Vicio 18: Escalera

Sep 29, 2007 21:28

Es una suerte que el ADSL llegue a todos sitios (incluso mi pueblo :)) En un par de semanas, he podido ver (¡Al fin! ¡Aleluya!) "Sentido y Sensibilidad". Me encanta Alan Rickman. Me encanta Hugh Laurie. Me encanta Enma Thompson. Y, ante todo (llamádme rara) me encanta Imelda Stauton. Y no sé por qué, y eso es lo más extraño de todo, pero cada vez que la veía, me daba por reír, sobre todo porque Hugh Lauire aquí también es el Doctor House. Lo es, en indiscutible.

También he descubierto a "The Sunday Drivers". Y me encantan. Y son de Toledo, aquí al lado de mi casa, como aquel que dice. No entiendo lo que dicen (el inglés y yo llevamos años reñidos y no nos dirigimos la palabra), pero me encantan. La música es preciosa y, no sé si soy yo, o es que ellos son así, pero me recuerdan a Rod Steward. Supongo que será cosa mía.

Pero bueno, me dejo de rollos y aquí os pongo otra viñeta más. La número 18. Podría decirse que es el primer encuentro entre Penny y Percy. Espero que os guste.

Besos, Cris Snape.

Autor: // cris_snape
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Percy Weasley
Tema: #18 - Escalera

De como se conocieron Percy Weasley y Penélope Clearwater

Desde que a los cinco años, Percy Weasley había leído por primera vez Historia de Hogwarts, había sentido una inmensa curiosidad por conocer las famosas escaleras que comunicaban las diversas plantas del castillo y, además, cambiaban a placer. Aunque él nunca hubiera sido muy dado a las emociones fuertes, la idea de ver aquella monumental obra maestra de la arquitectura mágica le cortaba la respiración. Le parecía algo sumamente interesante. Las escaleras estaban hechas con la madera de los robles más antiguos del Bosque Prohibido y los hechizos que las mantenían en movimiento habían sido conjurados por los mismísimos fundadores del colegio. Sin duda, la magia de aquellos cuatro grandiosos hechiceros aún debía ser palpable en el ambiente, y Percy se moría de ganas por ver las escaleras con sus propios ojos.

Por eso, cuando puso un pie en Hogwarts por primera vez, lo primero que hizo fue buscarlas con la mirada. A pesar de que estaba nervioso por la selección, y de que sus compañeros se interponían en su campo visual cada dos por tres, Percy anhelaba verlas. Y, quizá, era algo estúpido. Había cosas mucho más bonitas en Hogwarts, en cualquier caso. Como los cuadros centenarios que colgaban de las paredes y eran auténticas obras de arte, o el techo abovedado del Gran Comedor, que tenía un conjuro para adquirir siempre el aspecto del cielo exterior. Pero Percy quería ver la escalera y, durante sus esfuerzos por encontrarlas, la vio a ella.

Pequeña, gordita y de aspecto nervioso. Tenía el cabello castaño recogido en una tiesa coleta, y los ojos oscuros, de un color castaño que se asemejaba mucho al negro. Percy hubiera jurado que era hija de muggles, a juzgar por lo idiotizada que parecía en ese momento. Miraba a su alrededor sin ocultar su curiosidad y turbación, y era incapaz de estarse quieta un solo segundo. A Percy le llamó mucho la atención. No era una niña guapa, pero había algo en ella que le hacía especial. Tal vez, sus largos y finos dedos, que deberían haber pertenecido a una persona mucho más alta o robusta, o el emocionado brillo de su mirada, más allá del color vulgar de los ojos. Percy la observó detenidamente, olvidada ya su búsqueda de las escaleras, y supo que ese rostro no le pasaría desapercibido. Si tenía suerte y estaba atento (cosa que no dudaba) averiguaría su nombre durante la selección.

Y, efectivamente, así fue. Penélope Clearwather. Hija de muggles. Tenía dos hermanas que no poseían ningún talento mágico. Fue a Ravenclaw.

