ABECEDARIO QAF

Dec 28, 2013 02:51

      

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Letra de la semana: N
Palabra: NIEVE

Bases del juego: Por aquí para desplegar el ABECEDARIO

Título: Muñequitos
Autora: guiomar_992
Fandom: QAF
Rating: TP
Género: Fantasía navideña
Advertencia: Post 513. Viene de aquí
Disclaimer: Los Cowlip dicen que Brian y Justin son suyos. Patéticos.

MUÑEQUITOS

Nevaba.
Justin dejó de pintar y miró embobado por el ventanal como los copos de nieve caían con una cierta intensidad.
Era la primera nevada de un invierno sorprendentemente caluroso y llegaba cuando sólo faltaban un par de días para Navidad.

Salió a toda pastilla del estudio patinando juguetón por el suelo de madera, bajó las escaleras y cruzó el salón camino del jardin para cazar los copos de nieve con la lengua, como hacía cuando era niño en el patio trasero de su casa.
Tantos años soportando los habituales crudos inviernos y los primeros copos todavía seguían despertando en él reacciones infantiles.

Estaba cerca de la puerta acristalada cuando se detuvo en seco porque algo llamaba su atención.
La bola de nieve de cristal colocada en la repisa de la chimenea se movía. Bueno, no exactamente. Más bien había movimiento dentro.
Se acercó curioso y nevaba en la bola.
No había nadie más en Britin. ¿Por qué nevaba? ¿Quién le dio la vuelta?
Miró a su alrededor algo intranquilo pero inmediatamente se riñó por comportarse como un niño asustado. Un golpe de viento habría sacudido la bola. ¿Un golpe de viento? ¿En un salón con ventanas herméticas?
Volvió a mirar la bola hipnotizado. Los diminutos copos no cesaban de caer y apenas se veía lo que había dentro.

Brian le regaló la bola de nieve la Navidad anterior, cuando volvió de New York para instalarse definitivamente en Britin.
Le contó muy alterado una historia demencial sobre una tienda que aparecía y desaparecía, y una especie de maga, ¿Ninoska, se llamaba?, que sacaba fotos suyas del bolsillo del abrigo como conejos de una chistera.
Le contó sobre los poderes sobrenaturales de la bola y como un muñequito rubio descargaba cajas de una camioneta y las entraba en un Britin en miniatura.
Se hacía cargo que era difícil para Brian reconocer que le compró un ridículo regalo de Navidad en contra de sus principios, pero realmente se había pasado con la excusa. Incapaz de decir "Te regalo una bola de nieve porque sé que te gustan", prefirió afirmar que se vio obligado a comprar una por arte de mágia.

Justin sonrió al recordar lo mucho que se cabreó Brian porque no le creyó.
¿Cómo iba a creerle, joder? Ni cuando se colocaba años atrás con la mierda de Anita decía tantas tonterías.
La bola no tenía nada de particular. Era un paisaje urbano. No había Britin ni camionetas. No había muñequitos rubios. Nevaba cuando le dabas la vuelta y no tenía ningún mecanismo oculto.
O eso pensaba.
Hasta hoy.

El caso es que pasaban los minutos y seguía nevando intensamente dentro de la bola, tanto como en el exterior. Esto no era normal. Justin la cogió y la sacudió energicamente para enviar toda la nieve a la base y funcionó porque la nevada amainó.
Fue entonces cuando pegó la nariz al cristal porque en la bola se veía claramente un coche negro en la cuneta de una carretera cubierta de nieve. Y un muñequito moreno daba vueltas alrededor del coche.

A Justin se le congeló la sonrisa que esbozó pensando que finalmente controlaba la bola. El muñequito moreno le resultaba muy familiar. Joder, joder. Paseaba al lado del corvette que, al parecer, había patinado y había salido de la carretera.
Nada de paisaje urbano. Sólo montañas nevadas... ¡Y un muñequito que corría riesgo de congelación!

A la carrera, Justin cogió la bufanda, los guantes y la parka, y las llaves del jeep. Brian estaba en peligro.
Arrancó el coche en dirección a la ciudad y condujo tenso, agarrando con fuerza el volante, hasta que lo vió a lo lejos.
Brian.
Frenó al lado del corvette y bajó a trompicones del jeep para llanzarse a los brazos de Brian que todavía tenía una mano levantada a modo de saludo, con tal ímpetu que terminaron los dos en la nieve.

-¿Estás bien, Brian? ¿Estás bien? ¿Estás bieeen?
- Lo estaba antes de que vinieras a rescatarme, joder, quita de encima.
- ¡Incluso aquí quieres estar tú encima!
- Aquí justamente lo que quiero es estar de pie, joder, levanta, nos estamos enterrando en la nieve.

Justin se incorporó mientras le cogía la cara con las manos y la llenaba de besos.

- ¿No estás herido? Oh, mierda, hubieras podido morir congelado aquí solo.
- Justin... No creo que hubiera muerto congelado. Estamos a 3 km de Britin, hay cobertura y el mecánico viene en camino. ¿Qué demonios te ocurre?

Justin pareció salir de un trance.

- ¿Solamente 3 km?
- Sí
- ... La bola me avisó.
- ¿Qué bola?
- La bola de nieve que me regalaste la Navidad pasada... Y que decías que era especial.
- Ahá
- Pensé que te burlabas de mi o ibas colocado o simplemente no podías admitir que te rebajabas a comprar semejante objeto.
- Ahá
- Vi un muñequito moreno al lado de un coche en la cuneta, en medio de la nieve. Eras tú, Brian.
- Ahá
- ¡Coño, Brian, ni te inmutas! ¿Te parece normal?
- La bola no es normal, Justin. Hace tiempo que dejé de hacerme preguntas y tampoco sé si quiero respuestas. Lo único que sé es que nos empuja a encontrarnos.
- Siento no haberte creído. No hay ninguna explicación, ¿verdad?
- No. Y te recuerdo que el racional soy yo. No le des más vueltas, funcionará por su cuenta cuando ella lo decida. Y ahora, ¿me llevas a casa, San Bernardo?
- ¿Y el corvette?
- Dejaré las llaves en el contacto y el mecánico se encargará de él, está al llegar.

Minutos más tarde entraban en Britin y les faltó tiempo para acercarse a la bola de cristal.
No nevaba. Era el mismo paisaje urbano de siempre.

- No estás en la bola, Brian.
- No. Estoy con el muñequito rubio que me rescató, y no de la nevada precisamente.
- Y yo estoy con el muñequito moreno que me compró este puto palacio.
- Joder, somos un par de muñecos. Esto arruinará mi reputación, si es que todavía la tengo.
- No se lo diré a nadie, Brian. I promise.

Y mientras iban camino del dormitorio a calmar los ánimos excitados, se iluminó una ventana en un Britin surgido de la nada en la bola y un par de muñequitos -uno rubio y otro moreno- se abrazaron mientras la nieve volvía a caer suavemente dentro del cristal.

qaf bola mágica, qaf abecedario

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