Pareja: GTOP (G-Dragon x T.O.P)
Clasificación: PG
Sinopsis: Las personas cambian, cometen errores, sufren, pero también pueden sonreir. Cuando aquella persona a la que amas se transforma solo puedes recordar a aquel que solías conocer.
Notas de la autora: *suspiro* Bien, yo quería publicar esto antes pero como siempre se me hacía tarde para la uni y no pude porque tenía que editar cosas y eso. Ahora con un poco más de calma me poco a editar esto.
Bueno esto esta basado en la canción de Goyte y Kimbra "Somebody that I used to know" así que si pueden escuchar la canción mientras leen el fic, probablemente le de un efecto más dramatico... Ah, y tuve que dividir esto en dos porque LJ decía que era muy largo xP
Es el primer fic completo que hago de algo que no sea Arashi xP Estoy trabajando en un OnTae pero fuera de eso aún no hay fanfics de Kpop aqui. Pero si quieren leerlos pueden verlos
aqui.
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(Parte 1) (
Parte 2)
Una persona normal tiene muchas cosas que recordar: compromisos, viajes, aniversarios, personas… No todos saben recordar y probablemente muchos tienen problemas a causa de ello. Olvidar una junta de trabajo puede ser muy problemático, sobre todo si hay un ascenso de por medio, o tal vez olvidar tu aniversario y provocar que tu pareja se enoje.
Pero hay personas que tienen una memoria esplendida, recordando todos los detalles de un dulce encuentro o las desgracias de un terrible accidente, los tonos en que se tiñe el cielo cuando amanece o el llanto desconsolado de un niño.
Los artistas tienden a entrar en esa categoría, si bien no es necesario que recuerden todo y a todos deben saber que decir y cuando decirlo, recordar cómo comportarse frente a las cámaras y los lugares donde deben de estar. Los actores tienen que recordar sus diálogos y sus posiciones, los cantantes la letra de la canción, los tiempos y los pasos de un baile. A veces mientras más fantástica es tu memoria mejor eres… aunque necesitas talento, claro.
Es inusual encontrar a dos personas que entren en estas categorías pero no es imposible. En los casos más extraños uno puede olvidar todo a voluntad y el otro no puede hacerlo. Se complementan pero se contradicen, la ironía de la vida actuando en las relaciones humanas.
Jiyong entra en la primera categoría. Él es capaz de recordar los acordes de una canción aunque la haya escuchado por primera vez pero puede olvidar la reunión de viernes por la noche con su manager (que nunca sonreía) y el jefe de la compañía (a quien nadie nunca podía complacer). Jiyong nunca se aparecía a tiempo porque odiaba esas reuniones y su mente se encargaba de suavemente arrojarla fuera de su cerebro, obligando al manager a buscarlo por todo el edificio y a veces por toda la ciudad.
Pero a nadie le daba gran importancia a eso. Jiyong es un gran cantante y compositor a quien el público aclama. La empresa le debe mucho, sus compañeros le deben mucho, por eso nunca escucharás que alguien se burle de su mala memoria. Nadie nunca se quejará de que Jiyong nunca se presente a las fiestas que organizan sus compañeros y que en lugar de eso prefiera ir a comer soba a las afueras de la ciudad.
Nunca lo harán porque necesitan a Jiyong.
Seunghyun es un caso totalmente diferente. Él asiste puntualmente a todas sus reuniones, si alguien le pide que este en el estudio a las 6 de la mañana para iniciar la grabación, Seunghyun estará ahí. O si un amigo le hablaba a mitad de la noche para contarle un problema él lo escuchará sin quejarse e intentará ayudarlo.
Seunghyun es capaz de recordar la euforia y el miedo de la primera vez que subió a un escenario y lo mucho que le dolió cuando su padre dejó de hablarle por haber elegido ser artista en lugar de un abogado. Él sabe que no debe de hablar acerca de sus reuniones con su madre frente a Youngbae porque a su compañero le duele no poder ver a la suya tan frecuentemente, o que Daseung se morirá de risa cada que cuente un chiste aunque lo haya escuchado millones de veces.
El que dos personas tan diferentes trabajaran juntos era increíble, pero ellos dos eran un equipo imbatible. Eran de los más populares en la compañía y a menudo sus compañeros los felicitaban por su buen desempeño en el escenario, porque su relación era una ironía.
