Comunidad:
reto_diario.
Título: Lo estaré esperando.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Giotto/G.
Advertencias: Spoilers del Arco del Futuro por los personajes. ¿Yaoi y eso? Oh, y sosedad. Posible OoC también, sólo estoy estimando cómo eran estos por como las únicas dos o tres líneas que dijeron en todo el manga, y un poco del anime (?).
Continuación:
Por aquí. (Beware del trío.)
Notas: NO me gusta, pero bueno. Por algo no me había atrevido a escribir algo de este pairing antes D: (?). Pero amo como imagino la relación de estos dos, y mi Musa se aprovechó de eso -W-. Oh, el final no me gustó D:U.
Ese hombre era un constante dolor de cabeza para él. ¿Cómo era que había terminado juntándose (casi viviendo, demonios) con esa persona? Debía tener una vena masoquista de la que no se había dado cuenta antes.
De acuerdo, G podía ser algo temperamental, a veces hasta podía dejar que su carácter se llevara lo mejor de él, pero era inteligente y bastante perceptivo. Las cosas que la híper-intuición de su Jefe no podía decirle, en general era el Guardián quien las descifraba con sus propios métodos. Lo cual daría a pensar que, entonces, ellos dos tendrían que hacer un buen equipo. Deberían complementarse de alguna forma.
O eso ocurriría si Giotto alguna vez se molestara en escucharlo.
-Te dije que era una trampa -gruñó G de forma que sólo su Jefe pudiera oírlo.
-Ahora que lo mencionas…
Giotto parecía divertido. Si bien acababan de ser emboscados por un grupo de mafiosos a los que pretendían ellos mismos engañar, no se veía en lo más mínimo consternado por la situación. Parecía tener plena confianza en que las cosas resultarían como quería, a pesar de todo.
-Podemos improvisar. Todo saldrá bien, G.
El Guardián intentó lanzarle una mirada asesina, pero nunca lograba que se vieran convincentes cuando iban dirigidas a su amigo.
-Lo haces a propósito. No creas que no me he dado cuenta -murmuró, tratando de sonar lo más molesto posible. Al menos eso sí se escuchaba creíble.
Giotto sólo sonrió de lado, sin decir nada. Desde luego que lo hacía a propósito. Era la forma en que funcionaba su relación. G intentaba ayudarlo, y él terminaba haciendo lo que se le daba la gana, generalmente ignorando el consejo del otro. En un principio no había sido así, desde luego. Giotto sencillamente era de esa forma. Pero luego de descubrir lo mucho que le molestaba eso a su amigo de la infancia, ignorarlo había comenzado a volverse una costumbre intencional.
Y cómo la disfrutaba. Su sonrisa se ensanchó.
-Vamos a hablar de esto luego -amenazó G. Pero Giotto sabía que eso no ocurriría. Siempre que intentaba tener una de esas conversaciones con él, las cosas terminaban de otra manera (y honestamente, así lo prefería él, sin duda alguna).
-Definitivamente estaré esperando esa conversación.