El siguiente día se pasa volando. Baekhyun no ve a Chanyeol para nada, ni siquiera durante el almuerzo. Kai y Sehun también están ausentes, asi que sólo se sienta ahí mientras Minseok intenta contarle algo sobre cómo ayer casi se parte un diente comiendo rollitos primavera. Ni siquiera le importa que Chanyeol no haya ido. Por dentro, está más asustado de lo que jamás estuvo en su vida.
Asistir a Física literalmente le produce dolor. Están aprendiendo sobre las cuasipartículas, y Baekhyun jamás ha oído hablar de ellas y su profesor está haciendo un trabajo terrible explicándolas, así que no cree que vaya a saber jamás lo que las cuasipartículas son. Cuando suena la campana, es el primero en levantarse e ir a la puerta. Su profesor le da una mirada condescendiente, pero él ya está acostumbrado a que la mayoría de sus profesores, si no es que todos, lo vean así.
Casi espera que Chanyeol esté aguardándolo junto a su casillero, mas no puede evitar sentirse decepcionado al llegar y ver que el pasillo está prácticamente vacío. ¿Acaso su amigo se está arrepintiendo? El solo pensar en ello hace que se le revuelva el estómago, debido a la traición, la tristeza o el alivio… no está seguro de cuál.
Se marcha de la escuela sintiéndose abatido y raro. Pero al levantar la cabeza, lo ve: Chanyeol está apoyado contra el barandal de los peldaños de entrada, mordiéndose un labio y examinándose los zapatos. Baekhyun siente como si alguien le diera un puñetazo en la panza, y quiere girarse en dirección opuesta y correr por su vida. Pero entonces Chanyeol alza la vista y lo ve también. Y luego entorna los ojos de aquella forma desigual que a Baekhyun siempre le encantó. Le ofrece una sonrisita, y es más que evidente que él está nervioso también.
-¿Adónde estuviste todo el día? -le pregunta Baekhyun, tratando de sonar tan despreocupado al respecto como puede. Chanyeol se encoge de hombros.
-Por ahí.
Vaya. Directo al grano. Baekhyun disimula su asombro asintiendo en silencio.
La parada de autobús sólo está a unos seis minutos de distancia; hoy siente como si llegar les tomara dos horas. Además, advierte que no ve a Kai por ninguna parte, ni siquiera en la parada.
Se sientan en el fondo del autobús, como siempre hacen cuando Chanyeol va de visita a su casa. Normalmente no les importa el contacto físico o el estar demasiado cerca el uno del otro en público, pero hoy se sientan a varios centímetros de distancia, con sus mochilas repletas de libros entre medio. Baekhyun no sabe si debería decir algo. Y su amigo tampoco dice nada, excepto…
-Compré algunas cosas -murmura Chanyeol, y Baekhyun siente que sus orejas de inmediato se tornan rojas ante aquella insinuación. Luego, siente cómo una débil risita le sube por la garganta al imaginarse al otro en la farmacia, tendiéndole el dinero a una ancianita por su caja de condones.
Se alegra mucho de que Chanyeol sea tan capaz. Porque las cosas como los condones jamás se le cruzaron por la mente.
Bien. Bien… sí. Se alegra de estar haciendo esto con Chanyeol. El siempre preparado y siempre listo Chanyeol.
Arriban a su calle demasiado pronto. Las viejas puertas del bus se abren con un chirrido y ambos se abren paso hacia el frente. Mientras sigue a Chanyeol por el pasillo, Baekhyun no puede evitar sentir la mirada de los demás clavada en él. Como si supieran. Insta a su amigo a que se apresure mediante un golpecito con los nudillos. Chanyeol se voltea para ver cuál es su problema pero él está empujándolo, y sus piernas no pueden llevarle el ritmo a su cerebro y cae de bruces directo hacia el suelo.
