Lollipop Division (1/3)

Apr 11, 2014 23:04


No permito que mis traducciones sean publicadas en ninguna otra página, así que por favor no las utilices ni las adaptes.

(Masterlist)

Bueno, hola :D Terminé una nueva traducción: este Baekyeol. Lo más complicado fue tratar de determinar cómo traducir "lollipop" ya que en cada país se le dice diferente, pero en fin, me decidí por poner "paleta" y listo. xD
¡Muchas gracias por leer y espero que disfruten el fic! Siéntanse libres de comentar que no me ofendo~~ Los links de contacto están en la página principal así que ya no los dejaré aquí.

Título: Lollipop Division
Autora: Zeraiya
Género: Drama
Rating: NC-17/R
Idioma original: inglés
Fanfic original: click aquí
Traductor: Drake15
Palabras: ~19700



Esa es la peor forma de extrañar a alguien.
Cuando están justo a tu lado pero aun así los extrañas.
-Pittacus Lore, «Soy el Número Cuatro»

Prólogo

-Chanyeol, él es mi amigo de la infancia del que te hablé, Baekhyun. Baekhyun, él es Chanyeol. Se sienta a mi lado en clase.

-Oh, ¿también estás en la escuela de medicina? ¿Te gustan los niños como a Kyungsoo?

-¡Hey! ¡Eso suena mal!

-Nah, yo tengo metas más humildes. Sólo quiero ser un doctor. Ya sabes, del tipo familiar.

-Es por la bata blanca, ¿no?

-De hecho, me anoté por las paletas.

-… ¿Disculpa?

-Seh, ya sabes, para darles paletas a los pacientes luego de sus chequeos.

-Estoy bastante seguro de que sólo se supone que les des paletas a los niños.

-No si yo me vuelvo doctor.

-¿Sabes qué? Creo que me agradarás, Chanyeol.

-También pienso que me agradarás.

-Bueno, Park-ssi; este es el tercer día consecutivo que te honro con mi presencia en esta librería lóbrega, después de hora -anuncia Baekhyun teatralmente.

-Y sabes que te estoy eternamente agradecido. ¡¿Cómo me habría aprendido los síntomas de la fiebre amarilla sin ti?! -responde Chanyeol, igual de entusiasta.

-Oh, tú, adulador. -Las patas de una silla chillan contra el suelo, y suena un ruido seco cuando Baekhyun tira uno de los numerosos libros de texto al piso al treparse torpemente a la mesa. -Creo que me merezco una recompensa justa.

Chanyeol deja su bolígrafo.

-Te compraré té de burbujas.

Baekhyun niega con la cabeza.

-¿Te quedó alguna de tus paletas, Doctor Park?

-Se me acabaron.

-Qué pena. -Hace un puchero. Chanyeol se aclara con torpeza la garganta y se inclina un poco más hacia delante.

-Pero tengo un sustituto, si te interesa.

Baekhyun sonríe antes de asentir con coquetería.

Los labios de Chanyeol saben más dulce que cualquier azúcar.

Lollipop Division

Una fría noche de octubre, Chanyeol regresa a casa un poco más temprano de lo normal (porque Baekhyun ya está acostumbrado a dejarle la cena en el horno, para mantenerla caliente, en vez de tenerlo en casa para comerla), mortalmente pálido y decididamente silencioso. Su mandíbula es una línea aguda contra su usualmente alegre rostro, aunque ¿cuándo se ha mostrado alegre Chanyeol en estos días?

-Viniste… -La voz de Baekhyun se apaga, al encontrarse sin saber cómo terminar su propia oración. Es más que horrible que eso sea ya una ocurrencia diaria entre ambos, incluyendo el tono de sorpresa que se adueña de la melódica voz de Baekhyun, como si ni siquiera esperara que regresara a casa.

Chanyeol asiente una vez con ojos vidriosos mientras lanza su sudadera hacia la mesada. Parece perdido mientras contempla la tela oscura de su chaqueta arrugada, antes de recobrar algo del sentido de la realidad.

-Sí -es todo lo que consigue decir.

El corazón de Baekhyun se comprime instintivamente ante la mirada perdida y lejana en los ojos de su pareja. Su agarre del cuchillo de cocina se afloja, así que lo deja en la tabla, junto a los vegetales meticulosamente cortados en cubos. Se le reseca la boca.

-Chanyeol, ¿está todo bien? -Su mano hace ademán de estirarse y sujetar la del más joven para ofrecerle consuelo, para llegar a él, pero ya no sabe si debería. Algo dentro de su pecho lo retiene, y sin embargo algo más le ruega intentarlo.

La mirada de Chanyeol vuela hacia la mano del otro e instintivamente se aparta, dejando caer sus brazos de la mesada. Baekhyun se pregunta cuándo es que los ojos de Chanyeol se volvieron tan oscuros, y por qué nunca antes lo notó.

-Sí, estoy bien. -Trata de ofrecerle a Baekhyun una sonrisa tranquilizadora, agarra con rapidez su sudadera y se precipita hacia su habitación.

Baekhyun no le cree ni por un segundo porque, incluso si ya no saben cómo hablar entre ellos, él siempre puede leer a Chanyeol. Al menos cree que puede.

Baekhyun no sabe cómo lamentar la pérdida de algo que aparenta seguir estando allí.

Se entera de la causa del comportamiento extraño y distante de Chanyeol una semana después, y no menos que por Kyungsoo.

-Nos entregaron los cadáveres de niños esta semana -profiere Kyungsoo sombríamente por sobre el borde de su taza de capuchino. Su mirada luce dura y en cierto modo rota, tal como ha estado la de Chanyeol, y Baekhyun se pregunta cómo estará su amigo sobrellevando la situación. Se metió a estudiar medicina porque quiere ser pediatra. Kyungsoo adora a los niños; Baekhyun no puede imaginar cómo se sentirá al diseccionar uno helado y sin vida.

No puede imaginar cómo se sentirá Chanyeol, y ese solo pensamiento le hace sentir náuseas.

Chanyeol siempre fue un espíritu libre; no es para nada inmaduro -la dureza en sus ojos y sus silencios deliberados son sólo una prueba de ello- pero es ingenuo: le gusta creer en la bondad de las personas, le gusta ver el lado alegre de la vida, sólo quiere ayudar.

Baekhyun deja en la mesa su latte con más fuerza de la que debería, porque el sonido del platillo atrae la atención de Kyungsoo.

-¿Estás bien? -le pregunta con recelo, posando la taza en su plato.

La única respuesta de parte de Baekhyun es hundir el rostro en sus palmas abiertas y respirar con fuerza por la nariz.

-Sí. -Pero su voz revela sus verdaderos sentimientos y lo traiciona; su boca está seca como un algodón, y su corazón apretado tan fuertemente que se pregunta si estará sufriendo un ataque de pánico.

