"Su cuerpo estaba hambriento" 8DDDD.
Título: La mejor decisión.
Fandoms: Katekyo Hitman Reborn!/One Piece.
Claim: Tsuna.
Advertencias: Spoilers de One Piece hasta el capítulo 594, inclusive. AU-Crossover, con lo que no hay spoilers de KHR aún.
Notas: Después de muchos traumas por la dichosa frase *señala el título de la entrada* pude escribir la continuación de Una oferta que no podrás rechazar. Gosh, chicas, no saben cómo me auto-traumé, y cómo me traumaron ustedes dos *gota*. ¡Oh! Y lo siento si llegando al final me enredé mucho o la conclusión de Tsuna se ve muy precipitada... Es que la mitad del fic la escribí LUEGO de darme cuenta de la frase, y como que no andaba muy coherente 6///6U.
Y SÍ, CHICAS, SAQUÉ LA FRASE DEL FIC. NO JODAN (?).
Sus ánimos de comer se acabaron luego de la conversación con su tutor. Al final había regresado a su cuarto casi sin tocar el dichoso desayuno.
La próxima vez le diría a Reborn que se guardase sus malas noticias para después de comer.
-¿Qué voy a hacer? -murmuró.
-Aceptar o rechazar la oferta es algo que queda absolutamente en tus manos. No me pidas ayuda -avisó Reborn, adivinando lo que su estudiante iba a decir luego.
-¡¿Por qué siempre quedan en mis manos estas cosas?! -se quejó Tsuna, revolviéndose el cabello con frustración-. No entiendo nada sobre la situación, ¿cómo se supone que voy a decidir?
-No es el momento de entrar en detalles, eso podrás hacerlo luego de escoger.
¿Y cómo iba a saber qué era lo mejor, lo correcto? Esas cosas no eran una broma. ¡Shichibukai! ¡A su edad! ¿Cómo podía estar siquiera seguro de que eso no era un sueño (o una pesadilla, mejor dicho)?
Es cierto, había tenido sueños increíblemente realistas (y fantásticos al mismo tiempo) antes. ¿Tal vez…?
-Estás despierto, no te molestes.
Tsuna miró a su tutor, sorprendido de que hubiera adivinado lo que estaba pensando, pero también decepcionado ante la confirmación de que estaba despierto. Su realidad resultaba más extraña que sus sueños, a decir verdad.
-Reborn… -Tsuna ya sabía qué ocurriría si le pedía directamente ayuda a su tutor, por lo que optó por algo más simple. Estaba aprendiendo- ¿Qué ocurrirá si decido aceptar el puesto?
-Estarías poniendo a toda la familia a disposición del Gobierno Mundial -explicó el Arcobaleno-. Pero si no lo haces, posiblemente los persigan. En cuanto se recuperen, claro.
En definitiva, su decisión estaba entre “lo malo y lo peor”. Qué reconfortante.
Tsuna siempre había creído que el Gobierno Mundial era bueno. Al menos hasta que conoció a Reborn, y cada día, con cada aventura y con cada encuentro, fue conociendo verdades acerca de esa institución que no tenían nada de buenas. Y tenía muy en claro que aún no conocía lo peor.
Lo que no quitaba que fuera difícil de asimilar. Toda una vida de confiar en algo ciegamente y resguardarse en eso, para que luego la verdad saliera a la luz, tan repentinamente, mientras él se iba envolviendo cada vez más con el mundo del crimen.
Y justo en aquel momento, cuando creía que podría descansar, el Gobierno decidía fijarse en él. ¿Por qué justamente en él? ¿Por qué en la Mafia? Había cientos de piratas poderosos en el mundo. Mierda, incluso tenía uno entre sus amigos (porque no, no eran su “familia” al estilo mafia). ¿Por qué fijarse en el idiota que no había salido de su pequeña y desconocida isla en East Blue?
Cerró los ojos, como tratando de forzar a su mente a tomar una decisión en lugar de distraerse mirando el piso. Y se obligó a recordar todas las cosas que sabía del Gobierno. Se obligó a recordar la Guerra, se obligó a recordar la forma en que Reborn se la había explicado, se obligó a revivir en su cabeza las imágenes que había visto desde la televisión exclusiva de la Mafia, aún cuando se había rehusado en un inicio.
Y se dio cuenta que no estaba pensando en esas cosas porque sí. No estaba intentando convencerse de nada. Su mente, al contrario, ya había tomado una clara decisión.
-No quiero trabajar para ellos.
Reborn sonrió. Eran Mafia después de todo. ¿Qué gracia tenía estar en la clandestinidad si iban a seguir las reglas de ese Gobierno?
-Ahora tendrás que pensar qué hacer luego. La debilidad del Gobierno no va a durar tanto como el mundo cree.
Tsuna puso una de sus cómicas caras.
