Título: Apocalipsis Draco
Fandom, pairing: Harry Potter/Draco Malfoy.
Clasificación: R
Género: Humor, pwp, algo crack.
Palabras: 2.193
Resumen: Durante la fiesta de Navidad del ministerio, Draco pone en marcha su plan para llevarse a la cama a Harry Potter.
Notas de Autor: Aunque el fic es un regalito de San Valentín, se me ocurrió esta idea los días previos al supuesto fin del mundo maya, de ahí el tema. Acabo de ponerle el punto final, apenas lo he repasado, ¡espero que esté bien!
Disclaimer: Los personajes pertenecen a Rowling y el apocalipsis, a los mayas.
Apocalipsis Draco
Era un plan perfecto.
Draco respiró hondo y se bebió lo que quedaba en su copa de champán. Después se dirigió hacia Potter con paso firme. No era nada fácil porque el suelo se estaba moviendo absurdamente, pero no dejó que eso le detuviera. Tampoco las docenas de personas que estaban atendiendo la fiesta del solsticio del ministerio.
Potter -Draco insistía en llamarlo mentalmente así, como si eso supusiera alguna distancia emocional cuando estaba obsesionado con lamerlo de arriba abajo cual una golosina con forma de cuatro-ojos- estaba un poco arrinconado, dando pequeños traguitos a su copa. Aunque se le veía un poco fuera de lugar, no podría estar más guapo. Era horrible que fuera tan guapo. Si no lo fuera, la vida de Draco sería mucho más fácil. Pero claro, al parecer Potter había venido al mundo para complicarle a él la vida, así que era atractivo. No como uno de esos modelos de Corazón de Bruja, no. Era algo más terrenal, más accesible. Lo cual empeoraba las cosas, ya que pese a esa imagen cercana, Potter estaba totalmente fuera de su alcance.
Sin embargo, su plan solucionaría ese problema. Draco sabía que su obsesión con Potter era un truco de su mente. En cuanto pasara la noche con él probablemente descubriría que era un amante patoso y grosero y entonces esa imagen idealizada de Potter se desvanecería y él dejaría de soñar.
Dispuesto a comenzar, Draco puso cara de alarma. Después pensó en Potter y él, le entró la risa tonta y tuvo que esperar unos segundos antes de acercarse definitivamente a su objetivo.
-Potter -dijo sin más, asegurándose de pronunciar bien las palabras-, necesito hablar contigo a solas, el mundo está en pelgro… pe-li-gro.
-¿Uh?
-Sólo será un momento -dijo con la mayor seriedad.
Había un pequeño balcón muy cerca de ellos y Draco le hizo un ademán a Potter para que le siguiera hasta allí. Potter le siguió. Aunque trataba de mantener la cara circunspecta, por dentro estaba dando saltos de alegría porque todo iba según lo previsto.
-¿Qué ocurre? -preguntó Potter, cuando estuvieron fuera.
-Potter… -Draco se distrajo un momento; la luz que provenía del salón se reflejaba de manera hermosa en el rostro de Potter-. Potter…
-¿Sí?
Draco volvió en sí y carraspeó.
-Sí, sí, perdona… Potter, sabes que tengo acceso a cierta información… Ya sabes… Por el sitio en el que trabajo…
-El Departamento de Misterios.
Draco dio un respingo.
-Sssshhttt, es un secreto. -Potter pareció debidamente contrito y Draco reprimió su impulso de abalanzarse sobre él y besarlo hasta dejarlo bizco. Necesitaba seguir adelante con su plan-. Pero he descubierto algo. Algo horrible, espantoso. ¡El mundo está en peligro! Sí, Potter, como lo oyes. Todos vamos a morir. Todos. Tú, yo, la comadreja, Granger, mis padres, Teddy, Blaise, Pansy, Greg, Longbottom, Lovegood, sus gemelos, la señora Weasley…
-Sí, todos, todos.
-Todos, sí. Y sólo hay una manera de impedirlo. Sólo una, Potter, ¿entiendes?
Potter lo miraba con intriga.
-¿Cuál?
Ese era el momento decisivo.
-Tú y yo debemos follar. -Potter abrió los ojos como platos y Draco, que nunca hacía las cosas a medias, se lanzó de cabeza-. Sí, sé que parece una locura, Potter, pero lo he leído en un documento antiguo. Uno muy, muy antiguo. Y lo dice claramente. Es el fin del mundo, ¿entiendes? Lo profre… profetrizaron los mayas. Ellos fueron. Claramente. Hasta los muggles lo saben. Pero si tú y yo follamos, el mundo no se acabará.
Potter frunció el ceño.
-¿Estás borracho?
Draco hizo un gesto despectivo con la mano.
-Por favor… ¿Borracho? Qué cosas tienes… Esto es completamente en serio.
Potter ladeó la cabeza.