Le toma un momento el darse cuenta de que su respiración es rápida y superficial y que sus latidos están retumbando en sus oídos, y tal vez está realmente teniendo un ataque de pánico.

-Baekhyun, hey. ¡Hey!

De pronto una mano encierra la suya, y a Baekhyun le lleva unos pocos segundos de inmovilidad el notar que la presión en su mano es de la de Kyungsoo. Levanta la vista para ver la mirada preocupada de su amigo. En el momento en que sus ojos se encuentran, Baekhyun siente que la mano reconfortante alrededor de la suya se cierra con más fuerza.

-Baekhyun, ¿qué…? -Su voz se va apagando porque ya ni siquiera sabe qué preguntar, porque no es como si aquella desesperanza atrapada en Baekhyun fuera un acontecimiento repentino. En vez de hablar, su pulgar roza la pequeña muñeca del mayor, y el aliento de Baekhyun de pronto se estremece en sus pulmones.

-No me lo contó, Kyungsoo… -Es todo lo que consigue articular a través de su garganta cerrada antes de desmoronarse como un muñeco de papel sobre la mesa, tratando de reprimir el llanto.

Desde esa mañana, con los ojos preocupados y tristes de su más antiguo amigo observándolo, Baekhyun comienza la cuenta regresiva hacia el inevitable final.

El ceño de Chanyeol se encuentra fruncido en extrema concentración y tiene el labio inferior manchado de tinta azul; el bolígrafo se encuentra apresado entre sus dientes blancos. En realidad se ve bastante tierno.

Baekhyun se muerde el labio mientras observa cómo los músculos en el hombro de Chanyeol se tensan al encorvarse hacia sus libros. Tras reunir el coraje que no debería necesitar, empuja tímidamente con los nudillos una taza por el escritorio, colocándola entre Las complejidades del cerebro humano y una luminiscente engrapadora amarilla.

Chanyeol detiene su furiosa toma de notas para contemplar el pequeño ofrecimiento que le presentan. Es su taza vieja favorita (un gato de Cheshire sonriendo en el frente y un pedacito faltante en el borde), y pareciera ser chocolate caliente, a juzgar por la esencia, con espuma.

Entonces levanta la vista hacia su pareja, quien está mordiéndose el labio con nervios y tratando de sonreír a la vez.

-Pensé que querrías algo. Hace frío, y sé te quedarás levantado por un rato largo.

Chanyeol parpadea unas pocas veces y luego baja la mirada hacia la taza; al hacerlo, sus anteojos se le deslizan levemente por la nariz. La observa por unos segundos, admirando la carita chueca pintada en la superficie de la espuma blanca.

-Gracias, Baekhyun. Es muy lindo de tu parte. -Sonríe con amabilidad, recogiendo la taza y calentándose las manos. Toma un sorbo, le vuelve a sonreír a Baekhyun porque siente sabor a canela y se voltea hacia sus libros otra vez para repasar sus notas.

Baekhyun tan sólo se queda ahí parado, de forma poco convincente, preguntándose cuándo fue exactamente que se volvieron tan corteses, tan incómodamente formales entre sí.

(-Baekhyun-ah… bájate. Necesito seguir estudiando.

-¡Pero es tarde! Ven a la cama.

-Sabes que no puedo. Los exámenes son la semana entrante. Lo siento.

-De acuerdo. Pero entonces tendrás que darme un beso por cada minuto que te vayas a quedar despierto.

-¡Baekhyun-ah, esos son muchos besos!

-Lo sé.)

Baekhyun enreda vacilante sus delgados dedos en el cabello de Chanyeol, e intenta ignorar cómo éste se sobresalta por la sorpresa.

-Trata de no quedarte hasta muy tarde, ¿sí? -Chanyeol no mira para atrás, pero se inclina ligeramente hacia el toque de Baekhyun mientras cierra uno de sus libros y abre otro.

-Claro.

Baekhyun no sabe por qué descarta la idea de besarlo.

Cuando no es un estudiante de medio tiempo, Baekhyun trabaja como receptor en un restaurante local, a pocas cuadras de su departamento. Su sonrisa encantadora, su bello rostro y su naturaleza amigable son perfectas para atraer clientes y mantenerlos felices.

El lado negativo de su trabajo, sin embargo, es que le da demasiado tiempo a solas con sus pensamientos mientras aguarda a los clientes en la puerta principal; se ve forzado a observar a las parejas felices y enamoradas soltando carcajadas juntos y sonriéndose frente a sus ojos.

Pasa demasiado tiempo preguntándose cuándo y por qué su relación con Chanyeol se desmoronó; obsesionándose con cómo solían ser; cómo solía él pensar que eran mejores que todas aquellas parejas que se andan presumiendo frente a él.

Solían sentarse en la mesa de la cocina y comer desayunos azucarados juntos los fines de semana, pinchándose con los extremos de sus cucharas mientras leían el periódico matutino distraídamente. Pasaban noches peleándose por si deberían o no adoptar un gato, porque Chanyeol juraba que había visto al gatito más adorable en el refugio de animales. Tenían duelos con las puntas de las escobas siempre que había que limpiar el apartamento, y discutían por quién tenía que cambiar aquella vez las sábanas, hasta que al final terminaban rodando en ellas y riendo, cubriéndose de besos.

Y entonces, a veces terminaba con la cabeza de Chanyeol entre los muslos del otro y los dedos de Baekhyun arañando las sábanas, hasta que hacían tal desastre que ambos se veían forzados a cambiar los blancos juntos.

Aquellos recuerdos lo queman ahora, como si le hubieran vertido ácido en su cavidad torácica.

Le tomó a Baekhyun semanas -semanas de cambiar las sábanas por su cuenta, de sentarse en la mesada a comer cereal solo y de revisar la sección de adopción de mascotas en el periódico sin pronunciar palabra- para darse cuenta de las cosas.

Sabe que todo se descarriló hace cuatro meses y medio, cuando recibió aquella llamada de la clínica local. Es obvio que aquel fue el momento en el que se desmoronaron: cuando Baekhyun trató de lidiar con las aplastantes noticias. Todo a su alrededor colapsó sobre él mientras que los sentimientos reprimidos de dolor y negligencia se entremezclaban con las palabras solemnes y el diagnóstico de los doctores y las enfermeras.

(-Le quedan sólo dos semanas, como mucho.

-Ahora es el momento de reconciliarse.

-Baekhyun-ah… Lo lamento tanto.)

Resultó ser demasiado el tratar de lidiar con la pérdida mientras intentaba aceptar que no tenía el tiempo suficiente para hacer las cosas bien; hacer que ella lo aceptara por quien era, por quien estaba orgulloso de ser. Decirle que, incluso aunque fuera su hijo, no creía poder perdonarla por haberlo abandonado emocionalmente, y más importante aún, por haberle hecho sentir como si debiera avergonzarse de ser quien era y del hombre que tenía en su vida.

