UEE, aquí va mi primer fic, para todo el que quiera leer chorradas sin sentido
FIC: TORRILLA
Autora:
dmsc_saphr Título: Mala suerte
Pairing: Torrilla
Personajes: iker, Cesc.
Rating: R solo hay algunos tacos
Disclaimer: los personajes no me pertenecen y no cobro un duro por escribir esto. (no creo que me fueras a pagar nadie xD).
Notas de la autora: en el fic la única pareja que hay es Torrilla pero no es el argumento principal. Otra cosa, es el primer fic que hago en mi vida así que por favor, ser benévolas conmigo, que ya me irán saliendo mejor (a no ser que leáis este, os parezca horrible )
Iker a veces tiene la sensación de que le cae mal a alguien de allí arriba, porque su mala suerte no es normal. Dejando de banda la temporada pasada con el Madrid y la derrota contra EE.UU en Sudáfrica, lo que ocurrió una noche en el hotel de concentración en Macedonia se llevó, sin duda, la palma.
Parecía que el destino de nuevo le dijera “sí, sigo aquí y no creas que me he olvidado de fastidiarte la existencia”. Porque después de no encontrar el pasaporte en el aeropuerto, después de protagonizar la caída más vergonzosa de su vida en medio de la recepción del hotel, faltaba ponerle la guinda al pastel con lo que pasó esa misma noche, cuando creyó que ya nada podía salir peor.
Después de la cena, Iker salió de su habitación dispuesto a ir a la de Pepe, ya que finalmente le había convencido a él y a unos cuantos compañeros más para jugar una partida de mus. De camino al ascensor se topó con Cesc, que venía con cara de preocupación, y antes de poder saludarlo vió como también se acercaban Villa y Fernando.
Se saludaron y entraron todos en el ascensor, mientras Cesc se dispuso a apretar el botón que le dijeran.
-¿Vosotros también vais a jugar a las cartas?- preguntó Cesc mientras apretaba el botón del piso 10-¿Qué piso era?
- Es el 7º no el 10º, en ese está el restaurante- dijo Iker algo mosqueado- ¿para qué preguntas si luego haces lo que te da la gana?
- Ya sé que el 10º es el restaurante- le reprochó el catalán- es que me he dejado el móvil allí y quiero recuperarlo que si no me lo robarán.
-Haber niñato, quita de ahí- le espetó Villa, empujándolo hacia un lado y haciendo que sin querer Cesc apretara el 9º- Si te has dejado el móvil te lo estarán guardando los del servicio-Seguidamente, David pulso el 7º.
-Espera, espera- dijo Fernado de repente- ¿seguro que la habitación de Pepe está en el 7º piso? A mí me suena más el 8º.
Villa pulsó el 8º y vió como Iker volvía a decir que no, que seguro que era el 7º, y Cesc seguía pidiendo medio a gritos que le dejaran volver al restaurante a por su móvil.
-¡¡Que sí!! , ¡¡¡ Que seguro que es el 7º!!! Pulsa el 7, joder- Villa comenzó a enfadarse, en su cabeza oía sietes, ochos, dieces, mezclados con un ¡cállate Cesc! bastante oportuno...y ya no pudo más.
-¡¡¡ joder, me estáis volviendo loco, coñooo!!! ¿Qué puto botón tengo que pulsar?- Lo último fue más un grito que una pregunta.
-¡E l 7!- la respuesta fue unánime, y el asturiano, con toda la mala leche del mundo pulsó el maldito botón con tanta fuerza que hasta las paredes tambalearon. Unos segundos más tarde, el ascensor se movió, zarandeó y finalmente se quedó atascado entre el 8º y el 7º piso.
Enseguida se miraron entre ellos con cara asustada. Iker no se lo podía creer. No era posible que se hubiera quedado encerrado en un ascensor con Cesc y Villa al mismo tiempo. Enseguida sacó el móvil para tratar de avisar a alguien pero vió que estaba casi sin batería. La mala suerte volvía a actuar, porque David y Fernando tenían el móvil en la habitación, así que solo les quedaba rezar para que el del portero aguantara hasta poder hablar con alguien. Decidieron avisar a Xabi, así que buscó su número y lo llamó. No contestó, así que Iker le dejó un mensaje diciéndole (mejor dicho, suplicándole) que les vinieran a ayudar. Suspiró y se sentó en el suelo esperando el rescate. Los demás lo imitaron.
