El beso de Judas

Apr 04, 2009 18:10

Fandom: Axis Powers Hetalia.
Claim: Rusia.
Advertencias: ¿Obsesión? ¿Amor xD?
Rating: T por algunas menciones sanguinarías.
Para|Prompt: musa_hetaliana | Beso de la Tabla Amorosa
Nota: Una mención de Alemania por allí y mis típicas clase!notas.
Palabras: 1425.
Resumen: Sintió en su mejilla el beso que la nieve le daba, doloros, hiriente, hermoso. Y no pudo hacer nada más que sonreír, porque ese beso le gustaba.


El beso de Judas

¿Sabes lo hermosa que eres?

Una Femme Fatale.

Sus ojos azules se elevaron al cielo, admirando el tono grisáceo que éste exhibía para él en aquella perdida mañana de su tiempo. Inspiró con fuerza, llenando sus pulmones con el limpio aroma del amanecer, impregnando su alma del frío aire que las ventiscas le traían, envolviéndolo así en un dulce y amargo cántico helado; trayendo consigo, a su peligrosa y desgastada memoria la esencia que tanto le caracterizaba como nación.

Frialdad.

Hermosa frialdad.

Sonrió casi sin darse cuenta de ello, un gesto infantil que acarició sus rasgos con gracia, provocando que su cara se convirtiese en un cuadro digno de admirar por el más virtuoso artista; pues era bien sabido que su rostro blanco era algo exquisito, especialmente cuando a aquella tierna sonrisa infantil se le unía su mirada trastocada, enferma, sanguinaria y psicópata que a tantos aterra y maravilla a la vez. Una perfecta hermosura hecha para caer en el punto exacto de la locura y de la belleza incomprendida.

Tú me has educado, me has formado tal y como soy ahora.

Dio unos cuantos pasos, motivado por la necesidad de seguir incursionando aquella mañana, el viento le seguía el ritmo de cerca, haciéndose notar de forma constante a su lado, Ivan acentuó su sonrisa infantil mientras movió la cabeza hacia adelante, tendió un brazo de forma elegante, invitando y aceptando la compañía de aquel viejo amigo; como respuesta a su formal invitación, el viento le sacudió los cabellos y la ropa con dulzura, dejando su rastro helado en todas partes.

Eres mi madre y todo lo que en este instante me rodea, mis hermanos. Sí, más que Ucrania o Bielorrusia. Eres yo y yo soy tú al fin y al cabo. Somos uno en toda regla.

Ivan se detuvo a mitad de su recorrido, admirando desde donde estaba la belleza de las tierras, belleza que sólo él era capaz de descubrir entre los ríos congelados y los campesinos hambrientos que de forma incansable buscaban madera para prender fuego y calentarse; bufó al ver como un niño agitaba de forma violenta unas varillas, intentando secarlas para poder prenderlas en algún futuro. ¿Qué ellos no entendían la belleza del frio? ¿No se regocijaban aquella mañana como él, paseando con estupenda compañía? ¿Despreciaban acaso lo que les había sido entregado en aquel vasto territorio?

Se acercó a donde aquel niño y se colocó unos metros de él, dejando que su imponente sombra lo cubriera; sintió, mientras la mirada temerosa del infante se posaba en sus ojos, el cosquilleo del poder en sus nervios, recorriéndolo por completo y haciéndolo temblar. Cerró los ojos un segundo, gozando de aquella maravillosa sensación, pensando que sin importar cuantas veces la experimentara, se sentía siempre como si fuera la primera vez.

- ¿Qué haces? -Preguntó, logrando aquel tono infantil que tanto le gustaba utilizar. El niño completamente aterrorizado, deshizo el contacto visual. Las varillas que sostenía cayeron en la nieve, haciendo un ruido sordo-. Es bastante temprano como para encender fuego…

El tartamudeo descontrolado del menor, le impidió a Ivan comprender sus palabras, así que, acariciándole la cabeza en un gesto de apoyo, le pidió de forma amable que repitiera su dialogo. Al mayor no le pasó desapercibido el temblor de las débiles y pequeñas piernas.

