Tabla: Momentos
Fandom: Harry Potter
Claim: Gabrielle Delacour.
Personajes: Gabrielle Delacour; Ginevra Weasley.
Tema: #25 Imprevisto
Nº de palabras: 440
Advertencias: Femslash.
Momento 25: Imprevisto
Ginny le dio la espalda, resentida, sentada en el borde de la cama. Gabrielle, pudorosa, se cubrió el cuerpo desnudo con la sábana.
- Te das cuenta de que esto es un inconveniente imprevisto e insalvable, Gabrielle.- Podría haber parecido un interrogante, pero el tono era el de una afirmación tajante.
La rubia cerró los ojos con fuerza, y se mordió el labio inferior. Nunca lo hubiera admitido en voz alta, pero interiormente sabía perfectamente que la Weasley tenía razón.
- Ginny, yo…
La pelirroja negó con la cabeza.
- No, Gabrielle. No digas nada. Prefiero guardarme intacto lo poco que me queda sin mancillar.- Se puso de pie y comenzó a vestirse.
- No te vayas. Por favor.
- No quiero irme, pero tampoco puedo quedarme.
- ¿Qué te lo impide?
- Mi cuerpo.
Lágrimas en los ojos, puños apretados, labios fruncidos.
- ¿No puedes separarlo de tu mente y tu corazón, Ginevra?
Ginny se dio vuelta a medio vestir, desafiante y herida.
- Me asombra, Gabrielle- y puso especial énfasis en el nombre, e incluso intentó darle una tonada francesa-, que con tu país de origen, nunca hayas leído a Molière. Mi cuerpo y mi alma forman parte de mi por igual, y si cualquiera de los dos no está satisfecho, el otro no puede estarlo por completo.
- Claro que he leído a Molière.
La Weasley se detuvo con una mano en el picaporte.
- Entonces no has entendido nada, pequeña mujer sabia.
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Manos que se retuercen, lágrimas que empapan las mejillas de porcelana. Dientes que muerden los labios rojos hasta hacerlos sangrar. Ojos azules empañados, cabello lacio plateado de tan rubio desparramado sobre la almohada y cubriendo a medias el cuerpo desnudo. Rizos cobrizos alborotados al viento, ojos castaños brillantes y meditativos.
¿Habré hecho bien?
¿Habré hecho bien?
Gabrielle se mantenía firme en su idea de que el amor no necesita obligatoriamente del sexo para crecer en plenitud. Ginny se mantenía firme en su filosofía de satisfacer tanto al cuerpo como al alma.
Gabrielle pensaba que Ginny había salido envilecida de los años de romance con Harry. Ginny pensaba que si algo había aprendido de los años de romance con Harry, era que el amor, si no está acompañado de una profunda atracción física, no puede prosperar.
Gabrielle se lamentaba el ser incapaz de darle a Ginny lo que ella necesitaba. Ginny se lamentaba que el deseo que sentía por Gabrielle le impidiera mantener un romance casto como el que la otra pretendía.
Ginny y Gabrielle suspiraban y se lamentaban, sufrían y se extrañaban, pero ambas admitían que ese imprevisto era un obstáculo insalvable entre ellas.
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