Pareja: JunToshi
Clasificacion: PG
La vida de Ohno es demasiado normal, pero todo cambia cuando conoce a Jun
Notas de la autora: Este fue el regalo de cumpleaños de una de mis 'lectoras' en ArashiFantasyBox. Me costó escribirlo, pero creo que quedó bien... Tengo que terminar algunos fics y JURO que lo haré.
Por
aquí hay más fics, por favor leanlos :3
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Ohno Satoshi era una persona normal. Como todos, tenía un empleo normal en un almacén cerca de su casa, donde acomodaba los productos que la gente normalmente compraba.
Como cualquier persona, Ohno también tenía hobbies que le ayudaban a dejar la normalidad a un lado y relajarse.
Los pocos que tenían la oportunidad de ver los dibujos de Ohno podían notar el empeño que ponía en ellos. Sus dibujos eran muy detallados y realistas, pero eran simples bocetos que hacía en sus ratos libres, cuando dejaba su imaginación volar. No dedicaba mucho tiempo en hacerlos, era un talento natural, y por eso Ohno lo consideraba un simple pasatiempo.
Pescar era por mucho su actividad favorita. Ohno podía pasar un día completo en su bote, lanzando el anzuelo al agua y esperando. Había veces en que Ohno no comía por pasar una tarde tranquila en el lago, lejos del zumbido incesante del aire acondicionado, las voces molestas de los clientes y la constante vigilancia de su jefe. Era entonces cuando sus amigos acudían en su ayuda.
Los amigos de Ohno eran, probablemente, lo único anormal en su vida. Ninomiya y Aiba podían parecer normales a primera vista, pero después de hablar con ellos uno podía fácilmente darse cuenta de que esa palabra no le quedaba a ninguno.
Ninomiya Kazunari era de aquellas personas que no se tomaban la vida enserio. Nino podía gastar el dinero que ganaba en su empleo en la tienda de videojuegos a penas lo tenía en las manos. Más de una vez, Ohno le había permitido dormir en el sofá de su casa, ya que generalmente gastaba el dinero de la renta (y de la comida) en anime, figuras de colección o en cuerdas para su guitarra.
Aiba Masaki era una persona demasiado optimista y un poco infantil. Aiba tenía prioridades, pero era capaz de comprar un cachorro en un impulso, con la esperanza de que se convirtiera en un excelente perro guardián. Claro, el cachorro nunca lo logró, ya que corría a esconderse apenas un extraño intentaba acercarse.
Ohno sabía lo caóticas y problemáticas que podían llegar a ser las vidas de sus amigos, y aun así los envidiaba. Todo porque ellos no eran normales.
Ohno estaba cansado de ser normal, su vida era una rutina y tenía el deseo de cambiarla.
Entonces un día llegó él.
Ohno no era fan de las películas, mucho menos de las comedias románticas, pero sabía que Aiba le gustaba ir a verlas (y generalmente no iba solo). Así que cuando llegó a casa de Ohno con esa sonrisa enorme, el mayor no tuvo problema en imaginar la razón.
-No solo han anunciado una nueva película- dijo Aiba una vez que le preguntó- Sino que también la filmarán aquí.
-Suena interesante- murmuró Nino sin despegar la mirada de su videojuego. Aiba puso los ojos en blanco haciendo reír a Ohno.
-El elenco es lo mejor- dijo Aiba sacando un recorte de periódico de su bolsillo. Ohno se inclinó para ver. Era una imagen de una persona que conocía de memoria- Sakurai Sho y Matsumoto Jun.
-¿Así que ese va a estar aquí?- dijo Nino haciendo una mueca. Aiba era un gran fan de Sakurai, lo sabía todo de él. Nino y Ohno habían tenido que escuchar sus interminables pláticas acerca de lo maravilloso que era y eso había terminado fastidiando a Nino.
“Pero que se puede esperar de alguien que ama sus videojuegos” pensaba Ohno divertido.
-Pensé que Matsumoto-san solo hacía obras teatrales- dijo Ohno mirando atentamente la foto. Aiba se encogió de hombros.
-Quiere darle un nuevo giro a su carrera, creo- dijo- Podemos descubrirlo mañana, cuando me acompañen a ver la grabación.
-¿Y cómo demonios se supone que vamos a hacer eso?- preguntó Nino, levantando la mirada por fin de su juego.
-Nos escabulliremos- respondió Aiba naturalmente- Le pediré a Sho-kun su autógrafo.
-Oh claro, ¿cómo no pensé en eso?- dijo Ninomiya poniendo los ojos en blanco.
-Nos vemos en el centro a las 7- dijo Aiba poniéndose de pie. Nino lo miró molesto.
-¿Y quien dijo que íbamos a ir?
-No tienen nada que hacer mañana.
-Pero es muy temprano- Nino hizo una mueca- Oh-chan, dile.
-Nos vemos mañana- dijo Ohno sonriendo. Aiba le devolvió la sonrisa y se fue.
-¿Por qué dijiste eso?- preguntó Nino molesto- No planeo despertarme temprano para ayudar a Aiba con sus locuras.
