La Fiesta

Jan 08, 2007 17:19

La Fiesta

Autora: Anasyx

Disclaimer: Que no son miiios que si no Cuddy y House se hubieran liado desde el primer capitulo. Son de David Shore (que se nos está yendo por el mal camino) y de mi futuro marido Bryan Singer, así que pronto serán míos por ley.

Resumen: Una fiesta de Halloween en el hospital.

Nota: Perdonar si estan muy OOC y un poco edulcorado al final. Cuando pongo ***** es porque en el foro está publicado por partes y tal vez al leerlo todo seguido queda un poco raro en esos puntos.

Dedicatorias: A las del foro de House por sus comentarios y desvaríos sobre los disfraces: angi (por darme la idea e insistir que lo hiciera), xuanny87, Regi, Gala, hilda, Ninfa, d**ni, Ester_92, Sylvita92, Dra.Dolly_Haze... Bueno, a todas las huddys en general.



No sabía como había ocurrido eso, pero se juró despedir a quien le hubiera propuesto esa idea. Se debería despedir ella misma por llevarla a cabo. Pero ya era demasiado tarde. Los carteles estaban colgados por todos los departamentos del hospital y ya no había vuelta atrás.

Como si la gente tuviera 10 años en el Hospital Universitario Princeton-Plainsboro, hospital que ella, Lisa Cuddy, dirigía iba a albergar una fiesta. Pero no una fiesta cualquiera, no, si se hacían las cosas se debían de hacer bien. Nada de vestidos que costaban miles de dólares para ponérselos esa noche y dejarlos en el fondo del armario hasta que hubiera otra ocasión acorde para ponérselos otra vez. De eso nada. La persona que le había dado la idea lo pensaba así. Era algo así como una fiesta temática. De Halloween.

En el hospital Princeton Plainsboro en menos de una semana se iba a hacer una fiesta de Halloween. De disfraces para más señas.

Para serenarse y no pensar más en ello hasta que fuera a la tienda de disfraces a alquilar un disfraz se puso a trabajar. Facturas y más facturas. Algunas quejas de la jefa de enfermeras por algún medico que no las trataba bien y que necesitaban más personal. Eso ya lo sabía ella, pero por culpa de House perdieron unos jugosos 100 millones de dólares y no se podían permitir más gastos de los necesarios. Se tendrían que conformar con las que había durante un tiempo.

La hora de comer se estaba acercando y Cuddy decidió dejar los informes a un lado e ir a la cafetería del hospital. Tenía una reunión con nosequé patrocinador de un medicamento nuevo en una hora y aunque odiaba esas reuniones porque unas personas le intentaban vender un medicamento que no necesitaban y ella con una sonrisa les tenía que decir que no.

Cogió el ascensor para bajar a la planta baja, que era donde estaba la cafetería. En una planta paró para que subieran más personas que la saludaron con una sonrisa o un movimiento de cabeza. Cameron, Foreman y Chase se encontraban entre ellos. Cameron se puso a su lado.

-No sabía que iba a acceder a mi petición -le dijo susurrando.
-Tu petición? -Cuddy no sabía a lo que se refería.
-Lo de la fiesta de disfraces en Halloween. Seguro que esto alegrará a la gente que está enferma.

Cuddy pestañeó varias veces. La chica no se había enterado. La fiesta no era para los enfermos, sino para el personal del hospital. Y estos no se iban a meter en las habitaciones con los enfermos para contarles historias de miedo, si era eso lo que Cameron pensaba que iban a hacer.

-Doctora Cameron, esto es solo para el personal del hospital no para los enfermos. Las personas que tengan guardia esa noche se vestirán normalmente y la fiesta será en el salón de actos del hospital.
-Pero yo pensaba... -se paró de pronto y suspiró- No importa.

Podría haberle dicho que los pacientes que no estuvieran muy graves se podrían unir a la fiesta pero aunque el salón de actos era bastante grande dudaba que pudiera albergar a médicos, enfermeras, auxiliares... más los pacientes. Si Cameron la miraba dolida no era culpa suya. La culpa era de ella por haberle propuesto la idea y no habérsela explicado bien.

Las puertas del ascensor se abrieron en la planta baja y todos salieron. Cuddy se dirigió a la cafetería un poco enfadada con Cameron y consigo misma. La chica le caía bien pero le parecía un poco mayor para ir pidiendo fiestas de disfraces. Y todavía no sabía como ella había accedido a hacerla. Debía estar borracha o algo. Sí, eso era. Una reunión de la que acabó con dolor de cabeza y enfadada con la gente que estaba en ella. Una botella de licor que guardaba en su despacho. Seguramente Cameron fue en ese momento y sin darse cuenta de que ella no estaba en condiciones de decidir nada, o tal vez lo sabía y se aprovechó de ello, le propuso lo de la fiesta. Cuddy lo apuntaría en un papel que se traspapeló y cuando se quiso dar cuenta ya estaba el prototipo de cartel en su mesa para que diera su visto bueno y luego poder colgarlos por todo el hospital.

Pidió sopa y ensalada. De postre un plátano. No estaba a dieta, pero ese día no tenía ganas de nada más. Buscó una mesa libre y se sentó en ella.

Miraba a un punto indeterminado entre McJones, el oculista y Smith la pediatra que estaban en la mesa de enfrente. Muy acarameladitos se podría decir. Recordó vagamente que los dos estaban divorciados. Habría surgido una pareja en sus hospital? Que suerte tenían algunas, no porque McJones fuera guapo, sino porque al menos Smith ya no estaría sola. Como ella.

Había que llevar acompañante a la fiesta? De eso no se acordaba pero suponía que sí. Eso significaba deprimirse un poco más al no tener nadie que le acompañara. Su vida social se limitaba al hospital también. Algún conocido pero tampoco le iba a decir que se vistiera de hombre lobo para que le acompañara al a fiesta. Bueno, estaba más bien sola que mal acompañaba, se decía a veces.

-Que tal jefa?

Sobre todo si la compañía andaba con un bastón y se llamaba Gregory House.

*******

Sin dejarla contestar se sentó en la silla de delante, frente a ella, poniendo su bastón entre sus piernas. Cuddy gruñó por lo bajo. Sabía lo que pasaría y no estaba de humor para la ironía de House en esos momentos. Así que ni siquiera le dirigió una mirada y se concentró en la ensalada que estaba comiendo.

-Un mal día?

Estaba confirmado. House no sabía pillar una indirecta ni aunque se la pusieran delante de sus narices con un cartelito que pusiera 'indirecta'. Al final suspiró y se dispuso a enfrentarse a él. Si House necesitaba su ración de tira-y-afloja diaria con ella, tampoco se iba a negar. Además tenía que confesar que a ella también le apetecía descargar su frustración con alguien e ir tranquila a la reunión que tenía en media hora.