Sí, resultó ser demasiado.

Se desmoronaron el día en que interpuso entre ambos la puerta de su habitación y echó el pestillo, llorando sobre sus rodillas con el teléfono en la mano, negándole a Chanyeol el acceso a su cuarto y a su cabeza, a pesar de los golpes en la puerta y de las súplicas. Se sintió como una muñeca rota que no tenía arreglo.

Habían cambiado luego de aquella semana. Chanyeol estaba callado y con ojos tristes cuando Baekhyun emergió de su soledad.

Ahora viven como paralelos. Dos personas que coexisten, que comparten el mismo departamento, comen la misma comida, usan la misma ducha, duermen en la misma cama y comparten el mismo amor. Pero están rotos, rotos de tantas maneras que Baekhyun apenas puede contar los trozos.

Y la peor parte es que no sabe cómo volver a unir aquellos pedazos.

Es otro día de fin de semana dentro del borroso lío semanal. Baekhyun está sentado en su escritorio con la portátil abierta mientras intenta escribir un ensayo sobre la colonización de la música a través de las décadas. Suspira con frustración cuando las horas pasan y apenas consigue avanzar, habiendo logrado escribir sólo unas pocas miles de palabras.

Es alrededor de las siete cuando empuja su silla de oficina y se estira la espalda, ponderando qué debería hacerse de cenar y considerando preguntarle a Chanyeol lo que quiere comer, cuando dicho hombre sale de su habitación vistiendo una camiseta larga, a medida, y unos jeans ceñidos.

La garganta de Baekhyun hace un clic al tragar, y trata de no recordar las veces en las que se había sentido particularmente juguetón y le había quitado aquellos mismos jeans con los dientes.

-¿Vas a algún lado? -le pregunta deslizando su silla, por lo que se encuentra casi en medio del cuarto. Chanyeol levanta la vista de su proceso de revisar que el celular y las llaves se encuentren en el bolsillo de su chaqueta.

-Sí -musita-. Voy a celebrar que salí primero en los exámenes; iré a un bar con los chicos.

Baekhyun trata de guardarse el Nunca me dijiste que saliste primero que tiene en la punta de la lengua. Duele, como también duele la falta de una invitación. En su lugar, se cruza de brazos y se reclina en el asiento.

-Oh, qué bien. Diviértete entonces. -Consigue poner una sonrisa simpática en el rostro.

Chanyeol le devuelve titubeante la sonrisa antes de colocarse la chaqueta. Se ve tan atractivo, se permite pensar Baekhyun.

El otro se abre camino hasta la puerta, agarrando su billetera del escritorio de Baekhyun al pasar.

-Regresaré a eso de la medianoche. -Se pausa en la puerta de entrada. -De hecho, mejor a la una.

Baekhyun se voltea de nuevo hacia su portátil.

-No lleves el auto si vas a beber -le recuerda.

-Tomaré un taxi. -El sonido de los pestillos descorriéndose resuena con fuerza en la atmósfera silenciosa.

-Diviértete. -Baekhyun no es capaz de apartar la vista de su computadora; por alguna razón, le duele cada vez que ve a Chanyeol atravesar esa puerta. Un momento después oye que dicha puerta se cierra, dejando el aire dentro de su apartamento quieto y pesado.

Los minutos transcurren y el único sonido que puede escucharse es el cliqueo de las teclas de la computadora, antes de que también ese se detenga repentinamente.

Baekhyun deja caer el rostro en sus palmas abiertas y se apoya en el escritorio, suspirando con desánimo.

De: Kyungsoo
Para: Baekhyun
Recibido: 19:26

Hey, ¿por qué no viniste? Chanyeol dice que es porque no querías… ¡pero sé que es mentira! Siempre eres el primero en presumir de las notas altas de tu querido novio y de cuán orgulloso estás de tu pequeño Chanyeollie~ :P

De: Kyungsoo
Para: Baekhyun
Recibido: 19:48

¿Estás bien?

Le toma su tiempo, pero Baekhyun finalmente admite que sólo se está desvelando para asegurarse de que Chanyeol llegue a casa a salvo. Sabe por experiencia cuán torpe y despistado puede ser estando ebrio, y prefiere estar cerca para ayudarlo a irse a la cama o recibir una llamada para ir a buscarlo, que no.

Pasa el tiempo intentando -y fallando- continuar su ensayo sobre música; es sólo que su mente está a mil millas de distancia y no puede concentrarse. Al final, termina por rendirse y navegar en internet.

Poco después de las once, se pega un tremendo susto al escuchar un portazo en la entrada principal. Rueda con su silla justo a tiempo para ver a Chanyeol meterse trastabillando a su cuarto, luciendo pálido y hecho polvo. Baekhyun simplemente lo mira.

El otro está luchando para quitarse la chaqueta cuando decide hablarle, porque cree que Chanyeol ni siquiera ha notado que está ahí sentado.

-Creí que dijiste que regresarías a la una.

Como sospechaba, Chanyeol no sabía que estaba allí, porque en cuanto le habla se sobresalta y casi cae al suelo. Se da la vuelta y mira a Baekhyun con ojos enormes. Está actuando extraño, luce pálido y ligeramente entrado en pánico. Baekhyun se pregunta si tal vez ha consumido algo. Le ruega al cielo estar equivocándose, porque la idea de Chanyeol tomando drogas es ridícula y preocupante.

-Decidí irme antes, no tenía ganas de quedarme. -Su voz suena algo cansada. Se quita la chaqueta y la lanza hacia la mesa, sacándose al mismo tiempo las zapatillas con los pies.

Baekhyun lo escruta, preocupado. Sus pupilas están normales y no está sudando, ni tampoco crispándose. No puede estar drogado. Nada más está actuando raro. Aquel descubrimiento es sólo parcialmente tranquilizador.

-De acuerdo… -Decide dejar el tema, más que nada porque ya no sabe ni cómo hablarle a Chanyeol; no sabe por dónde empezaría. -¿La pasaste bien, al menos? -Chanyeol asiente demasiado pronto.

-Sí, estuvo genial -dice velozmente al pasar junto a la silla de Baekhyun, sin siquiera lanzarle una mirada-. Me voy a la cama.

Una parte del corazón del chico se desanima, pero asiente y murmura las buenas noches antes de voltearse y regresar con miseria a su portátil.

Y entonces pasa algo extraño.

Baekhyun puede escuchar a Chanyeol detenerse en el umbral de la puerta de su cuarto, así que se voltea instintivamente, esperando por dentro que quiera decirle algo.