-Oh, pero vas a ir- dijo con calma el mayor.
-¿Por qué estas tan seguro?
-Porque sé que quieres conocer a tu competencia- dijo Ohno sonriendo. Nino lo fulminó con la mirada antes de volver a su juego.
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El lugar de la grabación estaba atestado de fans pese a que era muy temprano.
-¿Esto es normal?- Jun preguntó mientras la maquillista daba los últimos toques a su rostro. A su lado, Sho volteó levemente a verlas.
-Supongo que sí- dijo sonriendo- No he filmado muchas veces al aire libre.
-Pero no tenemos que preocuparnos por ellas ¿verdad?
-Tranquilo, el equipo de seguridad se encargará de detenerlas antes de que lleguen a tu trasero.
Jun puso los ojos en blanco ante la seguridad de su amigo.
-No sé cómo me arrastraste a esto- suspiró.
-Dijiste que querías un cambio- Sho se puso de pie- Y además las películas no son tan malas.
-No estoy en contra de las películas- dijo Jun imitándolo- No soy bueno con el romance.
Sho lo miró divertido.
-Entonces esto va a ser interesante.
Era obvio que Jun estuviera nervioso el primer día de filmación de su primera película. Las cosas eran muy diferentes al teatro, había demasiadas personas y demasiado equipo muy delicado, y eso hacía que Jun tuviera los nervios de punta.
Pese a todo, Sho le había garantizado que estaría bien pero ¿qué podía saber él, un idol que había comenzado su carrera en el cine, de lo que sentía Jun en ese momento?
De alguna forma las cosas comenzaron a volverse más familiares una vez que comenzó la grabación. Sho dijo sus diálogos, Jun dijo los suyos, y el director sonrió satisfecho.
-Revisaremos la toma- dijo un miembro del staff- Tómense un descanso.
Jun frunció el ceño.
-Lo necesitarás- dijo Sho palmeando su espalda y dirigiéndolo a una silla cercana- Créeme.
Jun asintió y dejó su mirada vagar por las fans que los observaban a distancia.
-¿Qué es lo que te preocupa tanto de ellas?- preguntó Sho al descubrirlo mirándolas.
-En el teatro los espectadores están conscientes de que su lugar es en las butacas- murmuró Jun- Aquí siento que ellas intentaran acercarse a nosotros sin importar que.
-Lo estas pensando demasiado- Sho negó con la cabeza- Si estas tan acostumbrado al teatro, ¿por qué te pone nervioso que ellas se acerquen?
Jun se encogió de hombros y siguió observándolos, fue entonces que algo atrajo totalmente su atención. Pese a que la mayoría de las personas en la multitud eran mujeres, Jun pudo notar al fondo a tres chicos, probablemente de su edad. Uno de ellos, el más alto, vigilaba los movimientos de Sho, mientras el chico a su derecha miraba molesto a su alrededor y el tercer chico estaba mirando interesado una de las estatuas de utilería.
Jun parpadeó un par de veces, sorprendido. ¿No se suponía que toda esa gente estaba ahí para verlos a ellos? ¿Qué tenía de interesante un pedazo de plástico?
-Matsumoto-san, vamos a grabar de nuevo- lo llamó un miembro del staff. Jun asintió y caminó hacia su lugar.
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-Matsumoto-kun, creo que esto no está funcionando.
Jun miró a la chica, incrédulo.
-¿De qué hablas?- preguntó, poniéndose de pie. La chica se acercó a él y acarició su mejilla con ternura.
-Me gustas mucho, pero no puedo seguir contigo- dijo- Me gustaría que las cosas hubieran sido diferentes, pero tu trabajo es demasiado para mí.
-Pero pensé que te gustaba mi trabajo.
-Me gusta, pero a ti te gusta más de lo que te gusto yo- dijo ella frunciendo el ceño- Intenté entenderlo, intenté apoyarte pero no puedo más. Sé que no renunciarás a tu trabajo por mí.
-¿Hay alguien más?- preguntó Jun sin aliento. No entendía porque le estaba haciendo eso. En sus dos años de relación ella jamás se había quejado y Jun había sido muy atento con ella, jamás había puesto su trabajo sobre ella. Si había cometido algún error ella nunca se lo había dicho.
Ella sonrió melancólicamente, ignorante de los pensamientos que corrían por la mente de Jun.
-Solo nosotros dos…
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-¡Me miró!- Aiba casi gritaba de la emoción- Cuando estaba a punto de entrar a su camerino, ¿lo vieron?
-¿Cómo estás seguro de que te miró a ti?- gruñó Nino, acomodándose en el asiento trasero del auto de Ohno, dispuesto a dormir. Todo el día (para desgracia de Nino) lo habían invertido en ver la grabación y Aiba apenas había accedido a alejarse un poco a la hora de comer.
Nino había refunfuñado todo el día pero a Ohno le había gustado. El lugar era bastante artístico, muchas de las estatuas que usaron para la grabación estaban bien detalladas y se notaba que habían invertido tiempo en ellas.