-Desde cuando te preocupas por mi bienestar, House?

Vale, se había pasado un poco para ser su primer comentario y vio una mueca de dolor cruzar por un segundo la cara de House. Tal vez había sido un espejismo porque al momento puso una mueca pensativa.

-Bueno, ya sabes, me preocupa tu salud, sobre todo cuando sé que a veces vas a jugar al tenis con esa faldita tan corta. Te podrías constipar.
-Y yo te diría que cuidado donde pones el bastón, podrías dañar alguna zona importante de tu anatomía -sonrisa irónica- Ves? Yo también me preocupo por ti.

Ambos se quedaron en silencio un momento, comiendo lo que tenían en sus bandejas. House parecía que cortaba su ensalada más, pero no, Cuddy vio como debajo de las hojas de lechuga y los tomates habían varios trozos de carne.

-Dime que eso lo has pagado -dijo escandalizada.

Aunque luego pensó que tampoco debería de estar tanto, porque ya sabía como era House y las cosas que hacía por tener más dinero. Sus famosas apuestas eran de dominio público en el hospital.

-Bueno... ya sabes... -con cara de circunstancias- un pobre cojo como yo no se puede permitir este tipo de lujos, no sabes lo que me cuestan los medicamentos.
-Pero si solo tomas vicodinas y te cuestan gratis gracias a Wilson.
-Si bueno... el bueno de Jimmy... Sabes que hay una fiesta en el hospital? Que ilu!!

Pareciera ridículo o no, House estaba dando saltitos en la silla. Cuddy bajó la cabeza un poco para que no la viera sonreír. No podía enfadarse con él. O si que podía pero el enfado no le duraba mucho. No importaba si estuviera enfadada porque le hacía pruebas innecesarias a un paciente y costaba dinero para el hospital o porque no pasaba sus consultas. House hacía una tontería como aquella y ese enfado se disipaba en pocos minutos.

-No me estarás cambiando de tema? -preguntó suspicaz.
-Yo? -exageró la voz- Que cosas dices jefa, nunca haría algo parecido. Pero es de lo que se habla en el hospital. Al menos en los pasillos, en los baños se habla de tus escotes.

Siempre picándola. Retándola para continuar ese juego que empezaron desde hace demasiado tiempo y que no sabían, o no querían, acabar.

-Así que los chicos también vais en grupo al baño? Que machotes. Y para tu información, House, sí, va a haber una fiesta gracias a Cameron que no se como me convenció para hacerla.
-Cameron, mi Cameron? Mujer, te creía mas lista para hacerle caso a ella. Ya sabes como es, se pone sus lentillas de color de rosa y vive en su mundo de fantasía donde todo el mundo es bueno y yo estoy enamorado de ella. Cosa que no es verdad, claro. A mi me gustan con más escote... digo... eso.

Cuddy se había acabado la ensalada y bebía agua cuando House había dicho eso. Casi se atragantó y se convirtió en un aspersor humano, pero por suerte no perdió su compostura ante House. De lo que no pudo librarse fue de un ataque de tos. Decidió que si se comiera el plátano que tenía como postre sería una locura con la dirección que estaba tomando la conversación

-Mujer, no lo decía por tus escotes, sino los de ciertas señoritas que vienen a mi casa de vez en cuando a jugar... al poker.
-Seguro... -puso los ojos en blanco mientras respiraba profundamente para que se le pasara la tos.
-Cualquier día te presento a una, os podríais intercambiar la ropa como si fuerais amigas. Seguro que a los hombres del hospital y algunas mujeres no les importaría tu cambio de vestuario.

Ella se miró el reloj. Era casi la hora de la reunión y tenía que pasar por su despacho para coger unos papeles. Así que con una sonrisa de cortesía se levantó de la mesa dispuesta a irse.

-Esta conversación está muy interesante pero tengo una reunión ahora.
-Tsk, tsk... dejar a un pobre cojo que coma solo, no es propio de un medico y menos de la directora del hospital.
-House, tengo prisa y no tengo tiempo para tus ironías. Además, no tienes consulta?
-Uno de mis chicos la hace por mí -dijo poniéndose un trozo de carne en la boca- Los tengo castigados. La última paciente que tuvimos se nos murió. Una lastima porque tenía una gran... personalidad.

No quiso aguantar más comentarios sexistas por parte de House así que se dio media vuelta para coger el ascensor e ir a su despacho. Pero parecía que esos no eran los deseos de él porque le siguió hablando.

-Y oye Cuddy, esa fiesta que has preparado... como es?

Suspiró profundamente. Podía irse tranquilamente y no contestar a su pregunta. Estaba en su derecho. La reunión iba a empezar en pocos minutos. Pero... hablar con House era mucho más tentador que otra cosa. Tal vez era por el hecho de que no quería pasarse dos horas en una habitación haciendo esfuerzos por no bostezar mientras le exponían las virtudes del medicamento.

-Que como es la fiesta? -brazos en jarra mientras se giraba- Pues una de Halloween normal y corriente. O acaso tu nunca has ido a ninguna?
-No somos mayorcitos para este tipo de fiestas? También habrán globos de colores y pegatinas con nuestros nombres?
-Eso pregúntaselo a Cameron, la idea fue de ella -dijo suspirando- Por cierto, se puede traer pareja.
-Me ha sonado a indirecta, doctora Cuddy. Acaso te estás insinuando? Que sepas que te puedo denunciar por acoso sexual, nadie se puede resistir a los encantos de Greg!!
-Ni en tus sueños, House.
-Vaya! Yo que te lo iba a pedir. Ya sabes, ser la pareja de la directora del hospital te da más nivel.

Cuddy estaba a punto de decirle algo pero a House en ese momento le sonó el busca y lo miró.

-Es Cameron, seguramente sabe que te quería pedir que fueras mi pareja en el baile y no quiere que lo haga. Territorialidad y esas cosas. Cosas de chicas, seguramente habrás pasado por eso alguna vez. -dijo levantándose con ayuda del bastón y yendo donde estaba Cuddy se acercó a ella y le susurró al oído- A las siete te pasaré a buscar, sé que te gusta tenerlo todo controlado antes de que empiece.

Aún faltaban cinco días para ese día pero Cuddy rezó para que se le pasaran lo más pronto posible. Mientras entraba en el ascensor notó como tenía el estomago lleno de mariposas. No había sentido esa sensación desde hacía tiempo y estaba tan asustada como en esos momentos. House solo era House, nada más. Que la acompañara al baile no quería decir que quisiera algo más.

