{viñeta: labios} (original: h.o.r.r.o.r.)
personajes. aida lassie, nina rogers, patsy patz, rita trent, holly opal, paul wattz.
tabla.
básica.
notas/advertencias. algo fluff, supongo, y posibles spoilers.
palabras. 390.
Rita sonríe, abrazada de sus rodillas, y mira por la ventana. Remoja sus labios con su lengua y se estremece. Sonríe más, aspirando el aire como si fuera urgente una buena respirada y lo exhala como una adolescente enamorada haría.
-¿Qué tiene Rita? -pregunta Aida, dándole un sorbo a su café con leche y canela.
Holly chasquea la lengua, haciendo un gesto rápido con la cabeza.
-Está enamorada.
Aida abre vien los ojos. ¿Enamorada? Pero si no hay...
-¿Cómo?
-Bueno. -Nina se cuela en la conversación, rodando los ojos. -Rita siempre ha estado más allá que acá. No sé si me comprendas...
-¿Le gustan las mujeres? -Aida casi tira su café por el asombro. Si fuera verdad no se alarmaría, más bien la apoyaría y aceptaría sus decisiones y preferencias, pero cualquiera reaccionaría así si te lo dejan caer como una bomba.
Rita se ríe desde donde está y niega con la cabeza, suspirando al final.
-No, tonta. -Holly sonríe. Toma una galleta de canela y azúcar de la mesita del café y la muerde. -Lo que quiso decir Nina es que Rita está fumada. Le faltan tornillos. Está chalada, loca, zafada. Está más allá que acá. Si sabes a lo que me refiero, y sé que lo sabes.
La chica de cabellos castaños asiente, mirando su café. Tonta. Ha pensado por un instante que a Rita, a la filósofa y fumada Rita, le gustaban las mujeres. Y no. Eek. No.
-¿Entonces? -pregunta. Holly se lleva una mano a la frente. Patsy sonríe marcando perfectos hoyuelos en sus mejillas detrás de su novela rosa, y niega con la cabeza.
-Se enamoró de un horror-bot.
A Aida termina por caérsele el café.
-Yo lo limpio. -la chica vestida de rosa, Patsy, deja su novela en el sofá y camina hacia la cocina para llegar a la lavandería.
Pero Aida se queda así, sosteniendo un café inexistente. No porque le sorprenda el hecho de que Rita, la fumada Rita, está enamorada. Y menos de un horror-bot. Sino el hecho de que si Rita cayó, sí, Rita, Rita la que amaba la vida más que a sus padres, y el hecho de que se haya enamorado de algo no-tanto-material-pero-material-porque-sí.
(Y porque sabe que, quiera o no, al oír esas palabras, la única cosa que pasó por su mente fue la carita de Paul.)