Tal vez fue esa ironía lo que provocó que se enamoraran. Al principio ninguno de los dos se dio cuenta, pero poco a poco la existencia del otro se volvió indispensable en su vida.
Now and then I think of when we were together
Like when you said you felt so happy you could die
I told myself that you were right for me
But felt so lonely in your company
But that was love and it's an ache I still remember
De vez en cuando pienso en cuando estábamos juntos
Como cuando dijiste que te sentías tan feliz que podrías morir
Me dije que eras para la indicada mi
Pero me sentía tan solo en tu compañía
Pero ese fue un amor y es un dolor que aun recuerdo
Comenzaron siendo conversaciones casuales durante los descansos, cosas comunes como lo que habían comido en la cena el día anterior o la manera de conseguir hacer un paso de baile, pero poco a poco las conversaciones cambiaron, se volvieron más profundas, más… pasionales.
Ninguno de los dos supo cómo, pero sentían que podían confiar en el otro. Tal vez Jiyong necesitaba que alguien lo escuchara, tal vez Seunghyun quería escuchar, pero simplemente ambos se sentían libres de decir que se sentían frustrados en algún momento o que estaban cansados de las constantes giras porque sabían que el otro los entendía.
“¿Sabes que me encantaría?” preguntó un día Jiyong. “Quisiera viajar… Dejar todo esto atrás y comenzar a viajar. Tomaría fotos de todos los lugares a los que fuera y las pegaría en la pared de mi habitación.”
Seunghyun sonreía cada que él lo decía, y como siempre Jiyong lo repetía una y otra vez, y una y otra vez la respuesta de Seunghyun era la misma.
“Entonces llévame contigo” decía con la mirada perdida. “Así podría tomarte fotos y pegarlas en mi pared.”
Y después Jiyong reía antes de cambiar el tema hábilmente.
Ambos sabían que esas conversaciones donde hablaban sin inhibiciones lo habían cambiado todo. Era la confianza de saber que el otro jamás contaría su secreto, que podían contar fantasías ocultas al otro y que incluso él participaría en ellas.
Cuando Seunghyun lo dijo primero, Jiyong no quiso creerlo. Le parecía muy difícil que el mayor pudiera sentirse como él, sonaba demasiado bien para ser verdad…
Pero lo era, Seunghyun sabía que lo que sentía por Jiyong era diferente. Porque hablar con el menor, estar con él pese a toda la carga de trabajo que pudieran tener, lo relajaban y todos los días esperaba el momento en que Jiyong y él se sentarían uno a un lado del otro y comenzarían a hablar.
Y a Seunghyun le gustaba escuchar a Jiyong hablar… A Seunghyun le gustaba Jiyong.
-Jiyong…
-¿Mmm?
-Te amo
Y entonces Jiyong sonreía…
-Yo también…
Ninguno de los dos pudo notar que era solo felicidad pasajera…
Ninguno de los dos pudo ver como las cosas cambiaron…
De vez en cuando Jiyong recuerda. Recuerda esos momentos en los que Seunghyun lo tomaba en sus brazos y la manera en que sentía que su corazón iba a explotar cuando lo besaba. También, en esos días en los que estaban ocupados, recuerda como el mayor conseguía escaparse un rato para comprarle su café favorito, o como en las mañanas antes de los ensayos se acurrucaban en el sillón, esperando que los demás llegaran
De vez en cuando recuerda, no quisiera hacerlo, ni quiere admitirlo, pero él recuerda cuando comenzó a sentir que las cosas iban mal.
Una parte de él sabía que estaba dañando a Seunghyun al darle más prioridad a su trabajo que a su relación, pero debían guardar las apariencias. Nadie podía saber que ellos estaban juntos. Y por eso la habilidad de Jiyong para olvidar se volvió una gran herramienta en su vida.
No podía evitarlo, era algo que simplemente ocurría. Un par de noches se quedaba a trabajar hasta tarde por petición del productor, y Jiyong aceptaba porque jamás había fallado en su trabajo. Eso todo el mundo lo sabía.
A medianoche siempre recibía esa llamada. La voz de Seunghyun al otro lado de la línea, preocupado porque el menor no aparecía. Y era entonces cuando Jiyong recordaba que habían quedado de verse esa noche en el apartamento del mayor, o en el cine para ver esa nueva película que Seunghyun quería ver con él.