Lamentablemente el equipo de seguridad no había permitido que Aiba se acercara a Sakurai para pedir su autógrafo, pero el joven idol se había detenido el tiempo suficiente para que tomaran fotos y saludar a los fans
-Solo lo sé- dijo Aiba sin dejar de sonreír- Nunca antes había visto una filmación, fue muy divertido. Y además, Matsumoto Jun-san es muy bien parecido también.
-No sabe actuar- bufó Nino- No dejaba de mirar a la multitud, ¿qué clase de actor hace eso?
-Está acostumbrado a eso Kazu-chan- dijo Aiba suspirando. Nino se encogió de hombros.
-No es la gran cosa. Parecía que no sabía lo que hacía y además…
-¡DETÉN EL AUTO!- gritó Aiba. Ohno pisó el freno a fondo y Nino terminó en el piso del auto.
-¿Qué pasa?- preguntó Ohno al ver a Aiba bajar corriendo del auto.
-Maldita sea Aiba, ¿qué demonios te ocurre?- gritó Nino siguiendo a su amigo. Ohno suspiró y bajó del auto.
Aiba corrió hacia un par de figuras que caminaban cerca de donde se habían detenido.
-¡Sakurai-sama!- gritó Aiba. Una de las figuras volteó al escucharlo y esperó a que Aiba lo alcanzara- Perdoné la molestia, soy un admirador suyo y me preguntaba si podría darme su autógrafo.
Sakurai parpadeó un par de veces antes de asentir.
-¿Cómo te llamas?- preguntó tomando el cuaderno y la pluma que Aiba le ofrecía.
-Aiba Masaki- respondió el chico, haciendo una reverencia leve. Sakurai asintió y garabateó algunas palabras en el cuaderno.
Nino y Ohno observaban la escena a distancia.
-Ese tipo esta mirándonos- murmuró Nino, obviamente incomodo. Ohno levantó la mirada y se encontró con la mirada profunda de Matsumoto Jun.
-Ustedes estuvieron en la grabación hoy, ¿cierto?- preguntó Matsumoto a nadie en particular. Aiba asintió.
-Vivimos cerca y no quise perderme la oportunidad de conocerlos- dijo con su habitual entusiasmo- Ellos son mis amigos, Nino y Ohno.
Ambos se inclinaron al escuchar sus nombres.
-Gracias por el apoyo Aiba-kun- dijo Sakurai, devolviéndole el cuaderno- Espero verlos otra vez.
Entonces Matsumoto y él se alejaron.
-Vamos Aiba-chan, tengo que trabajar temprano mañana- dijo Nino, otra vez de mal humor.
Jun los vio subir al auto y manejar en dirección a la calle principal antes de desaparecer.
-Un interesante grupo, ¿no crees?- dijo Sho al notarlo. Jun sonrió.
-De verdad interesante
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Toc Toc.
-Jun, se que estas ahí, abre.
Toc Toc.
-No puedes quedarte ahí el resto de tu vida- gritó Sho- Abre, ahora.
-¿Podrías callarte?- gruñó Jun abriendo de golpe la puerta- Tengo vecinos ¿sabes?
-¿Por qué no has respondido el teléfono?- preguntó Sho entrando de improviso al apartamento ante la mirada sorprendida de Jun.
-Porque no quiero hablar contigo.
-Oh, por favor. Esa chica terminó contigo, ¿puedes superarlo?
Jun hizo una mueca y se dejó caer en el sillón.
-No es el hecho de que haya terminado conmigo- intentó explicarle- Sino el hecho de que dijera que es por mi trabajo…
-¿Entonces intentas demostrarle algo dejando de trabajar?- Sho frunció el ceño.
-Si vuelvo a trabajar conoceré a alguien y pasara de nuevo- dijo Jun cerrando los ojos. Sho puso los ojos en blanco.
-¿Estas escuchándote? Todos esos son pretextos para justificar el hecho de que estas deprimido.
-Pero podría pasar- murmuró Jun- Así la conocí a ella.
-Tú y yo sabemos que no es la primera ni la última vez que te rompen el corazón- dijo Sho con calma- No puedes dejar el trabajo así como así, eso no va a hacer que ella regrese.
Jun no dijo nada ni volteó a verlo.
-Eso no es lo único que te molesta, ¿cierto?- preguntó el mayor. Jun asintió.
-La verdad, es que estoy cansado de esto- dijo.
-¿De esto?- preguntó Sho confundido.
-Sí, día tras día tengo hacer exactamente lo mismo- Jun se puso de pie y comenzó a caminar por la sala- Los mismos diálogos, los mismos vestuarios, la misma gente, incluso he estado comiendo exactamente lo mismo desde hace dos meses. Pero sobretodo, estoy cansado de las miradas del publico fijas en mi.
-Muy bien, estas cansado- dijo Sho asintiendo- ¿Qué planeas hacer?
Jun se encogió de hombros y suspiró, cansado. Ninguno de los dos habló por un momento, Jun porque no tenía nada que decir, Sho porque buscaba la manera de no hacer enojar a Jun.
