¡Muy buenas!!!! Mi “suerte” no conoce límites y me he enterado de que en clase de literatura tenemos que leer Orgullo y Prejuicio, Crimen y castigo y dos novelas más de autores rusos que no me acuerdo como se llaman. A ver, hasta aquí me parece bien porque me encanta leer buenos libros (aunque sean tochos inhumanos), lo que no me parece normal, es que la profesora nos dijera: Bueno, como solo tenemos esta asignatura un semestre y quiero hacer más cosas vais a leer los cuatro libros para antes de finales de Noviembre... y yo: mmm... ¿dispensi? T.T pero que se cree ¡que solo tenemos esa asignatura? Acaso las otras 7 no cuentan?? No tenemos deberes/trabajos/exámenes suficientes??? En fin U_U , me deprimí.
En fin, este fic es la repuesta a uno de los memes, el de Pepu en concreto. El siguiente será el Xaniesta de Kary, y tranquilas porque cuando vuelva a inspirarme haré los demás. Tengo una crisis de imaginación, pero como he estado enfermita estos dos días e aprovechado xD.
Título: Larga noche
Autora: dmsc-saphr
Pairing: Kriqué para la Pepu ^^ también sale empanadilla (no me puedo resistir) :3
Raiting: mmm se lo dejo leer a Cesc xD Es decir, casi nada, pero el principio es un poquito angst.
Disclaimer: Nada de esto ha pasado nunca, nadie me pertenece y no cobro un duro por escribirlo.
Nota 1: Situado en el verano después del triplete.
Nota 2: el fic está SACADO DE LA MANGA así que es una caca.
Nora 3: No es en absoluto lo que esperabais leer cuando el fic se pidió. U_U así que pido perdón de antemano
Te miraste al espejo. Tu rostro era una perfecta mezcla entre la alegría más dulce y la preocupación más absorbente. Creíste ganadora la segunda. Con tus manos colocaste bien tus cabellos castaños, tratando de que tu pelo estuviera lo mejor posible. Volviste a mirarte y no había sonrisa alguna en tus labios, pese a que la noche que te esperaba era cuanto menos para estar contento.
Tu imagen te parecía diminuta, insulsa comparada con cierta persona. Siempre te consideraste un chico mono, dulce... siempre te lo decían. Tu cara era de facciones angulares, bonitas, (a veces un tanto femeninas para tu gusto) y sabías que despertabas deseo en muchas chicas. Pero ni por asomo podrías comparar tu belleza con la de Gerard. Lo considerabas superior, de gran atractivo, y tu indigno de sentir por él lo que sentías. Volviste a mirarte pero no viste tu reflejo, sino una burda imitación, una copia mala de lo que fuiste una vez. ¿Acaso amar en secreto a Gerard te hacía sentirte inferior, horrible? ¿Tan tóxico era ese sentimiento tan puro?
Te pasaste una mano por la cara, tratando de desterrar esta sensación negativa que te ahogaba, porque ya estabas harto de tener tan poca autoestima. Joder, que tienes dieciocho años, estás en el actual mejor equipo de fútbol del mundo... ¡hasta Gerard te dice que tienes que quererte más! Bufaste, te olvidaste de tus paranoias y trataste de poner aquella sonrisa tuya que derretía a todo el que la veía. La noche sería larga y entretenida, y tenías que estar de buen humor. Cogiste el perfume de la mesita y te echaste unas gotas en el cuello y en las muñecas. Olía muy bien. Era un perfume que te ayudó a escoger Gerard, y te pegaba mucho porque era una justa mezcla de dulzura y masculinidad.
El timbre llamó tu atención. Ya habían llegado. Cogiste el móvil, las llaves y la cartera y tan rápido como pudiste bajaste la escalera, saliste por la puerta de tu casa y te plantaste dentro del coche de Gerard. Te sorprendiste al ver que, además de éste y Sergio, había una cuarta persona en el asiento del copiloto. De pronto, la siempre alegre cara de Cesc Fábregas apareció en tu ángulo de visión y tú abriste mucho los ojos ante aquella sorpresa.
-¡Hola Bojan! ¿Cómo estás? Que hace mucho que no nos vemos.
-Hola Cesc, que sorpresa- no sabias como sentirte en ese momento- no sabía que estuvieras en España.
- A sí, es que como yo también estoy de vacaciones me llamó Gerard y me invitó a venir unos días a su casa- En ese momento la señora envidia llamó a tu puerta.
