Título: ¿Oiste lo que le sucedio a Martin Watson?
Género:Gen.
Rating: General.
Advertencias: Violencia pero nada explítcito.
-¡Dean, te pasaste de la raya!-le gritó Sam detrás de su hermano, que estaba terminando de arreglar la inmensa abolladura del impala.
-¡Él golpeo a mi bebé!-se defendió Dean con voz agresiva, Sam solo puso los ojos en blanco y se dirigió al motel, listo para empacar y apenas llegara su padre y largarse de esa ciudad.
Todo comenzó dos días atrás, cuando Dean hacía lo que solía hacer cuando eran nuevos en la secundaria. Se saltaba las clases y intentaba ligar con la chica mas bonita que pillara pero esa vez era diferente, porque no solo no logró ni quiera besar a ninguna chica sino que le destrozó la cara a un chico de la secundaria.
Martin Watson era el capitán del equipo de baloncesto, rubio platinado, alto y de hombros anchos, una voz y un rostro como si fueran de modelos, cuando pasaba por los pasillos las chicas se le quedaban mirando por la hermosura que desbordaba, incluso Sam admitió que el tipo es cuestión parecía ser muy “genial”.
Le sacaba los nervios, quería arrancarse el cabello cada vez que escuchaba “Martin esto..” “Martin aquello”. Ganas de vomitar.
Y podía lidiar con eso, podía lidiar con la puta perfección del maldito. Incluso podía lidiar con que Sam lo admirara, lo cual era lo que mas le cabreaba.
En fin, ese día iba saliendo de la secundaria, con toda la intención de largarse al motel y ver películas de Cowboys todo el maldito día, Sam seguro iba a ir a la biblioteca o algo…Dios su hermano no sabía como matar el día.
Pero entonces sucedió, fue sumamente extraño. Estaba apunto de poner las llaves del impala y montarse en él, Sam le seguía por detrás, y entonces lo escuchó.
-¡Hey Winchester y ese trasto viejo de donde lo sacaste!-le gritó Watson quien estaba rodeado con su grupo de amigos.
Lo siguiente que paso fue Dean sobre Watson, golpeando su rostro contra el asfalto y exigiéndole que pidiera perdón pero el “modelo” lo único que hacía era lloriquear. Nadie se atrevió a hacer nada, no en el estado en que se encontraba Dean Winchester, como una bestia. Bueno excepto Sam.
-¡Dean!-lle llamaba-¡Dean suéltalo ya!-intentó tomarle del brazo y tirarlo hacía él pero Dean lo empujó ligeramente, haciendo que Sam cayera contra el asfalto de cara.
Hubo un montón de sangre.
-Eres un idiota Dean, apenas tienes dieciocho años y ya te persigue la policía ¿Todo por qué? Porque un imbécil dijo algo sobre tu auto.-le regaño Jhon, Dean no decía nada y se comía el regaño-Mira como le dejaste la nariz a tu hermano.-
Dean miró de reojo a Sam, este tenía la nariz algo hinchada.
-No es nada papá, no duele.-le respondió Sam rápidamente.
Esa noche mientras terminaban de poner empacar los bolsos, Dean se acercó a su hermano.
-Sabes que lo siento, ¿No?-le preguntó con algo de culpa. Sam solo asintió ligeramente.
-La próxima vez solo trata de controlarte cuando alguien diga algo sobre el impala, no quiero que termines en prisión uno de estos días.-
Dean solo se encogió de hombros, ¿Es que nadie entendía lo perfecta que era su bebé? Tal vez solo él podía verlo pero eso no importaba, la próxima vez trataría de controlarse y no golpear a Sam en el proceso.
Aunque en su interior, lo volvería hacer, claro sin golpear a Sam pero para él, ese Martin Watson tuvo lo que se merecía.
Es que nadie simplemente insultaba a su auto y se libraba como si nada.
Nadie.