Día del baile

Los días habían pasado más rápido de lo que Cuddy hubiera podido imaginar. Todavía notaba la barba de House raspándole la mejilla con esa invitación susurrante al la fiesta hacía cinco días y ya estaban en el día de Halloween. Cuddy intentó pensar que había hecho en esos días. Demasiadas reuniones para su gusto, atender algunas quejas del personal del hospital, las carpetas con facturas y expedientes todavía se le amontonaban en su escritorio.

Había visto a House varias veces en esos días. Siempre con su bastón merodeando por los pasillos del hospital. Algunas veces en la consulta, pero nunca con ningún enfermo dentro de ella. Sin embargo no le había dicho nada. No había hablado con House desde ese momento. Se sentía una tonta por no hacerlo, ella era capaz de enfrentarse a él sin ningún problema pero desde ese día no sabía lo que le pasaba cuando lo veía. Se ponía nerviosa, le sudaban las manos y estaba segura que no le saldrían dos palabras seguidas.

Sin embargo una duda la asaltó los dos últimos días. Y si eso de invitarla a la fiesta era solo una de las bromas de House? Y si ella le estaba esperando y no se presentaba a las siete de la tarde en su casa? Cuddy lo conocía desde hacía bastante tiempo y no se le borraba de su mente esa sonrisa satisfecha que ella vio en su cara cuando se quedó sin palabras.

La noticia se había extendido por el hospital. El Doctor Gegory House iba a acompañar a la directora del hospital, la Doctora Cuddy al baile. Sabía perfectamente que House lo había gritado a los cuatro vientos. Quería ser siempre el centro de atención aunque tal vez no lo supiera conscientemente. Esas muecas, expresiones y sarcasmos. No había estudiado psicología, pero tal vez era una necesidad de cariño o quería que todos se compadecieran de él. Para Cuddy era la primera opción.

Se peinó el pelo con cuidado, tratando de no deshacer las trenzas pequeñas que se había hecho en su pelo suelto cogidas con gomas de colores. Eran casi las siete y ya se estaba dando los últimos retoques, ansiosa por que sonara el timbre de la puerta y House apareciera al otro lado vestido como fuese. Había estado sonsacándole a Wilson el disfraz de House, con la excusa que ya que iban juntos podrían ir del mismo tipo, pero el oncólogo no había querido decir nada.

Cogió el pintalabios morado y con mucho cuidado se pintó los labios. El traje no fue su primera opción, había querido disfrazarse de Morticia Adams pero ya no quedaban trajes, había sido mala suerte porque la dependienta había dicho que se acababan de llevar el último de su talla hacía unos momentos. A pesar de su decepción la dependienta le enseño varios disfraces, no todos típicos de Halloween, pero las tradiciones ya se habían perdido y la gente se disfrazaba de lo que quería, sin embargo Cuddy si que había elegido uno con temática de Halloween.

De bruja. Con sombrero de pico incorporado.

El reflejo del espejo de la tienda le había gustado y cuando se lo probó por primera vez en casa vió que le quedaba bastante bien. Unos cuantos arreglos en los bajos de la falda porque era demasiado larga para su gusto y listo. Era un vestido de una sola pieza negro, un poco descolorido, con algunos cortes por diferentes partes del cuerpo, mangas de otra tela más suave y más anchas en las muñecas, medias a rallas rojas y blancas, un buen escote de pico y bastante ajustado.

Se volvió a mirar en el espejo mientras se intentaba mirar la espalda porque creía que se le había desabrochado la cremallera pero en esos momentos sonó el timbre.

Caminó despacio. Para que House no supiera lo impaciente que estaba, si tenía un ego desmedido sin saber lo que ella pensaba de él, si lo supiera no cabría ni en todo el hospital. Respiró profundamente para calmar los nervios mientras cogía el pomo de la puerta y lo giraba para abrir. Se prometió a sí misma que no sonreiría más de lo necesario a sus bromas mientras abría la puerta. Sin embargo allí no había nadie, ni siquiera un grupo de niños que pedían sus correspondientes caramelos.

Extrañada dio unos pasos y salió al portal de su casa. Notó como la tomaban por la cintura y tiraban de ella hacía un lado haciendo que su cuerpo oscilara hacia atrás mientras un fuerte brazo impedía que cayera hacía atrás. Un poco asustada dirigió la mirada hacia la cara de la persona que la hacía estar en esa posición. Tenía una tela cubriéndole la parte de debajo de la cara hasta la nariz, pero ella reconocería en cualquier parte esos ojos azules inconfundibles.

-House?
-Quieres que te dé un mordisco en el cuello? -dijo él todavía sin soltarla. Estaba apoyado en la puerta inclinado hacia ella y tenía su bastón también apoyado- Con este disfraz me han dado la licencia.
-Pues a mí con este -dijo Cuddy intentando recuperar la verticalidad- me han dado la licencia para hechizarte y convertirte en una rana.
-Para luego besarme y convertirme en tu príncipe azul?

Todavía seguía con la cara tapada a excepción los ojos y Cuddy leyó un poco de diversión en ellos. Tras unos segundos de forcejeo entre los dos House la dejó libre mientras Cuddy tenía sentimientos contradictorios al dejar de sentir la mano de House en su cadera y su brazo recorriéndole la espalda.

-No se si después te besaría.
-Preferirías que te croara al oído? Croc, Croc.
-House... porque todavía te estas tapando la cara? Acaso te has pasado con el botox y ahora tienes los labios como Angelina Jolie? -dijo ella levantando la ceja y cruzando los brazos?

Ella lo miró de arriba a abajo. Si su memoria no fallaba, House se había vestido como Conde Drácula, traje negro, una camisa blanca y la inconfundible capa con la que House se tapaba la boca.

-Tienes curiosidad? Podrías morir de la impresión y nuestro querido hospital quedaría huérfano y seguramente llegaría otro director que no me lo podría ligar para saltarme las reglas.
-House...

Se estaba impacientando. Su paciencia tenía un límite con respecto a House y parecía que estaba llegando a él. Pero al oír su último comentario una punzada atravesó su corazón. Sabía que podía estar de broma, pero la mayoría de veces él mezclaba la ironía con la sinceridad.

House se acercó a ella y la rodeó con su brazo y la capa. Estaban demasiado juntos para lo que dos personas que solo tenían una relación puramente profesional podían estar. Lisa sentía como se entremezclaban sus alientos y sintió que apenas sus piernas podían mantenerla de pie.

-Que haces?
-Tan ciega estas que no me notas nada extraño en la cara de tan cerca? -susurró él, sonriendo.