-¿Sabes? Aun siguen haciendo audiciones para la película- le dijo directamente. Jun levantó la mirada, sorprendido- Podría hablar con el director, así tendrías más oportunidades…
-Ya te lo dije- le interrumpió Jun- No quiero filmar una película, y aunque quisiera no sabría como hacerlo…
-Por favor Jun, sabes perfectamente que eso no es un problema- dijo Sho- Solo piénsalo. Tienes mi número ¿cierto?
Cuando Sho dejó el apartamento de Jun estaba convencido de que este lo llamaría, por eso no pudo evitar sonreír cuando su teléfono comenzó a sonar esa noche y vio que era el menor.
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-Me niego a volver a hacerlo- dijo Nino la tarde siguiente. Aiba hizo un puchero.
-¿Por qué?
-Ya tienes tu maldito autógrafo, ¿qué más quieres?
-Vamos, no tiene nada de malo- dijo Aiba- Oh-chan quiere ir también.
-¿Ah, sí?- preguntó Nino sorprendido- ¿Por qué?
Ohno se encogió de hombros.
-Me gustan sus esculturas
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Jun no pudo evitar sonreír al ver a los tres amigos de nuevo entre la multitud.
-Disculpa- llamó a uno de los guardias que les impedía el paso- Unos amigos míos están ahí, ¿podrías dejarlos pasar?
-Es en contra de las reglas- dijo el hombre negando con la cabeza- Podrían estropear la filmación.
-¿Y si prometo que no va a ser así?- dijo Jun sonriendo. El hombre frunció el ceño pero asintió y abrió la reja.
El trío miró atónito a Matsumoto mientras este caminaba hacia ellos, Ohno incluso pensó que Aiba se desmayaría.
-Pueden acercarse a ver pero no demasiado-dijo guiándolos a un lugar apartado, donde podían observar la grabación sin problemas. Sakurai pareció muy sorprendido al verlos llegar.
-¿Se puede saber que estás haciendo?- le preguntó en voz baja cuando se acercaron.
-¿Mi buena acción del día?- respondió Jun encogiéndose de hombros.
-Confiesa, ¿quién es esta vez?- Jun enarcó una ceja.
-¿De qué hablas?
-Jun, no me engañas- dijo Sho- Uno de esos tres llamó tu atención y quiero saber quien fue.
Jun sonrió con satisfacción y caminó hacia donde el director los esperaba.
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-Enserio Jun, ¿un hombre?- preguntó sorprendido Sho. Jun se encogió de hombros mientras le daba un trago a su cerveza.
-¿Hay algo malo con eso?
-Sabía que tenías tus aires de casanova, pero no pensé que fuera con hombres también.
-Oye- dijo Jun enarcando la ceja- Solo me parece interesante, no es que vaya a intentar algo.
Sho no pudo evitar poner los ojos en blanco.
-Los invitaste a ver la grabación y también a tomar un trago con nosotros- dijo- Si eso no es intentar algo, no se que lo es. Además, si mal no recuerdo, tu ex te parecía “interesante” también.
-Sho, cállate- dijo cortante Jun, fulminándolo con la mirada. En ese momento los tres amigos entraron al lugar, dirigiéndose de inmediato a donde estaban ellos.
Aiba, sobraba decirlo, era el más animado. Apenas se sentaron bombardeó con preguntas a Sho, quien intentó responderlas todas sinceramente pese a la mirada amenazadora de Nino. Ohno miraba a sus amigos con calma, lo que le hizo suponer a Jun que eso era normal.
-Gracias por invitarnos Matsumoto-san- dijo Ohno sacándolo de sus pensamientos. Jun parpadeó sorprendido, antes de sonreír.
-No hay de qué.
-Aunque no entiendo por qué lo hiciste- confesó Ohno
-Ah… bueno…- Jun frunció el ceño y suspiró- Si te soy sincero, yo tampoco lo sé.
-Eres diferente a lo que creía de las celebridades- Ohno sonrió.
-¿Y qué creías de nosotros?- preguntó Jun inclinándose ligeramente hacia él- ¿Qué éramos egocéntricos, gritábamos por todo y vivíamos con lujos?
-Básicamente-admitió Ohno, divertido.
-Bueno, básicamente esa es la vida de Jun- dijo Sho sonriendo burlón.
-¡Oye!- se quejó Jun, haciendo reír a Aiba y a Ohno (incluso Nino sonrió levemente)
-¿Enserio? ¿Tiene una pantalla plana en su habitación y un equipo de sonido gigante?- preguntó Aiba emocionado. Sho asintió.
-Y también una mesa de billar a mitad de su sala- dijo. Jun puso los ojos en blanco.
-¿Y videojuegos?- preguntó Nino.
-Cuatro consolas y la colección completa de los juegos de Mario.
-¿Puedo visitarte alguna vez?- Nino no pudo reprimir la sonrisa de emoción en su rostro.
-Claro, por qué no- asintió Jun.
-¿Y conseguiste todo eso trabajando en teatro?- preguntó Aiba, mirando a Jun totalmente asombrado.