El autobús entero estalla en risas y bufidos de diversión. Chanyeol se pone de pie, lo cual no es tarea sencilla considerando cuán alto es y lo angosto del pasillo. Se frota el mentón y mira con furia a Baekhyun, pero él simplemente lo vuelve a empujar, más ansioso que nunca por descender del bus de una vez.
-¿Por qué hiciste eso? -Chanyeol pone un puchero mientras suben por las escaleras de entrada al apartamento de Baekhyun.
-Ibas muy despacio -le responde, yendo a abrir la puerta-. Todos estaban viéndome.
Ante aquello, Chanyeol prorrumpe en carcajadas. Baekhyun se gira para mirarlo con incredulidad y ve que se está riendo mucho. El modo en que arruga la nariz y su boca se le abre tan grande, como si no la pudiera controlar, le hace sentir una innegable dicha expandiéndose por todo su interior. Se alegra de que, al menos ahora, hayan vuelto a cierto nivel de normalidad.
Hace muchísimo frío cuando por fin entran a la casa. Su madre está atravesando una fase en la que le gusta mantener el lugar prácticamente helado. Baekhyun decide que es mejor no preguntarle. Sin decir nada, simplemente se dirige hacia su habitación, porque sabe que si se queda ahí parado jugueteando con sus pulgares, se echará por completo para atrás. Chanyeol lo sigue de inmediato, como un cachorro. Tira su mochila hacia el escritorio y el otro lo imita. Esa es su rutina usual cada vez que él va a pasar el rato allí. Y eso es lo que están haciendo hoy, ¿no? ¿Pasar el rato?
«Sí, cómo no», se burla una voz horrible y estúpida en su cabeza. «No te engañes, Byun Baekhyun.»
-Toma -dice Chanyeol, posando en la cama una pequeña bolsa de compras. Baekhyun se atreve a espiar dentro: una caja de condones… y lubricante.
-¿Cómo diablos hiciste para…? -Se pregunta Baekhyun, mirando a su amigo, quien sólo se encoge de hombros.
-Ya te dije: fui a casa y leí. Fui hasta el hospital y le pedí a tu madre un panfleto. Ya sabes… de sexo an…
-Dios mío, ¿que hiciste qué? -grita, jalándose de los pelos.
-No creo que haya pensado que era para mí -aclara el otro con honestidad, como si aquello fuese a hacer sentir mejor a Baekhyun-. Es decir, se estaba riendo cuando me lo dio.
-Dios mío -repite él, desplomándose sobre la cama con un brazo encima de los ojos-. Lo sabe. Definitivamente lo sabe. Dios, ¡lo saben todos!
-Francamente no lo creo, Baekhyunnie. -Chanyeol suelta una risita, uniéndosele en la cama. Baekhyun lo mira y nota que tiene una marca roja en su mentón, de cuando se cayó en el autobús.
-Te ves ridículo -murmura, estirando un brazo para quitarle a Chanyeol sus odiosos lentes marrones. Él arruga la nariz cuando se los saca, y los deja en la mesita de luz, esperando secretamente que Chanyeol se olvide de ellos y jamás los vuelva a usar.
Y es entonces cuando finalmente cae en la cuenta: está a punto de hacer esto. Con Park Chanyeol.
Park Chanyeol, que luce algo así como un ángel ahí echado en la cama, con la luz vespertina bañándole el cabello cobrizo de la forma perfecta. Un angel extraño, piensa cuando al ojo izquierdo de Chanyeol le da un tic, pero ángel al fin.
Por supuesto, Park Chanyeol no es el chico más tierno del mundo ni tampoco el más elocuente. Además, casi siempre encuentra el modo de avergonzar a Baekhyun cuando están en público juntos, pero… a su pesar, lo ama. No de la manera en que ama a su madre, pero tampoco como «ama» a Kim Jonghyun. Ni siquiera puede poner en palabras la forma en que ama a su mejor amigo.