Y allí Cuddy detectó algo raro. En sus dientes. House tenía algo fuera de lo común. Colmillos. Demasiado grandes para los de una dentadura normal. Tuvo la tentación de inclinar su cuello para que la mordiera y que la llevara a la inmortalidad con él. Una tontería porque ella sabía que House no era ningún vampiro y que los vampiros eran producto de la cultura popular.

-Espero que con eso no intentes convertir a muchas jovencitas vírgenes.
-Vaya, solo tienen que ser vírgenes? No puedo practicarlo contigo?

Dobles sentidos? Ahora Cuddy si que necesitaba realmente sentarse. O al menos alejarse un poco de House para poner respirar tranquila sin sentir ese calor protector que le brindaba su capa. Apartó su mirada de él y agradeció el frío que sintió cuando se alejó de él y entro en la casa

-Ten... tengo que ir a coger el sombrero. Ya sabes... un disfraz de bruja no es tal sin su correspondiente sombrero de pico.

Estaba orgullosa de si misma. Una frase coherente a los pocos segundos de estar a pocos centímetros de House y querer besarlo. Porque eso era lo que quería en esos momentos, que House pusiera la capa por encima de sus cabezas para taparlos mientras se besaban. Y se asustaba de sus pensamientos. Hacía una semana lo hubiera querido matar por gastar mas dinero de lo permitido para hacerle unas pruebas a un paciente que no las necesitaba y ahora... Que había pasado en esos días para que cambiara tan drásticamente de opinión? Una invitación a la fiesta solo. Nada más. Debería de estar molesta con House por haberla impuesto a esa invitación. No la había dejado ni contestarle, igual podría haber tenido otra pareja y él igualmente se hubiera presentado en ese momento en su casa, pero él la conocía. No tenía vida social. Al menos no fuera de las galas que se hacían a veces en el hospital o que la invitaban a ella. Se estaría aferrando a una ilusión que era solo un espejismo en su vida?

No debía pensar en eso. Era la anfitriona de la fiesta, algunos benefactores iban a ir y ella los tenía que recibir con la mejor de sus sonrisas. Cogió el sombrero y se miró al espejo para ponérselo y no despeinarse demasiado. Intentó sonreír pero lo único que le salió fue una mueca. Cogió su bolso con sus cosas personales y maquillaje por si acaso tenía que retocarse en la fiesta.

Con paso firme se dirigió a la puerta de su casa. House otra vez estaba asustando a los niños que estaban en su jardín seguramente para que les diera caramelos. Ella sonrió, nunca cambiaría.

-House, deja de asustar a los niños. Realmente eres como ellos.
-Estas exagerando. Yo soy mucho más alto y gano más dinero.
-Sí, debe ser solo eso lo que te diferencia de ellos -se produjeron unos segundos de silencio. Cuddy pensó que House la estaba radiografiando de lo intensamente que la estaba mirando. La estaba poniendo un poco nerviosa ese escrutinio- Y bien? Como has venido?
-Tengo a Wilson esperando en el coche en la esquina.
-Y porque no ha venido contigo?

House puso una cara pensativa mientras que ya había empezado a caminar ayudándose con su bastón. Cuddy lo siguió.

-Umm... Tal vez porque le he dicho que era yo quien te había invitado y quien te tenía que recoger. Ya sabes, una mujer saliendo con dos hombres, que diría la gente de ti.
-Y está él solo mientras tu hacías tonterías?
-Tu siempre preocupándote por el bueno de Jimmy. Y no me mientas, seguro que has disfrutado esas tonterías.
-Sí, lo he pasado fenomenal -dijo irónica.

Vio como House señalaba un coche y abría la puerta trasera.

-El cochero que vaya delante, nosotros iremos en el asiento trasero. Es mas grande para hacer... lo que queramos.

Cuddy puso la mirada en blanco y subió al coche saludando a Wilson. Este estaba vestido de forma andrajosa y tenía un clavo en cada extremo de la cabeza. Mientras tanto House entraba como podía en el coche.

-Frankestein? -le preguntó Cuddy a Wilson.
-La profesora McGonagall?
-Algo parecido -dijo ella riendo.
-Bien parejita, dejaos de cháchara que creo que Cuddy llega tarde a su gran fiesta

House ya había entrado en el coche y se estaba poniendo cómodo. Tenía una mano apoyada, tal vez sin querer o tal vez no, en la pierna de Cuddy. Wilson encendió el motor y se dirigió al hospital.

******

Cuddy bajó del coche y sin esperar a House y a Wilson se encaminó a la puerta principal del hospital. En los pocos minutos que había durado el trayecto había estado tentada a tirarse del coche en marcha. La mano de House no se había movido de ahí, de su pierna. Todavía le quemaba el sitio en el que había estado. Y él como si nada contando cuentos de miedo y relamiéndose de vez en cuando esos colmillos postizos que se había puesto.

-Cuddy! -House le estaba gritando. Ella dudó un momento, pero luego se giró- No piensas entrar con tu pareja?

Se esperó hasta que llegaron a su lado. La verdad es que hacían una pareja extraña Wilson y él. James era demasiado buen chico como para juntarse con alguien como House. Fue Wilson quien le recomendó que contratara a House como médico. Cuddy sabía que era un buen médico pero también que le habían contratado muchas en hospitales y que le habían despedido otras tantas. Pero Wilson hizo lo imposible para que ella contara con él en la plantilla del Princeton-Plainsboro.

-Aprovéchate, que hoy estoy a tu entera disposición para lo que quieras. Tal vez mañana no esté de tan buen humor.
-También para pasar consulta? -dijo irónica.
-Mujer, me refería a cosas más... lúdicas, por llamarlo de alguna forma. Ya sé porque eres la directora del hospital, siempre pensando en el trabajo incluso en una fiesta.
-Ya habló el que lee libros de medicina para dormir -Wilson se unió a la conversación.
-Es que ahí escondo mis revistas porno -tono conspiratorio para Cuddy- Ya sabes, para que él no sospeche nada y no me las llene con sustancias raras.

Ya habían llegado a la puerta del hospital y ahí House volvió a hacer de las suyas. Se cogió al brazo de Cuddy mientras esta lo miraba sorprendida.

-Es la tradición, aunque creo que es al revés, es la mujer quien va del brazo del hombre.
-Es tradición de Halloween que te coja por el brazo?
-Es tradición general, creo que se remonta al siglo XVIII...
-Está bien -se deshizo de la mano de House en su brazo y cogió firmemente el brazo de este intentando no liarse con la capa- Contento?
-Mientras no me hagas perder el equilibrio seré el hombre más feliz del mundo. Con excepción de esos que se colocan para serlo. Bueno, yo también tomo drogas, pero no se lo digas a nadie, será nuestro secreto -dijo guiñándole un ojo.