-Por supuesto que no- dijo Jun negando con la cabeza, luego miró a su alrededor y le hizo señas a Aiba para que se acercara. Aiba lo miró sorprendido y se acercó cautelosamente a él- Por las noches soy agente secreto
Todos en la mesa rompieron a reír ante la expresión contrariada de Aiba.
-Hablando enserio- dijo Nino una vez que todos se calmaron- ¿Cómo conseguiste todo eso?
-Es modelo Nino- dijo Ohno. Jun lo miró sorprendido mientras él le sonreía. Nino asintió.
-Eso tiene sentido
-¿Has visto sus fotos Oh-chan?- preguntó Aiba. Ohno asintió.
-Necesitaba referencias.
Sho y Jun intercambiaron miradas.
-¿Referencias?- preguntó Jun confundido.
-Para un dibujo- le explicó Ohno- No soy muy bueno con las expresiones, tus fotos me ayudaron con eso.
-¿Enserio? ¿Dibujas?- Ohno asintió- ¿Y eres bueno?
-Es increíble- dijo Aiba emocionado- Varias personas le han pedido que haga pinturas para ellos, pero Oh-chan siempre se niega.
-¿Por qué?- preguntó Sho.
-Es un pasatiempo- dijo Ohno encogiéndose de brazos- No podría vender lo que hago por diversión.
Sho pareció confundido, sin embargo Jun asintió.
-Aun así, me gustaría verlas alguna vez- dijo pensativo.
-Puedo mostrártelas- dijo Ohno- ¿Estas libre mañana?
Todos en la mesa se congelaron ante la repentina invitación, sin embargo Jun consiguió recuperarse rápidamente.
-Lo siento, tenemos una entrevista- dijo mirando de reojo a Sho, quien asintió- Pero estoy libre el sábado.
-Pero yo no- dijo Ohno suspirando. Nino lo miró confundido.
-¿No es tu día libre?- preguntó. Ohno asintió.
-Es fin de mes, Nino- le recordó. Jun y Sho lo miraron confundido.
-Oh-chan siempre va a pescar a fin de mes- les explicó Aiba.
-Pueden venir si quieren- ofreció Ohno.
-Gracias por la invitación, pero preferiría no hacerlo- dijo Sho rápidamente. Ohno asintió y miró a Jun.
-No se pescar- admitió este. Ohno sonrió.
-Eso no es problema
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Sinceramente, Jun se sentía como un idiota. El lago estaba totalmente en calma, no se escuchaba absolutamente nada. Él y Ohno llevaban más de tres horas ahí, y pese a que Ohno parecía estarse divirtiendo, Jun no podía decir lo mismo.
Había intentado conversar con Ohno pero él había respondido brevemente y sin despegar la vista del lago, por lo cual Jun había terminado haciendo lo mismo.
-Supongo que esto no es lo que esperabas- dijo Ohno al escucharlo lanzar un suspiro largo. Jun intentó sonreír.
-Nunca he podido quedarme quieto mucho tiempo- dijo- Sho siempre se queja de eso cuando intenta leer.
-¿Ustedes son muy cercanos?
-Podría decirse- respondió Jun encogiéndose de hombros- Nos conocimos cuando comenzaba su carrera, compartíamos apartamento pero se mudó cuando comenzó a ganar fama. En cierta forma él fue el que me impulsó a comenzar a actuar.
-He visto algunas de tus actuaciones- dijo Ohno-Eres bueno.
-Gracias- dijo Jun complacido.
-Te gusta actuar ¿cierto?
-Si.
-Entonces eres bueno porque te gusta lo que haces, ¿no es así?
-Eso creo- murmuró Jun confundido- ¿Por qué?
-Creo que entonces debemos hacer algo que te guste- dijo Ohno sonriendo- Sinceramente, no eres bueno pescando.
Jun frunció el ceño.
-¿Qué hice mal?
-Bueno- Ohno parecía intentar contener las ganas de reír- creo que tu caña despareció.
No fue sino hasta que Ohno lo mencionó que Jun se dio cuenta de que la caña de pescar ya no estaba en sus manos, sino que flotaba a unos cuantos metros de ellos. Jun suspiró pesadamente.
-Perdón Ohno-kun- dijo- Prometo que te lo compensaré.
-Está bien- respondió el mayor mientras echaba a andar el motor del bote- ¿Entonces qué sugieres que hagamos?
-Hay un bar cerca de aquí- dijo Jun, pensativo- Dicen que tienen una buena selección de vinos.
Ohno sonrió.
-Entonces vamos ahí.
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-Generalmente no bebo- dijo en voz (muy) alta Ohno- Pero esta cosa esta deliciosa…
Jun soltó una carcajada ante sus palabras. Ambos sabían que estaban ebrios pero eso no les impidió seguir bebiendo hasta que cayó la tarde.
-¿Sabes? Eres muy diferente a lo que pensaba de las celebridades- dijo Ohno reclinándose en el asiento- Tienes un muy buen gusto en vino, por cierto.
-Gracias- Jun tomó otro trago de su copa- Tú eres diferente a la mayoría de los fans que conozco.
