Reto para:
deepcloudsFandom: One Tree Hill.
Pairing: Peyton/Lucas.
Título: She follows the star's light.
Rating: PG.
Número de palabras: 833.
Notas: Situada en la primera temporada.
She follows the star’s light.
Dicen que, si pides un deseo a una estrella fugaz, éste se cumplirá. Ella lo sabe porque se lo contó su madre, en el porche, una noche de luna llena. Pero Peyton es realista, y también sabe que algo así no es posible; que es sólo una fantasía inventada para aquellas personas que tienen la necesidad de creer en algo, de ver cumplidos sus sueños.
Ella no quiere ser una de ellas. Porque Peyton es independiente.
No necesita a nada, ni a nadie.
Peyton a menudo utiliza su cuaderno de dibujos para desahogarse. Por eso, cuando una emocionada Brooke le cuenta que ha empezado a salir con Lucas Scott, no tarda mucho en buscar sus lápices. Dibuja sin pensar, esbozando un fondo de color muy oscuro, con un único punto de luz que lo cruza de un extremo a otro. Lo mira una vez terminado y, cuando se da cuenta de que ha pintado su propia estrella fugaz, arranca la hoja con furia y lo tira a la papelera.
Es viernes pero Lucas no sale con sus amigos. Quiere estar solo, así que esa noche va a la cancha y se queda ahí durante horas, simplemente encestando, pensando. Brooke lo llama a media tarde y el móvil suena dentro de su mochila, pero él no lo coge.
Ya ha anochecido, y las estrellas iluminan el cielo sin luna. Lucas se agacha para atarse un cordón desatado, y entonces escucha sus pasos. Se levanta y la ve, a su lado, vestida con una fina chaqueta vaquera y mirándolo sin decir nada. Así que la saluda.
-Hola.
-Hola -responde ella, y su expresión es indescifrable. Es como si no sintiera nada y, al mismo tiempo, lo estuviera sintiendo todo. Las emociones pasan por sus ojos y Lucas puede verlas. La conoce bien, así que no le pregunta ¿Qué haces aquí? sino que la invita a sentarse.
Peyton no contesta, pero se sienta en el borde de la cancha con las piernas cruzadas, y él hace lo propio a su lado.
Se quedan en silencio, y es como si todo fuera simple otra vez. Tan sencillo como cuando sólo estaban ellos dos, y Lucas la buscaba para hablar de cuando en cuando y ella disfrutaba con sus conversaciones, pensando que, aunque quisiera negarlo, se sentía a gusto con él. Pero ahora hay una tercera persona y todo parece mucho más complicado.
-Pensaba que no seguirías viniendo aquí -murmura ella, de repente. Lucas la mira mientras habla, observando su perfil iluminado por las farolas del parque-. Ya sabes, después de lo de Nathan... -se refiere a cuando él y sus amigos destrozaron una de las canastas, pero lo dice a medias porque sabe que Lucas sigue resentido por aquello.
Él niega con la cabeza.
-Este sigue siendo mi sitio.
-¿Tu sitio para qué? -Peyton levanta las cejas cuando lo mira, sarcástica.
-No te rías pero... me gusta. La mayoría de las veces lo prefiero al gimnasio donde entrenamos. Está solo y tranquilo, y me sirve para pensar.
-Así que al final va a resultar que piensas y todo.
Una parte de ella quiere molestarlo pero Lucas, lejos de sentirse ofendido, le sonríe con esa sonrisa perfecta que tiene, y la contagia a ella sin querer.
Se miran sin decir nada y, tras unos segundos, Peyton se pone seria y lo mira directamente al decir:
-No hacéis mala pareja. -Y Lucas levanta las cejas y pone cara de sorprendido.
-¿Cómo? -Oh, vamos, piensa ella, como si no lo supieras.
-Brooke y tú. Tú y Brooke. Ya sabes...
Él aparta la mirada y observa el cielo.
-Sí, supongo que sí.
Peyton se muerde los labios, y calla. Calla porque tiene ganas de gritar y no lo hace porque aún no sabe muy bien qué diría exactamente. Sabe que no debería estar enfadada, sino contenta por la nueva pareja, pero no puede.
Todos deseamos controlar nuestras emociones, y, aunque al principio lo logremos, al final nos desbordan. Pero Peyton se controla, ella no va a explotar y a ponerse a llorar sólo porque se haya dado cuenta de lo sola que se ha quedado.
De lo sola que ha estado siempre.
-Me voy -anuncia después de un rato.
-Espera, te llevo. -El caballeroso Lucas, el perfecto Lucas hace el intento de ponerse de pie pero ella lo frena en seco.
-No, no hace falta. De verdad -insiste-. Quiero volver andando. Necesito... necesito pensar.
Él lo entiende y asiente. Se despiden y, cuando la figura de Peyton se pierde entre la oscuridad, Lucas se tumba boca arriba, con las manos tras la nuca, y mira al cielo, a las estrellas.
Peyton vuelve a casa con las manos en los bolsillos. Por el cielo no pasa ninguna estrella fugaz pero, aún así, ella mira hacia arriba. Luego cierra los ojos y pide un deseo. Sabe que sólo tiene derecho a pedir uno, y que debe elegir. Su deseo es no estar sola, quedarse con alguien.
Y Peyton elige a Lucas.