Tarde//Cocinas. (Un día después de la broma)
*Pastel de leche con frambuesas, pay de limón, pay de manzana, pastel de selva negra, muffins de fresa.
Seguía de mal humor.
Umi refunfuñó, pasándose una mano por la mejilla antes de sacar más huevos, limpiando el recipiente con un rápido movimiento de varita (al menos hasta ahora no había tenido muchos problemas con la magia) antes de volver a la repostería, decidiéndose a hacer unos browny de chocolate y nuez.
No era que pensara comerse todo lo que había preparado hasta el momento, no. No le gustaba comer dulces porque estaba pendiente de su peso, después de todo, pero el simple hecho de cocinar usualmente le calmaba.
Sobresalten el 'usualmente', por favor, porque todavía no funcionaba. No, no sólo era estar atrapada en un castillo horrible y frío, había un lunático que les hacía bromas pesadas. La única razón por la que no se había unido al americano que había estado cerca en insultarlo había sido para no dar una mala impresión, y luego porque la boca del joven se había llenado de espuma y burbujas de jabón.
Umi volvió a resoplar mientras seguía preparando la mezcla para sus brownies. Cómo no quería terminar con la boca llena de jabón, no le quedaba más que hornear hasta que se calmara.
Al paso al que iba, tenía las sospechas de que iba a estar ahí toda la tarde.
Seguía de mal humor.
Umi refunfuñó, pasándose una mano por la mejilla antes de sacar más huevos, limpiando el recipiente con un rápido movimiento de varita (al menos hasta ahora no había tenido muchos problemas con la magia) antes de volver a la repostería, decidiéndose a hacer unos browny de chocolate y nuez.
No era que pensara comerse todo lo que había preparado hasta el momento, no. No le gustaba comer dulces porque estaba pendiente de su peso, después de todo, pero el simple hecho de cocinar usualmente le calmaba.
Sobresalten el 'usualmente', por favor, porque todavía no funcionaba. No, no sólo era estar atrapada en un castillo horrible y frío, había un lunático que les hacía bromas pesadas. La única razón por la que no se había unido al americano que había estado cerca en insultarlo había sido para no dar una mala impresión, y luego porque la boca del joven se había llenado de espuma y burbujas de jabón.
Umi volvió a resoplar mientras seguía preparando la mezcla para sus brownies. Cómo no quería terminar con la boca llena de jabón, no le quedaba más que hornear hasta que se calmara.
Al paso al que iba, tenía las sospechas de que iba a estar ahí toda la tarde.