Ohno rió.
-Es porque no soy un fan. Ma-kun es el fan, Ma-kun no deja de hablar de Sho…- las palabras salían con cierta dificultad de la boca de Ohno- Siempre es “Sho-kun esto” “Sho-kun aquello” No me sorprendería si Masaki supiera más de su vida que él mismo.
-Pero dijiste que me habías visto actuar,- dijo Jun frunciendo el ceño, confundido- y esta esa cosa de las fotos.
-Soy fan de tu rostro, no de tu trabajo.
Jun sonrió ante el comentario, al parecer el alcohol no solo había afectado la capacidad de hablar de Ohno, sino también sus inhibiciones. Por suerte, Jun estaba igual o peor que él.
-¿Qué es lo que te gusta?- preguntó inclinándose levemente hacia él.
-Tus labios- respondió rápidamente el mayor- Y tu mirada. Al principio solo los veía por asuntos artísticos pero…
-Tú tampoco estás mal- insinuó Jun, mirándolo de pies a cabeza. Ohno rió.
-Me preguntó si tus labios son tan suaves como parecen- murmuró Ohno, siguiendo el juego. Jun sonrió provocativamente y rápidamente se apodero de los labios de Ohno. El beso fue profundo, y a ninguno de los dos les importó las miradas de los demás mientras continuaban devorándose mutuamente.
-¿Y bien?- preguntó Jun una vez que se separaron.
-Son mucho mejor…
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Sho pudo notar que algo no estaba bien cuando Jun se presentó a grabar al día siguiente.
-¿Mala noche?- preguntó mientras el menor se quitaba los lentes, revelando unos ojos rojizos.
-Terrible- murmuró Jun, acercándose a la cafetera.
-¿Cómo estuvo tu ‘cita’ de ayer?- preguntó Sho preocupado. Jun bufó.
-No pudo haber estado peor.
-¿Qué pasó?
-Nos emborrachamos- admitió Jun después de darle un gran trago a su café- y después lo besé.
Sho lo miró con los ojos como platos.
-¡¿Lo besaste?!- gritó alarmado. Jun gruño y se llevó la mano a la cabeza- Lo siento, pero por qué…
-Es una muy buena pregunta Sho- respondió Jun malhumorado- Y la verdad es que no lo sé
-Bueno, pero ¿le dijiste algo más? ¿Lo llamaste? ¿Algo?
-No quiero volver a hablar con él de nuevo
-Pero fue tu culpa
-No volveré a relacionarme con un fan- dijo Jun fulminándolo con la mirada. Sho puso los ojos en blanco.
-De verdad eres muy extraño- dijo- Te recuerdo que tú fuiste el que intentó acercarse a ellos en primer lugar.
-Sí, y no sabes cuánto me odio por eso.
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-No lo entiendo- dijo Aiba- ¿No dijiste que él fue quien te besó?
-Si- respondió Ohno sin levantar la mirada de su cuaderno de bocetos.
-¿Entonces por qué ahora no te habla?
-No lo sé
-Haz intentado llamarlo ¿verdad?
-Lo llamo todos los días y no responde.
-Deja de preocuparte por él Aiba-chan- dijo Nino con su habitual mal humor- ¿Qué más esperabas de ellos?
-Pero él fue el que invitó a Ohno a salir en primer lugar- argumentó Aiba.
-Nos invitó a los tres, después Ohno fue el que lo invitó a él.
-Él se interesó por sus dibujos, dijo que quería verlos.
-Eso no prueba nada Aiba-chan.
-¡Lo besó Nino! ¿Qué más quieres?
-Él en ningún momento dijo que quería algo con Ohno- negó Nino- ¿No lo entiendes Aiba-chan? Ellos solo vienen y toman lo que quieren, y cuando ya no les sirves se van.
-Lo que estás diciendo tendría sentido y hubieran tenido sexo- señaló Aiba- Además él te dejó jugar con sus videojuegos y te dijo que podías regresar cuando quisieras ¿no?
-Sí, pero no quiere decir que él…
-¿Saben?- los interrumpió Ohno- Él tiene un nombre, se llama Jun y no tienen que dejar de llamarlo así solo por mí.
Acto seguido se puso de pie y caminó fuera de la habitación. Nino miró a Aiba, confundido.
-Está decepcionado Nino- murmuró Aiba- Oh-chan realmente admira a Jun-kun
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-Entiendes que tú fuiste el que comenzó todo ¿verdad?
-Sho, cállate ¿si?- respondió Jun apagando su teléfono- Por mucho que “intentes ayudarme” no tenías porque darle mi numero.
-Se merece al menos una explicación, ¿no?- argumentó Sho- Si no quieres nada con él, díselo. Tienes que aclararle las cosas
-¿Así como tu se las aclaraste a Aiba?- preguntó Jun cruzándose de brazos- Tú tampoco quieres nada con él y no te he visto rechazarlo.
-Eso es porque nuestra relación no va en ese sentido- respondió Sho. Jun puso los ojos en blanco.