-Y-Yo t-t-engo frí-frí-frío, se-se-ñor -contestó, a duras penas, sintiendo como la mano de Ivan seguía en su cabeza, apretándole un poco.

La risa clara del mayor se dejó oír, convirtiéndose de a poco en un eco terrorífico.

El hombre se agachó, sin quitar su mano de la pequeña cabeza -casi asegurándose de que su prisionero temporal no escapase- y recogió las varillas semi-hundidas en la nieve. Luego se puso a la altura del niño, con su sempiterna sonrisa adornando su rostro.

-Si corres por la granja de tu familia, te aseguro que se te quitará el frío y como un extra, podrás contemplar la belleza que te rodea -dijo con calma, acercándose cada vez más al pequeño rostro, rostro que estaba blanco por el miedo-. Sé un buen niño y ve a jugar.

Dicho aquello, deshizo el espacio que les separaba y le besó la frente, sintiendo con gusto el tacto helado con el sabor a miedo que se impregnaba a gran velocidad en sus labios. Sin que ninguna palabra saliera de su boca, se fue de allí, retomando su camino como si nada hubiera ocurrido.

Cuando estuvo lejos, se llevó unos dedos a su boca, delineándola, sintiendo todavía el ácido sabor a terror.

Siguió hasta llegar a una pequeña colina, allí Ivan dejó de andar para quedarse quieto a la mitad de la cima, pareciendo que se encontraba en la nada del mundo, rodeado por completo de la nieve y del viento.

-He llegado, madre -dijo con calma, jugueteando con su voz, convirtiéndola en tonos más
infantil del que solía utilizar-. Lamento la tardanza, pero me entretuve con un pequeño.

Elevó la vista al cielo gris y extendió las manos hacía él, deseando alcanzarlo y tocarlo con sus manos enguantadas. Una sensación de nostalgia le invadió y por un segundo su rostro se nubló por la tristeza.

-Besé a ese niño de la misma forma en que tú lo haces conmigo -continuó hablando, sin dejar caer sus brazos al suelo, sus pies se juntaron y su cuerpo se tensó. Su rostro dejó de verse triste, pero era consciente del molesto y angustiante palpitar de su corazón-. ¿Quieres darme un beso, madre mía?

Suplicó y cerró los ojos, esperando el beso tan ansiado, tan necesitado.

Y éste beso no tardó en llegar, cayendo en su frente en forma de un delicado, frío y mortal copo de nieve.

Ivan rió, primero despacio, pero después tan audible que una bandada de pájaros de un árbol lejano salió huyendo. Cuando se quiso dar cuenta de lo que hacía, él ya estaba tirado en la nieve, con los brazos aún extendidos hacía el cielo, queriendo tocar lo inalcanzable para un humano. Abrió los ojos, sin dejar de sentir por ningún momento el copo de nieve en su frente, gozando de cómo éste lentamente se derretía bajo su temperatura corporal; se concentró en guardar aquel recuerdo en su memoria para siempre mientras veía como más nieve caía del cielo, un gemido escapó de su garganta al reconocer a la madre nieve en cada copo blanco, agitó los brazos, queriendo alcanzarlos a todos, abrazándolos, impregnándose en su ropa y traspasando a su piel.

Sintiendo en todas partes el cariñoso beso que la madre nieve le daba.

-El beso de Judas -murmuró cuando varios copos cayeron en su mejilla-. Traicionero y fatal para quién lo recibe. ¿No es así? -Cuestionó con calma, sin dejar de observar a la nieve caer-. Cuando nací a ti fue lo primero que vi y te reconocí como mi madre. Nunca te lo dicho ahora que lo pienso y eso que llevamos siglos viviendo juntos -respiró profundo para poder continuar hablando, sabiendo que la nieve le escuchaba con completa atención-. Siempre me has enseñado a ser fuerte, otorgándome duras pruebas durante el invierno, pero yo he sabido salir adelante, gracias a la colaboración de mis hermanos. Pero, sin importar cuán dura sea la prueba ni cuánto me cueste convencer a mi gente de que eres nuestra protectora en lugar de nuestra enemiga, siempre tienes tiempo para demostrarme tu amor, dándome este beso mortal.