Es casi como si estuviera congelado en el tiempo mientras él se queda de pie con la habitación oscura de fondo, antes de girarse abruptamente e ir arrastrando los pies hasta donde está Baekhyun. Se agacha un poco y le presiona el rostro contra su pecho, poniéndole una palma en la nuca, y lo besa apresuradamente en la coronilla. El corazón de Baekhyun da un salto.

-Ven a la cama pronto, ¿sí? -Suena curiosamente desesperado; las palabras se quedan un instante flotando por la mente de Baekhyun antes de esfumarse.

Hay un aroma a colonia emanando de la camiseta de Chanyeol que le quema los sentidos. Baekhyun siempre era el que le compraba a Chanyeol sus colonias porque, por alguna razón, Chanyeol tiene un sentido del olfato muy débil. Siempre se aseguraba de comprarle las esencias que le gustaran y de conseguirle botellas de su agrado.

Esa colonia, sin embargo, no es ninguna que él le haya comprado.

-De acuerdo. -Baekhyun asiente débilmente, casi tragándose su propia lengua.

Chanyeol le presiona otro beso en el cabello antes de voltearse e irse.

La puerta de la habitación se cierra con un clic, pero Baekhyun apenas lo escucha. Todo su cuerpo se ha quedado paralizado y se siente como anestesiado; es como si la única parte de él que siguiera funcionando fueran sus pensamientos, desenfrenándose en su cabeza y mostrándole miles de imágenes que lo hacen sentir nauseabundo.

Cierra su laptop sin apagarla y se pone de pie temblorosamente. Enciende todas las luces del cuarto antes de vagar hasta la cocina.

Se prepara una última taza de té verde y se apoya contra la mesada mientras lo bebe. Permanece allí, aunque todas las luces estén apagadas y esté oscuro, calentándose las manos con la taza y luchando por ajustar sus ojos a la negrura.

Hay una súbita fuente de luz: su teléfono sobre la mesada, y se estira para tomarlo y leer el nuevo mensaje. Lo lee una y otra vez hasta que la pantalla se apaga.

No sabe bien por cuánto tiempo se queda allí parado, pero es hasta que su té ya se enfrió.

Baekhyun pone la taza en el fregadero y se va a su habitación. Encuentra en silencio una muda de ropa -porque Chanyeol se ha dormido ya, lo sabe por su respiración fuerte- y luego se encierra en el baño, sin molestarse tampoco en encender las luces esta vez.

Se mete a la ducha y se queda de pie bajo el chorro de agua por uno o dos minutos antes de reclinarse y deslizarse por la pared de azulejos. Esconde el rostro entre sus rodillas dobladas y deja que el agua apague sus sollozos.

Cuando termina y ha llorado hasta la sumisión, se cambia y se mete a la cama. Contempla el techo, escuchando la respiración de Chanyeol por lo que podrían ser horas.

Baekhyun sabe que el final por fin ha llegado.

Para: Baekhyun
De: Kyungsoo
Recibido: 00:02

No sé cómo decirte esto, así que simplemente lo diré.
Vi a Chanyeol y a Kris besándose afuera del bar esta noche.
Baek, lo siento tanto.

Pasa toda la mañana repasando su plan, convenciéndose de que es lo que quiere hacer y que ahora es la única oportunidad que tiene.

Tras despedir esa mañana a Chanyeol, que se va rumbo a unas pocas clases, limpia el apartamento, rumiando todo el rato sobre lo que va a hacer.

Una hora antes de que Chanyeol regrese a casa aquella tarde, se baña y usa el shampoo que sabe que al otro le gusta. Al terminar se viste por costumbre, sólo para quitarse la ropa otra vez cuando está en la habitación.

Deja sus prendas en una pila en el suelo y se recuesta de espaldas sobre las sábanas recién cambiadas, temblando bajo el aire frío.

Baekhyun se siente un poco como alguien a quien van a ejecutar. Casi como si estuviera esperando a que el filo caiga sobre su cabeza y lo mate de una vez por todas.

No sabe con seguridad por cuánto tiempo se queda allí esperando pero al final, inevitablemente, escucha la puerta de entrada abrirse y volverse a cerrar. El corazón se le sube a la garganta y trata de calmarlo. Sus intentos resultan inútiles, sin embargo, cuando Chanyeol comienza a llamarlo. Se queda dolorosamente quieto, tentado de simplemente cerrar los ojos.

Las pisadas de Chanyeol van en sincronía con sus estruendosos latidos, y contempla vagamente la idea de saltar por el balcón de su cuarto hacia la muerte.

En vez de eso, permanece inmóvil y observa cómo Chanyeol empuja la puerta y entra. La mirada inexpresiva en su rostro es barrida inmediatamente cuando sus ojos aterrizan sobre él, y el corazón de Baekhyun trastabilla, porque aquello no podría ser más mortificante.

Hay un momento de pesado silencio mientras los ojos de Chanyeol casi se le salen de las órbitas y su mandíbula cae. Baekhyun se muerde el labio y trata de apartar la mirada, sintiendo un rubor trepándole a ritmo veloz por el cuello.

-Baekhyun… ¿qué…? -intenta Chanyeol con la boca abierta, incapaz de procesar el diálogo.

El otro lo mira de forma significativa, tratando de ocultar su vergüenza. Han pasado más de cuatro meses y ya no está acostumbrado a estar extendido y desnudo así.

Sin embargo retiene la urgencia de cubrirse; ya no tiene caso.

-A ti qué te parece -murmura, y su confianza flaquea. La situación es tan horriblemente incómoda, y Baekhyun ya está replanteándose su decisión. Pero otra parte de su ser, una más profunda, lo mantiene allí, ofreciéndose por una última vez a su pareja.

La boca de Chanyeol permanece abierta, y sus manos retuercen su chaqueta inconscientemente mientras sus ojos exploran la forma desnuda de Baekhyun y se detienen entre sus piernas. Este último siente cómo va sufriendo una erección bajo la mirada del más joven y se sonroja.

-Maldita sea, Chanyeol, por favor.

Chanyeol parece tener otro momento de conflicto interno, evidente por cómo sus ojos parpadean y sus manos se entierran en la tela de su sudadera. Pero luego, en un instante, dicha sudadera es lanzada de cualquier manera a un rincón de su cama y él embiste hacia delante, chocando sus rodillas contra el marco de la cama y con sus manos torpes contra el pecho del más pequeño.

Gimotea en la boca de Baekhyun cuando sus lenguas se tocan y su mano tiembla al posarse en la mandíbula del mayor. El pecho de éste arde por las inhalaciones entre el tibio amoldamiento de sus labios y la sangre le quema en sus venas. Sus caderas se sacuden por instinto ante el toque, y gruñe sin poderlo evitar cuando siente el contacto de la tela contra su erección.

-Quítatela, quítatela quítatela. -El canturreo escapa de los labios de Baekhyun entre besos, y sus manos le tiran inútilmente a Chanyeol de la camiseta.