Por fin entraron en el hospital, el vestíbulo ya estaba adornado con decoración típicamente de Halloween, fantasmas en las paredes, murciélagos colgando del techo, algunas calabazas, de verdad o de plástico, en los mostradores de recepción... Cuddy se sintió orgullosa de haber planificado eso en tan poco tiempo y que le hubiera salido casi sin ningún contratiempo.

House se había acercado a una de esas calabazas de plástico, arrastrándola a ella ya que todavía estaba cogida de su brazo, y estaba cogiendo un puñado de caramelos. Al ver que se los estaba guardando en los bolsillos, Cuddy tosió. Esos caramelos eran para los invitados pero parecía que House los quería todos para él.

-Oh, que desconsiderado que soy -le acercó la calabaza llena de caramelos- Quieres? Paga el hospital.
-No, no quiero.
-Luego cuando ya no queden te arrepentirás.

Seguro, como que ella no tenía una bolsa llena en su despacho. Ser la directora del hospital tenía sus ventajas y una de ellas era tener derecho a las bolsas de caramelos que compraban para las fiestas.

Vio como Wilson hablaba con una mujer que iba disfrazada de Morticia Adams. Seguro que fue esa la mujer que dijo la dependienta que se acababa de llevar el traje. Pues tampoco es que le quedaba tan bien, Cuddy estaba segura que a ella le quedaría mejor. Además ella tenía el pelo largo y negro y se notaba que la mujer llevaba una peluca encima de su pelo castaño.

La gente había ya empezado a llegar y ni siquiera eran las ocho de la tarde, hora que estaba marcado para que empezar la fiesta. Estaban en el vestíbulo de entrada del hospital, esperando a que les abrieran las puertas del salón de actos. Cuddy lo había dispuesto todo ahí. Buffet libre en mesas redondas y camareros revoloteando entre la gente sirviendo canapés. Sillas para quien quisiera sentarse, había pensado en House en ese punto, y un gran espacio que servía como pista de baile. O para estar ahí simplemente charlando.

-Me puedo despegar ya de ti o me tienes que acompañar a todas partes?

Cuddy quería ver que todo estaba listo antes de que pasase la gente y no sabía si a House le agradaría la idea de estar yendo de un sitio a otro durante un rato.

-Eso de 'a todas partes' incluye también el baño de las chicas? Sí la respuesta es sí, creo que tendré que acompañarte a todas partes.
-Quiero ultimar los detalles.
-Lisa Cuddy, siempre tan perfeccionista.
-Ahora vuelvo. No hagas ninguna trastada.
-Sí, mamá -le respondió él en tono de burla.

Lo revisó todo. Perfecto. Los camareros estaban listos en la cocina del hospital, el ponche no tenía demasiado alcohol, ningún adorno se había caído desde esa mañana y la minicadena tenía suficientes cds de música como para que la fiesta durara doce horas, cosa que Cuddy esperaba que no fuera. La puso en funcionamiento antes de abrir las puertas. Había puesto música de todos los tipos que se había bajado de internet. Desde rock gótico hasta ritmos latinos. Los Rollings sonaron primero. Cuddy sonrió al oír la canción.

-No siempre se consigue lo que se quiere -dijo una voz conocida a su espalda- El filosofo Jagger siempre diciendo verdades. Me recuerda a alguien, pero no se a quien.

Ella le siguió el juego.

-Pero también dice que intentándolo se consigue lo que se necesita. Una gran verdad también -una pausa y se cruzó de brazos- No te había dicho que te quedaras ahí?
-Me gusta tenerte cerca de mí. Las otras chicas no tienen un escote tan interesante como tú.
-Tu sí que sabes como halagar a las chicas -dijo ella yendo hacía él.
-Ya me conoces, soy un galán de los que ya no quedan -jugueteando con la capa y volviéndosela a poner tapándose la boca.

Cuddy abrió las dos puertas del salón, señal para que la gente empezara a entrar en él y disfrutara de la velada. Wilson se les unió.

-Ya has acabado de ligar con esa mujer? -House como siempre era la sinceridad en persona.
-No estaba ligando con ella, solo hablando. O acaso tu ahora estabas ligando con Cuddy?
-Yo siempre estoy ligando con Cuddy, a que sí?

Y encima tenía el descaro de preguntárselo a ella. No sabía si era así, pero ella todavía sentía esas mariposas cuando estaba a su lado y no podía dejar de sonreír cuando pensaba en él y las tonterías que hacía. Por eso decidió alejarse un rato de ellos e interactuar con los demás invitados. Con los benefactores más que nada. Gracias a ellos el hospital se mantenía en pie. No todos eran como Vogler. Tampoco es que tuvieran cien millones para donar al hospital y controlar las cosas.

Cuando iba a picar algo porque ya empezaba a sentir algo una mano le cogió del brazo. No podía ser otra persona. House.

-Deja de atender a la gente y atiende a tu pareja que te necesita en estos instantes.
-Que quieres House?
-Estamos teniendo una discusión muy educativa aquí entre mis alumnos, Wilson y yo, y tenemos algunas dudas que quizá nos podrías resolver.
-Tú pidiéndome ayuda a mí? Debo de haber bebido demasiado ponche y se me ha subido ya a la cabeza.

La llevó hasta donde se encontraban Wilson, Cameron, Chase y Foreman. El disfraz de Cameron era el más sencillo de averiguar. Se había hecho dos coletas en el pelo y vestía un vestido azul con un delantal blanco. En sus pies unos zapatos de color rojo metalizado. Cuddy no tenía ninguna duda, se había vestido como Dorothy, del Mago de Oz. El de Chase era más difícil por que dudaba entre dos personajes de película. Unos pantalones marrones de cuero y una cazadora también de cuero. Sobre su cabeza un sombrero que tapaba su pelo. Y el de Foreman era imposible adivinarlo, era como si no se hubiera vestido de nada. Un traje negro y una chaqueta marrón oscuro. De que iba?

-Aquí viene la experta. -dijo House cuando se acercaban- Seguro que sabe la respuesta.
-House, lo que estamos discutiendo es una tontería -dijo Cameron- No deberías molestar a Cuddy con eso.
-Bah, bobadas. Seguro que se lo pasa mejor con nosotros que con esos ejecutivos estirados.
-Esos ejecutivos estirados son los que pagan más de la mitad de tu sueldo.
-Más tarde iré y les besaré el culo Pero ahora resuélvenos una duda existencial que tenemos. Mister X llevaba el abrigo negro o marrón?

