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Su aspecto, alto y corpulento, a menudo daba una imagen equivocada de lo que se escondía en su interior, pues era un buen amigo que haría lo que fuese por verla feliz, con gran corazón y el chico más sensible que había conocido. No es que Orihime hubiese conocido a muchos chicos para poder afirmar eso, pero casi podría jurar que debía haber pocos a los que no les importara quedarse embobado mirando gatitos y perritos en una tienda de animales o a los que no les avergonzara enjugarse una lágrima que se le había escapado con la escena final de una película mientras ella lloraba a moco tendido aferrada a su brazo.
No hablaba mucho, aunque tampoco fuese necesario pues ella ya hablaba por los dos, pero eso no significaba que no supiera escuchar y era muy habitual que rompiera su silencio con un comentario ingenioso que, unas veces la hacía reír a carcajadas, y otras la hacía darse cuenta de que realmente comprendía sus problemas y trataba de dar sus mejores consejos.
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Abriendo los ojos de
ak_bennington(Yasutora Sado & Orihime Inoue)