-Bien… -Suspira con suavidad, y se lleva las manos temblorosas hacia el primer botón de su blazer escolar-. Estoy listo.
Chanyeol parpadea y se sienta abruptamente.
-Bueno, yo estoy listo también -dice con lentitud.
Ninguno observa al otro mientras se quitan las chaquetas. Baekhyun no puede evitar mirar furtivamente una o dos veces cuando Chanyeol empieza a aflojarse la corbata. Sus ojos se cruzan y apartan la vista, sintiendo vergüenza.
Luego quitarse su corbata, Baekhyun echa otro vistazo. El otro ya se ha desabrochado por completo la camisa, y aunque la visión del torso desnudo de su amigo no es nada nuevo para él, no puede evitar ruborizarse al observarle el pálido y terso estómago.
-Yeol -espeta, pese a su sano juicio, sin saber ni siquiera qué va a decirle. Chanyeol se congela y lo mira con ojos ensanchados, tapándose con su camisa.
-¿Qué? -pregunta, con la voz temblorosa.
-Eh, nada. Digo… perdona -tartamudea. No sabe si está tratando de tranquilizar a Chanyeol o qué, pero mientras él sigue mirándolo, Baekhyun comienza a desabrocharse su propia camisa con cuidado. Puede verlo claramente tragar, y de pronto un calor se le extiende hacia los dedos de las manos y los pies.
Continúan así todo el rato, desvistiéndose y espiando al otro sin mucha sutileza. Baekhyun siente como si fuese a desmayarse debido a toda la neblina que le rodea la mente, pero de repente atisba un destello de algo amarillo muy vívido, y no puede evitar girar la cabeza. Sus miradas se cruzan cuando Chanyeol se quita los pantalones de una patada, lanzándolos al rincón. Lo mira como si estuviese avergonzado, y Baekhyun no puede evitar dejar escapar una risa.
-Yeol -susurra, mordiéndose un labio y tratando desesperadamente de no explotar en risas-. ¿Bob Esponja?
Park Chanyeol está luciendo el bóxer de Bob Esponja más llamativo que jamás haya visto. Aunque no es como si hubiera visto muchos, en primer lugar.
Entonces sucede algo y Baekhyun siente que la tensión se disipa por completo de su cuerpo. Todavía está muy acalorado, y si el rubor que se extiende por el cuello de Chanyeol sirve de indicador, su amigo se está sintiendo igual. Pero ahora ambos se ríen, y eso ayuda a alivianar los nervios, aunque sea un poquito.
Se saca los pantalones antes de descender de aquella nube de felicidad que está experimentando. Da un tirón de la mano de Chanyeol, para que así los dos queden recostados de lado, enfrentados e imposiblemente cerca.
-¿Deberíamos… -comienza Baekhyun con lentitud, desconociendo de dónde es que le llega toda aquella confianza pero dejándose llevar- besarnos… y esas cosas?
Chanyeol, quien previamente fue el que más seguro se mostró de los dos, ahora se queda claramente sin palabras. Tiene una mirada en el rostro que le hace pensar a Baekhyun que tal vez dijo algo malo, pero entonces asiente.
Se han besado en otras ocasiones, de esos piquitos que se dan a menudo los amigos, pero nunca nada se acercó ni remotamente a esto. El más bajo se arrima y por un segundo simplemente se queda ahí, con los labios sólo a un respiro de distancia de los de su mejor amigo. Deja por un instante que sus mentes registren toda la situación, y apenas un momento después conecta sus labios tan suavemente como puede.
Chanyeol deja salir enseguida un jadeo, mas pronto lo reprime. Baekhyun no sabe por qué, pero siente la innegable necesidad de acercarse, así que eso hace mientras sujeta los hombros huesudos del otro. Ya ha dejado atrás la mesura, sencillamente necesita hacer esto. Ahora. Toda su sangre fluye hacia el sur cuando Chanyeol se estira y se arquea contra él, y no pasa mucho tiempo hasta que siente la erección de su amigo presionada contra uno de sus muslos.