No te fijaste en Gerard hasta que terminaste de hablar con Cesc. Dios, estaba tan guapo como siempre, quizás más aún. Se pusiera lo que se pusiera le quedaba perfecto, y adoraste su imagen iluminada por las suaves luces de la noche. Alguien te quitó de tus pensamientos y te diste cuenta de que ya os habíais puesto en marcha. Entre bromas y conversaciones sin sentido llegasteis al local donde teníais pensado pasar la noche entre risas, baile y buena música.
Aparcasteis y antes de entrar, Cesc puso el grito en el cielo porque se había dejado el DNI en casa. Todos os reísteis un buen rato, y Sergio le tranquilizó, asegurándole que no se lo iban a pedir. Sonreíste, solo Cesc tiene salidas como esas, esa inocencia...quizás por eso él y Gerard eran tan amigos, quizás por eso el defensa siempre estaba tan encima de él. Un nudo se te hizo en el estómago. Increíble... ¿estabas celoso? ¿Celoso de Cesc Fábregas? ¿Celoso de la persona que al ser nombrada se asimila con el antónimo de maldad? Eras lo peor.
Entrasteis en la discoteca, que por suerte estaba bastante apartada del mundo y no muy llena, la gente que había no os iba a montar ningún numerito. Gerard corrió a saludar unos amigos suyos, y por inercia tú fuiste solo a decir el hola que tal, porque después tu cuerpo caminó hasta la barra del local, como si de un imán se tratara. Te sentaste y le pediste al camarero que te sirviera lo más fuerte que tuviera y, aunque te miró sorprendido, obedeció tu petición. Si ibas a pasar toda la noche viendo como Gerard intimaba con Cesc o con cualquier otra chica, al menos lo harías borracho, para no tener que soportar la cruda realidad. Al servirte la copa, te dispusiste a beber el primer sorbo, pero como apareciendo de la nada Gerard te arrebató el vaso de mano.
-Hey, ¿qué es esto? Que no tenemos edad para beber estas cosas- bromeó el rubio.
-Tengo dieciocho años-dijiste sin mirarle, con un tono bastante más antipático de lo que querías que sonara.
-mm ¿en serio?- volvió a bromear, y sabías que estaba poniendo esa sonrisa que te volvía loco- es que me sigues pareciendo ese niño pequeño al que hay que proteger.
“Lo que me faltaba por oír” pensaste desanimado.
-mmm...- qué gran elocuencia la tuya.
-Creía que me ibas a acompañar en esta noche de abstinencia alcohólica- se puso dramático- por lo de que tengo que conducir... ya sabes.
-¡Ni hablar!- le dijiste formando una sonrisa muy falsa en tus labios para no parecer borde. Le quitaste la copa y el te revolvió el pelo.
Entonces viste como Cesc lo llamaba con cara de preocupación y Gerard le correspondía con una sonrisa y dejándote, diciendo que luego volvía y que no bebieras mucho.
Y se fue.
“Que no beba mucho dice”. ¡Los cojones! Pensaste enfadado. No ayudaba mucho a ello si se iba con Cesc. Estabas tan lleno de rabia...joder.
Tomaste un buen trago, y sentiste el alcohol quemar en tu garganta, ardiendo, pero necesitabas aquella desgarradora sensación en tu cuerpo, necesitabas castigarte por todo. Diste otro trago, y otro, y comenzaste a sentir los efectos de la bebida. Media hora después, viste como alguien se sentaba a tu lado y le pedía al camarero lo mismo que tú. Te giraste un poco mareado, y viste como Cesc tragaba igual que tu el ardiente brebaje de su copa. No tenía una cara muy alegre, y sabías que no le gustaba el alcohol, así que si hacía eso era porque realmente le pasaba algo malo. Te atreviste a preguntar.
-¿Qué te pasa? Al preguntar, el sonrió amargamente, te miró y te lo soltó sin más.
-Es que... él no me quiere...él no...- el alcohol no le dejaba hablar con coherencia- prefiere estar con ella...y duele sabes...solo me quiere por el sexo- se llevó una mano a la cara para tratar de calmarse, para no llorar.
Ante aquello abriste mucho los ojos. No te lo podías creer, no te podías creer que Gerard se hubiera acostado con él, y que encima, prefiriera estar con su ex de nuevo. No sabías como reaccionar, no sabías si sentir celos, rabia, tristeza... un cúmulo de sentimientos negativos se apoderó de ti. Creíste que era normal que Gerard estuviera con alguien como Cesc, porque era inocente, buena persona, alegre, algo tímido...en realidad se parecía mucho a ti, y eso te dio más rabia aún.