Puede sentir la sangre latiendo entre sus piernas, y de alguna forma se encuentra preguntándose si estará teniendo en Chanyeol el mismo efecto que Chanyeol tiene en él.

Es sacado violentamente de sus pensamientos cuando el más joven se desprende de la remera -atorándose momentáneamente la cabeza dentro por la prisa-, y jadea con fuerza cuando Chanyeol le abre las piernas y se mete entre ellas. Su piel caliente se amolda a la suya; el contraste entre la carne ardiente y la aspereza de los jeans de Chanyeol lo vuelven loco.

-Baekhyun… -La voz del más alto tiembla terriblemente mientras le hunde los dedos en la suavidad de sus muslos. Baekhyun aprieta los dientes.

-Deja de hablar. -El profundo tono de barítono de Chanyeol le causa piel de gallina en los brazos y un aluvión de pensamientos borrosos en la mente.

Gruñe repentinamente y arquea la espalda cuando la boca abierta de Chanyeol presiona contra la curva de su cuello, con la lengua caliente contra su pulso. Las manos de Baekhyun vuelan hacia su ancha espalda, y entierra los dedos en sus omóplatos antes de dejarlos caer por el dorso de su columna. Chanyeol gime en la garganta del mayor cuando éste desliza su mano perfecta por debajo de la banda de sus jeans.

Todo se está volviendo demasiado. Tener repentinamente a Chanyeol así, tras haber estado hambriento de contacto durante meses, está volviendo delirante a Baekhyun; e incluso su paciencia se le desmorona a tal velocidad que lo alarma.

Su mano sujeta el borde de los jeans de Chanyeol.

-Pantalones. Fuera. Ahora.

La mandíbula de Chanyeol se tensa y asiente sin pensar, levantándose con rapidez y luchando con el cierre de sus pantalones. Le toma a Baekhyun un momento el notar que las manos de Chanyeol están temblando.

Todo después de eso parece pasar muy rápido, y a la vez muy lento. Las manos le tiemblan tanto que no puede quitarse los pantalones, y empieza a insultar y a mirar al otro pidiéndole perdón. El corazón de Baekhyun late con tanta velocidad que no puede permitirse sonreír para calmarlo. En vez de eso se agacha, abre el cajón de su vestidor y extrae una botella de la que se había olvidado hace mucho.

Baekhyun se voltea justo a tiempo para ver a Chanyeol congelarse y dar un respiro tembloroso ante la visión del lubricante antes de bajarse de un tirón los pantalones.

Si estuviera en cualquier otro estado mental, por ejemplo si hubieran vuelto a la normalidad y aquella situación no fuera tan desesperada, se reiría al ver a Chanyeol en aquellos bóxers que le compró para Navidad el año pasado (grises con caritas amarillas por doquier); pero en vez de eso sólo hace que su corazón se comprima, porque aquello es simplemente tan Chanyeol.

Baekhyun casi se sorprende al darse cuenta de que el otro está excitado. Parece casi imposible porque es él quien extraña a Chanyeol, es él quien está a punto de entregarse al único hombre que siempre amará, y de algún modo nunca le cruzó por la cabeza el pensamiento de que el más alto pudiera aún desearlo.

-Tómala -dice sin aliento mientras tira la botella en dirección a Chanyeol.

Éste la acepta con vacilación, pero vuelve a mirar preocupado hacia el mayor.

-Baekhyun, ¿estás seguro…? -Baekhyun la empuja con más firmeza hacia sus manos abiertas.

-Sí. -El alto luce casi temeroso mientras contempla la botella de lubricante en sus palmas. Baekhyun lo encuentra angustiante porque, desde sus primeras veces juntos, Chanyeol nunca había estado así.

Aquel único pensamiento hace que se le cierre la garganta, y sólo le recuerda lo que se juró hacer.

Baekhyun no puede ocultar sus brazos temblorosos mientras se da la vuelta, quedando sostenido por sus manos y rodillas. Un escalofrío le recorre el cuerpo; puede sentir la mirada de Chanyeol sobre él al mover las caderas hacia atrás.

Espera en esa posición por unos instantes antes de escuchar el chasquido de una tapa, y luego la mano de Chanyeol está rodeándole la cintura y frotándole círculos sobre la piel. Contiene la respiración y entonces, un segundo después, siente un dedo introduciéndose en su interior sin esfuerzo.

Baekhyun gruñe ante la sensación e inhala antes de relajar sus músculos.

-Apúrate.

Otro dedo se une al primero y Baekhyun sisea de dolor, porque han pasado más de cuatro meses desde que tuvieron sexo por última vez, y más aún desde que fue él quien estuvo de receptor. Se fuerza a soportar el ardor y elige apretar los puños contra las sábanas.

Chanyeol hace su mejor esfuerzo por dilatarlo, empezando a estirar sus dedos como se supone que haga, pero Baekhyun está totalmente de los nervios, como si estuviera por estallar. Ni siquiera puede permitirse esperar tanto para que su cuerpo se acostumbre. No sabe cuánto tiempo le tomará y simplemente ya no le importa.

-Chanyeol, ya es suficiente -espeta, incluso siendo mentira, porque no está ni cerca de estar preparado.

La mano alrededor de su cintura lo aprieta un poco más y los dedos dentro de él se detienen.

-Baek, no estás…

-Es suficiente -insiste, forzando a sus músculos a relajarse alrededor de los dedos de Chanyeol, como para convencerlo de lo contrario. Detrás de él sólo hay silencio, y sabe que no le cree.

»Chanyeol, por favor -agrega en voz baja-. Sólo te quiero a ti. Ya.

Escucha una aspiración intensa que le hace hormiguear la piel. Hay unos pocos instantes de silencio. Luego el colchón debajo de él se mueve, y puede escuchar el roce de la ropa. Un temblor le recorre la espalda y siente una palpitación entre sus piernas.

Ve por el rabillo del ojo el destello de algo plateado emergiendo desde el cajón abierto del vestidor, y estira precariamente un brazo y lo aparta antes de que Chanyeol pueda abrir el paquete.

-No lo uses -murmura-. Quiero que acabes dentro de mí. -Se sonroja por cuán gráfico sonó eso. Cree poder oír la respiración de Chanyeol acelerándose, pero no está seguro. Sin embargo, Chanyeol coloca el paquete de vuelta en el cajón.

Baekhyun se pregunta por qué el otro no está hablando, pero entonces unas manos grandes lo toman abruptamente por las anchas caderas y su peso cambia de lugar cuando Chanyeol intenta voltearlo. Baekhyun se planta con firmeza y se resiste.

Hay una pausa y luego Chanyeol intenta volver a voltearlo afanosamente, y Baekhyun de pronto siente pánico.

