más la distancia entre ellos. Casey podía notar el calor que irradiaba su cuerpo, y no era eso lo que necesitaba en esos momentos. No, era una mala idea, una idea pésima, aunque cierta parte de su anatomía estaba empezando a dar señales de no estar de acuerdo con eso.
-No creo que sea una…
-¿Buena idea? ¿Por qué no? Estás solo y amargado y yo te estoy ofreciendo compañía. ¿No es mejor alternativa que tu fantástico plan de perder el conocimiento borracho perdido?
-¿Por qué te empeñas en meterte en la vida de los demás?
-¿Por qué te empeñas en dejar fuera de tu vida a todo el mundo?
-¿Por qué precisamente tú querrías meterte en mi vida? ¿En serio le estás ofreciendo sexo al tío que te ha disparado dos veces?
-¿Qué quieres que te diga? Me pone lo macho que te vuelves cada vez que desenfundas tu pistola.
-Estás de coña, ¿no?
-Casey - dijo Bryce, esta vez poniéndose serio-. Ya sé que yo no soy Chuck, y desde luego tú no tienes nada que ver con Sarah… Pero tú estás solo, yo también… ¿No te apetece darte una alegría de vez en cuando?
-Ahora qué eres, ¿un puto premio de consolación?
Bryce esbozó una media sonrisa.
-Un premio de consolación bastante suntancioso, ¿no crees? - y entonces puso un tono de voz tan sexy que seguro que debía ser ilegal en más de un estado - Apuesto a que todavía te acuerdas de lo bien que nos lo pasábamos juntos tú y yo.
Joder, por supuesto que se acordaba. ¿Cómo no iba a hacerlo? La estrecha camiseta que llevaba puesta Larkin hacía poco por disimular el cuerpo musculoso que se escondía debajo; Casey recordaba perfectamente el tacto de ese cuerpo pequeño pero firme bajo sus manos. Y en ese instante quiso. Quiso volver a sentir esa piel bajo sus dedos, quiso volver a sentir esa sensación de libertad que había sentido las escasas pero gloriosas veces que Larkin y él habían pasado juntos en el pasado, sin preocuparse de gilipolleces como sentimientos o emociones… Quiso liberarse de esa opresión en el pecho y dejar de ver la cara de Bartowski cada vez que cerrara los ojos…
Cogiendo de la nuca a Larkin, unió sus bocas con más fuerza de la necesaria y lo empujó hasta aprisionarlo entre la nevera y él mismo. Bryce le respondió al instante, rodeándole el cuello con los brazos y la cintura con las piernas y respondiéndole al beso con la misma intensidad.
-Eso es, Casey - dijo Bryce entrecortadamente cuando se separaron para coger aire -. Pierde el control y demuéstrame de lo que eres capaz.
Esta vez Casey no se molestó en llevarle la contraria sino que volvió a besarlo y todavía en brazos lo llevó hasta el dormitorio, dejándole caer sin ningún cuidado sobre la cama. Bryce se puso de rodillas y empezó a desnudarse lentamente, asegurándose que Casey no perdiera detalle de su striptís. Y Casey no lo hizo. Observando con atención a su premio de consolación, Casey tuvo que admitir que tampoco estaba tan mal. Bryce tenía unos ojos tan bonitos como los de Ilsa, y una sonrisa capaz de competir con la de Chuck. Era tan independiente como ella, y tenía su punto de friki, como él. Y si no recordaba mal era… increíblemente flexible también.
-¿Ves algo que te guste? - dijo Bryce, ya totalmente desvestido y haciéndole señas para que se uniera a él en la cama.
Sin perder más tiempo, Casey se deshizo también de su ropa y con un gruñido de aprobación saltó a la cama y atrajo a Bryce hacia sí. Cuando por fin estuvo en su interior, sintió tanto alivio que casi se le saltaron las lágrimas. Concentrándose en ese fabuloso cuerpo que seguía acoplándose igual de maravillosamente al suyo, Casey consiguió olvidar por primera vez en meses, en años, y todo quedó reducido a ese momento, a ese aquí y ahora.
Dejarlo todo, empezar de cero, un recuerdo lejano.
Bryce se estremeció debajo suyo, clavándole las uñas en la espalda, gritando su nombre.
Volver a nacer, ser libre.
Sí. Aunque sólo fuera por unos instantes, aunque mañana despertara y todo volviera a ser lo mismo. Sí, se sentía muy bien.
FIN