Título: Sin Plan
Reto: #14 - "Para las mentes bien organizadas, la muerte es la siguiente gran aventura", el problema es que nunca aprendiste a organizarte.
Pairing: Drarry
Rating: PG-13
Género: Slash.
Disclaimer: Todo es de JK Rowling. Pero el fandom lo hace más divertido XD
Nota: El canon para este fic es todo de la película... porque no he podido sacármelo de la cabeza.
Harry no sabía que estaba esperando de todo eso, realmente no pensó en nada cuando se lanzó solo hacia el bosque prohibido. Tampoco tenía tiempo para ponerse a meditar en medio de toda esa locura, había visto hechizos siendo lanzados por todos lados y ni siquiera quería detenerse a pensar en si alguien cercano habría muerto, en realidad no quería saber sobre muertes. Nada de esto había sido su idea. Se había lanzado al vacío como siempre, sin un plan, sin las maravillosas ideas de Hermione o la audacia de Ron. Así, estaba solo en el bosque con la piedra de la resurrección en la mano y demasiadas emociones en su alma como para razonar.
Todo pasa rápido aunque a él le había parecido que demoró siglos. Cuando sintió el calor de las manos de Narcissa apoyándose en su cuerpo desmadejado su cerebro conectó de nuevo. Escuchar esa voz preocupada lo hizo pensar en Draco, en que la última vez que lo había visto fue después de la salir huyendo de la sala de los menesteres, rodando al caer de la escoba, ni siquiera había tenido tiempo de ver si estaba bien porque su mente había conectado con Voldemort una vez más. Pero recordaba haberlo visto correr y Harry quiso aferrarse a eso, tenía que confiar y asintió suave e imperceptible. No tenía idea de que buscaba conseguir fingiendo, además de ganar tiempo. En momentos como ese, Harry detestaba ser puro instinto, saber que terminará siempre arrojándose cuando el corazón lo pida y carecer de la mente estratega de Ron. Hasta para morir necesitaba un plan y no lo tenía.
Escuchó a Voldemort hablando, asqueado por su ridículo discurso, temiendo que alguien le crea. Movió su cabeza, despacio e imperceptible en medio del silencioso caos que era el patio del castillo. Logró ver con los ojos entreabiertos a sus amigos, su familia, entre sollozos e incertidumbre y Harry maldijo a su mente por no tener la menor idea de qué debía hacer. Pero fue hasta que divisó a Draco, parado entre ellos, que su mente se aclaró. Draco dudando, con esa expresión en el rostro de confusión y miedo. Harry lo conocía demasiado bien para saber que tras la máscara de indiferencia que en ese momento el rubio no parece poder mantener, hay un joven desmoronado y es más de lo que él podía soportar. Lo vio, a pesar de tener la vista borrosa y la constante pelea con su instinto por brincar de los brazos de Hagrid. Observó a Draco caminando despacio hacia su madre y Harry sintió desolación por un momento, pero luego recordó la desesperación en la voz de Narcissa y todo estuvo claro para él. Tenía que actuar, tenía que moverse.
Entonces vio a Voldemort abrazando al rubio, el gesto de asco en Draco, en ese abrazo que es una mentira para los ingenuos y una amenaza para los que no están cegados por el dolor. Escuchó a Neville hablando, pero no pudo comprender del todo lo que decía, el sonido de su corazón retumbándole en los oídos lo llenaba todo y entonces saltó, aún sin tener un plan, rodando por el piso, esquivando hechizos, viendo a Voldemort desconcertarse. Al diablo con todo, no podía seguir quieto. No podía darse por vencido.
Los siguientes minutos parecieron horas para Harry. ni siquiera recuerda con facilidad el rodeen de las cosas, que escaleras subió primero, cuáles rodó, quién dio el primer golpe. Todo era un cúmulo de sucesos en su mente, sólo sabía que todos se sentían terriblemente intensos. Voldemort estaba muerto y Hogwarts destrozado. Harry no sabía si llorar por sus amigos muertos en batalla o salir corriendo de ahí antes de verse rodeado por aurores y periodistas.
Hermione y Ron entraron en ese momento al comedor. Demasiado conmocionados para hablar. Los tres compartieron un abrazo que lo dijo todo por ellos, que expresó mucho más que cualquier palabra. Ron se acercó a su familia y Harry pensó que debía seguirlo, aunque la tensión que se instaló en su rostro dejaba claro que no era lo que quería realmente. Hermione lo detuvo con calma, mirándolo a los ojos.
-Necesitas tomar un poco de aire -le dijo con dulzura-. Estaremos esperándote cuando estés listo para ir a casa.
-¿Cuál casa? -preguntó Harry.
-No lo sé -contestó ella con una risa honesta-. Pero iremos juntos a donde sea.
Harry le sonrió y notó como los ojos de su amiga se llenaban de lágrimas. Sabía que no era el único rebasado por sus sentimientos. Después de todo él no había perdido a un hermano, ni a un padre. No quería pensar en eso pero tenía la culpa clavada en el corazón y era algo que no se le iba a quitar con facilidad.
Caminó con calma por los destruidos pasillos, intentando esquivar miradas, buscando un poco de soledad. El lugar en el que había crecido, el único hogar que conocía era ahora un montón de ruinas sin magia ni encanto.
Derrotado, dejando al cansancio salir por fin, Harry se dejó caer apoyando la espalda contra la pared, en un pasillo oscuro rodeado de escombros. Cerró los ojos disfrutando por primera vez del silencio, permitiéndole a su cuerpo sentir sus músculos adoloridos por primera vez en semanas.
Sintió pasos acercarse y maldijo por dentro, lo que menos quería era compañía en ese momento. Con pesar abrió los ojos para encontrarse con el pálido rostro de Draco frente a él. Se miraron un momento sin decir nada. Harry soltó un suspiro y le mantuvo la mirada al rubio.
-Pensé que te habías ido -dijo con voz bajita.
-Yo pensé que te habías muerto -respondió Draco elevando una ceja.
Harry soltó una risa agotada, sin alegría pero sincera y bajó la mirada un segundo.
-Me alegra que no te fueses -dijo Harry-. ¿Estás bien?
-Contando que he escapado a más hechizos de los que puedo recordar, que casi nos carbonizamos en la sala de los menesteres y que acabo de tener una enorme discusión con mi padre porque no quise volver a la mansión. Sí, creo que estoy bien.
Harry sentía los dedos hormigueándole y no pudo soportarlo más. Como hacía horas atrás se había lanzado al vacío, de la misma forma se lanzó a los brazos de Draco que lo recibió apretándolo con fuerza contra su cuerpo.
-¿Qué demonios estabas planeando Harry? -dijo Draco. Su voz sonaba ahogada contra la piel del cuello de Harry-. Realmente pensé que te había matado, jodido idiota.
-No estaba pensando. No tenía un plan, yo sólo supe que tenía que ir y luego todo pasó y… no importa, se acabó.
-No sé por qué no me extraña -dijo Draco llenando de calidos besos el cuello del moreno.
Harry se dejo hacer, aflojando su cuerpo y relajándose al tacto de Draco. Nunca hubo plan, ni siquiera para enfrentarse a la muerte. Pero en ese momento, al lado del chico que le ha robado el sueño por demasiado tiempo, Harry se pregunta s podrá por una vez planear un futuro. Uno que los incluya a ambos, uno dónde no tenga que enfrentar a la muerte, uno en el que pueda ser feliz.