Chanyeol no dice mucho. Sólo murmura el nombre de Baekhyun (no su apodo) una y otra vez, en todas y cada una de las ocasiones que sus labios se separan.
-Baekhyun -susurra, y trata de recobrar el aliento-. Baekhyun, Baekhyun, Baekhyun.
Sus besos son castos, para el estándar de la gente. No son apasionados y agresivos sino suaves, y hasta algo torpes. Chanyeol le erra a sus labios en más de una ocasión, pero está bien porque Baekhyun se da cuenta de que le gustan mucho sus labios torpes y excesivamente entusiastas. Solo una vez aventura su lengua hacia la boca de Chanyeol, y un gemido chillón le escapa de la garganta al muchacho de voz profunda.
Se separan jadeando. Todas aquellas horas invertidas en ver porno se le escapan a Baekhyun de la memoria. Lo que sea que está haciendo, le nace naturalmente, como si ya no tuviera control de su propio cuerpo. En total silencio, porque en ese momento no puede ni pensar en formar palabras, estira un brazo para agarrar la bolsa de compras, previamente descartada. Extrae una botellita de lubricante y se la pone a Chanyeol en una de sus palmas sudadas.
-Esta es la parte incómoda -musita, situándose en la cama e intentando relajarse, porque si hay algo que sabe es que debe hacer su mejor esfuerzo por distenderse durante lo que se viene. O de lo contrario, le va a doler como el demonio-. Pero confío en ti. Así que a partir de ahora… queda, ehm… en tus manos.
Chanyeol asiente, temblando, y se lame los labios rojos mientras se aproxima gateando con rigidez. Se mueve de manera robótica, como alguien a quien se le olvidó cómo usar las piernas.
-De acuerdo -responde con un ronco susurro-. Haré mi mejor esfuerzo por no lastimarte, ¿sí? En verdad no quiero lastimarte…
-No hay problema, Yeol -dice Baekhyun, y esboza una sonrisita a pesar de la situación en la que se encuentra-. De todos modos va a doler. Estoy listo.
Chanyeol pone las manos en sus rodillas y da un respiro hondo, y casi luce como si estuviese rezando, con su cabeza gacha como está. Se aproxima todavía más para quedar completamente pegado al lado derecho de Baekhyun. Éste puede sentir cómo su amigo tiene ahora una indiscutible erección, incluso a través de aquellos odiosos bóxers.
Con cautela, Chanyeol le quita la ropa interior. Tienen las luces apagadas, pero aun así están a la mitad de la tarde y los rayos del sol entran a raudales, así que nada puede ser escondido. Baekhyun de todas maneras no se siente avergonzado por su tamaño ni nada parecido, porque sabe que a su amigo no le importa.
Cuidadosamente, casi con veneración, Chanyeol le roza con sus pulgares los huesos de la cadera. Le hace cosquillas, y Baekhyun no está seguro de qué es lo que el otro pretende lograr, pero no dice nada. Lentamente, Chanyeol lleva la cabeza hacia abajo, y en un mero segundo de pánico, Baekhyun cree que va a llevarse su hombría a la boca, pero en vez de eso le posa un ligero beso en el ombligo. No se explica por qué, pero ese acto le deja las piernas temblando. No puede reprimir el ahogado «Chanyeol» que escapa de su boca.
El muchacho alto se mueve súper despacio, con cuidado y gentileza en cada una de sus acciones. Le separa a Baekhyun los muslos con suavidad y él, en vez de sentirse expuesto e inseguro, se siente impaciente.
Chanyeol se muerde el labio mientras vuelca algo de la sustancia transparente en su palma. Baekhyun piensa que debe haber investigado muy bien, tal como dijo, por cómo actúa con tanta fluidez. Ubica una de sus manos pegajosas en su muslo, peligrosamente cerca de su entrada. Se inclina, de modo que sus labios apenas le rocen a Baekhyun la mejilla, antes de preguntarle:
-Bueno, ahora yo… ya sabes, ¿no?