-¡¿No puedes dejarme descansar por hoy?!
Fandoms: Katekyo Hitman Reborn!/One Piece.
Claim: Tsuna.
Advertencias: Spoilers de One Piece hasta el capítulo 594, inclusive. AU-Crossover, con lo que no hay spoilers de KHR aún.
Notas: Después de muchos traumas por la dichosa frase *señala el título de la entrada* pude escribir la continuación de Una oferta que no podrás rechazar. Gosh, chicas, no saben cómo me auto-traumé, y cómo me traumaron ustedes dos *gota*. ¡Oh! Y lo siento si llegando al final me enredé mucho o la conclusión de Tsuna se ve muy precipitada... Es que la mitad del fic la escribí LUEGO de darme cuenta de la frase, y como que no andaba muy coherente 6///6U.
Y SÍ, CHICAS, SAQUÉ LA FRASE DEL FIC. NO JODAN (?).
Sus ánimos de comer se acabaron luego de la conversación con su tutor. Al final había regresado a su cuarto casi sin tocar el dichoso desayuno.
La próxima vez le diría a Reborn que se guardase sus malas noticias para después de comer.
-¿Qué voy a hacer? -murmuró.
-Aceptar o rechazar la oferta es algo que queda absolutamente en tus manos. No me pidas ayuda -avisó Reborn, adivinando lo que su estudiante iba a decir luego.
-¡¿Por qué siempre quedan en mis manos estas cosas?! -se quejó Tsuna, revolviéndose el cabello con frustración-. No entiendo nada sobre la situación, ¿cómo se supone que voy a decidir?
-No es el momento de entrar en detalles, eso podrás hacerlo luego de escoger.
¿Y cómo iba a saber qué era lo mejor, lo correcto? Esas cosas no eran una broma. ¡Shichibukai! ¡A su edad! ¿Cómo podía estar siquiera seguro de que eso no era un sueño (o una pesadilla, mejor dicho)?
Es cierto, había tenido sueños increíblemente realistas (y fantásticos al mismo tiempo) antes. ¿Tal vez…?
-Estás despierto, no te molestes.
Tsuna miró a su tutor, sorprendido de que hubiera adivinado lo que estaba pensando, pero también decepcionado ante la confirmación de que estaba despierto. Su realidad resultaba más extraña que sus sueños, a decir verdad.
-Reborn… -Tsuna ya sabía qué ocurriría si le pedía directamente ayuda a su tutor, por lo que optó por algo más simple. Estaba aprendiendo- ¿Qué ocurrirá si decido aceptar el puesto?
-Estarías poniendo a toda la familia a disposición del Gobierno Mundial -explicó el Arcobaleno-. Pero si no lo haces, posiblemente los persigan. En cuanto se recuperen, claro.
En definitiva, su decisión estaba entre “lo malo y lo peor”. Qué reconfortante.
Tsuna siempre había creído que el Gobierno Mundial era bueno. Al menos hasta que conoció a Reborn, y cada día, con cada aventura y con cada encuentro, fue conociendo verdades acerca de esa institución que no tenían nada de buenas. Y tenía muy en claro que aún no conocía lo peor.
Lo que no quitaba que fuera difícil de asimilar. Toda una vida de confiar en algo ciegamente y resguardarse en eso, para que luego la verdad saliera a la luz, tan repentinamente, mientras él se iba envolviendo cada vez más con el mundo del crimen.
Y justo en aquel momento, cuando creía que podría descansar, el Gobierno decidía fijarse en él. ¿Por qué justamente en él? ¿Por qué en la Mafia? Había cientos de piratas poderosos en el mundo. Mierda, incluso tenía uno entre sus amigos (porque no, no eran su “familia” al estilo mafia). ¿Por qué fijarse en el idiota que no había salido de su pequeña y desconocida isla en East Blue?
Cerró los ojos, como tratando de forzar a su mente a tomar una decisión en lugar de distraerse mirando el piso. Y se obligó a recordar todas las cosas que sabía del Gobierno. Se obligó a recordar la Guerra, se obligó a recordar la forma en que Reborn se la había explicado, se obligó a revivir en su cabeza las imágenes que había visto desde la televisión exclusiva de la Mafia, aún cuando se había rehusado en un inicio.
Y se dio cuenta que no estaba pensando en esas cosas porque sí. No estaba intentando convencerse de nada. Su mente, al contrario, ya había tomado una clara decisión.
-No quiero trabajar para ellos.
Reborn sonrió. Eran Mafia después de todo. ¿Qué gracia tenía estar en la clandestinidad si iban a seguir las reglas de ese Gobierno?
-Ahora tendrás que pensar qué hacer luego. La debilidad del Gobierno no va a durar tanto como el mundo cree.
Tsuna puso una de sus cómicas caras.
-¡¿No puedes dejarme descansar por hoy?!