-Creo que estás borracho -dictaminó. Y luego sonrió de oreja a oreja-. Yo estoy un poquitín borracho también. Un poco de nada.
Draco dio una patadita en el suelo.
-Potter, no estoy borracho. Sólo quiero salvar el mundo. ¿Acaso no quieres salvar el mundo?
Pero Potter sí que debía estar totalmente ebrio porque sólo sonreía, como si fuera una broma. La verdad, qué falta de preocupación por el mundo. Uno diría que un héroe como el maldito Chico-que-vivió tendría que estar encantado ante esa oportunidad de ser heroico a gran escala otra vez. Sin embargo, antes de que pudiera echárselo en cara, Potter se puso a su lado y le pasó el brazo por la cintura.
-Tienes razón, vamos a salvar el mundo.
Un momento después, Draco sintió el tirón de la Aparición.
******
Estaba en la habitación de Potter.
Era grande, espaciosa, con las paredes pintadas de azul claro y una cama apetecible. Draco no tuvo mucha posibilidad de fijarse en nada más porque al momento, Potter, que estaba pegado a él, empezó a olisquearle el cuello.
-Hueles tan bien…
Su cerebro se quedó sin sangre de golpe y supo que ya no podía esperar ni un solo segundo más. Draco se giró hacia Harry, buscando ansiosamente su boca y al encontrarla fue como si el mundo hubiera estallado en colores. Apretado contra él, no podía creer lo bien que se sentía moviendo sus labios contra los suyos, chupándolos, besándolos. Harry sabía a champán, olía a loción del afeitado y a deseo y Draco empezó a pensar que su plan iba a tener un error, después de todo, porque si Harry besaba así, no había manera de que pudiera ser un amante desastroso. Luego Harry abrió la boca y Draco gruñó mientras le daba la bienvenida a su lengua. Su deseo aumentó aún más y se apretó contra él todo lo que pudo, restregándose, acariciándole los hombros, el pelo, la cintura. Harry besaba de fábula, sin duda, pero en ese momento él necesitaba más, lo necesitaba todo.
-Cama… -consiguió decir.
Harry obedeció, llevándole hacia la cama sin dejar de besarle y empezaron a desnudarse. Draco se sentía patoso, entre el calentón y la borrachera, y medio arrancó la camisa de Harry en un esfuerzo por acceder cuanto antes a toda aquella carne prometedora. Harry emitió un ruido de protesta, pero siguió besándole y arrancándole la ropa a la vez, y cuando los dos quedaron desnudos y Draco pudo observarlo por fin en todo su esplendor -su polla dura y gruesa, los músculos bien delineados por el ejercicio- tuvo la sensación de que el universo por fin le estaba compensando con tantos sinsabores.
Necesitaba tocar todo eso cuanto antes y eso es lo que hizo mientras Harry hacía lo mismo, caricias sentidas, un poco torpes, entremezcladas con besos. Draco estaba como flotando, la confusión de la borrachera mezclándose con la urgencia del deseo; casi parecía un sueño del que nunca habría querido despertar. Harry murmuraba palabras de vez en cuando, pero él estaba demasiado ido para entenderlo. Cuando notó su mano deslizándose entre sus piernas, las abrió al instante, ofreciéndose casi con desesperación.
-Oh, joder, Malfoy… -Draco abrió los ojos y vio que los de Harry se habían oscurecido de un modo que lo puso aún más caliente. No tuvo tiempo de pensar más porque entonces Harry levantó la mano derecha y la abrió con determinación y aquella exhibición de magia sin varita lo excitó casi tanto como el dedo que sintió deslizándose en su interior.
Draco cerró de nuevo los ojos y se dejó llevar por las sensaciones que causaban los dedos de Harry y la lengua que a veces recorría la punta de su erección y bajaba hacia las pelotas. Estaba ansioso por notar a Harry dentro de él, la idea casi bastaba para hacerlo perder el control.
-Vamos, Potter… -gimió, moviendo las caderas.
-Espera un poco…
-No… Piensa que… tenemos que salvar… el mundo.
La risa de Harry, que en ese momento tenía la cara pegada a la entrepierna de Draco, pareció reverberar por todo su cuerpo.
-Eres tan gracioso…
-No te rías -volvió a gemir Draco, quien sabía que se encontraba sólo a unos pocos segundos de distancia de empezar a suplicar.
Harry se medio incorporó para darle un beso que le dejó sin aliento.
-No sabes cuánto me alegro de estar así contigo -dijo, acariciándole el pelo.
Draco se quedó mudo ante aquel gesto de ternura y al observar a Harry y sus ojos verdes y la locura que tenía por pelo sintió que despertaba algo en su interior, algo dulce y peligroso e irreprimible.
Harry no esperaba respuesta; se situó entre las piernas de Draco y las alzó hasta colocarlas sobre sus hombros. Draco se quedó doblado en dos, medio atrapado por el peso de Harry; lo adoraba. Y entonces Harry le besó cerca de la rodilla y sonrió.
