Fandom: Axis Powers Hetalia.
Claim: Inglaterra/Hong-Kong.
Advertencias: Nada grave, salvo mi sosez :).
Rating: K :D.
Palabras: 822.
Para:
kmiya que lo pidio en el
meme de besos.
Resumen: Hong-Kong no podía dormir, estaba lejos de Yao, de su gente y le tenía miedo a ese extraño que lo había separado de todo lo que él quería.
Sin poder dormir
Hong-Kong se aferró con fuerza a una de las sábanas de su cama y sollozó con ligereza, en un pequeño intento por demostrar lo que sentía. El pequeño no tardó en hundir su cabeza entre sus piernas y sus sollozos con lentitud fueron aumentando de densidad, convirtiéndose en un amargo llanto al poco rato.
La puerta de su cuarto no tardó en abrirse, iluminando el lugar con la luz del pasillo. Hong-Kong se quedó como estaba, intentando controlar su respiración y acallando sus gemidos dolorosos con un puño que puso en su boca. Su corazón palpitó con fuerza, enloquecido y abrumado por todo el dolor que estaba sintiendo.
- ¿Qué pasa, pequeño?
Se quedó como estaba durante un rato, no quería que ese, ese, ese extraño le viera en aquellas condiciones tan deplorables, en su cabeza repitiéndose de forma constante las palabras de su hermano mayor Yao: “Recuerda Hong-Kong, no importa donde te encuentres, siempre tienes que verte fuerte frente a tu enemigo, aunque estés quebrado por dentro, aru…”. Y él estaba tratando de seguir ese consejo, con la vista anegada en lágrimas y con el cuerpo temblando de miedo y de pena.
Sintió como el colchón de su cama se hundía a su izquierda, el peso de ese extraño se hizo sentir cuando unos brazos le rodearon la espalda, intentando moverle; aunque pasado un rato esos brazos se cansaron de luchar por algo que no tenía sentido y se quedaron quietos sobre sus hombros, transmitiéndole algo de calor.
- ¿Por qué estás llorando, Hong-Kong? -Preguntó de nuevo, con un tono gentil, cerca de su oído. El pequeño giró la cabeza hacía un lado, impidiendo que las lágrimas que aún corrían por su rostro fueran visibles.
Tembló un poco cuando sintió una cabeza y un aliento cálido en su hombro. Sin quererlo y casi por inercia giró su cuello, encontrándose con los ojos sorpresivos y preocupados del inglés, de ese extraño que ahora lo tenía viviendo en su casa, separándolo quizás para siempre de su hogar, de su hermano Yao.
Vio como el rostro del inglés esbozaba una sonrisa diminuta, evidenciando aún más que quería saber que le estaba pasando. Una mano le acaricio el rostro, limpiándole de paso el rastro de algunas lágrimas. Sollozó.
- ¿Es por Yao que estás así? -Cuestionó Arthur sin dejar de acariciarle el rostro, de forma automática asintió, mordiéndose la lengua segundos después al haber descubierto sus sentimientos. Escuchó como el inglés se reía, despacio, casi con pena-. No te preocupes por él, estará bien. Es fuerte.
Murmuró despacio, casi tan bajo que podría haber pasado como un susurro del viento nocturno que soplaba afuera, que su hermano naturalmente era fuerte, pero que él no estaba allí para hacerle compañía, en su casa.
Le pareció que el inglés entendía bastante bien lo que quería expresar, porque él no tardó en decirle, con esa sonrisa bonita que habían cosas que era muy pequeño para entender, pero que se las explicaría cuando creciera un poco más y que desde ahora su casa estaba allí, en Inglaterra.
-Pequeño, que vivas aquí no significa que no puedas ver a tu hermano. Sé por experiencia propia que esos lazos son importantes y que romperlos es imposible -mencionó con calma y Hong-Kong pudo apreciar como en los ojos ingleses aparecía una capa de tristeza antigua, como si se guardara algo tremendamente doloroso en su interior. El inglés suspiró y el pequeño sintió que todo el desprecio que sentía por haberle separado de Yao se esfumaba a pasos agigantados de su ser. No sabía si sentirse mal o bien con ello-. Si te hace sentir mejor, podemos ir a verlo cuando quieras, sé que a Yao le encantará eso.
Le acarició la cabeza, con cariño y Hong-Kong sonrió, poquito, correspondiendo mínimamente a las atenciones del otro.
- ¿Lo prometes? -Preguntó elevando la vista y alzando uno de sus meñiques, Arthur se rió y entrelazó su propio meñique con el suyo-. ¿No me separaras para siempre de mi hermano?
-No sería capaz de eso, jamás pequeño -respondió con cariño-. Anda, es tarde y tienes que dormir, mañana tienes un arduo día.
Arthur se acercó aún más y le besó la frente y Hong-Kong sintió como ese beso le susurraba sin palabras que no se preocupara, que él no iba a hacer otra cosa más que cuidarlo y preocuparse por su crecimiento. Se dejó llevar por la calidez del sentimiento que le embargó, por esa agradable sensación que subía desde algún punto de su cuerpo y se situaba en su pecho, al lado de su corazón y le daba calor y armonía.
Todo estaba bien, le había dicho el inglés antes de atraparlo entre sus brazos. Y Hong-Kong le creyó y ya no pudo odiarlo por haberlo separado de su gente.
Aunque eso no evitó que entre ese abrazo se colara algo de culpabilidad, porque sentía que estaba traicionando a su hermano Yao al aceptar al inglés.
Esto está basado en el Tratado de Nanjing, en el cuál China le cedió Hong-Kong a Inglaterra por la Primera Guerra del Opio, donde China perdió y Hong-Kong fue algo así como la prenda de paz :) y pasó a ser parte de las colonias inglesas.
Si mal no recuerdo, esto beneficio a Inglaterra en el sentido de tener completa libertad para hacer comercio en esa zona.
Creo que era todo, esto está centrado en la primera noche que Hong-Kong pasa en la casa de Inglaterra, y eso *no sabe más que decir xD*
<3. Espero que te haya gustado
kmiya~.