La primera vez que Percy le habló, fue en las escaleras. Fue dos semanas después del comienzo de las clases. A Penélope le había costado mucho trabajo acostumbrarse a aquel mágico mecanismo, y cada dos por tres solía perderse entre tantos peldaños de madera. Cada vez que quería ir al primer piso, terminaba en el cuarto, o en el séptimo, o en cualquier lugar que no era el deseado. Había algunos chicos a los que parecía divertido todo aquello y, aunque Penélope solía ignorarlos, a Percy le molestaba. No sabía por qué, pero le molestaba.

Aquella tarde, Penélope se había dado por vencida. Estaba parada cerca de la entrada a la Torre de Gryffindor, con los brazos cruzados y una mueca exasperada en el rostro. Si Percy no hubiera tenido que pasar junto a ella, ni siquiera le habría saludado, pero se vio obligado a hacerlo. Penny y él compartían muchas clases y hubiera sido una grosería.

-Hola.

La chica dio un bote y, de forma inmediata, sonrió. Era un gesto muy espontáneo en ella. Percy había comprendido que eso tan especial que le había gustado la primera vez que la vio, fue su sonrisa. Hacía que sintiera cosas muy raras que nunca antes había sentido.

-¡Hola! -Penélope parecía realmente encantada de verlo -¿Vas a bajar?

-Sí...

-¡Bien! ¿Te importa que vaya contigo? -Y Penélope se puso a su lado, sin esperar una respuesta y sin dejar de sonreír. A Percy no se le daba bien relacionarse con los demás, aunque sentía que con ella las cosas eran diferentes -Pensarás que soy una tonta, pero no termino de acostumbrarme a las escaleras. Lo más parecido que he visto han sido las mecánicas, pero siempre sabes dónde te llevarán -La niña rió suavemente y Percy cabeceó, regalándole una de sus escasas sonrisas -Andy suele ayudarme. A él se le da bien moverse por ahí, pero a mí me cuesta mucho más trabajo. ¿Sabías que mis padres son muggles? -Penny miró a su alrededor y, repentinamente, dio un saltito -¡Oh! No me he presentado. Soy Penny. Estoy en Ravenclaw

Y le ofreció su mano a Percy. El chico la examinó un segundo, aún encandilado por el pequeño discurso de su compañera, y terminó por estrechar aquellos dedos finos y largos.

-Percy.

-Tú eres de Gryffindor. ¿Cierto? Antes te vi salir de la Sala Común.

-Sí. Toda mi familia ha ido a Gryffindor. Mis hermanos están estudiando aquí.

-¿En serio? -Penny sonrió. Poco a poco, las escaleras los conducían a la planta baja, aunque ambos permanecían ajenos a ese hecho -Yo tengo dos hermanas, pero no son brujas. Entre nosotros -Bajó la voz y habló en tono confidencial -Yo diría que están un poco celosas.

Percy sonrió y, durante un segundo, recuperó un poco de consciencia, la suficiente para darse cuenta de que, si no se daban prisa, las escaleras los obligarían a subir de nuevo. Cogió a Penny de una mano y tiró de ella, quedando ambos en otro tramo de peldaños que iba hacia abajo. Pronto llegarían a su destino y, quizá, se separarían para siempre.

-¡Oh! Muchas gracias -Dijo Penny, cuando se disponía a marcharse -Si no es por ti, aún estaría ahí arriba.

-No ha sido nada.

Percy sabía que sonreía como un bobo. La chica Ravenclaw lo miró extrañada un segundo, pero luego le devolvió la sonrisa y se despidió con la mano.

-¡Nos vemos, Percy!

Por supuesto que se verían. Aunque Percy tuviera que hacer vida en las escaleras, se volverían a ver. Ya tenía un motivo más para estar enamorado de esa parte de Hogwarts.

penny, 30vicios, percy

Previous post Next post
Up