Autor:
darkluthienFandom: Propio
Claim: Gabrielle
Tabla:
The TablaTema: #10 - Aroma
Título: Rosas
Aroma.-
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Anastashia se encontraba en la biblioteca terminando de leer un libro, se encontraba sola, aprovechaba los rayos del sol que entraban por los grandes ventanales de la biblioteca del castillo Van Garrett. De pronto, la puerta se abrió y tras esta apareció Zerg quien llevaba puesto un abrigo y en su brazo derecho, el abrigo de ella.
Había pasado una semana desde que ellos se habían dejado llevar por sus pasiones, y pasaran la noche juntos.
- ¿Abrigos? - Dijo al tiempo que lo miraba con curiosidad.
- Hace un día lindo - Dijo él mientras se acercaba a ella rápidamente y le colocaba el abrigo por sobre los hombros y señalaba hacia afuera - ¿No pensarás quedarte todo el día leyendo, no?
- No pero… el abrigo me hace pensar que quieres ir lejos - Susurra.
Zerg asiente al tiempo que le besa suavemente la mejilla - Quizás lleguemos por la tarde.
- ¿Mi padre sabe? - Dijo Anastashia mientras le acariciaba el rostro suavemente.
- Salió hace un rato - Sonríe divertido el joven - Volverá recién dentro de cuatro días.
Anastashia rodó los ojos, su padre siempre salía sin avisarle antes, pero ya estaba acostumbrada.
- Esta bien entonces, tenemos bastante tiempo… - ella deja el libro sobre la mesa, levantándose con movimientos gráciles, lo mira suavemente y estira sus brazos hacia él, sonriendo. Zerg pronto se acerca a ella y la toma entre sus brazos, levantándola un poco, de forma cariñosa. Anastashia le besa la mejilla suavemente, prolongando la caricia.
- ¿Qué leías? - Pregunta Zerg curioso, sonriéndole suavemente, al tiempo que le acariciaba la espalda.
- Un libro sucio - Respondió Anastashia sonriendo divertida, esperando la reacción de su novio.
- ¿Sucio? - Repitió él.
- Si… tu sabes, historias sucias - Sonríe divertida al tiempo que le besa el cuello.
- Una señorita no debería leer esas historias - Dijo él mientras le acariciaba el rostro, sonriéndole suavemente.
- Entonces no me culpes a mi por los libros que compra mi padre - Ríe divertida luego de su comentario.
Zerg rio suavemente - Vaya a saber en que estaba pensado…
Anastashia ríe divertida, de seguro Zerg había tenido una imagen mental, relacionada con su padre - Prefiero no saberlo - Ella lo mira suavemente, besándole la mejilla con cariño, tratando de cambiar el tema - ¿Me besas?
Zerg con suavidad, la abraza y la besa con cariño, ella corresponde el beso, al tiempo que le acaricia el rostro suavemente. El joven coloca sus manos sobre la cintura de Anastashia, aferrándola por la cintura, ella le acaricia los hombros incitándolo a seguir, pero Zerg corta el beso suavemente el beso, algo decepcionada, Anastashia lo mira, Zerg solo le sonreía.
- Lees historias sucias y se te vienen ideas… ¿Ah?
- Algo así - Ríe suavemente, besándole el cuello, susurrando contra la piel del joven - ¿Dónde querías llevarme?
Zerg la mira sonriendo, acariciándole la cintura con ambas manos - A un lugar a unas horas de aquí… lo conocí mientras viajaba.
- ¿Vamos? - susurró ella.
Zerg asiente, acariciándole despacio la espalda mientras la guía fuera de la biblioteca. Anastashia se deja guiar, pero se sentía curiosa, por lo que se giro un poco hacia él y pregunto.
- ¿Cómo es ese lugar?
- Sorpresa - Responde él, ella sonríe simplemente. Tomándole la mano, Zerg la acaricia con sus dedos.
Luego de algunas caricias robadas, Anastashia se da cuenta de que Zerg la lleva hacia los establos, en donde había una carrera preparada para el viaje. Ella sube con cuidado, colocando el abrigo sobre sus piernas. Zerg se sienta a su lado, tomando las riendas, guiando la carreta a las afueras del castillo Van Garrett, hacia el sur. El tiempo pasa mientras la carreta va avanzando en su viaje.
Anastashia observa alrededor, maravillándose con la belleza del lugar, luego de pasar por un valle, y dejar la carreta atrás, llegan caminando hasta un campo de rosas, era muy peculiar, pues al parecer este no era natural, ya que se encontraba en medio de la nada.
- Es tan bello - Sonríe impresionada
Zerg la abraza, tomándola de la cintura, él se veía alegre por verla sonreír - ¿Verdad que lo es?
Zerg la toma de la mano con ternura, guiándola hasta estar en el medio del campo. Allí el aroma de las rosas se concentraba y era casi un sueño. Ambos se sentaron en medio del campo, relajándose y acariciándose.
Comieron ahí lo que Zerg había escondido en la carrera como parte de la sorpresa.
Sin duda fue una de las mejores tardes con él.
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Sin duda el aroma de las rosas se grabo en mis recuerdos. Las rosas y su aroma siempre me harán recordar esa tarde que pase con él.
Nunca más pude regresar a ese campo, no sabia el camino… quizás necesitaba que Zerg me guiara hasta él, pero eso era algo imposible.