-No, así está bien. -Y suena como si estuviera rogando; probablemente porque lo está. No quiere ver el rostro de Chanyeol, no cree poder soportarlo. Y sabe que es cruel no querer verlo, especialmente cuando el sexo siempre se trató de amor y de dar y recibir mutuamente, pero no quiere ver la mirada en los ojos del otro. Tiene mucho miedo de llegar a ver un destello de Chanyeol deseando que él fuera otra persona.

Sólo quiere entregarse a ese hombre y no sentir el dolor de ser rechazado antes de que Chanyeol lo abandone de una vez y para siempre.

-Por favor -pide nuevamente, quebrado y callado. Hay una mano acariciándole la espalda, calmándolo, y Baekhyun siente que una parte suya se acaba de romper.

Con un audible gruñido escapando de su garganta, Chanyeol se le introduce de un empujón, y Baekhyun gime mientras se fuerza a recibir todo el largo, ignorando el picor y el dolor y gritando cuando Chanyeol presiona aún más hasta que sus caderas quedan tocándose.

Baekhyun trata de estabilizar su respiración, pero pierde rápidamente el aliento al escuchar un gemido suave desde detrás de él. Una mano grande le recorre el muslo, y otra le acaricia la espalda y termina rodeándole un hombro.

El pene de Chanyeol se siente grueso en su interior, y Baekhyun manosea las sábanas tratando de ajustarse porque carajo, han pasado casi cinco meses y no está lo suficientemente preparado y duele, pero nada se compara con esa sensación. Pero entonces Chanyeol retrocede y…

-¡Mierda! -La mano alrededor de su hombro mantiene a Baekhyun en el lugar mientras Chanyeol empuja hacia su interior una vez más, con fuerza, presionando fácilmente aquel punto en su interior y haciendo que su piel hormiguee del calor. El siguiente empujón va más profundo, y el próximo es más duro, y el siguiente es más profundo, y Chanyeol ya no puede llegar más hondo pero continúa empujando, y su mano le estruja a Baekhyun la cadera y lo fuerza a ir hacia atrás.

Su cabeza cuelga mientras que de su boca escapa una interminable oleada de gemidos. Su cuerpo se mueve fuertemente mientras es empujado hacia el miembro de Chanyeol, y cada impulso le presiona la próstata y prácticamente le licúa la columna.

Los empujes del más joven ya no pueden ir más hondo, pero entonces el agarre de Chanyeol se refuerza y se le introduce más, más profundo de lo que podría posiblemente llegar y Baekhyun chilla porque le duele, pero aun así el placer le abruma la mente. Está siendo forzado a superar sus límites; Chanyeol raramente lo había follado así de duro antes.

Pero ni siquiera piensa en oponerse; no podría, no ahora, sobre todo no cuando en el momento siguiente Chanyeol, aún penetrándolo hasta lo imposiblemente hondo, deja caer su mano del hombro hacia la cama y entrelaza sus manos en el colchón.

Baekhyun grita fuertemente con cada uno de los retrocesos y empujes que el otro propina, aún a esa profundidad imposible dentro de él, abusando del manojo de nervios y abriéndolo por la fuerza. Luego siente unos jadeos cubriéndole la espalda, entre el desliz de sus pieles, y unos suaves labios en su omóplato, y las lágrimas comienzan a nublarle la visión.

Chanyeol ya no puede ir más allá, pero su agarre se intensifica y entonces eleva las caderas de Baekhyun hasta que sus rodillas quedan casi fuera de la cama, tratando de introducirse más profundo en el mayor, lo más cerca posible, porque aparentemente nada lo satisface. La boca de Baekhyun se halla abierta y su mente es un desastre borroso mientras Chanyeol se fuerza dentro de su cuerpo dispuesto.

Grita con cada empuje, y el dolor punzante y el placer paralizante son abrumadores. Sus sentidos comienzan a perder el enfoque; se pregunta en el fondo de su mente si tal vez está por perder la consciencia, pero entonces siente que la cadera de Chanyeol se inmoviliza, con su pene aún enterrado completamente dentro de él, y su mano grande le aprieta la suya.

Baekhyun solloza cuando unos besos le cubren la nuca y le rozan la oreja, y la otra mano de Chanyeol le suelta la cadera para sujetarle el miembro hinchado y comienza a masturbarlo a un ritmo constante.

Sus caderas van hacia delante y unos gemidos escapan de sus bocas mientras el órgano de Chanyeol se mueve dentro de Baekhyun al reubicar éste su cadera, hasta que las de ambos se encuentran nuevamente. El ritmo de la mano de Chanyeol no afloja y masturba al otro a compás firme, a tiempo con sus propias embestidas renovadas, hasta que Baekhyun está clavando su mano libre desesperadamente en la sábana.

Baekhyun se pierde en el abrumador tire y empuje de sus cuerpos; los minutos se desdibujan hasta que es devuelto a la realidad, alarmado por el fuerte apretón en su estómago. Siempre tuvo un aguante anormal, y siempre le tomó más tiempo acabar comparado con Chanyeol; sin embargo su pene está latiendo, lastimándolo, y sus muslos se tensan y su sangre corre, hirviente, y oh Dios va a…

-Baek. -Jadea al escuchar la voz rasposa de Chanyeol en su oído y al sentir un pálpito en su interior. -Voy a… -Un gemido interrumpe sus palabras cuando Baekhyun se cierra sobre él y vuelve a palpitar. Chanyeol presiona titubeante el pecho contra su espalda y mueve la cadera, meciendo al otro con él, inclinándole su propia cadera y deslizándose repetidamente contra su próstata. Baekhyun grita y el otro le aprieta la mano.

»Acaba conmigo -suspira el más joven en su oreja. Es en ese momento cuando Baekhyun se da cuenta de que Chanyeol también está latiendo en su interior, y sus manos están temblando y su brazo, presionado contra el suyo, se sacude. Sus muslos están tensos y Chanyeol está tan cerca, ¿hace cuánto que está tan pegado a él?, y mierda, el agarre en su miembro está apretándose y los dedos entrelazados con los suyos oprimen más, y las caderas de Chanyeol se elevan nuevamente y…

Baekhyun grita al liberarse violentamente el apretón en su estómago, y unos puntos azules le nublan la visión y sus caderas se sacuden, y acaba con trazos blancos sobre todo su estómago y sus muslos. Su cuerpo entero tiembla y se tensa, y sus paredes internas se cierran sobre el pene de Chanyeol, y eso es todo lo que toma para que él grite sobre el hombro de Baekhyun, impactando con sus caderas al otro mientras se libera dentro de él.

La visión de Baekhyun se vuelve gris y su cuerpo se hunde mientras las réplicas del orgasmo le recorren el sistema. El placer abrumador lo despoja de todo pensamiento. Se lanza hacia delante hasta que su rostro queda enterrado en el colchón, y su alarido queda sofocado cuando siente a Chanyeol embestirlo unas pocas veces más, aún sujetándole la cadera con una mano, y las últimas oleadas de placer rompen sobre su cuerpo.