Te compadeciste de ti mismo, y los dos seguisteis bebiendo sin deciros nada. ¿Por qué le había elegido a él? ¿Por qué? Si Gerard siempre te sonreía, siempre tenía palabras amables para ti, complicidad, confianza, siempre te hacía reír con sus bromas y sus planes disparatados...te hacía sentir especial. Hubieras preferido que te ignorara y al menos no te habrías echo ilusiones...mierda, y ahora estabas bien jodido. Todavía borracho, viste como una rubia guapísima se te acercaba y te pedía sensualmente si querías bailar con ella. Tu aceptaste, quizás así lograrías olvidarte un poco de él por unos instantes.
Estabais bailando en aquella pista, donde el ritmo de la música contradecía tu estado de ánimo, cuando viste que Gerard se acercaba a Cesc y lo agarraba de la cintura, susurrándole algo en el oído y dándole un beso en la frente, mientras lo sacaba a bailar. Creíste morir de celos y te aferraste a la chica; no querías verlo. Pero tú, masoquista perdido, no pudiste apartar la mirada de ellos y entonces observaste como Gerard abrazaba a Cesc. Dios, que rabia te dio, quizás fue por eso que besaste a aquella chica. Un beso frio sin duda, pues no sentías nada por ella, y tan claro quedaron tus sentimientos que se dio cuenta y te miró, profundamente, y tú te sentiste descubierto. Su cara era de comprensión, y se acercó a tu oreja para decirte algo que sin duda te ayudaría.
-No dejarás de sufrir si no le dices a esa persona lo que sientes. Créeme, porque un instante de profundo dolor es mejor que una agonía eterna.
Te besó la mejilla y se fue con sus amigos. Tú no reaccionaste, no supiste como aquella chica desconocida había dicho justo lo que tenias que hacer, porque, joder, tenía toda la razón. Cuando se giró para verte, le sonreíste en modo de agradecimiento, y ella te devolvió la sonrisa. Entonces volviste a mirar a Gerard, y para tu sorpresa, éste estaba solo en la pista, a pocos metros de ti, mirándote con esos ojos celestes, no demasiado alegres.
El verlo cara a cara contigo, en aquel lugar oscuro, con la música a todo volumen, hizo que innumerables sentimientos recorrieran tu cuerpo y mente de golpe, y no lo soportaste. Trataste de salir corriendo, pero Gerard te atrapó cerca de la salida del local. Te acorraló contra una pared y su mirada inquisidora te hizo entrever que te esperaban un montón de preguntas, y seguías demasiado borracho como para querer soportar un interrogatorio.
-¿Te pasa algo?- preguntó preocupado.
-No- le dijiste cortante. Ya ni siquiera te esforzabas en parecer contento.
-Buf...no sé qué os pasa a todos hoy, que estáis de mal humor. Bueno, de Cesc lo entiendo- sonrió amargamente al decirlo- pobre, creo que sigue en el baño, no le sienta bien beber... pero claro, con lo que le ha pasado...dios, en serio...con lo adorable que es y que le pasen estas cosas.
-¿Qué?- estallaste- ¡Basta ya! ¡Deja de hablar de Cesc!- ya no podías controlar lo que decías-no...¡Yo soy el adorable! ¡Cesc...es Cesc y punto! Y me parece muy bien que te lo tires y que luego no lo quieras o que quieras estar con tu ex ¡me importa una mierda! ¡Pero deja de restregármelo por la cara! Estoy harto de que me digas lo mono que soy o que me sonrías y que luego me cuentes a quien te ligas por ahí ¡joder, no ves que duele! ¡Me estás matando!
Te salió del alma decirle todo aquello. Una lágrima apareció en tu rostro y solo pudiste zafarte de Gerard y salir corriendo, dejándolo con una cara de incredulidad asombrosa.
Saliste del local, sintiendo como te habías quitado un peso de encima, a pesar de que una terrible tristeza te invadiera por dentro. Te dispusiste a caminar para serenarte, y de pronto oíste unos pasos acercarse a ti con rapidez. Pensaste que sería Gerard, por lo que no te paraste.
-¡Ey tu, cabrón! ¡Ven aquí ahora mismo!
