Sam era bueno con las matemáticas, la historia principalmente e incluso sabía algo de literatura, después de todo leía mucho. Pero si había algo con lo que era horrible, eso eran las fechas.
Su padre estaba muerto y de hecho no se acordaba con exactitud cuando había muerto, o la fecha en que nació su madre, ni siquiera su cumpleaños. Dean siempre se las recordaba, constantemente.
-Y yo que pensaba que tenías memoria de elefante Sammy, en serio tantas novelas románticas ya te comieron la parte masculina del cerebro.-le dijo una vez su hermano.
Sin embargo, Sam en cuestión si recordaba una fecha muy importante para él, el cumpleaños de Dean. El veinticuatro de enero.
Él tenía siete años cuando sucedió, y de hecho es una de las imágenes mas vulnerables que logró ver de su hermano. Eran el veintitrés de febrero, Dean andaba de buen humor sin ninguna razón aparente. Normalmente peleaban por quien se quedaba con el juguete de los Lucky Charms y por la programación de la televisión pero esos días era diferentes. Dean no peleaba, simplemente hacía las cosas por gusto.
Incluso le ofreció un emparedado de pavo, su favorito.
-Estas raro.-le dijo Sam mientras recibía el emparedado pero Dean solo sonrió y le ignoró.
Entonces pasó un día, se durmió temprano porque sabía que su papá no llegaría hasta bien tarde, sin embargo esa noche por alguna razón no pudo evitar despertarse, las luces de la sala estaban prendidas y se escuchaban voces…una lloraba. El motel no era grande y solo había una separación entre la habitación con las camas y la sala.
Lentamente y en silencio se destapo y caminó hasta el marco de la puerta, tratando de oir mejor lo que estaba pasando.
-Hijo, lo siento mucho.-era la voz de su padre, asomó un poco mas la cabeza y se encontró con Jhon pasando su mano por el cabello de Dean.-Lo siento mucho, estaba herido y no tuve tiempo para….
-Está bien, esta bien papá.-balbuceo Dean, tratando de ahogarse sus lágrimas.
Jhon se arrodillo frente a su hijo, mientras le secaba las lágrimas.-¿Y si lo compramos mañana? Seguro que a Sammy no le importaría quedarse un día mas.-
Dean sintió levemente, mientras se llevaba sus manos pecosas a sus ojos, tratando de no llorar. Sam no comprendía que pasaba, su hermano estaba feliz hasta hace unas horas, su hermano era valiente y lo cuidaba.
Su hermano no lloraba.
Al día siguiente pasaron a una panadería y compraron un pastel de crema con manjar, Dean lucía feliz. No tan feliz como los días anteriores pero mas calmado al menos.
Solo entonces cayó en la cuenta que era el cumpleaños de su hermano.
***
-¡Hey Sammy!-le saludó con energía Dean, mientras su hermano entraba en el motel.-¿Cómo te fue con los ratones en la biblioteca?-
Sam solo rodó los ojos y dejó el libro que traía encima de su cama, entonces le entrego una bolsa de plástico a su hermano. Dean le miró extrañado-¿Qué és?-
-Un pastel.-le respondió Sam.
Dean sonrió con energías mientras desenvolvía la bolsa y contemplaba con delicia el pastel de chocolate que su hermano había traído.-¿Y que celebramos Sammy? ¿Qué por fin te tiraste a una chica?-
Sam rió entre dientes mientras ponía los ojos en blanco.-Nada en particular, solo supuse que tenías hambre.-
-Bueno, perdiste porque solo te daré un pedazo.-le respondió haciendo que Sam simplemente sonriera.
Porque tal vez Sam no fuera muy bueno con las fechas pero era el único que se daba cuenta cuando Dean Winchester estaba de cumpleaños, habían pasado por tanta mierda. Ángeles, demonios, brujas, el apocalipsis que Dean simplemente se olvidaba de celebrar ese tipo de cosas. Tal vez se acordara de los funerales, el cumpleaños de Sam pero ¿Qué sentido tenía si no se celebraban? Ni se acordaba de su propio cumpleaños.
Sin embargo, Sam si lo hacía y tal vez no quería poner a su hermano en un estado emocional pero hacía lo que podía, solamente para hacerlo sentir mejor.
Siento que me quedo extraño pero me gustó como quedo :)