Baekhyun permanece allí mientras entra y sale de la consciencia hasta que siente un apretón fresco en su mano -dándose cuenta distraído que sus dedos siguen entrelazados- y una gran boca sobre su cuerpo, seguido de una oleada de dolor palpitante entre sus piernas.

Un brazo firme se desliza repentinamente bajo su hombro y lo alza. Baekhyun mira hacia abajo, adormilado, antes de que su visión cambie y se encuentre observando el techo de su habitación y un lío de cabello cobrizo. Hay una mano acariciándole los mechones empapados de sudor y hay un débil calor contra su clavícula. Le toma a Baekhyun un largo rato el darse cuenta de que son los labios de Chanyeol.

Su cuerpo aún se estremece como repercusión de uno de los orgasmos más intensos de su vida y su cabeza se siente como si estuviera hecha de roca, así que se resigna a observar el modo en que los labios rosados de Chanyeol encajan en la cavidad de su clavícula. Intenta ignorar la desesperación que comienza a clavarse en su estómago al irse despejando la niebla de su mente.

Chanyeol presiona un suave beso sobre su hombro mientras estira ciegamente un brazo en busca de la caja de pañuelos en el vestidor. Toma un manojo de pañuelos de papel y luego comienza a limpiar con cuidado el perlado enchastre pintado por los muslos y el estómago de Baekhyun.

Cuando termina, tira los pañuelos usados en el cesto junto a su cama y levanta la vista, sonriendo atontado. La respiración de Baekhyun se vuelve trémula y su corazón retumba dolorosamente.

Desearía que esto pudiera ser suficiente, que todo sea una simple pesadilla de la que aún no ha despertado. Pero cuanto más tiempo pasa contemplando la cara brillante de Chanyeol y su cabello húmedo y sus labios hinchados y sus ojos, adorables y alegres, sólo puede ver cómo solían ser ambos. Sólo puede recordar todo lo que está sucediendo, todo lo que está mal. Su corazón se comprime y su respiración se acelera.

Chanyeol está presionándole un beso en el estómago cuando él abre la boca, ya deseando no estar a punto de decir…

-¿Es Kris mejor que yo?

Los labios en su estómago se quedan inmóviles y luego se elevan lentamente, y Baekhyun observa conteniendo el aliento cómo Chanyeol levanta la vista, mirándolo a los ojos, y resulta una perfecta visión panorámica de su alma.

La confusión genuina se ve reemplazada velozmente por unos ojos enormes y horror abyecto, y Baekhyun puede sentir cómo su corazón se rompe mientras observa a Chanyeol poner una expresión de decepción en el rostro y cómo la esperanza de sus ojos se reduce a escombros.

-¿Qué? -murmura, empujándose hacia arriba con los brazos-. ¿Me preguntas si…? -Se interrumpe mientras la mirada se le endurece y trata de ocultar los destellos de dolor. Baekhyun se muerde el labio y se obliga a permanecer callado; las implicaciones ya han calado hondo y no hay nada que pueda hacer. De pronto, Chanyeol se pone de rodillas y sus ojos enseñan pánico.

»¡No estoy engañándote! -exclama, y Baekhyun retrocede ante el volumen. El pecho del más joven jadea y él baja la mirada, avergonzado-. Dios… ¿por eso es que…? ¿Por eso es que tú…? -Enmudece al darse cuenta, y no puede terminar. -¡Carajo!

Chanyeol prácticamente se lanza de la cama y recoge torpemente su ropa interior y sus jeans descartados. Se los pone apresuradamente, tropezando en el proceso, mientras va a agarrar su sudadera al pie de la cama. Comprendiendo repentinamente sus intenciones, Baekhyun se lanza y sujeta un brazo de la prenda.

-¡Chanyeol, no, espera! -ruega frenéticamente tratando de tirar de la sudadera, pero Chanyeol jala bruscamente y Baekhyun pierde el agarre.

-¡¿Cómo pudiste pensar que estaba engañándote?! -Sus ojos están ensanchados, heridos y asustados. Se coloca la ropa, sin siquiera molestarse en ponerse una camiseta debajo, y avanza hacia la puerta del cuarto.

-¡Chanyeol! -Baekhyun se baja de la cama y toma su propio par de jeans, saltando mientras intenta colocárselos. Chanyeol prácticamente arranca la puerta de sus goznes al abrirla y huir. El otro, brevemente retrasado, se cae contra el marco de la puerta, con los jeans por debajo de su cadera y haciendo un gesto de dolor debido al escozor entre sus piernas.

Se sujeta de la jamba mientras ve a Chanyeol abriéndose camino hacia la puerta principal.

-¡Sé que lo besaste! -grita, tratando de hacer que se detenga. Su deseo se ve cumplido cuando Chanyeol se congela, inmovilizándose por una fracción de segundo antes de voltearse, y Baekhyun se queda sin respiración y sus dedos se tensan contra el marco de la puerta.

-¡No me acosté con él! -exclama. Su voz reverbera por las paredes y Baekhyun siente que una parte suya se sobrecoge y colapsa-. ¿¡Quién te crees que soy!? -continúa; sus ojos están vidriosos y con lágrimas de frustración. Se da vuelta sobre los talones y da zancadas hacia la puerta. Baekhyun se queda paralizado, y cuando Chanyeol alcanza la entrada se vuelve a girar.

»Y para tu información, sí, nos besamos. ¡Y después me sentí tan jodidamente horrible que me descontrolé y me fui! -Abre de un tirón y agarra sus llaves.

-¡Espera! -Baekhyun se lanza en picada desde el marco y corre hacia él, ignorando el dolor punzante en su columna. La puerta se cierra con un golpe unos momentos antes de que él la vuelva a abrir, frenético. -¡Chanyeol! ¡Por favor, espera! ¡Chanyeol!

Pero Chanyeol no se voltea y mantiene la cabeza gacha, apresurándose descalzo por el corredor, hasta que desaparece al doblar por la escalera.

Baekhyun quiere perseguirlo pero está desnudo, excepto por un par de jeans que apenas le llegan a las caderas, parado en medio del pasillo y, ahora que lo nota, siendo observado por su anciana vecina. Ella lo mira con desaprobación.

Baekhyun está demasiado exaltado y herido como para preocuparse por su vetusta vecina homofóbica.

-¿Qué mierda estás mirando? -chilla antes de dar un portazo, sin importarle la conmoción en el rostro de la mujer o el hecho de que acaba de insultar a una señora mayor, y Dios santo, qué diría su madre.

En vez de eso se vuelve a reclinar contra la pared y se desliza hacia abajo, hasta quedar sentado con la cabeza entre las rodillas, enumerando sus remordimientos entre cada sacudida de sus hombros.