“Lo siento” repetía una y otra vez. “No vi la hora, lo siento.”
“Está bien” respondía Seunghyun una y otra vez. “Te esperaré.”
Pero Jiyong nunca llegaba antes de que Seunghyun se quedara dormido. Así que se escurría lentamente en el apartamento del mayor por las mañanas y se recostaba a su lado unas horas para verlo dormir.
Seunghyun era la felicidad de Jiyong. Él lo sabía, pero no hallaba la manera de expresarlo.
Después de sus fallidas citas, él siempre cocinaba para Seunghyun y era así como el mayor lo notaba.
Pero no fue suficiente…
“Debería habértelo dicho más”
Ahora ya era demasiado tarde…
You can get addicted to a certain kinda sadness
Like resignation to the end, always the end
So when we found that we could not make sense
Well you said that we would still be friends
But I'll admit that I was glad that it was over
Puedes volverte adicto a cierto tipo de tristeza
Como la resignación al final, siempre al final
Así que cuando descubrimos que no teníamos sentido
Bueno, dijiste que aun seríamos amigos
Pero admito que me alegraba que hubiera terminado
Jiyong no lo recuerda, pero Seunghyun sí. En cierta forma él ya estaba listo para el final.
Tal vez fue aquella vez en que Jiyong prefirió irse a beber con el resto del grupo en lugar de quedarse con Seunghyun a cenar. O tal vez cuando prometió que irían a cenar por su aniversario pero nunca se presentó.
Puede que Seunghyun lo recuerde, pero no sabe cuando fue. Simplemente un día recuerda haber pensado ‘él ya no me quiere’ y a partir de entonces la distancia entre ambos comenzó a crecer.
Pasaron de hablar diariamente por teléfono a apenas mirarse durante los ensayos. Y todo eso le dolía… Seunghyun necesitaba estar cerca de Jiyong pero la frialdad que ahora cubría su relación hacía que estar junto a él fuera aún más doloroso.
Entonces Seunghyun lo entendió… Entendió que tenía que dejar ir a Jiyong.
“Supongo que es lo mejor” dijo Jiyong sonriendo pese a las ganas inmensas que tenía de llorar. “Pero aún así seremos amigos, ¿cierto?”
“Por supuesto” asintió Seunghyun mientras intentaba mantener una expresión neutral aunque sentía a su corazón desgarrarse.
Ambos sabían que jamás podrían ser amigos, no después de todo lo que habían vivido y dicho, no después de saber que se amaban con locura y que aún así no podían estar juntos.
Pero Jiyong olvidó mientras que los recuerdos continuaban hostigando a Seunghyun.
“Tú querías que fuéramos amigos y sin embargo me has hecho a un lado”
Y es que, ¿para que necesitaría Jiyong a Seunghyun si tenía a toda una multitud que lo aclamaba? La fama, su trabajo, continuaba separándolos aunque su relación ya había terminado.
Y aun así, a Seunghyun no le dolía tanto…
O al menos eso era lo que pensaba.
Él no podía ver la realidad, no podía notar cuanto había cambiado su vida. No había manera en que él pudiera ver su dolor porque este lo había vuelto ciego. Seunghyun veía la vida pasar y no hacía nada por aferrarse a ella.
“Hyung, ¿te encuentras bien?” preguntó Seungri un día. Seunghyun lo miró sin ninguna expresión.
“Por supuesto”
“Entonces, ¿te gustaría venir a tomar un trago con nosotros?”
“Estoy cansado” respondió el mayor “Será otro día”
¿Cómo no podía notar eso? ¿Cómo era posible que no notara que se estaba aislando? ¿Cuándo había comenzado a dejar de disfrutar la vida?
Él no lo sabía porque no notaba todo lo que le faltaba.
Seunghyun no notaba lo mucho que extrañaba a Jiyong.
But you didn't have to cut me off
Make it like it never happened and that we were nothing
I don't even need your love, but you treat me like a stranger
And that feels so rough
No, you didn't have to stoop so low
Have your friends, collect your records
And then change your number
Guess that I don't need that though
Now you're just somebody that I used to know
Pero no tenías que hacerme a un lado
Fingir que nada había pasado y que éramos nada
Ni siquiera necesito tu amor, pero me tratas como un extraño
Y eso se siente tan duro
No, no tenías que caer tan bajo
Tener a tus amigos, recoger tus records
Y entonces cambiar tu número
A pesar de todo creo que no lo necesito
Ahora solo eres alguien que solía conocer
Fue la necesidad que tenía de escapar lo que forzó a Jiyong a olvidar. Necesitaba escapar del dolor que sentía al no haber sido capaz de amar a Seunghyun como merecía.