Quien era Mister X? House había señalado a Foreman así que él debía de haberse vestido de ese personaje. Su mente empezó a relacionar conceptos. Trajes y con chaqueta que no se quitaban ni en verano. Un personaje negro. No estarían hablando...

-Expediente X?
-Veis? Os dije que lo pillaría a la primera. Mi chica es muy lista.

La zarandeó suavemente de uno de sus hombros desnudos. Contacto. Justo lo que ella necesitaba después de haberse concienciado que eso que sentía por House era porque él era el único hombre con el que tenía una relación, aunque fuera de amor y odio. Estaba negándose a la evidencia, pero pensaba que era mejor así. Quiero Creer era uno de los lemas de Expediente X, una de sus series favoritas, pero ella quería no creer y hacerse demasiadas esperanzas por una cosa que estaba segura que no tenía futuro.

-Y bien? -preguntó Foreman impaciente.
-Pues no sé, que yo recuerde los abrigos que llevaba siempre eran oscuros. No se si azules o negros.
-Me debes 20 pavos.
-Cuddy tampoco lo sabe, también podían ser azules oscuros.
-El negro necesita pruebas -dijo House en tono sarcástico- No tendrás algún capitulo bajado de internet en el ordenador de tu despacho para que podamos comprobarlo, verdad?
-No, House -ella puso los ojos en blanco- no tengo ningún capitulo en el ordenador del despacho porque precisamente lo utilizo para trabajar.

Ella había preferido comprarse las nueve temporadas en dvd y verlo con una calidad impecable. Además de que en internet no se conseguían los extras de los dvds

-Vaya -House se golpeó un puño en la palma de la otra mano- Si lo hubiera sabido en vez de bajarme capítulos de OC me los hubiera podido bajar de Expediente X.
-Y el hijo de Scully es también de Mulder, verdad? -dijo Cameron de improviso- Quiero decir, que en la serie no se dice claramente y puede que sea de un alien ya que puede mover objetos con la mente.
-Claro que es, en el último capitulo Scully dice que es de los dos -le contestó Cuddy rápidamente, extrañada de que la chica no lo supiera después de varios años de acabar la serie, sobre todo con la buena pareja que formaban los dos agentes.
-Y esa fantástica tensión sexual? -ahora House pasó una mano por espalda y la atrajo hacía él sin que Cuddy tuviera tiempo de hacer nada- Justo como tenemos nosotros. Pero se de alguien que no la quiere resolver.

El suelo le parecía de lo más fascinante en ese momento. Al menos hasta que notara como que esos calores de su cara desaparecieran. Se fijó que Chase también calzaba botas de cuero. Vio una oportunidad de cambiar de tema y no decir cosas de las que se pudiera arrepentir más adelante.

-Y tu de que vas disfrazado Chase?
-Ese es otro expediente x -contestó House antes de que Chase abriera la boca- Todos creemos que es Indiana Jones pero Chase haciendo honor a su origen australiano dice que es Cocodrilo Dundee.
-Si no has visto las películas yo te podría dejar alguna -contestó Chase molesto- Si fuera Indiana Jones llevaría un látigo.
-Eso tiene fácil solución. Cuddy tiene varios en un cajón de su escritorio que los utilizamos para sesiones de oh...

Cansada de que se burlara de ella Cuddy le había dado un pellizco en el costado a House. Sin embargo eso no pareció amedrentarle sobre lo que iba a decir porque le dedicó una sonrisa traviesa.

-Veis? Si le gusta hacer demostraciones públicas y todo.
-Perdona... quieres bailar?

Un chico había surgido entre los invitados de alrededor y estaba invitando a bailar a Cameron. Ella se mostraba un poco sorprendida y tal vez hasta nerviosa. Miraba a House con ojos interrogativos.

-Soy tu jefe, no tu padre, no me tienes que pedir permiso para esas tonterías.

Cameron asintió imperceptiblemente mientras cogía la mano del chico y se dejaba llevar hasta la pista de baile. A Cuddy le pareció que tenía los ojos un poco más brillantes que hacía un segundo. House no había aprendido a decir las cosas con tacto. La pobre chica estaba enamorada de él y este la trataba mal sabiendo lo que sentía.

-House deberías de ser un poco más amable con ella -le susurró mientras le tocaba el brazo para que la atendiera.
-Tal vez así se olvide más pronto de mí. Sabe que nunca la corresponderé y todavía se aferra más a ese sentimiento. Ya es hora de que madure y que se enamore de un hombre que la convenga más. No soy el Mago de Oz que va concediendo deseos a todo el mundo. Que se golpeé tres veces los talones y que vuelva de una vez a casa.

Cuddy se quedó en silencio. Oyendo la música pero sin escucharla. Pensando en lo que había dicho House. También se refería a ella? Sabia que House era muy perceptivo y se daba cuenta de las cosas hasta por los más nimios detalles. Por eso era tan bueno en lo suyo. Se había dado cuenta de que lo que ella sentía era algo más que amistad?

-Bailamos?

House había extendido el brazo hacia ella y tenía la mano abierta, como una invitación a pasar los mejores minutos de su vida pero sabía que también la mayor de las torturas, aunque sabía que sería una dulce tortura. Debía aceptar la invitación?

*****

Cuddy contuvo el aliento unos segundos más, intentando poner sus pensamientos en orden. La proposición de House era sincera o había algo más en ella? Tal vez era ella la que quería ver algo más y solamente era un mero trámite ya que habían ido juntos a la fiesta debían bailar una canción juntos. Aunque ahora que lo pensaba más detenidamente... House bailar? Como? Su vista se desvió de su mano todavía extendida hacía ella a su bastón y luego a su cara con lo que creía que era un mueca entre interrogante y divertida.

-No te preocupes por mi amigo -dijo subiendo y bajando el bastón sin preocuparle que pudiera pegar a alguien- Es muy silencioso y nos dejará bailar tranquilos.

Ella dudó un poco más, pero solo para a ver si House desistía a los pocos segundos o era porque realmente quería bailar con ella.

-Vamos, que esto no es como elegir que camisa te vas a poner para que te realce tus p... ojos. Es solo un baile, te prometo que he ensayado todos los días con Wilson -señaló a Wilson que estaba hablando otra vez con la mujer del vestido de Morticia Adams.

Cuddy sabía que eso no era verdad pero la imagen mental de House y Wilson bailando se adueñó de su mente y no tuvo más remedio que reírse.

-Que me dices? -Ahora House no le tendía la mano sino que cogía la suya directamente mientras la miraba con esos ojos azules a los que no podía decir que no. Y tampoco quería.
-Está bien -dijo sonriendo mientras House la arrastraba hacia donde otras parejas estaban bailando- pero no me pises.