Baekhyun simplemente asiente y aguarda. Sin importar cuánto se haya preparado mentalmente para esto, no puede contener el grito que le sale de los labios cuando Chanyeol introduce más y más en él uno de sus dedos. El muchacho alto parpadea.
-¿Quieres que me detenga? -murmura, y su aliento le envía escalofríos por la espalda a Baekhyun-. Según leí, decía que…
-No -lo corta él velozmente-. Necesito, aah…
Se ve interrumpido abruptamente cuando Chanyeol empuja el segundo dedo, incluso con más lentitud que el primero. No es exactamente que le duela, porque su amigo está siendo más que cuidadoso, pero la reacción natural de su cuerpo es querer ir en contra de la intrusión.
Quiere pensar en Jonghyun, aunque solo sea por un segundo. Quiere imaginarse cómo sería si fuera él quien estuviera encima, en su habitación, esa tarde de miércoles. Pero el rostro de Jonghyun se le evapora con presteza de la mente, y contempla el rostro de su mejor amigo, jadeándole en el oído.
-Yeol -suspira, extendiendo un brazo sin ver en busca del otro-. Por favor, tan sólo…
Chanyeol asiente, siempre obediente, mientras se desliza hacia abajo sus propios bóxers y los tira tras de sí. Baekhyun lo observa, realmente asombrado por el hecho de que, más allá de sus extremidades larguiruchas y su tendencia a la torpeza, el cuerpo de su mejor amigo es totalmente esbelto y terso y perfecto.
-Bueno -susurra Chanyeol, como si estuviese mentalizándose. Lucha torpemente con el profiláctico por un minuto entero antes de conseguir abrirlo. Una vez colocado, se posiciona vacilante entre las piernas de Baekhyun, dándole una mirada como preguntando «¿estás realmente de acuerdo?».
-Es… estás listo, ¿no? -inquiere con cautela, y Baekhyun puede sentir la punta justo ahí.
-Sí -responde él, un poco más bruscamente de lo necesario-. Sólo hazlo.
-¿De verdad estás seguro? -vuelve a preguntar Chanyeol, y Baekhyun siente ganas de estirar un brazo y abofetearlo.
-Park Chanyeol, si no lo haces ya mi… ooh.
Una vez que Chanyeol se le introduce, pasan muchas cosas a la vez: Baekhyun arquea la espalda por la mera presión de todo lo que ocurre; los brazos de Chanyeol, que previamente lo habían estado sosteniendo por encima del chico más pequeño, empiezan a sacudirse antes de ceder, dejándolos a los dos aplastados por completo; mientras Chanyeol se mete más y más en su interior, le duele, pero probablemente no tanto como podría haberle dolido porque su amigo ha sido tan escrupuloso. Sin embargo, Baekhyun se retuerce constantemente, tratando de habituarse a la intrusión, mientras que Chanyeol empieza poco a poco a impulsarse.
Pronto, alcanzan un ritmo extraño, de «¿mejor me voy?», pero ritmo al fin. Chanyeol, todavía despatarrado encima del pecho del otro, empieza a subir la velocidad, y Baekhyun finalmente consigue una oportunidad para verlo bien. Tiene el cabello caoba empapado y aplastado contra su frente. Sus ojos, lo que más le gusta a Baekhyun de su amigo, están húmedos y amplios de placer mientras intentan capturar cada detalle de cada pequeño movimiento que hace él. Chanyeol luce… indescriptible en ese instante, y siente cómo su corazón se revoluciona. Tanto su cabeza como su corazón se inundan de tantas emociones que no puede evitar que las palabras escapen de su boca.
-Te amo.