Por supuesto que mortal, porque Ivan sabe que está caricia se convertirá en un abrazo que matará a muchas personas al no soportar el frío…

Pero está convencido de que es una prueba de su madre, la Madre Nieve para que siga adelante sólo con los que merecen ser llamados rusos. Por eso volvió a sonreír, complacido ante su nuevo pensamiento.

-A pesar de todo, eres tan hermosa que hieres con tan solo verte, madre -agregó tiempo después, levantándose para sacudirse y evitar morir congelado allí-. Como ahora lo haces con los alemanes -su sonrisa se acentuó, mostrando un pequeño rasgo de suficiencia y orgullo-. Ludwig debió de haberme hecho caso cuando le hablé de ti.

Caminó hacia atrás, comenzando a deshacer el camino para volver a su hogar, pensando que en esos mismos minutos, Ludwig y su ejército estaban recibiendo un beso amoroso de su amada madre.

-Me pregunto si a los alemanes les gustará ser besado por Judas.

No sabía responderse, pero si estaba seguro de que a él le gustaba besar de ese modo.

Una costumbre, que tú, madre mía, me enseñaste desde siempre.

-*-



Aqui mezclo dos de mis pasiones más grandes, la Historia y la Climatología*las toma y las abraza llenándolas de amor*

Comienzo por el Clima, como es sabido, Rusia es frío, sus temperaturas aunque varian dependiendo de la zona, pueden catalogarse entre los -15°C y los -60°C. Hum. Dejando de lado la calor del verano, sólo comento el frío porque este fic está basado en el Invierno Ruso.

Ahora, el Invierno Ruso es conocido como el General Invierno, porque bueno, toca la curiosidad de que muchas invasiones y guerras con el país están en pleno invierno; por eso es algo así como un General más que guía a las tropas para atacar y las defiende de los enemigos :). Me gusta mucho la metáfora que existe detrás. Por cierto, el Invierno Ruso dura cinco meses, de noviembre a marzo.

Obviamente, también está el otro lado de la moneda, el invierno en está fecha en particular, si bien no fue mortal -incluso leí por allí que fue bastante más cálido de lo normal (claro que en estándares rusos)- la gente que es de clase baja no puede enfrentarlo como los de la clase alta y hay informes que dicen que muchos mueren de hipotermía.

Y en el ámbito histórico, la Invasión de Alemania a Rusia es tan conocida que no mencionaree mucho de ello, salvo que una de las causas de la derrota alemana fue que Hitler se lo tomó como algo tan fácil de conseguir que no reparó en la fecha ni que sus hombren deberían haber ido abrigados como correspondia. En el fondo le pasó por confiarse y olvidar el frío xD.

Hum, sobre el fic en cuestión, puse más a la nieve que al invierno porque Rusia siempre habla de la nieve oxo. Y bueno, si creo que es su madre porque vamos, está casi todo el año en muchas zonas y le cuida al defenderlo de las guerras y lo regaña matando a su gente(?), por eso es el beso de Judas que ella le da. Oh si, no sé si en otros países existe esa frase, pero acá se dice me has besado como Judas cuando traicionas, es algo así como apuñalar por la espalda; por eso me gustó hacer esa idea en particular porque encarna a la perfección lo que siente Rusia con la nieve.

En fin, al fin escribí algo más de mil palabras, vamos que extrañaba hacer cosas larguitas ;^;.

fandom: axis powers hetalia, personaje: rusia, comu: musa hetaliana, tabla: amorosa

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