Se juntaron con las demás parejas. Sonaba el tema principal de la banda sonora de Armageddon, una canción lenta para bailar mas juntos que separados. Sin darse cuenta House ya la había cogido de su espalda y la atraía hacía él. Cuddy instintivamente lo cogió por los hombros mientras lo miraba a los ojos. Nunca habían estado tan cerca y esa sensación la mareaba un poco. House la tenía fuertemente cogida por la cintura de una mano, en la otra se sujetaría con su bastón para con caerse. Ella pasó sus brazos alrededor del cuello. No daban ni un solo paso, solo se movían al compás de la música de Aerosmith

-Apoya la cabeza en mi pecho -le susurró House sorprendiéndola- Así la gente pensará que disfrutas bailando conmigo y que has caído a mis encantos.
-Tienes una apuesta con alguien sobre ese tema? -preguntó ella con sorna, pero también tenía miedo por si todo el asunto de ser su pareja había sido solo por una apuesta.
-Wilson no me la ha aceptado, así que me he apostado un millón de dólares conmigo mismo sobre cuanto te puedo meter mano sin que me pegues una bofetada. Ahora va ganando mi mitad número uno o era la dos? -puso un gesto pensativo para luego chasquear la lengua- No lo sé, creo que no dije cual era cual.

Entonces Cuddy notó como la mano de House que tenía en su cintura empezaba a bajar poco a poco en dirección a su trasero.

-Si sigues por ahí creo que una de tus mitades va a perder la apuesta.
-La buena o la mala?
-La de las malas intenciones.
-Mira que eres aguafiestas. Ella que empezaba a pasárselo bien en la fiesta.

Los dos sonrieron y House bajó la mirada un momento para luego mirarla otra vez.

-Venga, que no muerdo -puso cara de impaciente enseñando los colmillos falsos que todavía los tenia puestos.
-Con esos dientes es difícil creerte
-Señorita si no hace lo que le digo la puedo morder y beberme su sangre.
-No creo que te gustara, hay chicas con la sangre más dulce que la mía.
-Quien dice que me gusta lo dulce? Me van las cosas más picantes. -dijo guiñándole un ojo.

Cuddy no lo había dicho con ninguna intención, sino para seguir la broma de House, pero este parecía que lo había dicho con toda la intención del mundo. No supo que hacer y por eso hizo lo que sabía que menos esperaba House ya que se había pasado media canción pidiéndoselo y ella no le había hecho caso. Apoyó su cabeza en el pecho de él. Estaba deseando hacerlo desde ante de que House se lo pidiera pero se había contenido. No quería que él descubriera que su relación, al menos la forma de verla ella, había cambiado completamente en unos días. Debía de aparentar apatía, incluso frialdad hacía él y las cosas que le pedía.

Oyó los latidos del corazón de House a través de su pecho incluso con el ruido que había en el salón. Al principio su ritmo era bastante rápido, tal vez por la sorpresa, pero luego fue volviéndose normal. Eso era House respirando profundamente y haciéndole cosquillas en la coronilla al respirar? Porque la cara de House estaba tan cerca de la suya? Supuso que serían imaginaciones suyas que House le estuviera oliendo el pelo. En su imaginación también cerraba los ojos al hacer ese gesto.

Despejó su mente de esos pensamientos mirando a las otras parejas que también bailaban. Cameron y el chico que la había invitado se pusieron en su punto de visión. Formaban una bonita pareja, ella vestida de Dorothy y él de Peter Pan. La mirada de Cameron y la de ella se cruzaron por unos momentos. Leyó sorpresa en la cara de la chica para luego cambiar a enfado. Debía de tener cuidado porque Cameron se había hecho amiga de una señora ingresada hacía varios días en el hospital que practicaba la magia gitana. Cuddy estaba segura que ahora Cameron la odiaba por estar en esa postura con House y que le pediría algún hechizo de esos a la anciana. Afortunadamente ella no creía en esas cosas pero más valía andarse con ojo. Así que apartó la mirada de ahí.

La canción estaba acabando y algunas parejas se iban yendo de la pista, entre ellas Cameron y ya suya, pero House no daba a entender querer hacer lo mismo. En los segundos de silencio entre canción y canción Cuddy rezó porque fuera otra lenta para quedarse en esa posición durante unos minutos más. Sus plegarias fueron escuchadas al sonar las primeras notas de otra canción lenta, esta era de Ronan Keating.

-Que has puesto todas las bandas sonoras de películas? -le preguntó House haciéndola sobresaltar.
-También sabes que es de una película? -ella se incorporó para hablarle a la cara- Me sorprende que hayas ido a verla, creía que te gustaban para mayores de edad.
-Fue culpa de Wilson, que la alquiló y yo no supe que salía Hugh Grant hasta que fue demasiado tarde. Ese chico es actor? Yo podía hacerlo mejor que él. Soy incluso más guapo que él, verdad?

Cuddy sonrió.

-El mundo del espectáculo ha perdido un actor formidable -dijo sarcásticamente.

Apoyó otra vez su cabeza en el pecho de House. Empezaba a sentirse bien en esa postura. Podía cerrar los ojos y aspirar su perfume sin que él se diera cuenta de lo que hacía. La canción continuaba sonando, pero esta vez era una mujer hablando en un idioma que no entendía.

-Es español -House como siempre lo tenía que saber todo.
-Y como lo sabes? Tu sabes español?
-Bueno sé más de francés o griego... ah, que estamos hablando del idioma, no de otras cosas. Un poco. Stacey y yo hicimos un viaje a España una vez.

Se volvieron a quedar callados. Ella también sabía algunas palabras en español. Alfredo, el chico que le arreglaba algunas veces su casa, le había enseñado las palabras básicas en ese idioma. "Hola", "Adiós", "Gracias", "Por favor" pero nunca las había puesto en práctica. Tal vez debería de empezar a aprender otro idioma en sus ratos libres. Tal vez le diría a House que lo practicara con ella.

Cuddy se relajó más y más conforme sonaba la canción, House cada vez la estrechaba un poco más contra él y Cuddy no oponía ninguna resistencia al respecto. La mano de él subió un poco más empezó a jugar con una de sus trenzas que decoraban su pelo. Parecían de parvulario, cuando un niño hacía rabiar a la chica que le gustaba tirándole de las coletas.

-Me estás tirando del pelo -se volvió a incorporar y vio que cada vez sus caras estaban más cerca una de la otra.

