Título: Frente al espejo.
Fandom: Sailor Moon.
Claim: Seiya/Serena.
Extensión: 1.027 palabras.
Notas: Escrito para la tabla ilusoria de la comunidad de LJ
30vicios y para el
dekasem. Otro drabble que terminó siendo mucho más largo de lo que esperaba xD lo cual suele pasarme bastante seguido cuando no sé muy bien cómo terminarlo xD
Mientras mira por última vez su cabello en frente del espejo, no puede evitar pensar en lo que está a punto de hacer. Bueno, tampoco es como si fuera especialmente fácil de ignorarlo, hace días que no puede quitárselo de la cabeza y no termina de poder convencerse de que es lo correcto.
Va a dar el gran paso. Se va a casar con Darien. Debería estar feliz. No, debería estar exuberante, revoltosa y soñando con la luna de miel, para ser más exacta. Pero inevitablemente no es capaz. Está nerviosa. Sabe lo que pasará después. Sabe muy bien qué pasará después. Y preferiría ignorarlo porque incluso en ese momento, le sudan las manos y el corazón se le acelera desbocado. Había pospuesto el entregarse hasta la fecha de la noche de bodas.
Pero se sentía horrible haciendo pensar a Darien que no lo hacía con él por estar rayada a la antigua, sino que realmente no quería hacerlo. Al menos no con él. No es que Darien fuese feo, ni nada. Durante toda su adolescencia había logrado sacarle muchos suspiros durante clases; pero hacía años que no era lo mismo. Concretamente desde cuando se había ido a Estados Unidos un año para estudiar; pero había sucedido la pelea con Galaxia. Luego de eso, a los pocos meses se había vuelto a ir para esta vez sí poder hacer el curso allí.
No había sido concretamente que no le hubiese visto durante prácticamente dos años (aunque claramente eso había enfriado las cosas), sino que había encontrado algo diferente. Seiya representaba todo eso diferente, alegría juvenil, sonrisa traviesa y cosas inmaduras (es decir, cosas de su edad). Seiya le había mostrado que no necesitaba pretender ser una persona que no era con él. Y eso lamentablemente le había enamorado. No su belleza (que sí era endemoniadamente guapo, aunque no quisiese reconocerlo porque sino el ego de él haría explotar el planeta), tampoco sus canciones (que le habían llegado al corazón); sino que con Seiya era solamente Serena Tsukino, la inmadura niña de 16 años y eso estaba bien, porque no necesitaba preocuparse por lo que dijesen los demás, sólo eran ellos dos y nadie más.
Y era “simplemente” por eso. Sentía que no podría hacerlo y le ponía extremadamente nerviosa eso. Darien era una persona amable y le entendería si le dijese que estaba muy nerviosa; pero sentía que en su subconsciente le estaba engañando. Darien merecía a alguien que le amase realmente, no a ella, que cuando le besaba se preguntaba cómo sabrían los labios de otro.
Darien era muy bueno; pero no era para ella. Pero no debería hacer esas cavilaciones, estaba mal, debería estar más segura. Todo hubiera estado en su lugar si nunca hubiese conocido a Seiya; pero él tenía que llegar y desordenar todo lo que ella había construido. Todo hubiese sido más fácil, con menos dudas. Solamente las normales, como si iba a doler y cosas de ese estilo. No de “si no lo hago Rini no nacerá”. Sentía que sería imposible para ella hacerlo con alguien a quien no amaba, quería con todo el corazón a Darien; pero había dejado de amarle hacía tiempo.
Y ahora en frente del espejo se preguntaba qué tipo de persona debía ser. Aquella egoísta, yéndose por donde quería, sin importarle Rini ni Tokio de Cristal, perseguir sus sueños, estar con el hombre a quien ama y ser ella misma. O sólo ser una sombra de ella misma, pretender ser alguien que no era para tener contentos a los demás, para que Rini se criase en medio de una mentira; pero finalmente con una familia que le quisiese.
Trata de buscar la respuesta en frente del espejo del baño; pero sólo encuentra su rostro. La respuesta no estaba escrita en ninguna parte, no había señales extra sensoriales que le indicasen qué debía hacer, ella debía elegir por su propia cuenta. Ella debía elegir sin ayuda de nadie más, o sin alguien a quien echarle la culpa si llegaba a salir mal. Ella sería la única responsable de su futuro, sólo ella podía elegir.
Mirando nuevamente su reflejo, se preguntó qué haría su madre en una situación así, aunque no pudo imaginarlo. No a muchas personas les dan a elegir ese tipo de cosas. No era una situación muy común que digamos. Y eso le desesperaba, debía quedarse callada mientras no sabía cómo afrontar eso. No podría decírselo a las chicas, porque de alguna manera llegaría a oídos de Haruka y, por tanto, también de Setsuna. Y para ser sincera, no estaba con ánimos para sermones.
Además no era una decisión que le afectase solamente a ella, afectaría a un número de personas considerable. Esa sería una de las más importantes uniones desde Alemania (aunque no tuviese demasiada idea acerca de Alemania; pero Amy había dicho eso).
Pero eso ya se lo sabía de memoria, no era como si fuese la primera vez que lo hubiese pensado ese tema. Sabía que andaba demasiado pensativa esos últimos tiempos y que las demás comenzaban a preocuparse por ella; pero era inevitable. No podía evitar ese torrente de angustia que le invadía. Quería elegir lo correcto, en verdad quería. El problema era que no sabía exactamente qué era lo correcto. Si elegía no hacerse cargo y escaparse para ser feliz (o al menos intentarlo), sería egoísta con todos los que habían confiado en ella y, sobretodo, con Rini. Pero si elegía casarse con Darien (y todo lo que vendría después), estaría traicionándose a sí misma.
Sabía que debía hacer lo que realmente quisiese elegir.
Quizá estuviese mal, estaría no solo traicionándose a sí misma, sino también a Darien por condenarle a vivir en una mentira; pero jamás podría pensar en que Rini no naciese.
Se permitió pensar una vez en Seiya y recordó muy bien cómo le había prometido secuestrarle y por un momento deseó que realmente lo hubiese hecho. Pero finalmente no lo había hecho pensando que su felicidad estaría con Darien, él solamente deseaba su felicidad por encima de la propia.
“Te prometo que intentaré ser feliz”, pensó cuando salía finalmente del baño para reunirse con sus amigas.