-¿Listo para salvar el mundo?
Draco asintió, aunque no pudo evitar una punzada de pesar al darse cuenta de que iba a ser el más perjudicado por su propia mentira. Esa pequeña reflexión era sincera, pero aun así se borró de su mente cuando sintió a Harry entrando en él con un movimiento lento e inexorable. Draco contuvo el aliento ante la mezcla de dolor y placer, tan exquisita que casi no se podía soportar. Oh, joder, era perfecto. Y finalmente Harry estuvo firmemente instalado en su interior y fue como si se hubiera convertido en todo su puto universo.
-Vamos -le instó,
Como antes, Harry no se hizo de rogar y comenzó a moverse con un ritmo enérgico, algo atropellado a veces. Draco estaba demasiado caliente como para necesitar precisión y Harry acertaba a su próstata un número suficiente de veces. En cualquier caso, Draco no lo habría cambiado por nada en el mundo. Estaba perdido en su propio placer, en la satisfacción de tener a Harry desnudo sobre él, dentro de él, a su alrededor, murmurando palabras confusas y cálidas mientras se lo follaba como si no hubiera un mañana.
La cama resistía las embestidas con algún que otro crujido, el aire estaba lleno de jadeos, exclamaciones, gemidos. Draco se notaba el cuerpo en llamas, cada vez más necesitado y desesperado. Y entonces Harry farfulló un aviso antes de echar la cabeza hacia atrás y correrse con un grito casi animal. Fue el empujón definitivo y Draco le siguió, estremeciéndose de arriba abajo, vaciándose entre sus estómagos.
Necesitó unos segundos antes de recordar quién era, dónde estaba y con quién. Draco, saciado y feliz, observó a Harry, derrumbado sobre él, y se dejó llevar unos segundos por la paz que experimentaba antes de que la realidad comenzara a disipar la nube en la que se encontraba. Estaba bien jodido. Había hecho eso para poder quitarse a Potter de la cabeza y ahora ya no iba a poderse olvidar de él nunca. Oh, ¿cómo había sido tan estúpido? Ahora Harry perdería el interés por él, considerando que ya habían salvado el mundo y podía seguir con su vida, y mientras él tendría que recordar para siempre aquella noche, sabiendo que no iba a repetirse nunca más.
A Draco se le escapó un gemido de pena mientras abrazaba a Harry con más fuerza. ¡No quería que se lo quitaran! Pero entonces Harry alzó la cabeza para mirarlo y Draco trató de ocultar sin éxito su pesar. No debió de hacerlo bien, porque Harry pareció preocuparse.
-Eh, ¿qué pasa? -Abrió los ojos de par en par, ahora angustiado-. ¿No te habré hecho daño? ¡Dime que no te he hecho daño! Oh, Dios mío, Draco, lo…
Draco lo interrumpió, aún más afectado por la inminente separación ahora que Harry lo había llamado por su nombre y todo.
-No me has hecho daño, no es eso.
Harry pareció un poco menos asustado.
-Entonces, ¿qué es? ¿No te ha gustado?
-Claro que me ha gustado. -Draco no pudo más; tenía ganas de llorar y todo. Siempre había sido un borracho sentimental-. ¡Ese es el problema! ¿Es que no te das cuenta? ¿Qué pasará mañana? Ahora que ya has salvado el mundo, no querrás volver a estar conmigo.
Nada más decirlo Draco pensó que no debería haber confesado así sus sentimientos. Maldito alcohol.
-Um… Draco… ¿De verdad crees que me he tragado lo de follar para salvar el mundo?
Draco lo miró con un respingo.
-¿Qué?
Harry soltó una risita.
-Estoy borracho, pero no tanto.
-¿Y entonces por qué…? -No entendía nada.
-Porque me gustas y pensé que era una manera original de llevarme a la cama. -Harry le dio un beso en la mejilla y se acomodó contra él-. Mañana me seguirás gustando también. Y creo que después de desayunar deberíamos tomarnos una poción para la resaca y ver qué tal lo hacemos sobrios, ¿qué te parece?
Draco podría haberse puesto a saltar por toda la habitación, pero para eso habría tenido que separarse de Harry, así que se quedó donde estaba.
-Suena genial.
-Bien -dijo Harry, con satisfacción-. Hasta mañana, entonces.
-Hasta mañana, Harry.
Harry le dedicó una última sonrisa y Draco cerró los ojos, feliz, casi abrumado por aquel golpe de suerte. ¡Le gustaba a Harry! ¡Iban a tener más momentos como aquellos! Ni siquiera le importaba haberse llevado un pequeño chasco con su plan. Al fin y al cabo, había funcionado, ¿no? De hecho, había funcionado incluso mejor de lo previsto. Draco se felicitó a sí mismo por su astucia mientras el sueño acudía a buscarlo en los brazos de Harry.
Fin