Tenía los labios de House a pocos centímetros de los suyos. Porque no acabar un baile tan estupendo con un beso? Labio contra labio, Cuddy no pedía nada más y sabía que se estaría arriesgando demasiado con ese gesto en medio de tanta gente. Se mojó los labios porque se le estaban secando al pensar eso. También como gesto de seducción, no quería dar ella el primer paso y esperaba que la magia que sentía que había en el ambiente también la viera House.

Se miraron a los ojos mientras la canción estaba acabando. House la atrajo más hacia él y parecía que el aire ya no pasaba entre ellos dos de lo juntos que estaban. En los ojos de él habia una pregunta que ella contestó con un imperceptible movimiento de cabeza asintiendo. House sonrió y se empezó a acercar a ella.

-Doctora Cuddy!

Como un acto reflejo se separó de House a lo políticamente correcto mientras veía como uno de los encargados de la fiesta se acercaba a ellos. Sería esa una señal del destino de que entre ella y House no pasaría nada? Mierda, con Mulder y Scully la abeja la picó cuando sus labios se rozaban pero en su caso ni eso. Miró a House. No parecía tan decepcionado como ella de que ese beso no hubiera podido realizarse.

-Que quieres Steve?
-Creo que ya va siendo hora de que la fiesta se acabe.
-Ui, sí -House se miró el reloj- es ya la una de la mañana y la carroza se habrá convertido en calabaza.
-Tienes razón -le dijo a Steve ignorando a House- Es hora ya de acabar ya -se giró a House- Tengo que dar un pequeño discurso para acabar. Ahora nos vemos.
-No se elige al rey y a la reina del baile? Pues que soso, yo que esperaba ser el rey contigo.

Cuddy siguió a Steve hasta una plataforma con un micrófono. Desde ahí se veía a toda la gente que quedaba en la fiesta, que ya no era mucha. Dio las gracias a todo el mundo por asistir y alabó las acciones de los benefactores y patrocinadores del hospital. Se oyeron varios "guapa" y "tía buena" mientras daba su discurso y creyó oír la voz de House entre el barullo general.

Todo el mundo se dirigió a la puerta de salida, menos House, que ya se había quitado la dentadura de colmillos, y Wilson que la estaban esperando para llevarla a casa. Mientras se acercaba Cuddy pudo escuchar la conversación que estaban teniendo.

-Que no es mi nueva novia. Estoy felizmente casado con mi mujer.
-Y porque no te a acompañado al baile? Yo diría que es porque se está tirando al vecino. Sí, ese hombre tan cachas que vive al lado de tu casa.
-Tenía fiebre y no se encontraba bien. Los resfriados son muy comunes en esta época del año, House.
-Y tu no te has quedado a su lado para cuidarla... hay que ver lo mucho que quieres a tu mujer.
-Basta House -Cuddy se unió a ellos y empezaron a caminar hacía el vestíbulo del hospital.
-Mama Cuddy te ha salvado de la bronca de papa House, pero no por mucho tiempo.

Salieron a la calle y hacía bastante frío. Cuddy se encogió sobre si misma. Debería haber llevado un abrigo o algo para protegerse del frío. Menos mal que el coche estaba cerca. Estaba empezando a tiritar.

-Tienes frío? -le preguntó House.
-Un poco -dijo haciéndose la valiente, porque realmente sentía que se estaba congelando.
-Ven, acércate a mí -dijo poniendo parte de su capa sobre Cuddy pasándole una mano por sus hombros.

Cuando llegaron al coche Cuddy deseó que hubiera estado un poco más lejos y estar más tiempo abrazada a House, pero el destino era caprichoso. Llegaron a su casa en unos pocos minutos, el tráfico era fluido y el tiempo se pasó volando comentando la fiesta y criticando a toda la gente que había ido. Cuddy quiso bajar sola, total, eran solo unos pocos metros pero House insistió en acompañarla a la puerta.

-No quiero que te constipes, de lo contrario no podrías llevar esos escotes y no tendría en que entretenerme mientras te oigo gritarme porque no te gusta lo que hago.

Ella accedió y esperó pacientemente a que House saliera por la otra puerta, diera la vuelta al coche y le abriera la puerta.

-No me esperes levantado, cariño -le dijo House a Wilson.
-Será solo un momento. Pronto os podréis ir -ahora era Cuddy quien se dirigía a Wilson.

Otra vez House le puso la mano sobre sus hombros protegiéndola con la capa para que no pasara frío. Caminaron en silencio, sintiendo solo el calor de sus cuerpos. House con el bastón era más rápido de lo que Cuddy hubiera imaginado así que en unos minutos llegaron a la casa de Cuddy.

-Bueno -dijo Cuddy separándose- ya hemos llegado.
-Eso parece.
-Me lo he pasado muy bien siendo tu pareja
-Lástima que no hayamos sido los reyes del baile.
-Si hacemos una fiesta de Halloween al año que viene te prometo que habrá rey y reina del baile.
-Tendré que empezar a sobornar al jurado.

Viendo que House no se movía decidió que ya era hora de entrar en casa. Si House no quería acabar la cita con un beso no era su problema. Vale, si lo era pero no lo iba a poner de manifiesto porque tenía su orgullo. Sacó la llave de su bolso y la puso en la cerradura.

-Nos vemos en el hospital.
-Hasta otro día.

Entró en su casa rápidamente y puso la calefacción. Estaba muerta de frío. No tenía ganas de nada así que se puso un camisón de tirantes finos y se dispuso a ir a la cama. Sabía que no dormiría pensando en lo que podía haber sido y no lo fue, pero al menos estaría cómodamente en su cama.

Sin embargo unos golpes en la puerta la distrajeron de su tarea. No habían pasado ni diez minutos desde que había entrado en casa. Se puso una bata y abrió la puerta. Allí estaba House, de pie al otro lado de la puerta apoyado con su bastón.

-House que...
-Creo que se me ha olvidado darte algo -dijo yendo hacia ella.

Con la mano libre la atrajo hacía él y la besó. Labio contra labio al principio. Cuddy podía notar la barba raspándole la barbilla. El beso se incrementó de intensidad poco a poco y ella pasó sus manos alrededor de la nuca de él.

Era ahora o nunca.

-Dentro estaremos más cómodos.
-Caramba Doctora Cuddy, siempre al grano -dijo mientras entraba.
-Y Wilson? -ella se asomó y miró a los dos lados de la calle, no se veía el coche de Wilson.
-Camino de su casa. Le he dicho que con suerte su mujer todavía estará con el vecino y si se da prisa los podrá pillar en acción.

Cuddy cerró la puerta de su casa con una sonrisa. La noche de Halloween realmente si que era mágica.

FIN

huddy, house/cuddy, fanfic

Previous post Next post
Up