Antes del amanecer - Seiya/Serena
Título: Antes del amanecer.
Fandom: Sailor Moon.
Claim: Seiya/Serena.
Extensión: 633 palabras.
Notas: Escrito para la tabla Ilusoria de 30vicios, para el reto_diario y para el quinesob.
A veces Seiya se pregunta cómo es que Darien dejó ir a Serena. Se lo pregunta seguido, aunque no tantas veces como cuando recién habían comenzado su relación. Por supuesto que no se lo pregunta a ella, sabe que no podría responderle porque no entendería a qué se está refiriendo. Se lo pregunta a sí mismo ahí en la penumbra de la noche, cuando se desvela y no tiene otra cosa que hacer más que velar el sueño de su esposa, quien usualmente ronca un poco y tiene un sueño más pesado que un yunque.
Son esas cosas, que por no ser tan inteligente como Taiki, no entiende. Porque no sería la primera vez que cualquiera de sus dos hermanos le dicen que no entiende cómo terminó con alguien como Serena, para luego lanzar un suspiro resignado, cual padre aburrido de reñir a su hijo por las mismas tonterías. Sin embargo, dirán mucho; pero bien que Yaten se quedó con Mina que es igual de escandalosa que Serena.
De acuerdo que esa era uno de sus muchos puntos a tener en cuenta cuando se está con ella. A parte de que no conocerás la calma y la paz hasta que se ponga seria (cosa que suele ocurrir una vez por década). Sin mencionar que tiene la capacidad innata de cuando intenta ordenar algo, desordena cinco cosas más en el proceso. Cuando se habían mudado juntos, había temido que su casa terminase del mismo modo en el que estaba su cuarto; pero por lo menos habían conseguido una mujer santa que limpiaba a diario y, había que reconocerle, Serena se empeñó desde ese momento a no desordenar tanto. Y a no tocar la cristalería.
Es glotona al punto de que hay que comprar comida para tres personas y un bebé por semana. Incluso, Seiya recuerda que casi cae en banca rota durante el último trimestre del embarazo de Serena, cuando comenzaron los antojos. Siempre se termina por comer la mitad de su plato, “disimuladamente”.
No conoce la puntualidad, a pesar de que Seiya se ha hartado de comprarle relojes de muñeca con alarma. Nada, los termina dejando en la casa. Hace todo a las apuradas y casi siempre mal, porque prefiere pilotearla con una sonrisa tonta y con el cariño que casi siempre genera en cualquiera que tiene contacto con ella, que no tiene más remedio que aceptar las cosas como son, porque no son capaces de negarle nada cuando pone ese puchero.
Aunque con los estudios tampoco es como si pusiese demasiado de su parte, quizá si hubiese intentado al menos no dormirse sobre los libros mientras intentaba estudiar, quizá hubiese logrado graduarse con un mejor promedio. Tampoco es la persona más inteligente, ni perceptiva del mundo; aunque él tampoco lo es, de modo que no debería quejarse tanto. Pero lo que le incomoda de eso, es que la gente suele aprovecharse de ella por eso y él tiene que ir fijándose que no le tomasen el pelo por su inocencia.
Pero todas esas cosas le parecen pocas, cuando antes del amanecer, le mira removerse entre sus brazos, intentando afianzar el abrazo con el que le tiene agarrado (porque Serena no puede dormirse sin tener apretujado a algo con su cuerpo entero. De ahí a que no pudiese levantarse durante sus noches en vela). Le mira y encuentra, aun dormida, la inocencia de siempre, los cabellos rubios alborotados (que dentro de unas horas estarán atados en ese ridículo peinado de niña) y la sonrisa que cada vez que besa, le sabe a gloria. También está ese amor incondicional que le tiene a todos sus seres queridos, la sinceridad de su mirada y el espíritu de lucha. Todas las cosas que le hacen única.
Y en esos momentos, Seiya no cambiaría nada en ella.
Fandom: Sailor Moon.
Claim: Seiya/Serena.
Extensión: 633 palabras.
Notas: Escrito para la tabla Ilusoria de 30vicios, para el reto_diario y para el quinesob.
A veces Seiya se pregunta cómo es que Darien dejó ir a Serena. Se lo pregunta seguido, aunque no tantas veces como cuando recién habían comenzado su relación. Por supuesto que no se lo pregunta a ella, sabe que no podría responderle porque no entendería a qué se está refiriendo. Se lo pregunta a sí mismo ahí en la penumbra de la noche, cuando se desvela y no tiene otra cosa que hacer más que velar el sueño de su esposa, quien usualmente ronca un poco y tiene un sueño más pesado que un yunque.
Son esas cosas, que por no ser tan inteligente como Taiki, no entiende. Porque no sería la primera vez que cualquiera de sus dos hermanos le dicen que no entiende cómo terminó con alguien como Serena, para luego lanzar un suspiro resignado, cual padre aburrido de reñir a su hijo por las mismas tonterías. Sin embargo, dirán mucho; pero bien que Yaten se quedó con Mina que es igual de escandalosa que Serena.
De acuerdo que esa era uno de sus muchos puntos a tener en cuenta cuando se está con ella. A parte de que no conocerás la calma y la paz hasta que se ponga seria (cosa que suele ocurrir una vez por década). Sin mencionar que tiene la capacidad innata de cuando intenta ordenar algo, desordena cinco cosas más en el proceso. Cuando se habían mudado juntos, había temido que su casa terminase del mismo modo en el que estaba su cuarto; pero por lo menos habían conseguido una mujer santa que limpiaba a diario y, había que reconocerle, Serena se empeñó desde ese momento a no desordenar tanto. Y a no tocar la cristalería.
Es glotona al punto de que hay que comprar comida para tres personas y un bebé por semana. Incluso, Seiya recuerda que casi cae en banca rota durante el último trimestre del embarazo de Serena, cuando comenzaron los antojos. Siempre se termina por comer la mitad de su plato, “disimuladamente”.
No conoce la puntualidad, a pesar de que Seiya se ha hartado de comprarle relojes de muñeca con alarma. Nada, los termina dejando en la casa. Hace todo a las apuradas y casi siempre mal, porque prefiere pilotearla con una sonrisa tonta y con el cariño que casi siempre genera en cualquiera que tiene contacto con ella, que no tiene más remedio que aceptar las cosas como son, porque no son capaces de negarle nada cuando pone ese puchero.
Aunque con los estudios tampoco es como si pusiese demasiado de su parte, quizá si hubiese intentado al menos no dormirse sobre los libros mientras intentaba estudiar, quizá hubiese logrado graduarse con un mejor promedio. Tampoco es la persona más inteligente, ni perceptiva del mundo; aunque él tampoco lo es, de modo que no debería quejarse tanto. Pero lo que le incomoda de eso, es que la gente suele aprovecharse de ella por eso y él tiene que ir fijándose que no le tomasen el pelo por su inocencia.
Pero todas esas cosas le parecen pocas, cuando antes del amanecer, le mira removerse entre sus brazos, intentando afianzar el abrazo con el que le tiene agarrado (porque Serena no puede dormirse sin tener apretujado a algo con su cuerpo entero. De ahí a que no pudiese levantarse durante sus noches en vela). Le mira y encuentra, aun dormida, la inocencia de siempre, los cabellos rubios alborotados (que dentro de unas horas estarán atados en ese ridículo peinado de niña) y la sonrisa que cada vez que besa, le sabe a gloria. También está ese amor incondicional que le tiene a todos sus seres queridos, la sinceridad de su mirada y el espíritu de lucha. Todas las cosas que le hacen única.
Y en esos momentos, Seiya no cambiaría nada en ella.