Pasó una hora, una larga y aburridísima hora, y cuando Cesc se aburre más vale que el mundo se ponga a temblar, porque nadie sabe con lo que te va a salir el crio. Así que, de repente, si los demás escuchaban con atención podían oír al capitán del Arsenal tararear una canción en voz baja. No abría importado si éste no hubiera comenzado a incrementar el volumen poco a poco.
-Cesc, ¿podrías parar de cantar Oliver y Benji, por favor? Le dijo Iker, más en tono de orden que de sugerencia.
-Jooo...- replicó el catalán poniendo cara de niño-es que me aburro mucho...además vosotros no decís nada, sois unos sosos, tíos.
-¡Joder con el crio!- exclamó Villa- como quieres que seamos. Son más de la una, tenemos sueño, estamos atrapados en este ascensor de mierda y mañana hay entreno... ¿qué quieres? ¿Que cantemos Heidi a coro?- Villa comenzó a ponerse rojo de tanto gritar.
-Bueno David, tranquilo, ya me callo. Jo, ¿a tu hija también la tratas así cuando canta en tu casa?- Cesc puso cara de cachorro abandonado mientras lo decía.
- No Cesc, porque no hay nadie en todo el mundo que me saque tanto de quicio como lo haces tú.
-Sí, ya. Seguro que le gritas como a mí cuando no se acaba las verduras del plato. Yo cuando tenga hijos me aseguraré de tratarlos bien, no como tú.
-¿Tú? ¿Hijos? jajaja...no me hagas reír, que desgracia para la humanidad- el asturiano comenzó a reírse sin parar.
- David, no seas cabrón- le riñó Fernando mientras trataba de evitar la sonrisa que se le formaba en los labios.
- Jajaja, ¿pero no lo ves? claro que me enfado con mi hija si no se come las verduras, pero éste si tiene hijos es capaz de hacer que se coman las suyas- y siguió riendo.
Iker tuvo que aguantar la risa, porque la imagen de Cesc diciéndole a su hijo mira mira, un ovni y echándole sus verduras al plato es algo digno de ver.
Dos horas después, y tras la discusión continuada del catalán con el asturiano (que le decía a Cesc que no ocupara su sitio, dibujando una línea imaginaria para que no pasara) ambos se quedaron dormidos al fin. Fernando los observaba con una sonrisa. No sabía si estar celoso del chico del Arsenal (porque tenía su cabeza apoyada en el hombro del Guaje) o adorar aquella imagen tan tierna, ya que se habían tapado con la misma chaqueta).
Después vió a Iker, que se había quedado dormido en una esquina, con la cabeza apoyada en la pared y la boca medio abierta. Y comenzó lo que Fernando temía desde hacía un rato: el concierto de los ronquidos del portero. Ante ello se llevó la mano a la cabeza y supo que aquella noche iba a ser muy larga. David enseguida se despertó por el ruido, miró al rubio, luego al portero y de nuevo al madrileño.
-Parece que hoy no vamos a dormir- le dijo al del Liverpool sonriendo levemente, medio dormido.
-Sí, eso parece- contestó mientras se levantaba y se sentaba al lado de Villa- joder, Cesc se ha quedado más dormido que una marmota, podría competir con Xavi. ¿No te pesa su cabeza?
-Bah- dijo con cara de poca importancia- espera, no estarás celoso del crio ¿verdad?- le preguntó con una sonrisa pícara en los labios.
-Sí, muchísimo- respondió mientras acercaba su cabeza a la de David- espero que me demuestres que estoy equivocado.
-Mmm ¿Y cómo te lo demuestro? Dijo Villa mientras acercaba sus labios a los del rubio-¿Así?- y lo besó.
-Sí, De momento así vas bien- sonrió el Niño contra sus labios, y volvió a besarlo, esta vez más tiernamente, evitando demasiado contacto (porque recordaban que no estaban solos).