Su mente sigue dándole vueltas, así que le resulta una total sorpresa cuando Chanyeol de pronto estrella sus labios contra los de él, exclamando algo que su cerebro no llega a comprender. Esta vez, los besos alocados de Chanyeol no son tan bienvenidos, ya que la mente de Baekhyun todavía no está a la par de su cuerpo y no tiene ni idea de qué está sucediendo. Mientras se besan, siente cómo su amigo acaba con un grito. Apenas pasó un minuto desde que se introdujo en él.
-Lo lamento. -Chanyeol jadea en su cuello mientras los remanentes de su orgasmo le producen sacudidas-. Lo lamento.
Baekhyun parpadea. Chanyeol sale de él lentamente, con el aspecto de un cachorrito reprendido. El chico piensa que su cuerpo ha entrado en estado de shock.
-Lo lamento -repite el más alto, y empieza a ponerse ansioso; se quita el condón y lo lanza antes de sentarse-. Baek, en verdad lo…
-Está bien -responde él, pese a que su voz sugiere que las cosas definitivamente no están bien. Aún está tratando de registrar qué diablos acaba de pasar y de pronto se siente sumamente vacío, en más de una forma. El placer que le había estado corriendo por las venas hacía menos de un minuto ahora se está desvaneciendo, de forma lenta pero segura.
-Por favor -ruega Chanyeol, luciendo como si fuera a echarse a llorar-. Déjame… sólo dejame intentar esto, ¿de acuerdo? Es decir… en alguna parte leí que va a funcionar.
Baekhyun no consigue ni pronunciar una palabra porque de repente Chanyeol le está agarrando la erección, que está comenzando a languidecer debido a toda la confusión y el caos. Su rostro luce determinado mientras lo masturba hacia arriba y hacia abajo, con demasiada velocidad y fuerza para resultarle placentero.
Sin embargo, Baekhuyn sigue cautivado por cómo la luz del atardecer está formando un halo alrededor de la cabeza de su mejor amigo. Piensa en el Chanyeol de hace un par de minutos, sudando y jadeando su nombre, y ese solo pensamiento es suficiente para volverlo a excitar. Lleva sus manos hacia las de Chanyeol y entre ambos lo llevan al orgasmo. Se siente bien, solamente un poco mejor que cuando lo hace él solo, pero sabe que podría haber sido más. Quiere un orgasmo alucinante, trascendental, que le haga perder todo pensamiento coherente de los que sólo ha leído. Fue bastante evidente que Chanyeol tuyo el suyo.
No sabe si sentirse aliviado o decepcionado. Lo que sí sabe es que está jodidamente cansado, a pesar de que apenas van a ser las cuatro. Chanyeol debe sentirse igual que él, porque de inmediato se ovilla a su lado (tras reubicar sus calzoncillos de Bob Esponja en el final de la cama). Baekhyun se siente pegajoso y sucio, pero cuando Chanyeol apoya la cabeza contra su hombro, con los ojos parpadeando por el sueño apenas un minuto después, se da cuenta de que no puede moverse para nada. Y tampoco quiere hacerlo.
Pese a su estado adormilado, el corazón todavía no se le desacelera. Sigue sin poder creer que ha dejado de ser virgen, y su amigo también, y ahora finalmente cae en la cuenta de que le dijo a Chanyeol que lo amaba, y lo dijo en serio, y tiene la cabeza hecha mierda.
Pero lo que más le asusta es el hecho de que no sabe cómo lo ama. No lo ama como a un novio… definitivamente no. Porque los novios son pasajeros, y Baekhyun quiere tener a Chanyeol por siempre.
Y no sabe bien qué nombre ponerle a eso.
Ahora está demasiado cansado como para pensar. Cierra los ojos y siente a Chanyeol cubrirlos a ambos con una manta. Se queda dormido casi al instante, y en ese lugar tan raro entre la consciencia y la inconsciencia, ve a Chanyeol, con ese halo de luz rodeándolo, que le susurra «te amo, te amo» una y otra vez.
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