-Bueno, entonces hazme un favor y mantente fuera de esto.
Sho no pudo reprimir un suspiro al verlo salir de la habitación.
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Jun se sorprendió al escuchar el timbre de la puerta tan temprano.
-Vaya, tardaste- dijo Nino haciendo un mohín- ¿Vas a dejarme pasar?
Jun parpadeó.
-¿Qué haces aquí?
-Dijiste que volviera cuando quisiera- dijo Nino entrando al lugar- Y hoy tengo ganas de terminar el tercer mundo de Mario, así que si me disculpas…
Nino rápidamente corrió a sentarse en el sillón frente a la pantalla plana de Jun, ignorando la expresión molesta de este. Jun no tuvo más opción que sentarse a su lado, mientras Nino se dedicaba a apretar botones casi mecánicamente.
Jun no quería preguntar, pero no podía sacarse de la cabeza el motivo por el cual Nino había decidido ir a su casa. La última vez todo había ido bien, Nino era agradable y ambos discutieron un buen rato acerca de música y videojuegos. Jun no había tenido inconveniente en invitarlo de nuevo, pero claro, eso había sido antes de su problema con Ohno.
Jun estaba seguro de que esa era la razón por la que Nino estaba ahí. Y como el estar sentado a su lado lo hacía sentir incómodo, no tuvo más remedio que traer a colación el tema.
-No pensé que fueras a regresar- dijo débilmente.
-¿Bromeas? Tienes un paraíso aquí Jun-kun- dijo Nino sin mirarlo. Jun se aclaró la garganta.
-Me refiero a lo de Ohno-kun.
-Lo que pase entre Oh-chan y tú no es asunto mío- Jun notó como la expresión de Nino se endurecía- Aunque si tengo que decirlo, eres un imbécil.
-Gracias, eso era lo que quería escuchar- dijo Jun haciendo una mueca. Nino suspiró y pausó el juego.
-Mira, de verdad no quiero meterme en esto porque creo que todo es mala idea- dijo- Ohno no es una persona muy sociable, si no hubiese sido por Aiba puedo apostarte que nunca nos habríamos conocido. Pero de alguna forma te aceptó rápidamente y eso quiere decir que le interesas.
-Pero yo no estoy buscando una relación- murmuró Jun frustrado. Nino se encogió de hombros.
-Debiste pensar en eso antes de besarlo.
Después de eso ninguno de los dos volvió a hablar.
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-Sho-kun, ¿crees que debería hablar con él?
-No lo sé- respondió el mayor mientras caminaba hacia su camerino.
-Pero es que sigue haciéndolo- dijo Aiba- Ayer casi golpea al panadero porque dijo que mi suéter se veía bien.
Sho no pudo evitar reír.
-Supongo que eso quiere decir que le gustas mucho
-Pero es demasiado celoso, y nunca deja sus videojuegos.
-Entonces si deberías hablar con él- dijo Sho intentando ser serio- Aunque tal vez le gusten más las princesas.
-¿De verdad crees eso?- preguntó Aiba asustado.
-No, Aiba-kun, por supuesto que no…- intentó aclararle rápidamente- Yo solo digo que tal vez él… O bueno, solo es que… Yo no…
-Está bien, Sho-kun- respondió Aiba riendo entre dientes- ¿Estas ocupado? Tengo hambre y Kazu-chan no llega…
En ese momento Sho dio la vuelta en el pasillo de su camerino, y se sorprendió al descubrir a alguien frente a su puerta.
-¿Cómo entraste a aquí?- preguntó alejando el teléfono de su oído. Ohno levantó la mirada.
-Dije que tenía un mensaje urgente para Jun- respondió- Pero no puedo encontrar su camerino.
-¿Ese es Oh-chan?- preguntó al teléfono Aiba.
-Sí, hablamos después ¿te parece?- respondió Sho.
-Está bien- entonces la línea se cortó.
-Jun-kun no tiene llamado hoy- dijo Sho. Ohno suspiró pesadamente.
-Supongo que tendré que intentarlo después- dijo- Gracias Sakurai-kun.
Sho mordió ligeramente su labio mientras Ohno se alejaba, y suspiró.
-Ohno-kun, espera- le llamó. Ohno se dio vuelta y Sho se acercó a él- ¿Tienes donde apuntar?
Ohno asintió y sacó un lápiz y una hoja de su mochila. Sho los tomó y escribió rápidamente algo en la hoja.
-Jun me dijo que no me metiera- dijo devolviéndole el papel- Así que no le digas que yo te dije.
Ohno miró la hoja unos instantes y sonrió.
-Gracias Sakurai-kun.
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Hacia un rato que Nino se había ido, y ahora Jun estaba acostado en el sillón mirando al techo, totalmente abatido. Parte de él se atenía a su idea de no querer una relación con nadie pero otra le había creído a Nino. Y aunque no quería admitirlo, Jun sabía bien que le gustaba Ohno.
El timbre sonó, sacando a Jun de sus pensamientos. Jun no quiso ponerse de pie y esperó a que quien fuera quien estuviera ahí se cansara y terminara por irse. Sin embargo, tocaron una y otra vez, hasta que Jun por fin se puso de pie y abrió la puerta.