- Cuando salgamos de aquí ya verás lo bien que te lo demuestro. No te va a quedar ninguna duda- le susurró el moreno en el oído.
Fernando sonrió aún más y apoyó su cabeza en el hombro de David para descansar. Al final consiguieron dormirse, porque el cansancio pudo con ellos. Unas horas después, un fuerte ruido hizo que Iker se despertara de golpe y del susto se diera en la cabeza contra la pared.
-¡Joder! ¡Me cago en la madre que parió el ascensor!- gritó a pleno pulmón despertando a los demás.
-Mmm ¿qué pasa?- musitó Cesc medio dormido.
- Que me he dado una hostia contra el ascensor por culpa de un ruido raro.
-¿Qué ruido?- preguntó Fernando con los ojos bien abiertos.
- No sé... a lo mejor se han dado cuenta POR FIN de que el ascensor está atascado y nos sacan de aquí.
- Pues ya erra hora- murmuró Villa mientras estiraba brazos y piernas y bostezaba al mismo tiempo.
Esperaron con paciencia el rescate, pero media hora más tarde ya comenzaron a mosquearse. Iker suspiró, echó un vistazo a su alrededor y posó su mirada en Cesc, que llevaba un buen rato sin decir ninguna estupidez. Seguidamente observó además que el joven capitán tenía una cara de sufrimiento bastante preocupante.
-¿Cesc, qué te pasa?- preguntó el portero.
-Es que...- respondió con voz tímida- no puedo más...tengo que ir al baño.
-Vamos no me jodas...- exclamó David con tono de cabreo.
-Llevo toda la noche aguantándome- siguió el del Arsenal- si no voy pronto voy a explotar.
-¡Genial, esto es genial!- continuó protestando el asturiano.
- La verdad....- intervino Fernado- es que yo también tengo que ir.
- ¡Perfecto!- ironizó Villa- pues os jodéis ¡porque en el ascensor no vais a mear ni de coña!
- A lo mejor por el hueco del ascensor...- intervino Cesc.
- Pero, ¿tu estás tonto o que te pasa?- comenzó a gritar- claro, y porqué no de paso meamos todos dentro, lo llenamos y nos damos un baño- Villa cada vez gritaba más alto- o mejor aún, hacemos natación sincronizada.
- Pero que dices David, ¡qué asco! Como vamos a hacer eso. Como quieres llenar el ascensor en un día y nadar en él, si no cabemos.
Iker se mordió la lengua aunque sabía que Cesc era capaz de haberse tomado en serio lo que acababa de decir Villa. Después de seguir con la discusión volvieron a escuchar un ruido que provenía de fuera. Cada vez más fuerte. De repente, el ascensor pegó una gran sacudida y comenzó a descender, se detuvo y las puertas se abrieron. Al otro lado de la puerta estaban Del Bosque, algunos técnicos y todos sus compañeros de equipo. En ese momento dudaron si salir o no, porque el entrenador estaba gritando a los del hotel, los jugadores se reían a carcajadas y Xabi se acercaba a Iker con cautela.
-Lo siento Iker, de verdad, es que tenía el móvil en silencio y no he visto tu mensaje hasta esta mañana- Xabi parecía sentirse muy culpable, pero Iker le aseguró que no pasaba nada, que no tenía por qué preocuparse.
Después de salir del maldito ascensor (y de ir al baño), llevaron a los cuatro a desayunar algo. Se sentaron en la mesa y después de comenzar a comer se miraron y se sonrieron. Sobre todo Iker, él fue el de la sonrisa más ancha.
Porque en el fondo se lo pasó bien y pensó que al menos ya tenía una anécdota absurda más para contar. Porque aprendió que sí, quizás alguien de arriba le tenía manía, que quizás el destino le seguiría haciendo pasar más situaciones absurdas y vergonzosas, pero él trataría de reírse ante esas situaciones. Porque no le quedaba otro remedio. Al fin y al cabo el no sería la persona con peor suerte del mundo, los habría más desgraciados. Y a Iker de repente le vino a la cabeza cómo lo harían los físios para sacarles las contracturas que tenían los cuatro antes del partido.
Por favor no me lapideis por esto xD. Auque se agradecen comentarios constructivos :)