Al oír aquello te sorprendiste, no sabias a quién se estaba refiriendo, pero no parecía haber nadie más en la calle. Seguidamente oíste una voz de chica que te resultaba conocida.
-¡Alex, déjale en paz!¡ él no tiene nada que ver en esto ¡ tu y yo habíamos terminado, ¡así que no tengo que darte explicaciones de lo que hago!-reconociste que se trataba de la chica con la que habías bailado.
Estabas perdido, no entendías lo que sucedía, y cuando te dispusiste a girarte solo pudiste ver como un chico el doble de grande y alto que tu te golpeaba con el puño, haciéndote caer al suelo.
-¡Hijo de puta! ¡A mi novia no la vuelves a tocar en la vida! Te voy a enseñar a respetar las cosas de los demás.
Tú aún permanecías en el suelo, aturdido por el golpe, y viste como el chico se acercaba a ti dispuesto a propinarte una patada en el estómago. Estabas muy asustado, y no podías moverte. Cerraste los ojos para tratar de soportar el golpe, pero éste no se produjo. En lugar de ello, viste como Gerard aparecía y golpeaba al muchacho con toda la rabia y la fuerza de las que disponía. Pudiste ser testigo de cómo le gritó al chico, como le amenazó mientras varias personas sujetaban a Gerard para evitar que éste le rompiera la cara. Por defenderte.
Entre todos consiguieron retener a tu agresor, para que se lo llevara la policía, y tú notaste como unos brazos fuertes y cálidos te levantaban del suelo y te ayudaban a sentarte. El abrazo que te dio aquella persona te hizo sentir tan bien, tan protegido, que te acurrucaste todo lo que pudiste contra su cuerpo. Gerard estaba allí, contigo, te había defendido y te estaba calmando. Quizás le importabas más de lo que te parecía.
-Gerard- susurraste contra su pecho. El puso las manos a cada lado de tu rostro y vuestras miradas se encontraron.
-¿Estás bien Bo?- no podía estar más preocupado- Perdóname...en serio...lo siento mucho, no quería que pasara esto. Un poco más y no habría podido ayudarte. Si te llega a pasar algo jamás me lo habría perdonado...
-¿Por qué?- creíste que acababas de hacerle la pregunta más absurda del mundo. Pero no te respondió. Solo posó uno de sus dedos al lado de tu herida. Te habías hecho un corte en el labio a causa del golpe, y él acercó demasiado sus dedos, por lo que un pequeño quejido de dolor salió de tu boca. Te pidió perdón y lo que hizo seguidamente te quitó la respiración. Porque acercó sus labios a los tuyos, y con mucha delicadeza te besó, tratando de no hacerte daño, porque tenías la herida un poco hinchada. Pero la dulzura de aquel beso no te dejó pensar en el dolor, en nada. Joder, Gerard te estaba correspondiendo no te lo podías creer. Tus dudas y sufrimiento habían desaparecido totalmente, y fuiste feliz en aquel momento. Alargasteis el beso todo lo que pudisteis, pero os tuvisteis que separar porque la gente se acercó a vosotros.
Aquella chica os pidió disculpas, estaba muy avergonzada por lo que había pasado, pero tú y Gerard la tranquilizasteis, ya que en absoluto había sido su culpa. Cuando todo se hubo solucionado, Sergio y Gerard te dijeron de ir a curarte la herida, así que esperaron que Cesc apareciera de una vez. Cuando lo vistes llegar contento y dando saltos, pudiste comprobar que, como no, no se había enterado de nada de lo que había pasado. Se lo explicasteis y te preguntó muy preocupado si estabas bien. Cuando subisteis al coche, Sergio le preguntó por qué estaba tan contento y Cesc no lo pudo reprimir.
-Es que David me ha llamado y me ha dicho que se vendrá a Barcelona a verme unos días ¿No es genial? Me ha dicho que lo hace porque está harto de oír mis quejas y súplicas, pero yo sé que me quiere ¡hay, que contento estoy!
Y sí, te sentiste el tío más idiota del mundo. Como no pudiste deducir que Cesc se refería a Villa cuando te dijo eso en la barra del local, si era obvio. Miraste a Gerard algo avergonzado, y este te sonrió y te guiñó un ojo, porque sabía cómo te sentías y te perdonaba por lo que le habías dicho.
Porque Gerard te quería con locura, y te iba a demostrar a partir de entonces que él solo tiene ojos para ti.
Espero tomates y críticas varias por este fic horrible U_U