La dignidad de...
Quatre se levantó producto de una pesadilla. En su mal sueño, él era una pequeña botella de lubricante que escapaba de unas manos gigantes lujuriosas que lo querían usar para lubricar vaya-usted-a-averiguar qué cosa. Su dignidad como botella llena de lubricante estaba en juego, por lo mismo, siguió corriendo hasta el final, pasando por los corredores oscuros de su mente mientras intentaba escabullirse de ese universo bizarro. Justo en el momento en el estaba siendo aprovechado, el temor le sirvió de despertador y ¡PUM! Estaba en su cama, sudoroso, con la cabeza más grande del mundo (porque así la sentía), sin el sentido del oído y con la boca pastosa, seguramente oliendo a sabe-Dios-qué-menjunje-asqueroso.
Seducción En Pasos de Anoded Cortis
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