Baekhyun no sabe con certeza por cuánto tiempo permanece sentado en el piso contra la puerta de entrada, pero a la larga se levanta aturdido, con una leve mueca ante el persistente dolor en su zona lumbar. Levanta la vista hacia el reloj que cuelga en la cocina y suspira con tristeza, tratando ya de predecir cuándo será que Chanyeol regrese a casa. Tiene los hombros rígidos por la ira y la boca sellada.

Trata de mantenerse ocupado para pasar el tiempo, con sus oídos aguzados para captar el sonido de pisadas afuera, en el pasaje, o el tintineo metálico de las llaves, y se pone ropa limpia antes de cambiar las sábanas de su cama, tratando de no sentirse asqueado de sí mismo en el proceso. Coloca en la lavadora las sábanas y una pequeña pila de ropa que está en la cesta.

Pasa otros cinco minutos -que se convierten en media hora- contemplando el reloj que cuelga sobre la nevera, alternando su mirada entre el pasar del minutero y las palabras torcidas deletreadas sobre su refrigerador con letras imantadas (kimchi, happy virus, pc + bb). Cuando la luz que se cuela por las ventanas pinta el apartamento de un color naranja tenue, Baekhyun se sienta en su silla de oficina y abre la portátil.

Se engaña a sí mismo pensando que podrá hacer algo de trabajo pero por supuesto, mientras las horas pasan, su número de palabras apenas aumenta, y con lo único que queda es con una imagen grabada en la parte interior de sus párpados que luce como una página en blanco y un cursor titilante.

A las ocho en punto, el corazón de Baekhyun da un vuelco cuando el lavarropas rompe el silencio del departamento. No se molesta en encender ninguna luz, sin verle mucha necesidad, incluso estando oscuro. Pone la tanda de ropa en la secadora y se sorprende volviendo a levantar la vista hacia el reloj cuando termina.

Sacude la cabeza enérgicamente y desvía su atención hacia la pequeña pila de platos en el fregadero, incluso aunque él nunca los lave, aunque siempre sea tarea de Chanyeol. Abre el agua caliente y friega los platos, mirando por la ventana hacia el patio de su complejo de apartamentos, tratando de engañarse al hacerse creer que no está buscando ninguna silueta alta y desgarbada de camino a casa.

Baekhyun es sacado de sus pensamientos cuando siente que le arden las manos, y baja la vista para ver que están de un color rosa brillante, quemadas por el agua hirviente. Se estremece levemente de dolor al ponerlas bajo agua fría, antes de recoger con vacilación los platos y colocarlos en el escurridor.

Cuando termina se apoya contra la mesada, forzando a no llevar su vista hacia arriba del refrigerador, y en vez de eso la posa en el suelo. Nota la baldosa resquebrajada y recuerda el día cuando Chanyeol tiró accidentalmente la olla grande al piso tras intentar hacer pasta casera. Le prometió arreglarla hace dos meses, y Baekhyun se encuentra suspirando, sonriendo para sí con melancolía.

La secadora hace un bip y el muchacho saca la pila de ropa y la tira encima de la mesada. Se sienta en una esquina del taburete alto y comienza a doblar las sábanas. En algún lugar del fondo de su mente, mientras se sorprende volviendo a levantar la mirada hacia el reloj, llega a la conclusión de que el rol de un amo de casa solitario no encaja para nada con él.

Está doblando las camisetas estampadas preferidas de Chanyeol cuando nota que al par de medias favorito de éste le falta una. Baekhyun levanta la única media y se pregunta qué debería hacer con un calcetín sin compañero.

Son las once de la noche cuando Baekhyun cede y recoge su teléfono de la mesada, y comienza a tipear con dedos torpes.

(Para: Chanyeol
De: Baekhyun
Enviado: 00:42

Chanyeol. Estoy preocupado. Sé que me equivoqué. Por favor ven a casa.)

Presiona enviar, y al momento siguiente escucha una melodía familiar desde la mesa de café. Baekhyun echa un vistazo con el corazón en la garganta y ve el teléfono de Chanyeol apoyado sobre la mesa, con la pantalla blanca resplandeciendo. Su mano comienza a temblar un largo rato después de que esa pantalla se torna negra.

Es como si algo explotara en su interior, y al momento siguiente arroja su teléfono por la habitación y se destroza cuando hace contacto con la pared. El taburete cae al suelo dando un fuerte golpe. Luego Baekhyun está agarrando los platos del escurridor y lanzándolos por la cocina, arrojándolos con tanta fuerza que le hace doler el hombro. Se hacen añicos y sus fragmentos se desparraman por el mobiliario. Los filosos pedazos caen al suelo, y la cacofonía de sonidos al romperse ahoga sus gritos.

Es como si lo hubieran abierto con un corte y estuviera sangrando por todo el suelo; su ira y su frustración le estrangulan la garganta hasta que se siente asfixiado. Las esquirlas serradas de la porcelana le cortan las puntas de sus dedos pero ni siquiera lo siente.

Baekhyun grita mientras lanza hacia el reloj el último plato y se destroza con el impacto, tirando el reloj detrás de la heladera y haciendo llover filosos pedazos de cerámico por el suelo de la cocina.

Todo el cuerpo le tiembla en repercusión mientras oye el horrible silencio y el sonido de su respiración, desigual y errática, y sus pequeños hipos.

Sin Baekhyun saberlo, es la una y dieciséis de la madrugada cuando finalmente su mente se recompone y se queda ovillado contra los gabinetes de la cocina -porque está apenas más cerca de la puerta principal-, sentado entre el manto de fragmentos de porcelana y escuchando el sonido del silencio ensordecedor, carente de pisadas.

Intenta inútilmente limpiarse los rastros de lágrimas manchándole las mejillas, con la media solitaria aún sujeta en una mano.

El sol está alto en el cielo despejado, sin nubes, cuando Chanyeol regresa al día siguiente.

El cuerpo entero le duele por la fatiga, y todo lo que quiere hacer es acurrucarse en su cama e inhalar el aroma único a vainilla de las sábanas mientras se queda dormido. Gira su llave en la cerradura y abre la puerta, preparándose ya para la inevitable confrontación que seguramente está a punto de tener.

En su lugar, el apartamento está completamente silencioso e inmaculado, y las cortinas cerradas. Chanyeol divisa algo sobre la mesada y se ve atraído hacia eso.

Es una paleta roja envuelta en plástico transparente, descansando encima de un post-it amarillo pegado en la superficie del mueble, y un llavero que luce horriblemente familiar. Chanyeol recoge el pequeño papel con dedos trémulos y le echa una ojeada a las palabras escritas con la prolija letra de Baekhyun.

Perdóname por todo.
Te amo.

La baldosa rota que Chanyeol ha tenido la intención de reparar desde hace meses lo corta cuando cae de rodillas.

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