Fue un impulso, pero lo abrumaba la soledad de su apartamento, de la sala de ensayos, de la limosina, cuando estaba con Seunghyun y no podía lanzarse a sus brazos. Eso era lo único que quería, que Seunghyun lo abrazara fuertemente mientras lloraba, mientras imploraba que lo suplicara y que volviera a su lado.
Cuando se dio cuenta estaba empacando sus cosas y mudándose a otro apartamento, lejos de todos los lugares que le recordaban a Seunghyun. Como aquella cafetería donde habían tenido su primera cita, o ese viejo banco en el parque donde se sentaban por las mañanas antes de ir a trabajar.
El nuevo apartamento era totalmente diferente al anterior y al mismo Jiyong. Era enorme, lujoso y estaba al otro lado de la ciudad, lejos de Seunghyun pero también de la compañía.
Aunque a Jiyong no le importó en absoluto. Todas las mañanas se despertaba entre las sabanas de seda que recién había comprado y tomaba una ducha en su enorme bañera. Después bajaba y cocinaba en su cocina de acero inoxidable y se sentaba a desayunar frente a su enorme pantalla plana.
Los lujos ayudaban a Jiyong a aclararse antes de conducir una hora y media hacia la compañía en su lujoso auto último modelo. Para cuando Jiyong llegaba al lugar, vestido con ropa de diseñador y con sus lentes obscuros cubriendo sus ojos, se sentía el rey del mundo.
El dolor que lo acompañaba siempre desaparecía y era capaz de sonreír… hasta que veía de nuevo a Seunghyun.
El mayor estaba molesto con la nueva actitud de Jiyong. Ese no era el Jiyong que el público pedía, no era el líder que necesitaba el grupo y definitivamente no era el Jiyong que él amaba.
Por eso cada que su mirada se encontraba con la del menor, no podía evitar reclamarle todo. Y eso provocaba que Jiyong sintiera deseos de huir de nuevo.
Pero no lo hizo. En lugar de eso se sumergió más y más en su trabajo. Pedía escribir las nuevas canciones, no solo de su grupo sino también de los demás. Nunca dejaba el estudio antes de las doce y participaba en todas las reuniones y fiestas que organizaba la compañía.
A todos les sorprendió el cambio pero estaban contentos con ello. Ninguno comentó el hecho de que Jiyong ahora recordara todo e insistiera en querer hacerlo todo, porque ninguno sabía que en realidad todo esto estaba destruyendo a Jiyong.
No pasó mucho antes de que él tocara fondo.
Todo comenzó cuando al intentar dormir imaginaba el rostro de Seunghyun. Eso bastaba para quitarle el sueño, y no importaba cuantas pastillas tomara, no podía dormir. Pero él estaba convencido en que eso le ayudaría, así que mientras menos podía dormir más pastillas consumía.
Después dejaron de ser solo pastillas. El día en que comenzó a consumir substancias más fuertes, Jiyong descubrió que al estar así sus heridas no dolían. Mientras consumía esas substancias tan tóxicas, los recuerdos de Seunghyun se desvanecían y era capaz de dormir.
Así que continuó consumiéndolas, al principio de vez en cuando, después un par de días a la semana pero llegó al punto en que eso no era suficiente y comenzó a consumirlas diario.
Generalmente solo lo hacía cuando estaba solo en su apartamento, lejos de amigos que pudieran detenerlo o de personas que pudieran dañarlo. Eso fue hasta que en una fiesta le ofrecieron un cigarrillo. Él no supo que era ni quiso saberlo, pero el efecto que le produjo fue aun mejor que sus pastillas.
De ahí, Jiyong todo comenzó a cambiar. Sin saberlo su vida estaba comenzando a derrumbarse.
Sin embargo a él no le importó. Había dejado de hacerlo desde hace mucho. Ya no importaba si no hablaba con sus amigos o si la calidad de su trabajo había decaído, ni siquiera le importó el escándalo que se produjo cuando estrelló su lujoso auto contra una cerca por estar drogado.
Nada importaba. Ahora lo único que sabía era que ya no dolía.