-Ohno…- dijo mirándolo boquiabierto. Ohno frunció el ceño ligeramente.
-Hola- dijo suavemente- Fui a buscarte al trabajo pero me dijeron que no tenías que ir hoy.
-Oh, por Dios- dijo Jun llevándose la mano a la cabeza- Sho volvió a hacerlo ¿verdad?
-¿Puedo pasar?- pidió Ohno, ignorando su pregunta. Jun se mordió levemente el labio y asintió.
Ohno tomo asiento en el sillón mientras Jun preparaba algo de té. Una vez que el menor volvió con el humeante liquido y se sentó a su lado, Ohno sacó unas hojas de su mochila y se las ofreció a Jun.
-La última vez no pude mostrártelos- dijo ligeramente avergonzado. Jun asintió y comenzó a pasar los dibujos uno a uno.
Los primeros eran dibujos de edificios, de arboles, animales y de esculturas (Jun pensó que se parecían mucho a las que ocupaban en el set), pero la siguiente era de un lago, y Jun estuvo seguro de que era el mismo que habían visitado la última vez. Al verlo pudo sentirse de nuevo en ese lugar, era detallado y preciso.
A ese dibujo le seguía uno de Aiba sosteniendo lo que parecía ser un perro, después estaba Nino con la mirada fija en la pantalla de su videojuego.
-Es la única forma en la que se quedaría quieto, ¿cierto?- le preguntó a Ohno, sonriendo. Ohno asintió, devolviéndole la sonrisa.
La siguiente página tenía a una persona que Jun jamás había visto en su vida pero que de alguna forma se le hacía familiar, igual que el siguiente dibujo, y el siguiente. Al observar más detenidamente, Jun pudo notar que los labios del tercer dibujo se parecía (demasiado) a los suyos y que el quinto tenía su mismo peinado.
-Esos fueron los que hice usando tus fotos- dijo Ohno antes de que pudiera preguntarle algo. Jun asintió.
-Pensé que me habrías dibujado- admitió ligeramente avergonzado. Ohno se sonrojó ligeramente.
-Lo hice, pero no está terminado
Jun parpadeó, sorprendido.
-¿Puedo verlo?- pidió con voz temblorosa. Ohno dudó un poco antes de asentir, sacando de su mochila un cuaderno y entregándoselo a Jun.
El dibujo no estaba tan detallado como los otros, sin embargo a Jun no le costó reconocer su propio rostro en él.
-¡Vaya!- exclamó- Tú haces que me vea bien.
-No, tú te ves bien siempre- lo contradijo Ohno. Jun suspiró y miró al mayor a los ojos
-Se que estuvo mal no contactarte en todo este tiempo- dijo- pero mi vida es muy complicada…
-Tu vida es más interesante que la mía- le interrumpió Ohno- Tú eres más interesante que yo.
-Lo dudo mucho- negó Jun- Tienes mucho talento, eso es muy interesante Ohno. El problema soy yo, no soy bueno con el romance.
Ohno rió levente.
-¿No has pensado que en realidad estas asustado?- preguntó.
-Yo…- murmuró Jun- Yo sé que estoy asustado. La última vez que salí con un fan todo se fue al demonio demasiado pronto.
-Yo ya te dije que no soy fan tuyo- le recordó Ohno- pero eres demasiado interesante. La mayoría de las personas con las que hablo son personas que solo salen de su casa a comprar al almacén donde trabajo. O son desobligados que quieren que los alimente, como Nino.
Jun rió levemente.
-Entonces soy interesante porque ya te cansaste de ellos.
-Eres interesante porque eres diferente.
Jun suspiró, derrotado.
-De verdad, mi vida no es fácil- insistió, sin embargo estaba sonriendo- ¿Estarías bien con eso?
-Supongo que sí, aunque no es tu- dijo Ohno sonriendo también- Simplemente quiero conocerte mejor y tengo el presentimiento de que esto podría funcionar.
Jun suspiró y rió antes de acercarse a Ohno y besarlo.
-Supongo que entonces podríamos intentarlo- dijo- Eres una persona muy rara.
-Y por eso te gusto- respondió Ohno sonriendo. Jun simplemente le devolvió la sonrisa.
Por supuesto, las cosas no fueron fáciles. Ohno tuvo que acostumbrarse al constante acoso de la prensa, a los horarios irregulares de Jun y a su mal humor después de una noche completa de grabar, así como a su capacidad de solo comer pasta y nunca cansarse de eso.
Jun, por otro lado, tuvo que aprender a controlar sus sentimientos cada que visitaba a Ohno y encontraba a Nino dormido en el sillón, así como a restir la interminable energía que tenía Aiba. También tuvo que soportar las largas horas que Ohno pasaba dibujando o pescando.
Pero ambos sabían que valía la pena. Después de todo, la vida de Ohno había dejado de ser tan normal y la de Jun había dejado de ser tan extravagante.
Todo porque las cosas no habían salido como ellos querían.